sábado, julio 30, 2011

Sobre Autobiografías: "Conversaciones Conmigo Mismo" -Eduardo Carrasco. "Encuentros, Visiones y Repasos"- Juan Orrego Salas


Casa Central.
Por Víctor Tapia

Es la idea comentar un par de libros autobiográficos relacionados con la música chilena, que casualmente fueron leídos uno tras otro, el primero el libro “Conversaciones Conmigo mismo” de Eduardo Carrasco, y el libro “Encuentros, Visiones y repasos” de Juan Orrego Salas. Me acerqué a este libro solo por el hecho de que he escuchado una sola obra del autor, una que se incluye en el disco la Revolución y Las Estrellas de Quilapayún del año 1982, y si bien había visto varias veces este libro con un valor por sobre los $13.000, en esta feria del libro del Parque Forestal del año 2011 lo encontré a un precio de $4.000.
Fue una vuelta a la feria y la decisión ya estaba tomada.

Pues bien… el Libro "Conversaciones conmigo mismo" de Eduardo Carrasco viene a cubrir dos ámbitos dentro de su creación escrita, primero un ejemplar mas dentro de los ya editados bajo el concepto de Conversaciones, 2 ejemplares con Roberto Matta y uno con Toretti han pasado por mis manos… y por otro lado vienen a ser una especia de memoria de este creador nacional, músico, filosofo y poeta. Tal vez muy a pesar suyo quedará registrado en la historia cultural chilena por su aporte a la música y la poesía mas que por la filosofía; esto último no se explica por la calidad de esta, sino por su escasa difusión dentro del medio chileno. Y tal vez por lo mismo una gran cantidad de lectores llegarán a este libro por la primera vía más que por la segunda.

Si bien es un libro de conversaciones, esta es una especie de monologo a dos voces. Si en los otros libros había un descubrirse de ambos interlocutores en cada intercambio de ideas y relatos, acá se trata de hacer algo parecido, pero se deja al olvido avanzando el libro, porque de serlo hubiera sonado francamente falso.
Como unas buenas memorias estas avanzan de manera cronológica, en donde el autor demuestra el conocimiento de sus antepasados, de su origen noble, y de cómo éste ha llegado hasta él, su familia, su época, como era Chile, y como de a poco fue adentrándose en la filosofía, un tiempo en la sicología, su encuentro furtivo y permanente con la música, sus amores, sus pasiones, sus engaños, toda su verdad y mentira, el Quilapayún y el estado actual de la sociedad chilena.

Termina siendo un libro valiente, transparente, pero también incómodo. Cuando compré el libro no quería saber tanto sobre las minucias de la vida de Eduardo Carrasco, si bien un gran porcentaje del libro es rescatable en relación a sus puntos de vista, su aporte a completar la historia de la música popular, y del aporte de la filosofía en la vida actual, los pequeños escandalillos mencionados enturbian la buena lectura.
Es duro saber que su primer hijo sobrevivió a la idea del aborto, que se casó con su primera esposa solo por su hijo, que la engañó constantemente y que su vida fue tranquila hasta que la esposa lo engañó con su mejor amigo, que la vida del Quilapayún y por extensión de la Nueva Canción Chilena podría tener el slogan de “Sexo, drogas y Nueva Canción”, pero no comentando nada sobre drogas, quedando al debe de un tema que ha sido escasamente tratado en la historia de la música popular chilena.

Creo que ahí algo faltó… si vamos a contar todo, lo bueno, lo mas miserable, las cosas tal como son , la verdad pura, ¿cuál fue la razón para dejar el tema de la droga al lado?, ¿tal vez para no opacar su aporte en la filosofía?.

Este libro también descubre ciertos sucesos, como este es un sitio de música y no de filosofía, deja a la luz pública un dato que era comentado a voces dentro del medio cultural chileno: La homosexualidad de Luis Advis. Y es un buen ejemplo de la apertura del medio musical chileno, en especial de la Nueva Canción, muy ligado en sus orígenes al PC, en una época en que el Partido Comunista no aceptaba en sus filas a participantes con esta opción sexual, razón por la cual quedaron fuera Rolando Alarcón y Luis Advis del Partido… y tal vez cuantos otros mas que poco a poco irán apareciendo en los recuentos de esos años en la vida.

También sobre los detalles nada apropiados que tienen connotados políticos nacionales, el asco por la política frente a su vida de filósofo. Además no deja de sorprender la mirada aristocrática de Eduardo Carrasco sobre las clases populares, sobre la educación pública, en donde expresa tal vez de manera inconsciente, una idea que se asoma sobre la “enrotización” de Cartagena, o sobre lo traumático que significó su estadía en la educación pública durante su etapa escolar.

No creo que este libro se lea durante una noche, como lo comentaban por ahí, se lee en mucho mas tiempo, con mas dureza, tal vez con ganas de saltarse paginas, pero ahí esta escrita con ansias una vida, sólo él sabe que tan cierta es lo que nos cuenta, tal vez no se da cuenta que tanto distorsiona este espejo al revisar su existencia.

Si el libro de Carrasco te deja un gusto a que está escrito desde la “crudeza”, por otra parte el libro de Juan Orrego Salas está escrito desde la sabiduría, es un libro que avanza como el río Valdivia, es decir raudamente pero con ese volumen, esa inmensidad que parece que te bendice en cada palabra. Es un libro luminoso, generoso, asumiendo desde un principio ciertas limitantes que puede tener el relato mirando la vida desde hace tanto tiempo.

Este libro de adentra en varios pasajes sobre lo que podríamos llamar ciertas teorías o ideas sobre el procese compositivo, sobre como esto se vio influenciado por sus estudios en Arquitectura. El libro en varios pasajes se adentra sobre el génesis de varias de sus obras, lo cual daría el marco perfecto para una audición más acabada; pero acá nos encontramos con un “disparate”. Es más accesible leer el libro autobiográfico de este compositor, que poder escuchar su música. Es un cosmos que queda cojo; y esto por cierto no es culpa de don Juan Orrego Salas, es culpa del medio podríamos decir, del mundo cultural en que globalmente nos desenvolvemos, porque incluso al revisar por Internet la disponibilidad de esta obra en otros mercados también es casi nula, considerando que un gran porcentaje de su vida este compositor chileno la vivió en Estados Unidos.

Un libro que pasa por sus interpretaciones obre la educación de composición, por su interés de mejorar la condición de la música chilena, la incomprensión por parte del medio, su oportunidad de abrir nuevos horizontes en Estados Unidos, la nula entrega de conocimientos en las escuelas de música chilena sobre el universo y las historia de la creación musical de nuestro continente, su constantes dudas y recriminaciones por dejar sola a su familia, la temporal separación que tuvo, los cruces con figuras históricas, sus viajes a nuevos mundos, los nuevos sonidos, y como siempre tenía a Chile en mente, a pesar de la lejanía, a pesar de que era mejor recibido en otras universidades que en su alma matter.

