El Mercurio
El músico argentino habla de su próximo concierto virtual, del plebiscito chileno, su contribución en “Tengo miedo torero” y su tristeza por el fin del Cinzano. Aunque tiene esperanzas: “Confío en que pronto volverán los tiempos de bohemia”, señala.
José Vásquez
Cuando Pedro Aznar conoció la noticia del fin del Cinzano, sintió “como una puntadita de dolor en el corazón”. El argentino era un asiduo visitante y pasaba por ahí después de cada concierto que daba en Valparaíso. “Era uno de mis lugares favoritos, sin ninguna duda. Un gran espacio para ir a carretear”, dice en chileno, asegurando que terminar cantando ahí, a pedido del público del bar, fue una situación que se repitió muchas veces.
“Me dio una inmensa pena, porque el Cinzano es un símbolo, un lugar tan querido, tan particular, único, irrepetible”, expresa el músico.
––¿Qué cree que va a pasar con la bohemia, tan castigada en estos tiempos pandémicos?
“Esa es otra pérdida seria para la cultura y la creatividad. Los artistas un poco dependen de esos encuentros espontáneos, de ese transitar hasta altas horas y de irse de copas con los amigos. Uno se pone al tanto de cómo lo están pasando los demás e intercambia ideas también con desconocidos y esas cosas son inspiración y que te falte eso es duro… Uno se queda un poco solo con sus pensamientos, con todo este tema del aislamiento social, pero confío en que pronto volverán los tiempos de bohemia”.
Aznar, visitante frecuente del país, dice que siguió atento, prácticamente paso a paso, el desarrollo del plebiscito chileno. “Me alegra mucho que se haya resuelto de una forma tan feliz, que la gente haya podido expresar su opinión de una manera tan abierta y franca y que haya una coincidencia unánime, casi con el 80 por ciento de los votos, de querer un cambio en la sociedad, para construir un Chile más igualitario y más justo”, se entusiasma el argentino, quien sigue conectado con la cultura local más allá de su exitoso último trabajo en conjunto con Manuel García.
El argentino hizo la música de “Tengo miedo torero”, película que se acaba de estrenar en Buenos Aires. “Tuve una reunión con Rodrigo Sepúlveda, su director, quien me regaló el libro de Pedro Lemebel, que leí de inmediato y me fascinó”, dice Aznar, quien luego se devoró el guion y supo que el filme sería protagonizado por Alfredo Castro. “Sabiendo que él iba a ser el actor principal, todo estaba muy bien encaminado y resultó lo que resultó, una gran película”, señala y agrega que sintió un “gran placer” que se incluyera la canción “Si no hablamos” que hizo con García en el cierre de la cinta, “para un momento tan emotivo”, dice.
Ahora el músico se apronta para un nuevo concierto por streaming el próximo jueves, “Flor y raíz”, que estará enfocado en el folclor latinoamericano y en el que saldrá por primera vez de su casa, desde donde hizo sus cuatro recitales anteriores. “Será desde una sala teatral hermosa y con invitados especialísimos”, cuenta, sin revelar el lugar, ni quiénes lo acompañarán, y donde planea recordar su disco “Cuerpo y alma” (1998), en el que recorría la música de diversos países, desde México a Chile.
“(El streaming) tiene una linda temperatura, es un formato más íntimo que me gusta mucho, lo disfruto, lo paso bien. He compartido mi hogar con toda la gente y mis tres gatos se convirtieron en celebridades, la gente reclama por verlos y que estén ellos en las transmisiones”, señala el músico, quien se ríe de la popularidad que han alcanzado sus mascotas entre su público.
El sueño de Manuel
El 18 de septiembre pasado, el disco “Abrazo de hermanos”, que grabó junto a Manuel García, ganó en los Premios Gardel en la categoría de Mejor Álbum Conceptual, un reconocimiento que Aznar, dice, “llegó como una hermosa confirmación de que la idea de este abrazo musical y cultural que ideamos había llegado a buen puerto y que había logrado su cometido”, plantea la voz de “Ella se perdió”.
––¿Habrá un volumen 2?
“Estamos, de hecho, en estos días componiendo. Manuel me mandó una cosa bellísima que había soñado. Me contó que en su sueño yo le comentaba unas ideas poéticas y él luego las empezó a escribir. Me dijo que me la enviaba porque en ese sueño la habíamos hecho juntos, entonces quería ver qué me parecía y a mí me encantó. Le pregunté si le podía agregar algo, porque el tema me traía unas imágenes y unos momentos históricos muy particulares, él me dijo ‘por supuesto'. Le encantaron las estrofas que le agregué y ahora (la semana pasada) iba a grabar una maqueta en el estudio”.
El músico plantea que aún es pronto para decir que esto podría terminar en un segundo disco en conjunto, aunque no lo descarta. “Puede que (la canción) uno la grabe en su propio proyecto o lo haga otro artista, pero lo cierto es que con Manuel la colaboración compositiva es muy fluida”, afirma y agrega que “por lo menos tenemos una canción inédita más que está dedicada a nuestros gatos, que empezamos a escribir cuando estábamos terminando ‘Abrazo de hermanos'. Los dos somos amantes de los gatos y los dos tenemos tres, así es que seguramente eso va a ver la luz en un tiempo más”.
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