El Mercurio
Gopal (36) y Visnu Ibarra Roa (34) son una marca registrada del teatro. No solo por sus gigantescas obras musicales -en "Víctor si Víctor Jara" (2013) tuvieron a 50 intérpretes y ahora, en "La carta", que estrenaban ayer, a 100-, sino también por su trabajo con los "coros ciudadanos", personas comunes y corrientes que cantan en sus montajes junto a "rostros". Acá, en esta autoentrevista, hablan de su infancia, de su método de trabajo, de incursión como cineastas y del musical que preparan sobre
Por M.A.
En la casa de infancia de los creadores teatrales Gopal (36) y Visnu Ibarra Roa (34), en Bascuñán Guerrero con Rondizzoni, nunca nada fue convencional. Partiendo por los nombres que eligieron para ellos sus padres, miembros del movimiento religioso Hare Krishna y opositores activos durante los últimos años de la dictadura. Gopal y Visnu recuerdan de su niñez las marchas a las que acompañaban a sus papás, la visita del Papa a Chile en 1987 y haber llorado con las bombas lacrimógenas durante las manifestaciones, al mismo tiempo que los tres meses de vacaciones que pasaban en el sur, en los que escuchaban a su abuela materna tocar en la guitarra traspuesta canciones de campo. También recuerdan a un padre que se quedaba en la casa y que los perseguía para que no dejaran prendida la luz, al mismo tiempo que su mamá salía a trabajar para mantener a la familia.
-Por eso, los grandes temas de nuestras obras son el amor y la hermandad, que es lo que tratamos de plasmar. Creo que la sensibilidad en el arte tiene que ver con tratar ideas que nos hagan una sociedad más hermana -explica Gopal, el mayor de los Ibarra Roa, elegido Líder de Revista Sábado en 2014 por su destacada labor como actor, director teatral y dramaturgo.
-Visnu, ¿qué recuerdos duros tienes de tu infancia, y cuáles alegres y creativos? -le pregunta a su hermano.
-Tengo recuerdos hermosos, donde lo político era fuerte, pero uno lo ve así ahora. Pasamos momentos de pobreza en nuestra casa, con una familia súper disfuncional, donde mi padre no era el macho proveedor, sino el dueño de casa. Hacía la comida, hacía el aseo, lavaba la ropa. Nos decía todo el día: "Apaga la luz, apaga la luz, ¿tenís un contrato con Chilectra?". Nos convertía los pantalones viejos en shorts y lo que quedaba lo hacía choapinos para que no le ensuciáramos el piso que él había limpiado. La Raquel -mi madre- era muy empoderada, una mujer que nos marcó la infancia. Hoy miro para atrás y veo que la pobreza es dura. Nadie quiere ser pobre.
-Nadie quiere ser pobre, amigo, es peligroso -interrumpe Gopal, recordando el verso de la Cantata Santa María, de Luis Advis.
-Pero nosotros, gracias a nuestra familia, la pobreza la tomamos con mucho humor. Nuestro papá nos regalaba para la Navidad "vales por". La pobreza nos generó creatividad. Como no teníamos Nintendo, íbamos a jugar a la población del lado, con el amigo que sí tenía, pero en la casa inventábamos nuestro propio videojuego. La pobreza nos hizo ficcionar -sigue Visnu, al tiempo que pregunta:
-Gopal, ¿qué de tu infancia hay en tu vida artística?
-Una de las cosas fundamentales era ir al campo y ver a mi abuela tocar esa guitarra traspuesta. El teatro musical que estamos haciendo ahora tiene ese reflejo de cuando yo empecé a tocar guitarra, grababa lo que yo creía era mi primer álbum y te lo mostraba a ti, a mis papás. Y es muy coherente que usemos el teatro musical como herramienta para llegar más directamente al pueblo, y a la ciudadanía en general.
Luego de estudiar en el Liceo Barros Borgoño -donde Gopal fue un activo dirigente estudiantil a finales de los 90- y Teatro en la Universidad Arcis, los hermanos Ibarra Roa empezaron a trabajar juntos en teatro en 2005, con una sucesión de obras que hablaban con ironía de los procesos sociales latinoamericanos, como "El sangrado" (2005), "La guerra de Arauco" (2006), "Milagro americano" (2007) o "Luis Emilio Segundo" (2013). Y ese mismo 2013 estrenaron la pieza que, hasta ahora, les ha dado más notoriedad: "Víctor sin Víctor Jara", un musical escrito por Gopal y dirigido por los hermanos junto a Pierre Sauré con una gigantesca puesta en escena, que incluía actores consagrados como Alejandro Sieveking y Catalina Saavedra junto a un coro conformado, entre otras personas, por familiares de ejecutados políticos.
