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sábado, julio 11, 2020

Cher: “Quizá la pandemia ayude a abrir los ojos de lo que realmente está ocurriendo”



El Mercurio

A sus 74 años, la actriz y cantante Cher pasa sus días de cuarentena en su casa de Malibú, donde escribe su biografía que luego será llevada al cine. En esta entrevista habla de feminismo, de su trabajo a favor de las comunidades más desprotegidas, de la primera canción en español que acaba de grabar y critica duramente a Donald Trump: “Es el peor Presidente”.
Por Fabiana Scherer

“No podemos olvidarnos de los que más sufren”, dice Cher de manera contundente desde su casa en Malibú, en Los Angeles, donde pasa sus días en cuarentena. La preocupación por la pandemia que golpea al mundo la llevó a tomar acción, como lo ha hecho a lo largo de su vida en otras causas. “No hay manera de quedarse con los brazos cruzados —expone—. Cuando veo los devastadores números de las minorías afectadas con covid-19 y que desde el gobierno no hacen nada... He visto antes desastres terribles, pero el gobierno en cierta forma se encargaba de ayudar; hoy no es así, no está presente, es como si todos estuviéramos solos, es la primera vez que siento miedo, nadie nos protege. No les importa, y por eso estoy convencida de qué hay que hacer. Todos tenemos la responsabilidad de ayudar en la forma en que podamos”.

A través de CherCares Pandemic Resource and Response Initiative, la actriz, cantante, productora y directora puso manos a la obra, destinando donaciones a comunidades de bajos recursos y nativos estadounidenses con bajo acceso a la protección o cuidados sanitarios.

“Estamos frente a algo mortal, invisible, y tenemos un Presidente que desde el comienzo manejó todo mal, y claramente no le importa remediarlo. No le importa la pandemia, bromea, dice cosas de manera irresponsable. Él y su equipo mintieron y siguen mintiendo. Detesto a este Presidente y a todos en su administración. Es un idiota”, dice Cher, quien no titubea en criticar y descalificar a Donald Trump también en las redes, con cataratas de tuits con emojis incluidos. “Es un generador de odio —dispara la mujer que vendió más de 100 millones de discos a lo largo de su carrera—. Genera tanto odio, y eso se ve en mi sociedad, se palpa hoy más que nunca en mi país”.

—¿De qué manera?

—Cuando el covid-19 apareció en los medios, la gente hablaba del “virus”, del “coronavirus”, de esa manera, pero de un día para otro, se transformó en el “virus chino”. Y así se generó mucho odio y la discriminación fue creciendo. Muchos siguen este discurso, esta idea que el propio Trump sostiene. Fue tremendo despertar un día y escuchar por todos lados hablar del “virus chino”. Tengo una persona muy cercana que es vietnamita y que está sufriendo esta discriminación por tener rasgos asiáticos, como si ella fuera culpable de lo que está sucediendo. Trump le dio a esta gente el permiso de ser racista, y es otra cosa que detesto de él, porque naturaliza este tipo de comportamientos.

—Apoyó la candidatura de Hillary Clinton y ahora la de Joe Biden, al que considera un viejo amigo. ¿Cree que la pandemia puede jugarle en contra a Trump en las próximas elecciones (previstas para noviembre de este año)?

—Es muy dinámico todo lo que pueda pasar. No será fácil para Biden. Quizá la pandemia ayude a abrir los ojos de lo que realmente está ocurriendo. Trump está destruyendo el país. Está todo muy dividido. Lamentablemente, no es tan fácil. Aún hay mucha gente que lo acompaña, que celebra esos discursos horribles, racistas, machistas, que aplaude esa prepotencia, esa idea de verse superior al otro.

—El debate acerca de los cambios que producirá la pospandemia en el comportamiento humano divide a los pensadores. Hay quienes tienen una mirada esperanzadora y otros, con cierto pesimismo, sostienen que nada cambiará. ¿Qué cree usted?

—Trump no va a cambiar, no lo hará, resulta imposible que lo haga. Es un hombre estúpido, que no tiene nada bueno, es un hombre que encierra a chicos en una jaula, no se puede ir más lejos que eso. Es el peor Presidente en el mundo, siento vergüenza, me da vergüenza cómo nos ven desde otros países. Es un ser humano horrible y hay gente que cree en lo que dice, apoya lo que dice, avala su pensamiento. Para muchos, sus palabras son maravillosas. Como él, hay gente que también odia y que durante la pandemia despertó sentimientos horribles, resulta angustiante y desesperanzador. Es un hombre que no tiene empatía y a los 73 años no va a cambiar. Lo que más me preocupa es que no está solo, hay muchos que piensan como él.