Si el libro de Carrasco está escrito desde una mirada personal, desde una bestia solitaria gritando sus verdades, con un desarrollo personal, que no necesariamente puede generar una complicidad con el lector; el libro de Don Juan Orrego Salas está generado desde una visión social, como un maestro que nos lleva de la mano a descubrir su vida, a iluminar conjuntamente ciertas ideas, conceptos y críticas sobre los que aún nos toca vivir.

¿Como es posible que en Chile no se enseñe formalmente en las escuelas de música la historia o el desarrollo de la música de nuestro continente?, ¿por qué es mas natural saber de los Clásicos europeos que de los latinoamericanos?, ¿por qué esa diferenciación entre lo popular y lo clásico?, ¿por qué tuvo una mejor recepción sus ponencias en la Católica de Valparaíso que en la Católica de Santiago?, ¿será por el tipo de principio que guía la enseñanza de cada una de estas escuelas, una que respeta, valora y educa desde lo popular, mientras la otra se basa desde Europa y lo docto?.

Este es un libro esencial para cualquier interesado en la música chilena, en la historia de Chile del Siglo XX, o para cualquier estudiante de composición musical, acá encontrará tanto o mas luz que en los largos libros llenos de técnica o de pentagramas….

Solo un fragmente de este libro… con el cual me sentí totalmente de acuerdo, después de asistir a tanto concierto de música contemporánea, a los que cada vez mas difícil es acercarme:

“Después de escuchar estas obras (de compositores chilenos nacidos a partir de 1960)… uno queda con la impresión de haber asistido a la repetición de la misma obra, en diferentes transcripciones, una cantidad lastimosa de veces.
Al término de mis charlas decidí dirigirme a los jóvenes que habían asistido a estas y darles mi opinión al respecto, como también a los profesores, incitándolos a revisar sus métodos de enseñanza, a examinar si no estaban enseñando recursos en lugar de abrir caminos a otros, limitando el desarrollo de expresiones individuales, si el dogma no era lo que estaba prevaleciendo sobre la observación de las percepciones de cada uno de sus discípulos. Lo hice, porque sentí que se lo debía al país donde me inicié como músico y al lugar en que me encontraba.”

No sé si este libro habrá llegado a los maestros de composición de la actual música chilena, o a los estudiantes de ella; pero por una obligación ética, conceptual, de enseñanza, deberían tenerlo: Es introducirse a un mar de sabiduría, recorriendo la fructífera vida de este compositor chileno.

Ambos libros, cada uno dentro de sus particulares perspectivas de vida, son fundamentales para comprender de mejor forma la evolución histórica y conceptual de la música chilena.


Conversaciones Conmigo Mismo- Eduardo Carrasco. Editorial Catalonia.2010

Encuentros, Visiones y Repasos- Juan Orrego Salas. Fundación Andes. Ediciones Universidad Católica de Chile.2005

Los Bunkers estrenan nuevo video antes de volver a Chile



La Tercera

El conjunto penquista lanzó hoy el videoclip de Angel para un final, tercer single de Música Libre. El próximo mes inician una gira por el país para celebrar 10 años de carrera.

En medio de una extensa gira por diversos lugares de México, Los Bunkers liberaron esta madrugada el videoclip que realizaron para la canción Angel para un final, tercer sencillo que se desprende de su último disco de estudio, Música Libre (2010).

El video del tema -que como todos los del álbum es un cover de Silvio Rodríguez- fue grabado en un departamento de Ciudad de México por Pascal Krumm, director chileno que ha trabajado en clips de varios artistas, como Manuel García y Saiko, y autor de la película MP3.

Angel para un final es el tercer single de Música Libre, tras Sueño con serpientes y Quién fuera, y desde su lanzamiento se encuentra entre los temas más tocados en las radios nacionales (puesto número 11), según información del sello Universal Music.

Es además el cuarto videoclip que los penquistas graban para un tema del disco, ya que hace algunas semanas presentaron el clip promocional de la canción Santiago de Chile, utilizada como tema central de la serie de TVN Los archivos del cardenal.

Este nuevo video aparece un mes antes de que el quinteto regrese a Chile para iniciar una gira por diversas ciudades, para celebrar sus diez años de vida como agrupación. El tour incluye fechas en en el Festival de la Patagonia de Punta Arenas (27 de agosto), en Concepción (4 de septiembre) y en Talca (8 de septiembre), entre otras, además de un recital en el teatro Caupolicán de Santiago agendado para el 1 de septiembre.

Las entradas para éste último show se venden a través del sistema Feriaticket, a $25.000 el palco, $15.000 cancha, $12.000 platea baja y $10.000 platea alta.



Ángel para un final from Los Bunkers on Vimeo.

viernes, julio 29, 2011

La nueva fuerza musical femenina

Wiken
Son la generación de recambio en Chile. Todas van en su primer disco y se hacen un espacio en un mundo predominantemente masculino. No son debutantes, pero sí primerizas en las grandes ligas. Tienen canciones en las radios y se saben diferentes. Lo fundamental: su hambre de gloria. María Colores, Carolina Nissen, Natalia Contesse, Evelyn Cornejo, Elena Venechi y Soledad del Río son la nueva savia de la música chilena.

Emilio Contreras

Dicen que no hay nada más peligroso que un grupo de mujeres con rabia.

Seis compositoras chilenas están hablando de música en una mesa rodeada de retratos de hombres, excepto uno solitario de Gabriela Mistral que mira atenta desde la pared. Una de ellas dispara: "Estoy harta de que los hombres dominen todo".

María Colores (29), Carolina Nissen (35), Natalia Contesse (33), Evelyn Cornejo (30), Elena Venechi (25) y Soledad del Río (29), seis músicos, seis cantantes, seis mujeres, reflexionan sobre el año más vertiginoso de sus carreras. En marzo supieron que serían parte de la nueva camada de artistas del Sello Azul, y desde entonces el trabajo ha sido intenso. Entrevistas, reuniones, grabaciones de videos, conciertos, viajes, los primeros autógrafos, los primeros fans, los primeros psicópatas y una larga lista de primeras veces se ha sucedido en menos de 150 días y a una velocidad que todavía las sorprende: "El otro día vi que en Facebook un tipo tenía en su foto de perfil un primer plano de mis pechugas... Lo eliminé al tiro. Ni ahí con ese rollo", dice Soledad del Río, vocalista y frontwoman de La Guacha, la única de las seis que encabeza una banda.

Además de la femineidad, a todas las une el momento que viven hoy: ya lanzaron su primer disco, tienen un single sonando en la radio, un video rotando en la TV e internet, sus nombres se repiten en el circuito de tocatas capitalino, y ya reciben los primeros y tímidos regalos de camarín después de romper uno que otro corazón tras sus presentaciones.

Las une también el ser protagonistas del resurgir de las mujeres en la música chilena: la presencia definitiva de compositoras en un medio históricamente marcado por hombres. De 12 proyectos que el Sello Azul escogió para su promoción 2011, seis son liderados por mujeres y no precisamente por azar. Todas son autoras. Todas son instrumentistas. Ninguna debutante.

