El Mercurio
Después de vivir una experiencia desoladora por la muerte de su hermana, la actriz francesa dio vida a "Rest", su quinto trabajo discográfico, considerado el mejor de su catálogo. Aquí habla del proceso creativo, la colaboración de Paul McCartney y sus planes para mantener viva la memoria de su padre.
Por Bárbara Alcantara
Susurros heredados de una de las familias mas cool de Francia, un nucleo liderado por el mismísimo Serge Gainsbourg, ícono indiscutido de la llamada "chanson francesa" y un osado provocador lírico que además impactó a la sociedad gala con su irónica sugerencia. Su madre, la actriz y también cantante, Jane Birkin, fue una it girl de los sesenta, pionera en tendencias de moda y estética junto con estar eternamente ligada al mundo de la música. La única hija de ambos, Charlotte Gainsbourg, publicó a fines del año pasado su quinto disco, el cual, según la crítica especializada, vendría a ser el mejor de su discografía. La mujer que debutó en el cine y la música a los trece años no tiene una gran figura que la avale musicalmente, atrás quedaron sus colaboradores habituales Beck Hansen y Jarvis Cocker. Hoy, la artista de cuarenta y seis años se atrevió a escribir diez de las once canciones de un disco testimonial que está marcado por la muerte.
Kate Barry, su hermana mayor - hija de Birkin y del compositor inglés John Barry - murió trágicamente el 2013 tras caer desde la ventana de un departamento en París. Como consecuencia, la musa de Lars Von Trier se mudó junto a su familia a New York, "me fui de París porque no podía seguir respirando ese aire, quedarme en ese sitio sin ella se volvió insoportable, dice al teléfono desde la gran manzana. Posteriormente agrega que "en ese momento no me importaba si era esta ciudad u otra. Solo quería sentirme mejor", señala a El Mercurio.
Una de las terapias durante el luto fue dedicarse a su familia, al cine - su filmografía cuenta con mas de cincuenta películas- y a medida que sanaba crecían sus inquietudes musicales. Fue ahí que empezó a escribir y se contactó con el productor SebastiAn, un DJ francés conocido por sus remixes de canciones de Daft Punk, Bloc Party y los Bestie Boys. "Lo llamé y le dije que necesitaba que el álbum se grabará en New York; el vino y el rompecabezas se armó perfectamente". Después reconoce, "aquí fui capaz de dejar ir todos mis miedos respecto de no ser un artista compelta y eso es porque en esta ciudad todos son artistas, es algo muy poderoso", dice con un dulce tono de voz en un inglés británico afrancesado.
Acento imperceptible en las canciones del nuevo disco, compuestas justamente en inglés y francés, cuyos sonidos mutan desde el pop de sintetizadores, al funk y la canción francesa: "Esa era la idea, quería que fuera algo Old School", admite y continúa, "el primer impulso fue llevarme por poderosos sonidos que tenia en mi cabeza desde que era una niña, por lo que creo que SebastiAn respondió muy bien al generar la energía dramática que tienen algunas canciones"
¿Cómo lograste que dichas canciones, que hablan de situaciones tristes, suenen bailables?
"Cuando comencé a escribir sobre la pena y el luto, la única forma de situarlos en una canción, para mí, era la dirección opuesta musicalmente. De esta forma pude ser abierta sobre mis sentimientos y mi tristeza. Por ejemplo, en la última del disco ("Les Oxalis") habló sobre un trayecto en un cementerio y si la escuchas, es una canción completamente disco.
Dupla con Paul McCartney
Si bien Charlotte fue la compositora de casi la totalidad de "Rest", hay un canción firmada por Paul McCartney, "Songbird in a cage", en la que además de ceder sus derechos, el ex Beatle tocó el piano, la batería y la guitarra.
"Esa fue la primer colaboración del disco, yo le había hecho saber a mi compañía disquera que me gustaría trabajar con él, pero no sabía si él respondería, y lo hizo", cuenta, y reanuda su relato con mayores detalles sobre la primera vez que se juntaron, "almorzamos juntos y lo que recuerdo es que fue muy dulce y casual, yo estaba muy nerviosa y al mismo tiempo quería demostrar que no lo estaba. Cada vez que nos juntamos o hablamos por teléfono, siempre estuve pretendiendo estar relajada pero nunca lo estuve", reconoce entre risas.
Las colaboraciones también incluyeron al Daft Punk, Guy-Manuel de Homen-Cristo, quién participó en un par de canciones al igual que Owen Pallet en los arreglos finales, afamado violista conocido por sus trabajos con Arcade Fire y The Last Shadow Puppets.
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