—Imagino que a través de CherCares encontró a personas dispuesta a ayudar, a cambiar.

—Sí, por supuesto, la pandemia ha hecho también que muchas otras personas sean más solidarias, que muestren preocupación por los otros. Hoy, claramente, vemos de manera diferente a los enfermeros, a los cajeros de los supermercados, a los bomberos, a los granjeros, a los médicos. Me atrevo a decir que hay una mirada más profunda hacia el otro. Sí, hay gente que es capaz de cambiar, de ser más amable, hay quienes intentan ser mejores. No tengo duda de que este es el momento de dejar de mirar a una persona por encima, de echarle solo una mirada rápida y después perderse. Hoy es el momento de ver al otro. Es posible un mundo mejor, pero no será fácil. Ojalá que la pandemia, y lo que venga después, nos permita detenernos en el que tenemos frente a nosotros. Que podamos detener la mirada. Siento que, en cierta forma, después de la pandemia, veremos la tierra volver. Cuando miro por la ventana, puedo ver cosas que no había visto en décadas. El aire no es amarillo. Esto está sucediendo en todo el mundo. La gente puede ver el Taj Mahal a la distancia y eso me pone muy contenta, porque podemos volver a ver lo hermoso que es el mundo. Por eso es necesario que nos involucremos, desde diferentes maneras, sin perder la mirada. Hay personas que pueden cambiar, solo si hay preocupación hacia los otros. Creo que somos muchos los que no vamos a ver a la gente de la misma manera.

Con seis décadas de trayectoria, la ganadora de los premios Oscar, Grammy, Globos de Oro y Emmy lanzó ahora su primera canción en castellano: “Chiquitita”, el clásico de ABBA, cuyo video oficial grabó en su casa y lo presentó en el especial virtual a beneficio de Unicef . “Comencé a ensayar la versión en español el año pasado [Cher editó en 2018 el álbum Dancing Queen, el cual incluyó canciones del grupo sueco luego de su participación en la secuela del filme Mamma Mia! ]. Cuando todo cambió, quise ayudar y este pareció ser el momento para cantarla. Fue todo un reto, porque el castellano es un idioma maravilloso, lleno de vocales. No fue nada fácil”.

—De alguna manera siguió los pasos de una de las mujeres que más admira, la actriz Audrey Hepburn.

—Era mi heroína, una de mis actrices preferidas. Siempre me sentí orgullosa de su trabajo solidario. Hoy resulta esencial priorizar las necesidades de cada niño del mundo.

El 20 de mayo pasado, Cherilyn Sarkisian, su nombre real, festejó en Malibú su 74° cumpleaños: “Vaya fiesta sorpresa. Estuvimos afuera, con guantes, máscaras y distanciamiento social. Lo más difícil fue eso. Éramos diez personas. Había un pastel. Espero que lo hayamos hecho bien. No es fácil. Hay millones de cosas que hacíamos que ahora no se pueden hacer”.

En las redes circula una entrevista que le hizo la periodista televisiva Jane Pauley a Cher, en 1996. En aquel entonces, la actriz y cantante daba muestra de su posición feminista, sin temor al qué dirán. “Usted ha dicho que un hombre no es una necesidad, sino un lujo”, le recordó Pauley. “Un hombre es como un postre —retrucó la artista, que en 1978 cambió definitivamente su nombre a solo Cher, sin apellido, para evitar ser relacionada con su padre, padrastro o exesposos—. Que nadie me malinterprete: me encantan los postres y me encantan los hombres. Son lo mejor. Pero no los necesitas para vivir”.

—Siempre se mostró como una mujer fuerte.