Cuando tratan de enumerar sus referentes femeninos en la música local, ninguna lo hace con fluidez y sin repetir nombres. Y todas, luego de un largo diálogo a seis voces y al mismo tiempo, llegan a una sola conclusión:

-Eso estamos haciendo ahora nosotras: creando los referentes femeninos en la música chilena -dicen.

 
OVEJAS NEGRAS.
Natalia Contesse y Evelyn Cornejo son madres. La primera emigró de Santiago a los 19 rumbo al norte, a la II Región, con un hijo en brazos y una guitarra regalada al hombro. Allí trabajó en el campo y en ferias, en oficios que aprendió para subsistir. Tocó canciones, pasó la mano y recibió monedas. Ahí hizo suyo el repertorio latinoamericano que más tarde la definiría como artista. Viajó por Sudamérica participando en ceremonias de luna llena y de tabaco, siempre con su hijo. Integró agrupaciones de folklore. Estudió la historia y significado de la guitarra campesina. Se atrevió a componer canciones. Un día decidió probarse en un sello.

Evelyn, en cambio, se crió en el sur, en el Maule, en pleno campo, bajo la mirada de un padre machista que quería lo obvio: una hija casada, con hijos, en la casa, con un esposo amable y una familia tradicional. Comenzó tocando canciones de Fiskales Ad Hok, Los Prisioneros y Violeta Parra. Participó en festivales sureños. Se afianzó en su guitarra y su discurso. Escribió canciones en contra de Celco al mismo tiempo que cambiaba los pañales de su hija. Cuando su padre supo que ella quería ser compositora, el apoyo fue imposible. Evelyn marchó a Santiago a buscar suerte. A intentar que un sello chileno la integrara a sus filas.
 
-Imagínate lo que pensó cuando le dije que quería cantar. No estaba ni ahí con lo que estaba haciendo. Me vine del Maule a Santiago y he ido como una vez a verlo. Él no cacha lo que me ha pasado acá. No sabe de mi disco, que doy entrevistas, que estoy empezando una carrera a nivel nacional -dice Evelyn.

Cada dos años, el Sello Azul (propiedad de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor) realiza una convocatoria para la promoción de la música independiente. Entre octubre y diciembre de 2010, 450 proyectos postularon al concurso. El requisito mínimo: mandar un demo de 7 canciones originales. Los preseleccionados fueron a una audición en vivo ante un jurado especializado. Al final doce bandas y solistas firmaron el contrato, el que incluye la edición de un disco, un videoclip, la promoción y marketing de su música en medios de comunicación, y el patrocinio de sus presentaciones.
 
De las 5 solistas que ganaron el concurso, la más aventajada en edad es Carolina Nissen: valdiviana y profesora de música de la Universidad Austral, que hasta hace pocos meses ejercía su profesión en un colegio de Santiago. "Me era imposible hacer las dos cosas a la vez, así que renuncié. Ser profesora es súper sacrificado. Hay que tener vocación y yo no la tenía", dice Nissen.

Algo de eso existe en algunas de sus canciones como "Siempre igual", incluida en su primer disco homónimo reeditado hoy por el Sello Azul, donde habla de la monotonía y el encierro.

Parecido sentía Elena Venechi, el nombre artístico de Isber Rendiles, la más joven de las seis compositoras. También estudió pedagogía en música, en la Universidad Católica, y también se decepcionó en el camino. Nacida en Venezuela, llegó a Chile a los 11 años a iniciar su propia búsqueda. Cantó en coros cristianos y fue parte del programa "Rojo". Estudió danza, se lesionó el tobillo. Nunca fue buena para estar quieta y a ese atributo le saca partido hoy.
 
-Aquí te ayudan con publicidad y marketing a full. Pero al final del día tú tienes que moverte. No te regalan nada. A pesar de que estamos en el sello, esto también se trata de autogestionar cosas todo el tiempo -dice Elena.

FIESTA Y COLORES.
 La sala SCD Bellavista está casi repleta. Madres con hijas, parejas de pololos, hombres mayores en abrigos de otoño. Todos están sentados a la espera del inicio de la función: hoy María Colores (María Magdalena Ortiz) y La Guacha tocan en vivo en el ciclo descubrelos.cl, iniciativa de la SCD para promover a los músicos del catálogo 2011, en el mismo escenario donde meses atrás audicionaron para firmar en el Sello Azul. En el público están Elena Venechi y Natalia Contesse.
 
María Colores entra a escena. Agradece, invoca la buena energía, dice que inundará la sala de colores. Horas antes diría que en su vida no escucha demasiada música, que le bastó con aprender acordes para expresarse, que el arte es lo más importante de un país, que la amistad con Chinoy la marcó muchísimo, que se ve en un tiempo más viajando por el mundo con una fundación, ayudando a cambiar las cosas.

Aplausos. Con dos músicos a su espalda, canciones optimistas, letras de amor y una voz nítida rompe el hielo inicial y promete que todos nos iremos de aquí más contentos.

Termina su show haciendo un cover de Bob Marley y tocando "Llamadas perdidas": su primera canción en radios tras varios proyectos musicales. Se va del escenario riéndose, como fue la tónica de toda su presentación. Los colores se van con María.

Una orquesta de seis músicos irrumpe en el escenario. Y antes de que las luces bajen, comienzan a sonar los acordes de "Virgen", una diablada nortina con matices de rock que sirve de telón para la entrada de Soledad del Río, con un pito en la boca y pistolas de burbujas. Luego bailará con un aro en la cintura. Y después venderá discos entre el público cuando el show esté por acabar. Esa noche vende ocho discos. A $5000 cada uno.
 
-La gente cree que esto no es un trabajo, que es un hobby. Creen que uno vive de aire. Esta es una pega como cualquier otra -dice Soledad.

Un cover de la orquesta Huambaly, una lambada y canciones de su primer disco "Virgen" animan el concierto. Se van entre aplausos, silbidos y una fiesta que se niega a terminar. Entremedio hubo boleros y soliloquios de Soledad. También una petaca de alcohol que simuló beber antes de entonar "Rancherita pa la mamita", el single e himno más pegajoso de la banda y que se encamina a ser un nuevo clásico bailable.

La sesión finaliza. El público se retira. Y la promesa se cumple: todos se van más contentos de cómo llegaron.

COMPAÑERAS DE CURSO.
Dicen que no son amigas de fin de semana, pero que se quieren como compañeras de curso. Los viajes y proyectos en conjunto han servido para eso. Como el ciclo de música en vivo que en las estaciones del metro brindan a los transeúntes. En junio, Natalia Contesse inauguró "Música de Estación": 192 presentaciones en vivo desde el metro subterráneo que hoy, 28 de julio, se coronará con un concierto colectivo, de las seis en un vagón completo, decorado con las carátulas de sus álbumes y que recorrerá la línea 1 por completo.

-Somos parte de un fenómeno en la música chilena y lo sabemos. Hay una apertura. Estamos dentro de eso. Y también en el nuevo rumbo de la escena local, con reconocimientos extranjeros -dice Soledad.
- Deberíamos hacer un concierto juntas, ¿qué les parece? -propone Carolina Nissen.
- Sí, hay que hacerlo, pongamos altiro una fecha -responde María Colores.

Las seis comulgan con estilos musicales distintos que a veces se mimetizan con los rasgos de su personalidad. Mientras Carolina es recatada y sumisa, Soledad es apasionada y provocadora. Mientras Natalia es crítica y metódica, María es apacible y relajada. Y mientras Evelyn es rabiosa y evasiva, Elena es estática y ajena.

Pero los estilos no importan al final del día cuando deben tomar rumbos distintos. Soledad dice que está atrasada y debe irse. Todas se levantan de la mesa para seguir con sus convulsionadas vidas. Lo hacen al unísono, como cuando tocan la campana del colegio y hay que ir a casa.
Soledad sale corriendo.

Las cinco le desean suerte.

Los discos de estas seis cantantes están disponibles en musicachilena.cl, portaldisc.cl ($5.500) y en Feriamix ($8.490).

Próximos pasos
La banda de Soledad, La Guacha, será una de las protagonistas del "Carnaval de la Cumbia", una cumbre tropical que se llevará a cabo en el Movistar Arena el 20 de agosto, mientras Natalia Contesse teloneará a Santiago del Nuevo Extremo en el GAM el 6 de agosto. Carolina Nissen acaba de colaborar en una canción del nuevo disco de Denisse Malebrán, al mismo tiempo que Evelyn Cornejo y María Colores acaban de confirmar sus actuaciones en "Rock Carnaza", el tradicional ciclo de música acústica de las Escuelas de Rock.
Emilio Contreras.

 

En el Teatro Universidad de Chile: Luis Orlandini y David del Pino con la Sinfónica

El Mercurio

Juntos interpretarán "Concierto del Sur" de Manuel Ponce. El programa de hoy y mañana incluye la Suite de "El Caballero de la Rosa" de Strauss.

Romina de la Sotta Donoso

Este fin de semana, David del Pino Klinge tendrá el corazón dividido entre el carácter germano y el hispano-latino. Hoy y mañana dirigirá a la Orquesta Sinfónica de Chile en un programa que tiene dos caras: en la primera parte interpretarán la Suite de la postromántica ópera de Richard Strauss "El Caballero de la Rosa", más la Obertura de "Rosamunda" de Schubert.

La segunda parte abrirá con la Danza de "La Vida Breve" del español Manuel de Falla, la cual, según Del Pino, "en sus siete minutos de duración condensa todo lo que es esa ópera, es decir, folclor español, drama, violencia y romanticismo". Será seguida de "Concierto del Sur", del mexicano Manuel Ponce, con la actuación solista de Luis Orlandini.

Así vuelven a confabularse musicalmente el director y el guitarrista, quienes han actuado juntos en decenas de ocasiones, en Chile y el extranjero. La última vez fue hace cinco semanas, en Caracas, con el Concierto de Aranjuez (Rodrigo).

"Destaco la maestría de Del Pino; es muy raro encontrar un director que trabaje una obra tan minuciosamente, de manera que cada elemento se destaque y que cada pasaje funcione no sólo en forma correcta, sino también expresiva", comenta Orlandini. Respecto del emblemático "Concierto del Sur", indica que incluye rasgos de nuestro continente a través del folclor y la música indígena, y que "es uno de los conciertos fundacionales del formato de guitarra y orquesta en el siglo XX".

Ambos aplauden volver a trabajar con la Sinfónica. En el caso de Orlandini, tras siete años, y después de tres meses en el caso de Del Pino, quien volverá a dirigirla en diciembre, para la gira nacional que celebrará los 70 años de la orquesta. "Será simbólico", adelanta.
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Teatro U. de Chile . 19:30 horas, hoy y mañana. Desde $1.500 a $9.000.

jueves, julio 28, 2011

Músicos chilenos invitan a crear disco colectivo por internet



La Tercera

Integrantes de Sinergia y Chancho en Piedra son parte de Escena nacional, proyecto en el que compondrán canciones junto a músicos anónimos de todo Chile.
por Andrés del Real

Como "el primer movimiento de creación musical colectiva a través de internet", definen sus creadores a Escena nacional, el flamante e inédito proyecto que tiene como objetivo armar canciones vía internet, unificando creaciones tanto de artistas famosos como de músicos anónimos de todo Chile.

Por el momento, la inciativa ideada por Carolina Soto y Maximiliano Báez ya cuenta con tres músicos locales de renombre, quienes se encargarán de subir una base instrumental al sitio oficial del proyecto. Se trata del baterista de Sinergia, Bruno Godoy; el bajista de Chancho en Piedra, Felipe Ilabaca y el guitarrista Alejandro Silva.

A partir de entonces, personas de cualquier ciudad del país podrán subir su propio video con el intrumento que deseen y así ir construyendo la canción.

"Es una idea súper amplia, porque la canción que se va forjando no tiene límites. Yo puedo aportar con mi batería y un chico de Antofasgata grabar un bajo, por ejemplo, y así", cuenta Godoy, quien ya grabó una base de batería de dos minutos de duración.

Según detalla el baterista de Sinergia -quien oficia como uno de los "curadores" de Escena nacional- la iniciativa aún está en su fase inicial, pero asegura que uno de sus objetivos es "grabar un disco con las mejores canciones que vayan saliendo en base a los aportes, las que además pasarán por una etapa de producción musical".

"La idea es grabar unas cinco o seis canciones y de ahí sacar lo mejor, para hacer un disco con la primera escena nacional hecha en la plataforma internet, con músicos que ni siquiera se conocen", agrega Godoy.

Y aunque el álbum -que esperan lanzar en el corto plazo- contará con una completa plataforma de promoción y distribución, Godoy explica que el propósito principal del proyecto es poder ir formando una comunidad online con músicos de diversos rincones que pueda perdurar en el tiempo, algo que según el baterista "le hace falta a la escena musical chilena".

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Rimas y versos: La veta poética del rap

 

El Mercurio

Música y poesía Antologías de canciones y libros abren el debate en Estados Unidos

El Domingo se presentó por primera vez en nuestro país Public Enemy, uno de los grupos fundamentales del movimiento hip-hop. Por encima de los prejuicios, esta cultura urbana está ganando un espacio en los círculos académicos de Estados Unidos, donde el rap es considerado una expresión poética cada vez más legitimada. El debate se ha dado tanto en las aulas como en los medios de comunicación.

Evelyn Erlij y David Ponce

En diciembre pasado, el periodista y crítico de música estadounidense Kelefa Sanneh publicó en la prestigiosa revista The New Yorker un artículo sobre el lenguaje del hip-hop, a raíz de la publicación del libro "Decoded", donde la celebridad del rap Jay-Z reunía los textos de sus canciones, muchas de ellas grandes hits en el mundo. Más allá del aspecto autobiográfico del volumen, la discusión se centraba en los rasgos poéticos de sus rimas. "Las letras de hip-hop -no sólo las mías, sino las de cualquier gran MC- son poesía si se les mira suficientemente de cerca", escribió el cantante en su compilación, que llegó al número 3 de los libros de no ficción más vendidos en Estados Unidos.

