JOSÉ VÁSQUEZ
Espectáculos
El Mercurio
El ídolo argentino, quien ganó la competencia de Viña en 2004, habla de cómo es triunfar hoy con música de raíz, sin necesidad de recurrir al género urbano.
Acumula la experiencia de un veterano, pero todavía es muy joven. Abel Pintos tiene 34 años y ya 23 de carrera artística, por eso dice que es "mitad y mitad". "Es que al día de hoy me siento con el aplomo del que ya caminó mucho y, al mismo tiempo, sigo sintiendo la ansiedad del que todavía quiere caminar mucho más", dice al teléfono desde Buenos Aires, justo antes de embarcarse a Bolivia, una de las escalas previas de un itinerario que lo tendrá de regreso en Santiago, apenas cinco meses después de su último show.
El cantante se apura en avisar que lo que presentará este viernes en el Teatro Oriente es un espectáculo distinto al que montó en diciembre pasado. "Es otro el concepto, voy con una banda más reducida, buscando la intimidad del acústico, pero con la sonoridad del eléctrico", explica y, sobre todo, cuenta, "para que el público que se piensa repetir mi música sepa que se va a encontrar con un concierto distinto".
Abel Pintos, con pop de raíz folclórica, es uno de los ídolos más populares de Argentina, donde en los últimos años ha llenado los recintos más importantes y voluminosos de su país, como el Estadio Ciudad de La Plata y el Estadio Monumental de River Plate. El cantante, pese a no lograr todavía la misma masividad en nuestro país, guarda una historia cercana de triunfos, ya que en 2004 ganó la Competencia Folclórica de Viña del Mar con un tema de Víctor Heredia -"Bailando con tu sombra (Alelí)"-, una instancia que él marca como un antes y un después en su carrera.
"Sin duda que mi historia cambió después de Viña del Mar y eso no es una exageración. Cada vez que voy a Chile la mirada retrospectiva es inevitable", dice Pintos. "La conexión con el público fue muy grande y eso literalmente me abrió las puertas de ese país, porque, aunque tardé en regresar, todos los que fueron a verme querían recordar a ese chico que había obtenido la Gaviota de Plata", recuerda el cantautor, que dice que en esa época el tema se convirtió en un hit radial en Argentina.
Desde eso ya han pasado 15 años y Pintos dice que espera volver pronto a la Quinta Vergara, pero esta vez para ser parte del show. "Sin duda que el día que regrese va a marcar un hito en mi carrera. Lo sueño y lo proyecto y tengo fe de que se haga realidad", cuenta y reconoce que antes han existido acercamientos para tenerlo como jurado del evento, pero que por temas de agenda -"para eso se necesita estar demasiados días ahí y en esa fecha siempre giro", dice- ha debido declinar.
-¿Cree que es un doble triunfo tener este éxito con música de raíz en la era urbana?
"No lo siento así, porque el espacio bien ganado que ha logrado la música urbana no socava, me parece, ningún otro espacio ganado por otros géneros ya existentes, como el pop, el rock o la música folclórica. Para mí, la música urbana es un género y los géneros los veo como herramientas. Si en el futuro considerara que alguna canción necesita esos ritmos y el groove bailable es importante para el mensaje que quiero dar, no tendría ningún problema en abordar la música urbana. Me pasa que, a veces, cuando algo tiene demasiado éxito se busca la forma de demonizarlo".
Show distinto
Abel Pintos cuenta que este viernes, en el Teatro Oriente, realizará un show, "íntimo, pero eléctrico", a diferencia de su último concierto.
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