El montaje se convirtió en el más visto de 2014, se mostró en Matucana 100, GAM, la Sala Antonio Varas y Mori Parque Arauco, y les dio pie para hacer otro espectáculo musical más grande aún: "Numancia", basado en la obra de Miguel de Cervantes, y donde actores como Mario Horton y Gabriel Cañas se mezclaron con un coro ciudadano nacido de un proyecto impulsado por los hermanos y que cada año prepara a un grupo de personas de todas las edades y ocupaciones para que puedan cantar.
La creación que hoy los tiene en cartelera es "La carta", un musical "completamente cantado, por lo menos no hemos visto otra obra así en teatro", enfatizan ellos -que se estrenaba ayer en GAM-, que muestra el lado más político de Violeta Parra y en el que, una vez más, se mezclan cantantes amateurs -bajo la dirección vocal de Ema Pinto y Felipe Lagos y dirección musical de Cristóbal Montes- con rostros como Gepe, Ana Tijoux, Denise Rosenthal y Max Vivar, quienes se turnarán en las presentaciones, más coreografías de Tania Rojas.
-Es un (homenaje a) Violeta Parra sin caer en lo meloso; a veces se obvian mucho los lugares políticos de Violeta y su historia se vuelve melosa, que se mató por amor, que estaba enamorada, que sufría (...) -dice Visnu-. El amor de Violeta Parra déjenselo a los libros, a la TV, pero en el teatro tenemos una responsabilidad cultural.
Al mismo tiempo, preparan lo que será su primera película: "Un domingo de julio", protagonizada por la actriz Daniela Vega. Y un musical en homenaje a Jorge González, financiado con un proyecto Fondart y que pondrá en escena facetas desconocidas de la carrera del vocalista de "Los prisioneros".
-No nos podemos quedar en la casa esperando que nos llegue un Fondart, o que nos llame el director con el que queremos trabajar -acota serio Visnu-. Hay que ir, tomar la iniciativa, hacernos cargo de nuestras necesidades y falencias, porque tenemos una plataforma, un nombre y una marca, pero queremos seguir avanzando. Hemos generado escuela en el hacer.
-Queda claro que Visnu tiene un poder de oratoria increíble -se ríe nuevamente Gopal.
-Sí, yo soy el coach que da los discursos antes de salir a escena -dice el hermano menor.
DIFERENCIAS CREATIVAS. En la compañía de los hermanos Ibarra los roles están bien repartidos: Visnu se encarga de la dirección de la puesta en escena, y Gopal, de la dirección de actores. Pero no siempre tuvieron todo tan claro. De hecho, Visnu le recuerda a Gopal que, mientras que él siempre tuvo certeza de que quería dedicar su vida al teatro, Gopal se dio una vuelta más larga: estudió cine en Valparaíso, siguió con Publicidad y terminó finalmente en Actuación.
Ahora, los dos están en un nuevo aprendizaje: el cine, con "Un domingo de julio", la película que preparan junto a Daniela Vega, "LA estrella del cine chileno".
-Nosotros no tenemos nada que ver con "Una mujer fantástica" ni nos estamos colgando de ella -advierte Gopal Ibarra-. Estamos trabajando con Daniela desde antes que se estrenara esa película acá. Pero no quiero generar expectativas, porque lo tomamos como un aprendizaje; es nuestra ópera prima, y además con Daniela en un papel que no está relacionado con la identidad de género.
Visnu asiente. Pero no siempre logran el acuerdo. Los hermanos reconocen varias diferencias creativas y de gustos, a pesar de lo bien que pueden llegar a crear en conjunto y de la multiplicidad de lenguajes teatrales que han experimentado: han pasado por el realismo, por el absurdo; ahora están en el teatro musical, pero no les gustaría encasillarse en ese formato en el futuro.
-Hemos aprendido a no contradecirnos en frente de las personas con las que trabajamos. Muchas veces jugamos al policía bueno, policía malo. Gopal hace del policía malo -dice Visnu, y agrega:
-Gopal, ¿qué te gusta de trabajar con tu hermano?
-Admiro la creatividad, la pasión por el trabajo, pero por sobre todas las cosas, la rigurosidad. Visnu tiene algo político-emotivo muy importante en el discurso de la compañía -responde, y contrapregunta:
-¿Y a ti, Visnu?
-Bueno, yo soy hermano menor, así es que nací e inmediatamente tuve admiración por esta persona. Yo era crespo, y ver a este mechas de clavo mandón que me hacía tira los juguetes, no me quedaba otra que jugar con él. Gopal tiene una tenacidad terca, y eso lo hace luchar contra viento y marea, aunque tenga todo en contra. Nunca me olvidaré de esto: cuando yo era chico, tenía mucho miedo de pasearme por el medio del patio del colegio. Y un día Gopal me tomó de la mano y me dijo: mira, h...ón, si no pasa nada. Todos jugaban alrededor y yo estaba muerto de susto. Pero él me dijo: estás conmigo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario