Con un énfasis regional, el programa "Bibliotecas son más que libros" busca reencantar a las comunidades con estos espacios a través de actividades, como encuentros poéticos o musicales.
Catalina Aguilar
Bastó con instalar un pequeño fogón para que el chef Fernando Madariaga se diera el gusto de cocinar en cada una de las cinco bibliotecas públicas de la Región de Coquimbo que visitó el año pasado. Los platos los extrajo del libro "Sabores diaguitas: Cautiva tu paladar", de Pamela Contreras. Mientras él cocinaba, ella conversaba y explicaba al público su investigación. La actividad fue una de las más exitosas de 2016 del programa "Bibliotecas son más que libros", que organiza, desde 2015, la extensión cultural del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas de la Dibam. "Nuestro objetivo es llegar a las comunas más alejadas de los circuitos culturales. Llevar a renombrados artistas para que el público se reconecte con la magia de las bibliotecas, los libros y la cultura", afirma Gonzalo Oyarzún, subdirector del Sistema de Bibliotecas Públicas.
Una treintena de estos espacios han recibido actividades del programa a lo largo del país. Destacan eventos como la presentación del cantautor Eduardo Peralta con sus musicalizaciones de poemas de Pablo Neruda, Nicanor Parra y Pablo de Rokha, y encuentros de poesía y cultura mapuche con Elicura Chihuailaf. Se han presentado, en las regiones de Valparaíso, Maule y La Araucanía, las exposiciones "El viaje de los imaginarios en 31 días", de la artista visual Federica Matta, hija del pintor Roberto Matta, y "El mapuche con buenos ojos", del fotógrafo Lincoyán Parada.
Parral, Licantén y Combarbalá recibieron, el año pasado, a la dramaturga Lucía de la Maza y a la actriz Alessandra Guerzzoni. Ellas propusieron lecturas dramatizadas de obras de teatro chilenas. Y también hubo recorridos patrimoniales, como el realizado en Vicuña, en memoria de Gabriela Mistral.
En total, han sido más de cien encuentros entre artistas y públicos locales, que pocas veces han excedido los 25 asistentes por jornada. "Son reuniones con poquita gente, pero se crea un ambiente de intimidad, donde las personas tienen la posibilidad de expresarle sus inquietudes y reflexiones", comenta Óscar Vásquez, coordinador del programa de extensión cultural. Agrega que todas las actividades están vinculadas con la literatura y la colección de la biblioteca: "En cada actividad dejamos sobre una mesa los libros de los que se está conversando, para que el público sepa que están ahí, disponibles para ellos".
"La gente se emociona y agradece mucho estas actividades", agrega Vásquez, quien cuenta que incluso algunos de los participantes les llevan comida a los artistas, como muestra de cariño.
Adueñarse de la biblioteca
"No se trata de realizar actividades masivas, sino de mejorar la calidad del servicio que entregamos", explica Gonzalo Oyarzún sobre el objetivo del programa y agrega que este busca incentivar a las comunidades locales a "adueñarse" de sus bibliotecas, proponiendo actividades culturales propias. Esto, porque el presupuesto de este programa de la Dibam no es suficiente para llegar a todas las bibliotecas públicas del país durante el año.
Por ahora, actividades de este programa se están organizando para abril en la Región de los Ríos y, posiblemente, en julio y agosto en Antofagasta.
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