jueves, julio 27, 2023

Sinéad O'Connor: El adiós de una estrella atormentada

Sinéad O'Connor intentó mantenerse activa en la música, aunque su debilitada salud mental le jugó en contra en los últimos años. AFP



El Mercurio

La cantante irlandesa, recordada por su clásico “Nothing Compares 2 U”, pero también por sus polémicas, falleció ayer a los 56 años.
Romina Raglianti

“Todos quieren una estrella pop. Pero yo soy una cantante de protesta. Tenía cosas que decir y no tenía deseo de ser famosa”, fue una de las muchas declaraciones que Sinéad O'Connor hizo en su reveladora autobiografía, “Rememberings”, en 2021. La frase, en muchas formas, resume su carrera como artista: pese a haber tenido solo un álbum —de 10 originales publicados— en el número uno de los rankings en sus más de 30 años de carrera, se mantuvo como un nombre esencial de la música mundial.

Ayer, a través de un breve comunicado, se anunció que la cantante había muerto a los 56 años. “Su familia y amigos están devastados y solicitan privacidad en este momento tan difícil”, expresó el escrito, que no dio una causa del deceso. La muerte se produjo 18 meses después del suicidio de uno de los cuatro hijos de O'Connor, Shane, una tragedia que afectó profundamente a la artista, que ya llevaba años lidiando con crisis mentales propias e intentos de quitarse la vida. En el último año, se refería a menudo a ello en sus redes sociales. En su último mensaje en Twitter, en una cuenta secundaria que abrió a principios de este mes, aseguró estar viviendo como “una criatura nocturna muerta en vida” desde el deceso del adolescente.

Sinéad O'Connor nació el 8 de diciembre de 1966 en Dublín. Su infancia fue tormentosa; sus padres se divorciaron cuando ella era pequeña y, según reveló posteriormente, su mamá abusó de ella física y sexualmente. En una conversación con The Guardian, la cantante contó que cuando tenía 8 años, su madre los arrojó a ella y a sus hermanos al jardín y les prohibió entrar a la casa. “Ahí es cuando oficialmente perdí la cabeza y empecé a temerle al tamaño del cielo”, explicó O'Connor, quien se autodefinía “agorafóbica”.

Su madre, que falleció en un accidente de tránsito cuando la artista tenía 18 años, también influyó en su emblemático look de cabeza rapada, que mantuvo durante toda su carrera y que siempre se ha tomado, junto con su vestuario holgado, como una de las formas en que desafió los estereotipos impuestos en las intérpretes. Según O'Connor, el corte también era para distanciarse de la imagen de su progenitora. “Si tengo pelo, me veo más parecida a ella y no me gusta verla en el espejo”, dijo.

Cuando tenía 15 años, fue internada en un centro religioso para jóvenes problemáticas. Aunque ahí vivió experiencias negativas, fue el momento en que empezó a cultivar su pasión por la música. La primera canción que grabó fue “Take my Hand” con Paul Byrne, baterista de la banda In Tua Na y hermano de una de sus profesoras. A mediados de 1984, tras publicar un aviso en un periódico, conoció al compositor y productor Colm Farrelly, con quien formó el grupo Ton Ton Macoute, que no duró mucho, pero atrajo la atención de la industria.

Su primer álbum, “The Lion and the Cobra”, lanzado en 1987, fue exitoso y le valió una nominación al Grammy. Sin embargo, fue el segundo, “I Don't Want what I Haven't Got” (1990), el que la convirtió en una estrella internacional y la llevó a la cima de los rankings. La canción “Nothing Compares 2 U”, escrita por Prince, fue un fenómeno que selló su lugar en la historia de la música. Luego, O'Connor lanzó ocho discos de estudio más, el último en 2014, aunque ninguno tuvo el éxito de los anteriores.

A Chile vino en dos ocasiones, para el concierto de Amnistía Internacional, en 1990, y para el primer Festival Womad en 2015. En esta última visita ya mostraba algunos de los signos de fragilidad mental que la plagaron en sus últimos años. De hecho, desde 2016 pasó gran parte de su tiempo entrando y saliendo de un hospital psiquiátrico en Dublín, al que llamaba su segundo hogar.

Casi más famosa que por su música, fue conocida por sus dificultades personales y sus opiniones controversiales sobre diversos temas, como el catolicismo. Uno de sus momentos más recordados fue cuando rompió una foto del Papa Juan Pablo II en el programa “Saturday Night Live” en 1992, como protesta por los abusos de niños en la iglesia, lo que hizo que perdiera a una parte de su audiencia. “Muchos dicen que haber roto la foto descarriló mi carrera, pero no es lo que yo siento”, escribió en sus memorias. “Siento que tener un álbum número uno desrieló mi carrera y romper la foto me puso de vuelta en el camino correcto”.

O'Connor mantuvo una conexión, de todas formas, con la religión. A menudo aparecía vestida de monja o cura en sus conciertos y, a fines de los años 90, se ordenó como sacerdote en una secta católica no reconocida por la Iglesia. En 2018 se convirtió al Islam, doctrina a la que llamaba “antirreligión” y se cambió el nombre a Shuhada' Sadaqat. En 2021 anunció su retiro de los escenarios, pero se retractó poco después. Había organizado una gira para 2022, que canceló tras la muerte de su hijo. Su última expresión musical fue en febrero último, una versión de “The Skye Boat Song”, tema de la serie “Outlander”.

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