El Mercurio
La creación de Alban Berg se presentará a partir del 22 de agosto con régie de Mariame Clément. "Es una ópera intensa", revela la directora de escena.
Maureen Lennon Zaninovic
Vida e historia desoladoras. El músico austríaco Alban Berg (1885-1935) no llegó a ver estrenada su "Lulú". La ópera quedó inconclusa por su muerte, a causa de una septicemia ocasionada por la picadura de un insecto.
Es sabido que la versión original, que comprende un prólogo y dos actos, se estrenó en 1937. Posteriormente el compositor austríaco Friedrich Cerha -uno de los más profundos conocedores de la Escuela de Viena- la revisó y completó ampliándola a un prólogo y tres actos. Esta última versión tuvo un elogiado estreno mundial en la Ópera de París, en 1979, bajo la dirección musical de Pierre Boulez y régie de Patrice Chereau.
El libreto es del propio Berg, basado en las tragedias "El espíritu de la Tierra" (1895) y "La caja de Pandora" (1902), del dramaturgo alemán Frank Wedekind. La trama está llena de episodios dramáticos que delinean a Lulú como una esposa infiel, amante, objeto de deseo, artista de cabaret, prostituta y asesina: termina destruyendo a sus tres esposos. A ese cuadro trágico se suma el famoso Jack el Destripador. En términos musicales, la obra de este creador vienés ha sido ensalzada como un emblema del dodecafonismo.
"Estoy aterrada con 'Lulú'. Es muy intensa", confiesa la profesional francesa Mariame Clément, quien está a cargo de la régie de este título que por primera vez se presentará en nuestro país, a partir del 22 de agosto, en el Municipal de Santiago.
La directora de escena está consciente de que está marcando un hito en la historia de la ópera en Chile con un libreto lleno de simbolismos. "'Wozzeck', de Berg, siento que es mucho más accesible. 'Lulú', en tanto, es tremendamente dura y el año que se estrenó sabemos que generó escándalo, pero en 1979 -con Boulez- terminó siendo reconocida como un gran evento cultural. Cuando Frédéric Chambert, director de este teatro, me propuso este encargo, lo acepté como un desafío. Es una ópera llena de resonancias y lecturas", afirma.
Tomar palco
"¡Entren y vean! ¡Pasen una hora placentera! Hermosas damas y nobles caballeros". Con estas palabras se inicia la ópera de Alban Berg. A juicio de Clément, el comienzo con un presentador de circo "es un llamado al público para que pase y vea, tome palco en esta historia, pero no juzgue a la protagonista, que es un ícono de la femme fatal . El arma de Lulú es el sexo, porque es su única forma de sobrevivir. Esta es una ópera muy erótica, que busca resaltar la atracción sexual que ejerce esta mujer; pero -por otro lado- si bien ella es muy abierta y libre, al final muere y el sexo se transforma en un castigo, como también lo fue para la gitana Carmen de Bizet o para Nana de Émile Zola. La historia de Berg es, al mismo tiempo, moderna y tradicional", dice.
La regisséur valora el poder presentar esta ópera con sus tres actos íntegros. "El segundo acto, de alguna manera, es como la ascensión de la protagonista y en el tercero estamos ante su caída. La historia perfectamente podría llamarse auge y caída de Lulú".
Uno de los elementos clave de su régie es un cuadro, "El origen del mundo" (1866), del francés Gustave Courbet. El desnudo -que actualmente se exhibe en el Museo de Orsay de París- aparece en esta puesta en escena como el retrato de Lulú. "En muchas producciones un artista aparece pintando a la protagonista. Nuestra apuesta no fue un retrato realista, sino presentar esta obra de Courbet como un reflejo de cómo los hombres ven a Lulú", agrega la profesional alemana Julia Hansen, quien está a cargo de la escenografía y vestuario de este montaje. Añade que la ópera se inicia con esta pintura y finaliza con ella, para reforzar la idea de que los hombres no "están interesados en Lulú por su persona, sino por su sexualidad". Hansen considera que generalmente "Lulú" ha sido montada por hombres, "pero nosotras hemos querido aproximarnos a ella como mujeres, intentando quererla y comprenderla en su destino trágico".
Clément remata que "El origen del mundo" cobra simbolismo en esta versión "como una manera de decir que la sexualidad puede ser tremendamente atractiva, pero también muy peligrosa".
Ramón Castillo, director de la Escuela de Arte de la UDP, complementa que "El origen del mundo" es la constante de la obra, "una imagen que permanece inalterable como pintura, sin embargo, los contextos y situaciones del entorno lo tiñen, la transforman y la resignifican, de tal modo que en distintos momentos vemos la intimidad de una mujer, un antirretrato, un cuerpo anónimo que a la vez es todos los cuerpos". Castillo remata que el pintor que aparece en escena "nos da la señal de la fragilidad de la existencia y la imposibilidad de saber cuál es la realidad, si la que observamos o la que se trama más allá".
Para las presentaciones del Municipal de Santiago, la Orquesta Filarmónica será dirigida por Pedro-Pablo Prudencio, tras la renuncia voluntaria de Juan Pablo Izquierdo. Más información de las fechas y entradas en Municipal.cl
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