El texto fue destacado en medios como The New York Times, donde se subrayó la rica naturaleza metafórica de las rimas de Jay-Z. Pero los comentarios sobre el artículo del New Yorker, donde se vinculaba al rap con la poesía, no tardaron en llegar. "El esfuerzo del rap de ser considerado parte del canon poético recuerda el deseo de respetabilidad del mundo del jazz 80 años atrás -escribió un lector en la sección de cartas al director-. Pero el rap, como el jazz, que usa la armonía clásica de Occidente con muy distintas intenciones y valores, debería ser considerado en sus propios términos".

"La discusión del New Yorker alude a dos puntos. Por una parte, tiene que ver con la absurda pero insistente distinción entre alta y baja cultura, donde se supone que aquella poesía que no proviene de los circuitos tradicionales sería de menor calidad, y precisamente aquí lo que se busca es ponerla de relieve e incluirla dentro del canon -explica Felipe Cussen, poeta, músico e investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Usach-. Por otra parte, el rap representa una preocupación muy evidente por los aspectos rítmicos del texto, que dentro de las prácticas contemporáneas ha sido generalmente olvidado".

La intención del rap de ser valorado como una expresión poética ha chocado constantemente con los prejuicios asociados a la cultura del hip-hop, como también con el tono furioso de sus letras, uno de sus sellos indiscutibles. En 1989, por ejemplo, dos raperos neoyorquinos hicieron historia al llamar racistas a dos íconos de la cultura popular, Elvis y John Wayne, y, de paso, convertir esa canción -titulada "Fight the power"- en uno de los hits más populares e influyentes de la historia del rap. Public Enemy es el nombre de esta legendaria agrupación, que hoy domingo se presenta en Chile, en el Teatro Caupolicán.

Pero para Chuck D, uno de los líderes del grupo, la rebeldía y la insolencia no son un impedimento para encontrar poesía en rap. "Cada gran literatura merece una gran antología. El rap finalmente tiene la propia", escribió en el epílogo de "The Anthology Of Rap", un libro de 800 páginas publicado el año pasado por la editorial Yale University Press y editado por Adam Bradley y Andrew DuBois, profesores de literatura de las universidades de Colorado y de Toronto, respectivamente.

Un Nobel rapero

La reacción negativa de algunos lectores del New Yorker frente al artículo de Sanneh también refleja parte del pensamiento que existe en la academia respecto de los vínculos de la poesía con el rap, a pesar de que la corriente de los Estudios Culturales lleva décadas analizando fenómenos populares con parámetros literarios.

"Pero tenemos algunos aliados inesperados", dice Bradley desde Estados Unidos, recordando un encuentro que tuvo hace unos años con Seamus Heaney, el poeta irlandés y premio Nobel: "Después de un par de tragos llegamos a hablar del rap , y comenzó a decir cuánto admiraba las habilidades poéticas de Jay-Z y Eminem. Incluso prometí hacerle un disco para presentarle nuevos artistas", cuenta. Según el académico, algunos de los nombres en la historia de esta música que pueden ser considerados como poetas son los fallecidos Tupac y The Notorious B.I.G., además de Rakim, Jay-Z, Melle Mel, Lauryn Hill y Eminem.

Los vínculos entre música y poesía son tempranos, y tienen su origen en la época de los antiguos griegos y de los narradores de poemas de África Occidental, llamados griots . "Siempre ha habido una sensibilidad musical hacia la poesía, sea oral o escrita. El rap no es diferente, es poesía y canción. Una letra de Jay-Z y una de Lorca son obviamente diferentes, pero no son más diferentes que, por ejemplo, la misma de Lorca y un poema de un poeta beat como Ferlinghetti. Todo está en la familia poética", dice Bradley.

El autor, que con anterioridad había escrito el libro "Book of Rhymes: The poetics of Hip-Hop" (2009), es uno de los académicos estadounidenses que han llevado lo que llama "la profundidad poética del rap" a las aulas universitarias. "La gente usualmente pasa por alto la influencia transformadora que ha tenido el rap en el lenguaje -comenta-. Medios estadounidenses como CNN han preguntado 'Hip-hop: ¿arte o veneno?'. El nivel de ignorancia es sorprendente. Esta antología llama a una revolución en la conciencia para que los fanáticos y no fanáticos del rap sean más conscientes del valor estético y, por consecuencia, de la riqueza poética que el rap tiene para ofrecer".

Para Andrew DuBois, coeditor del libro, la conexión entre el rap y la poesía es evidente. "Ambos involucran concisión lingüística, densidad sonora, una alta frecuencia de tropos retóricos y lenguaje figurativo; un interés en las formas verbales y un énfasis en la musicalidad del discurso", explica.

Hip-hop, décima y paya

Chile es un país donde el rap -entendido como la voz de la cultura hip-hop- ha penetrado con fuerza desde mediados de los 80, con bandas como De Kiruza, Panteras Negras, La Pozze Latina y Tiro de Gracia. Sin embargo, se trata de un tema que todavía no ha sido suficientemente estudiado en el ámbito académico. "El rap, al ser una expresión verbal, necesariamente pasa a formar parte de la literatura. El hecho de que su soporte no sea una hoja de papel, sino que aparezca oralmente, no significa una separación radical del resto de la poesía", opina Felipe Cussen.

"A mí me parece un género muy afín a la poesía por la manera en que se apoya en el ritmo de las palabras; además, tiene muchos parientes literarios como la décima y la paya", dice el poeta chileno Julio Carrasco, autor de los libros "Sumatra" (2005) y "Despedidas antárticas" (2006), e integrante del grupo musical Los Muebles. "Hay ahí un lenguaje de la urgencia, una especie de lírica que está de espaldas a la tradición y que se arma con los restos de un habla popular -agrega el escritor Álvaro Bisama-. En cierto modo, se trata de la verdadera antipoesía, de la verdadera antinovela, de una lengua criada in situ, en la esquina".

Lalo Meneses, integrante y fundador Panteras Negras, el primer grupo de rap chileno, compartirá escenario este domingo con Public Enemy en Santiago, y reconoce a esa banda como una de sus más tempranas influencias, junto a N.W.A. (Niggaz With Attitude). "El rap es poesía urbana de vanguardia -define-. Y tiene formas y elementos únicos: se canta, se apoya, se contesta como una ceremonia, el público es parte, lo haces rápido, lento, cuentas historias, das mensajes, enseñas, ofendes, improvisas, alteras la poesía, todo mezclado con la calle y su lenguaje".

Y nuevas generaciones de raperos han proliferado en los últimos años en Chile. Uno de ellos es Mantoi, también conocido como Nosecuenta, quien se refiere a estos nuevos frentes. "De raperos que tengan una relación cercana con la poesía, destacaría nombres como Mente Sabia, Movimiento Original, Gran Rah, Yntro, Cevladé. Creo que ambas expresiones están un poco disociadas, quizá por diferencias generacionales, quizá porque a los raperos no les interesa. Lo cierto es que siendo dos maneras artísticas tan parecidas, tiene sentido pensar que deberían relacionarse más. De hecho, me parece importante que lo hagan, para el desarrollo de ambas".