—Tuve la suerte de crecer rodeada de mujeres así, como mi madre, y fortalecerme para hacer un recorrido en el mundo de la música, un mundo de hombres. Las cosas cambiaron un poco desde entonces. Creo que las mujeres de hoy son más fuertes, obviamente con diferentes niveles de problemáticas y complicaciones en diversas partes del mundo. Lo que veo es que las mujeres más jóvenes luchan por sus derechos, lo tienen incorporado. Tomaron las luchas anteriores y van más allá, buscan dar un paso más adelante. Es como si estuviéramos subiendo una escalera, paso a paso, escalón por escalón. Yo aprendí de gente que admiraba y fui dando esos pasos, y estas jóvenes pueden llegar mucho más lejos de lo que llegué yo. Siempre hubo mujeres fuertes, incluso cuando era chica, pero hoy existen muchísimas más, las conocemos más, hay sororidad. Y si esa mujer fuerte es artista, es muy fácil verla y su voz se difunde ampliamente. No tengo dudas de que las jóvenes van en la dirección correcta y nada parece detenerlas.

—Hablando de mujeres fuertes, su último disco está dedicado a su madre y antes, en 2013, había producido el especial de televisión Dear mom, Love Cher. ¿Cómo recibió ella estos mimos?

—Se mostró muy feliz. Con mi madre tuvimos altibajos, muchos problemas [su mamá se casó y divorció en varias ocasiones, lo que hizo que la familia se desplazara de ciudad en ciudad y tuvieran dificultades económicas, por lo cual Cher quedó en un orfanato; aunque se veían a diario, resultó ser una experiencia traumática]. Pero más allá de eso, fue mi primera fan, fue la que siempre me apoyó cuando la estaba pasando realmente mal. Ella me decía: “Nunca te rindas, sigue adelante”. Mi madre tuvo una gran influencia en mí.

Reconocida activista y luchadora por los derechos de la mujer, Cher codirigió en 1996 la película If these walls could talk (Si estas paredes hablaran), para generar debate sobre el aborto. En el filme, que contó con las actuaciones de Demi Moore y Sissy Spacek, la cantante se reservó el papel de la doctora que es asesinada brutalmente por un fanático que estaba en contra del aborto. La actuación le valió una nominación al Globo de Oro y tuvo un importante apoyo de la crítica.

La labor filantrópica de Cher ha sido muy amplia: apoyó a numerosas organizaciones benéficas dedicadas a la investigación de diversas enfermedades, a la lucha por los derechos de los más vulnerables, al colectivo LGTBQ+ y a los veteranos de guerra, además de involucrarse con el sufrimiento de animales en cautiverio. Cofundó la organización Free The Wild con la que da visibilidad a la situación de animales salvajes en cautiverio. Recientemente, celebró en su cuenta de Twitter la liberación de Kaavan, un elefante de Sri Lanka, que había pasado la mayor parte de su vida solo en un zoológico de Pakistán.

Cher no es solo un nombre, es un ícono. “No me pienso, ni me veo así —dice con su inusual voz grave-. Me veo a mí misma solo como Cher. Es muy bonito y muy sentido que la gente te vea como un referente, pero la verdad es que solo vivo mi vida”.

—A la hora de tomar decisiones, ¿escucha recomendaciones de amigos, parejas y asesores, o confía en sus propios instintos?

—Escucho a la gente que me rodea y pido consejos, pero siempre es una la que toma la última decisión. No importa con cuántas personas hables, cuántos te aconsejen, la decisión final es de una. También una decide qué escuchar y qué no. Hay veces que no escucho a nadie y hago lo que siento. A veces funciona y otras, no tanto, pero me hago cargo de cada una de ellas.

Fue en Italia donde el covid-19 la sorprendió, en medio de su gira mundial Here we go again . “Los espectáculos como el mío van a tardar en regresar, resulta muy difícil mantener un distanciamiento social en el escenario”. En la página oficial de Cher se mantienen las fechas programadas del show en Las Vegas para este mes. “Estoy dispuesta a volver a subir a un escenario apenas podamos, pero somos muchos los que trabajamos en esto. La pandemia lo paró todo. Por el momento, puedo seguir trabajando con la música aquí, en casa. Iba a hacer dos películas, pero no sé cuándo sucederá. Honestamente, no sé cuándo volveremos a sentirnos seguros yendo a trabajar, poder estar todos juntos en un estudio o en un escenario. Sigo trabajando en mi libro [una autobiografía a la que le seguirá una biopic], pensando otras ideas. Amo hacer mis shows, me hacen sentir bien, hago todo lo posible para que el público los disfrute. Sinceramente, me gusta estar metida en todo, no es lo mismo que cuando era joven, antes costaba mucho más que las mujeres tomaran sus propias decisiones artísticas. Hoy puedo hacerlo, y me encanta”.

La Nación/Argentina/GDA