Roger Velázquez
Cultura
El Mercurio
Único del país en su tipo, el espacio cultural presenta el origen de los instrumentos de reproducción sonora que revolucionaron la vida diaria. También ofrecerá talleres, presentaciones musicales y una tienda especializada.
El 21 de noviembre de 1877 se escuchaba "Mary had a little lamb" en la entonces más reciente creación del inventor estadounidense Thomas Alva Edison: el fonógrafo. La canción se convirtió en la primera melodía grabada y reinterpretada en la historia, dando pie a la posibilidad de atrapar y difundir las ondas sonoras. Así lo registra el Museo del Sonido, espacio cultural pionero en su rubro en Chile, emplazado en el Barrio Yungay y próximo a inaugurarse el 29 de marzo.
Fonógrafos, vitrolas, fotografías, videos y audios explicativos -entre otros elementos- integran la museografía del recinto, un proyecto desarrollado por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile con el auspicio de Grupo GTD, acogido a la Ley de Donaciones Culturales. La exhibición da cuenta de la evolución inicial del invento y los cambios que supuso a fines del siglo XIX, lo que ha derivado en la desmaterialización del sonido con las plataformas digitales de hoy.
"A algunos los conectará con los recuerdos, incluso remotos; a otros, probablemente los más jóvenes, les permitirá conocer la antesala de eso que tienen a mano con una oferta ilimitada: canales de música como iTunes, Spotify y YouTube, repositorios de MP3, y toda tecnología que nos da acceso de modo inmediato a cuanto registro musical existe", comenta Elena Cruz, directora de Proyectos de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile y coordinadora de la iniciativa.
Las vibraciones del sonido toman forma, junto a algunos instrumentos musicales, en la escultura con que abre la Casona Familia Préndez, sede del museo. Ubicada en Huérfanos 2919, la morada -construida en 1922- fue declarada Inmueble de Conservación Histórica dentro de una Zona Típica del barrio donde se enmarca. La restauración del sitio fue parte del proyecto que se inició seis años atrás, procurando mantener el concepto de una casa y el estilo Tudor de su arquitectura.
"A su manera, es un espacio educativo, culturalmente potente, pues ahí se realizarán clases, conciertos, talleres y conferencias entre otras actividades de extensión", añade Elena Cruz.
Sofía Forttes, directora del museo -propiedad de la Fundación Mariana Préndez de Casanueva-, refrenda lo anterior y señala que se busca hacer del museo un lugar de creación y diálogo. "Esperamos en el futuro contar con exposiciones temporales que aporten a nuestra muestra", puntualiza.
Una "imprenta sonora"
La exhibición permanente del Museo del Sonido es un fragmento cedido de la colección de Arturo Gana. Destacan un fonógrafo Pathe de 1905 elaborado en Francia -uno de los más antiguos de la exposición-, una vitrola de maleta modelo Dolcetto (Gran Bretaña, 1925) y aparatos del estilo para niños.
La curatoría corrió a cargo del musicólogo Juan Pablo González, director de Extensión del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado, para lo cual se seleccionaron los aparatos que mejor reflejan el impacto de la música en la vida cotidiana, resalta el especialista. "Es una buena oportunidad para acercarnos al fenómeno internacional de la grabación del sonido, entender cómo fue transformándose la música a partir de la posibilidad de registrarla y de reproducir una interpretación en particular infinitamente", asevera el también catedrático, quien califica estos inventos como una suerte de "imprenta sonora", lo que cambió radicalmente el campo de la música en el mundo.
Marisol García, periodista especializada en el tema y autora del guión museográfico, expone que "cada visitante va a darle el énfasis al museo de acuerdo con lo que constituye su propia relación personal con la música", pues -agrega- se puede abordar el recinto desde el interés técnico, el gusto por la música o la relación de los avances tecnológicos con procesos históricos.
La investigadora de música popular destaca la importancia de los textos que acompañan el montaje -que combinan información didáctica, datos e impresiones- y de los aparatos, que fueron elegidos por su "elocuencia" para narrar el relato, que va desde el origen del invento, pasando por la masificación de la música hasta su portabilidad.
El Museo del Sonido se sumará a los circuitos culturales del Barrio Yungay, y abrirá de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas, con precio general de $1.500, y $1.000 para estudiantes, grupos y tercera edad, además de entrada liberada desde las 14:00 horas. En la tienda se podrán encontrar vinilos, instrumentos para niños y una librería especializada, junto a otros objetos relacionados con la música y el sonido.
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