Históricamente, el rap ha recibido críticas por sus alusiones a la violencia, la misoginia, la homofobia y el culto a los excesos propios del star-system , aunque para Cussen ese no es el enfoque apropiado. "Las críticas al rap por su contenido políticamente incorrecto me parecen erradas, como cualquier crítica que se haga a una forma artística basada en su contenido. En el arte, a mi juicio, lo importante es siempre la forma", dice el académico y poeta.

"Si excluyéramos cada novela, poema u obra que tenga algo repugnante o censurable, nos quedaría muy poco para leer -coincide Bradley-. No habría Shakespeare, Chaucer, Hemingway o Toni Morrison. ¡Estaríamos leyendo libros infantiles! Editando la antología me llamó la atención no la cantidad de misoginia y de violencia que vi, sino que lo poco que encontré comparado a lo que esperaba". Para el antologador estadounidense, el rap es mucho más que la suma de sus ofensas.

Concierto de percusión: presentan obras de Víctor Jara y Violeta Parra en Valparaíso



UCV

El Ensamble de Percusión de la PUCV, dirigido por el profesor José Díaz, se presentará el viernes 29 de julio, a las 21:00 horas en el Centro de Gestión del Turismo, Patrimonio y Cultura en Valparaíso (Blanco 997, Valparaíso).

El repertorio de la agrupación incluirá obras de George Gershwin, John Cage, Víctor Jara y Violeta Parra, entre otros.
El evento se enmarca en la celebración de los 40 años del Instituto de Música (IMUS) de la PUCV y fue organizada por la Casa Estudios en colaboración con el DUOC UC.

La entrada es liberada. Las invitaciones deben ser retiradas en el lugar del concierto.

El Ensamble de Percusión, perteneciente a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, fue creado por el profesor José Díaz, en 2004.

Desde sus inicios esta agrupación ha sido un espacio para que los alumnos del Conservatorio e Instituto de Música pongan en práctica sus conocimientos en el ámbito de la interpretación.

Sus integrantes son invitados permanentemente al Festival de Música Contemporánea Darwin Vargas que organiza el IMUS y al Encuentro Sonoro Tsunami, así como a distintas regiones del país. El grupo está integrado por Ronny Mancilla, Daniel Aros, Francisco Peña y su director, José Díaz.

El 2009 grabaron obras del compositor chileno Guillermo Rifo para el programa de televisión Pentagrama Musical, en su segunda temporada.

Por Verónica Muñoz/M.P.E.
Dirección General de Vinculacíón con el Medio.

Segunda versión de "Por la Fuerza de la Razón" reunirá a Inti "Histórico", Los Jaivas y Los Tres

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Cooperativa

La segunda versión del concierto "Por la Fuerza de la Razón" volverá a reunir Inti Illimani "Histórico" y Los Tres, pero además tendrá sobre el escenario al grupo Los Jaivas.
El festejo, que se realizará este 10 de septiembre en el Movistar Arena, y que tendrá las entradas a la venta a través del sistema Ticketmaster, celebrará en esta oportunidad los 30 años del El Diario de Cooperativa.
En septiembre de 2010 se realizó la primera versión del festejo musical, con la que se celebraron los 75 años de Radio Cooperativa.
En aquella oportunidad Inti Illimani "Histórico", Quilapayún y Los Tres realizaron espectáculos individuales y además tocaron en conjunto, en un marco de público que repletó el recinto del Parque O'Higgins.

Horacio Salinas: Hay un clamor nacional por pasar de las palabras a los hechos

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Cooperativa

El músico de Inti Illimani "Histórico" será parte de "Por la Fuerza de la Razón".
Aseguró que el espectáculo solidarizará con el "ventarrón" que han inaugurado los estudiantes.

El músico Horacio Salinas, quien el próximo 10 de septiembre estará junto a Inti Illimani "Histórico" en el concierto "Por la Fuerza de la Razón", aseguró que "existe un clamor nacional porque pasemos de las palabras a los hechos cuando hablamos de este Chile que todos queremos".

"Todos queremos a Chile, sin duda, pero todos lo queremos más justo, más libertario y con más posibilidades reales para todos", dijo el músico a Cooperativa.

El artista añadió que "toda nuestra solidaridad va hacía este ventarrón tremendamente saludable que han inaugurado los estudiantes, los profesores, los universitarios y yo creo que se está cerrando una parte, una página de la historia de Chile, tal vez la página más triste, más desigual".

Sobre el show, donde compartirán con Los Jaivas y Los Tres, adelantó que "va a ser un concierto bastante en la tónica de apoyar y entregar toda nuestra música para que las cosas verdaderamente cambien".
"Participar de las festividades que tiene esta radio democrática, esta radio tan importante en la historia de Chile de alguna manera nos honra. Hemos sentido siempre muy cercana a Radio Cooperativa, por lo menos en los últimos 30 años que son los que celebran ustedes como Diario de Cooperativa", añadió.

Salinas declaró que "juntarnos con amigos como son Los Tres, como son Los Jaivas es juntar un buen pedazo de música chilena, una parte de la historia de estos últimos 40 años".

"Es un encuentro donde seguramente vamos a desplegar mucha energía, mucha música, mucha entrega, no solo de por medio está la amistad, sino también un gusto por la música, por la música chilena que hoy día está viviendo momentos bastante gloriosos", aseguró.

martes, julio 26, 2011

Juan Pablo Izquierdo recargado

<b>Hay una continuidad asombrosa</b> entre la Suite de 'Pulcinella' y el Concierto Brandemburgués N° 3, dice Izquierdo.



El Mercurio

El músico conduce hoy a la Orquesta de Cámara de Chile en el Concierto Brandemburgués N° 3 de Bach, y en obras de Stravinsky y Beethoven, como parte de la Temporada de Fundación Beethoven.

Maureen Lennon Zaninovic

Después de la aclamada gira que ofreció la Orquesta de Cámara de Chile por el Río de la Plata, su director titular, Juan Pablo Izquierdo, comenta que el ritmo de trabajo no ha decaído. Todo lo contrario.

"Tras el extraordinario viaje que hicimos por Argentina y Uruguay, nos ofrecieron de inmediato realizar otra gira en diciembre, con todos los gastos pagados. La rechazamos porque este año ya está completo. No podemos inventar más días", dice.

Los números lo avalan: "Estamos ofreciendo cinco conciertos gratuitos en una semana. ¡Es maravilloso! El Consejo de la Cultura nos ha pedido insistentemente que captemos nuevas audiencias y en ese espíritu nos hemos presentado en lugares fantásticos y tan disímiles como La Granja o San Joaquín".

Sin duda uno de los puntos altos de esta orquesta fue la reciente presentación en el Teatro Colón de Buenos Aires, con el pianista Horacio Lavandera. "Recibimos críticas realmente increíbles. Salir de Chile nos hizo muy bien porque no sólo fortaleció la confraternidad entre nuestros 35 integrantes, sino que también reforzó el muy buen nivel en que nos encontramos", comenta Izquierdo.

