La prestigiosa Bienal Révélations de artesanía contemporánea, que se celebra en el Grand Palais de París, mostrará piezas de 27 creadores nacionales hechas en madera y cerámica, además de platería y textiles, inspiradas en Violeta Parra.
Vanessa Leal Soto
En 2015, Chile participó por primera vez en la Bienal Révélations de París, uno de los mayores eventos de artesanía contemporánea en Europa. En ese momento se exhibieron creaciones nacionales de ganadores del Premio Maestro Artesano y el Sello de Excelencia a la Artesanía que otorga el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA).
El minimalismo y la austeridad de esas piezas convencieron al comité parisino de selección de aceptar la postulación de Chile para ser el país invitado de honor en la tercera edición de la bienal, que se desarrollará entre el 3 y 8 de mayo en el Grand Palais.
Adelantándose al centenario de Violeta Parra, el CNCA hizo el año pasado una convocatoria a creadores, artesanos y artistas del país para que presentaran piezas inspiradas en la artista nacional. De allí se acaban de seleccionar las propuestas de 27 creadores -en madera, cerámica, textil y platería- que pasarán a exponerse en el evento organizado por Ateliers d'Art de France, un sindicato profesional de oficios artísticos.
"No se trataba de hacer un remedo de Violeta, sino de releer y pensar a una mujer que fue vanguardista en los años 60", explica Nury González, artista, directora del Museo de Arte Popular Tomás Lago y curadora de la participación chilena.
En el ala central del Grand Palais habrá una exhibición llamada "Le banquet" , en la que Chile, junto a otros países, expondrá cinco obras seleccionadas por un representante de Ateliers d'Art de France durante una visita a nuestro país. Allí habrá piezas de Cristián Salineros, Paula de Solminihac, Elisa Aguirre, Marcela Undurraga y Bernardo Oyarzún.
"Queríamos mostrar la capacidad del creador chileno de presentar obras muy contemporáneas; con un savoir faire ancestral que responde a tradiciones artesanales y artísticas, pero que también dialoga con el mundo moderno y contemporáneo", dice Henri Jobbé-Duval, comisario general de la bienal. Para él, los artesanos chilenos tienen valores y un acercamiento a la creación que responde a las expectativas de la bienal.
Alrededor de ese "banquete" habrá stands que complementarán la exposición de más 400 participantes, entre artistas, artesanos, diseñadores y arquitectos de diferentes partes del mundo. El de Chile mide 150 metros y fue diseñado por Nury González y el artista Pablo Núñez. Allí, sobre esa franja que simula ser el mapa del país, se dispondrán piezas que representarán nuestras riquezas: volúmenes en cobre al norte; fuentes de madera en el centro y en el sur; y formas en cochayuyo y platos de cerámica, en representación de los 6.435 kilómetros de mar.
Paola Moreno, una de las artistas, expondrá volúmenes textiles y superficies bidimensionales, y dictará talleres para niños de tejeduría con lana de oveja traída del sur. "En Chile el público no valora mucho lo que está hecho con las manos y lo que está relacionado con artesanía, al revés de lo que pasa en Europa. Nuestra principal intención es transmitir a los niños un quehacer patrimonial y que se entretengan, porque a través de la emoción es que se logra conocer las cosas", dice Moreno.
"Esto es un salto cuantitativo y cualitativo. El salón de Révélations, que tiene 40.000 visitantes, es un espacio de visibilidad absolutamente impresionante y vamos a estar al mismo nivel que todos los creadores de arte y oficio franceses y europeos", continúa González.
Las anfitrionas del stand chileno utilizarán llamativos distintivos, tejidos en crin, y además se exhibirán videos del quehacer artesanal del país. La bienal también operará como un gran mercado, en donde amateurs, coleccionistas y galeristas europeos podrán adquirir piezas chilenas.
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