Aclara que "la misma prolijidad que pusimos en ese coliseo trasandino también está muy presente en las giras que realizamos por comunas periféricas. Para nosotros el público es el mismo y nos emociona y es todo un desafío poder llevar la música chilena o piezas contemporáneas a lugares poco habituados con este repertorio".

El sueño de la casa propia

Esta semana es una prueba fehaciente de esta intensidad laboral (ver recuadro). Hoy, a las 19:30 horas, la Orquesta de Cámara de Chile se presentará en el Teatro Municipal de Las Condes, como parte de la 40° Temporada Internacional de Conciertos Fernando Rosas que organiza la Fundación Beethoven. El programa incluye el Concierto Brandemburgués N° 3, de Bach; la Suite del ballet "Pulcinella", de Stravinsky, y la Sinfonía "Eroica", de Beethoven.

"El Brandemburgués N° 3 es una obra absolutamente genial y requiere un número importante de solistas: tres violines, tres violas, tres cellos , un bajo y un clavecín. Acá todos los instrumentos se lucen. Por otro lado, incluir la Suite de 'Pulcinella' me parece una decisión muy acertada. Se trata de una pieza que refleja la vuelta de Stravinsky al clasicismo, a la música barroca y, especialmente, a Bach. Es un retorno muy significativo, pero desde una mirada más contemporánea. Y hay más puntos en común, porque algunos motivos de 'Pulcinella' nos remiten al concierto N° 3. Hay una continuidad asombrosa entre ambas creaciones".

Y sobre la Sinfonía "Eroica" puntualiza que es una suerte de "homenaje" a la gira que realizaron por el Río de la Plata. "Como la abordamos con gran éxito en esos países, quisimos repetir esa experiencia en Chile".

Tras este auspicioso momento del conjunto, Izquierdo sigue soñando con una casa propia: "Está el interés del Consejo de la Cultura y de la propia municipalidad para que tengamos como lugar de residencia al Teatro Municipal de Ñuñoa (ex California). No creo que el cambio sea muy pronto, pero es un anhelo que está bien encaminado. Requiere algunas refacciones, pero es perfecto para nuestros requerimientos".

PROGRAMARSE
A las 19:30 horas de hoy, en el Teatro Municipal de las Condes (Apoquindo 3.300). Adhesión voluntaria.


La semana

El programa de hoy lo repetirán mañana a las 20:00 horas, en la Parroquia Santa Elena de Las Condes. El viernes, a la obra de Bach, se sumarán Tres Cantos de "Cantos al Amor y a la Muerte" Op. 8

y "Es de Día, Dadme ese laúd, Voy a hacer un viaje", de Carlos Botto, y la Sinfonía "Pastoral" de Beethoven (Teatro Municipal de Ñuñoa, 19:45 horas).

El sábado, volverán a ejecutar a Bach y a Stravinsky, con la Sinfonía "Pastoral" de Beethoven (Museo de Bellas Artes, 18:00 horas). Todo gratis.

lunes, julio 25, 2011

Margot Loyola:”Lo que piden nuestros alumnos es totalmente justo”




Academia Margot Loyola

Si existe una voz autorizada para referirse a un tema tan contingente como es la protesta masiva por parte del alumnado chileno, tanto medio como universitario, es precisamente la maestra Margot Loyola. Docente por casi treinta años en la Universidad Católica de Valparaíso, nunca se ha apartado de sus alumnos, quienes aún siguen visitándoles para ser orientados o corregidos en materias específicas o tésis de grado; es por ello, sabedores también de su siempre inquetud por los sufrires de la gente de su patria, que quisímos conversar con nuestra distinguida directora, para escuchar de sus labios este momento tan crítico que viven tantos estudiantes chilenos…esto fue lo que nos dijo.

Buenas tardes maestra, ¿qué siente al ver a casi todo un país estudiantil paralizado, en busca de soluciones concretas para la educación chilena?

“¡Uf mijito!, que quiere que le diga. He estado muy preocupada por nuestros alumnos, al igual que mi esposo quien aún imparte clases en la universidad”.

¿Siente que es una lucha necesaria?

“Lo que ellos están solicitando es totalmente justo. Fíjese que hemos conversado harto este tema con mi esposo, y nos extraña que se hayan demorado tanto en reaccionar; claro que esto se estaba incubando desde hace años, se venía venir la paralización de los chiquillos”.

¿Cómo solucionamos el problema de la pérdida de clases?

“Que quiere que le diga, obviamente no me gusta que pierdan clases; me angustia todo esto que está pasando con ellos, pero resulta que si no apoyan todo esto, la causa y sus peticiones se van a las pailas poh mijito”.

O sea, ¿usted está también por una educación gratis?

“Fíjese que cuando nosotros estudiábamos, la educación era totalmente gratis en Chile, así es que yo al igual que muchos, crecímos con esta mentalidad…pero si solo pagábamos la matricula y nada más. Por ejemplo, las escuelas normales nunca debieron terminar, allí se enseñaba una educación integral tan buena, que se traspasaba sin problemas al alumno, y todo gratis; aún recuerdo esa frase linda el Presidente Pedro Aguirre Cerda que decía: “Gobernar es educar”…como han cambiado los tiempos”.

¿Qué les diría a todos esos alumnos que están luchando por una educación gratuita?

“Felicitarles por todo lo que están haciendo por ellos mismos y por los que vendrán; que aunque se ha sabido que siempre hay infiltrados, delincuentes que nuncan faltan, que se cuiden mucho por que en verdad me tienen muy angustiada estos cabros mijito; les mando un gran abrazo y este corazón de mujer maulina siempre preocupada por su gente”. Nos dice al terminar con esos ojos llorosos de la emoción, y no podía ser de otra manera viniendo de esta doña del folclor quien siempre ha estado muy atenta a todo lo que le pasa a la gente de su patria, una cantora de tomo y lomo que jamás cantará al lado de la injusticia.

Julio Fernando San Martín

domingo, julio 24, 2011

Pascuala Ilabaca: "A la SCD no les gusta mi sonido, quieren que tenga uno más pop"

Pascuala Ilabaca en el Festival desFOLCa't de Calaf, su primer concierto en Europa. © Xavier Pintanel


Cancioneros.com

Proseguimos con la segunda y última parte de nuestra entrevista a la trovadora chilena Pascuala Ilabaca en la que nos habla de la Industria Musical chilena y de cómo se ha gestado su gira europea.

¿Es costoso tocar en salas en Chile?

Depende. En mi caso, la mayoría de mis conciertos son gratuitos para la gente y pagados por instituciones. Por ejemplo con la Universidad para Obreros y Campesinos (DUOC) tengo 12 conciertos firmados. Se trata de una parte de la PUC que se arma para hacer carreras técnicas para gente que no tiene dinero y que quiere trabajar. Ellos tienen infraestructura, muchos teatros. Han hecho salas de calidad en cada una de sus sedes. Uno de ellos es el nuevo teatro Gabriela Mistral de Santiago. A mí me gusta este tipo de convenios porque puedo invitar a toda la gente que les gusta mi música sin restricciones y encima me pagan. Así es como más o menos estoy trabajando. Me buscan las salas. Casi siempre hago conciertos gratuitos, no los produzco. Toco donde me piden. Y así tengo la suerte de vivir de la música y puedo mantener a toda esa familia que es mi banda. Sinceramente, cuando produzco un concierto, es porque quiero estar en un lugar, pero tengo muy claro que estos conciertos no me darán ganancias.

¿Ocurre lo mismo en Santiago que en Valparaíso?

No. Cuando voy a Santiago tengo que ser yo la que pida la sala de la SCD por hacer un concierto allá. Debo pagar el aval y esperar que venga público que pague su entrada. Santiago es el vivo ejemplo de lo que te comentaba antes: no voy por dinero sino por estar vigente en los espacios.


¿Tienes manager?¿En Chile hay buenos profesionales?

No tengo manager. No confío en los que hay. Creo que son personas que hacen mal las cosas y yo he podido —hasta el momento— hacer ordenadamente las cosas. ¡Necesito un manager a toda cancha, pero no lo encuentro! También porque en Valparaíso no existen productoras, sólo están en Santiago y no me gusta como se están haciendo las cosas allá. Cuando gané el Festival del Huaso me llamaron del sello Oveja Negra: “¡Bienvenida a nuestra casa, ahora eres parte de nuestra familia!” pero no me he comprometido.

Siempre te has mantenido a margen de la SCD ¿Por qué?

Porque no les gusta mi sonido, quieren que tenga uno más pop. Me cambiarían.

¿Pero puedes existir como artista al margen de la SCD?

En el sentido de la distribución, sí. La única distribuidora en Chile es Feria Mix (Feria del Disco). Es un monopolio. Son los únicos que tienen distribución nacional y tienen un acuerdo con Oveja Negra para ayudar a los sellos independientes. En el fondo es para controlarlos. Oveja Negra es el sello de la SCD. Si yo quisiera distribuir mi disco con Feria Mix, tendría que firmar un contrato con Oveja Negra y después con la Feria del Disco y después debería ser Michael Jackson para ganar un peso de mi disco.

¿Por qué tú nunca has entrado en este juego?

Porque me interesa vender mis discos para vivir de la música. La Camila, que vende muchos más discos que yo, y que se supone que es mucho más famosa, no tiene plata para vivir sola en una casa o para comprarse una guitarra nueva. Al Chinoy, por ejemplo, que fue un boom de venda de discos, no le han pagado todavía nada. Y hace dos años que lo sacó!

¿Y al Nano Stern también le pasa?

No. El Nano está en “La Clave”, una entidad que es como un doctor que trabaja como un cirujano por lo que hace la distribución. Ahora estoy hablando con ellos. Quizá cuando vuelva trabaje con ellos. Pero en el fondo, mi sistema, es como de alternatividad que se transforma en exclusividad. Y en ese sentido, igual funciona porque, por ejemplo, si quieres tener mi disco, vas al Kind of Blue en Santiago y lo puedes comprar igual o en Discomanía. En Valparaíso se vende en Mayra, que es de un argentino bien melómano, y en Ibens. El que busca siempre me encuentra.


En cambio tú tienes personalidad propia: tu trenza, tu maquillaje, tus pendientes, tus vestidos…Eso te da identidad y una estética personal tuya. Nadie te maneja, eres original y creo que esto vende mucho.

¿Sabes? ¡Mis pendientes son de las mamitas! La verdad es que no quiero que venga un señor de Santiago y me diga que me ponga a la moda…¡Que fome! ¡No! En Argentina, por ejemplo, el otro día fui y la gente estaba muy entregada, fui muy bien recibida como soy. Me sentía tan bien que pensaba qué sería de mí si hubiera nacido en el país vecino. En Chile siempre desean ponerte lentes de contacto y mandarte al gimnasio.

Sí, en Argentina pasa todo lo contrario que en Chile. En tu país nadie se enteró que habías ganado el Festival del Huaso por el discursito que Camila Moreno le dedicó al Presidente Piñeira ¿verdad?

Sí. Yo estaba con Manuel García y el Nano Stern, y gracias a este comentario no tuvimos prensa. Canté y gané pero como Camila dijo que “en este país hay gente que se la pude comprar” nos eliminaron la conferencia de prensa y no salió nada en el diario que había ganado el festival…

Hablando de prensa ¿Qué opinas de la de tu país?

Que está manejada y censurada. La SCD escoge y decide. Difunde grandes títulos desde Santiago que no tienen sentido en el resto del país. Valparaíso y Santiago son dos mundos culturalmente distintos. Valparaíso es muy under y alternativo, todo experimental y nada producido. Santiago es todo lo contrario. Estando aquí me ha llegado la noticia que una chilena que reside en Madrid acaba de ganar un premio de la música independiente: “Javiera Mena, la reina de España”. Pero en cambio, aquí en Barcelona, nadie la conoce. Veo que en el fondo pasa lo mismo con la prensa en Chile. El problema es que se escogen como periodistas a chicas muy guapas…


Nosotros desde CANCIONEROS.COM hemos tenido dificultades con las agencias de prensa chilenas que actúan como una muralla: “No me toques al artista”. Pero si no te toco al artista ¿cómo lo promociono? Si tú no me invitas al concierto ¿cómo voy a enviar a un periodista? Si tú no me mandas el disco ¿cómo voy a criticarlo? Si tú no me concedes una entrevista ¿cómo voy a saber lo que piensa el artista? ¿Qué opinas tú sobre las agencias de prensa chilenas?

El problema es que tienen una onda de exclusividad que no entiendo ¿Viste una nota de la Rolling Stone sobre las voces que cantaron en Valparaíso? La idea del artículo era poner la Fran Valenzuela, la Camila Moreno y yo en la portada, pero cuando más famoso eres, más difícil lo tienes en Chile. La Fran quería sacarse la foto con todas nosotras y no la dejaron. Ella tenía que ser portada en noviembre y aunque estábamos en febrero, no la dejaron. ¿Por qué no podía salir en enero con otras artistas y en noviembre en portada? En resumen, no pudimos hacerla con la Fran y buscaron a otras chicas que fueran tan famosas como nosotras. Finalmente salieron la María Perlita y la Rocío Peña. Por esta razón nunca me he casado con nadie en ese sentido de la producción porque te limitan muchísimo, te hacen ganar menos dinero y tampoco te aportan tanto. Lo mejor es andar sólo aunque, obviamente, sería mucho mejor que alguien me ayudara de verdad. Por eso tendría que tener a mi lado alguien de fuera pero que a la vez estuviera muy cerca. Alguien argentino, por ejemplo.

Pascuala Ilabaca con su grupo Fauna en el Festival desFOLCa't de Calaf, su primer concierto en Europa. © Xavier Pintanel
Pascuala Ilabaca con su grupo Fauna en el Festival desFOLCa't de Calaf, su primer concierto en Europa.
© Xavier Pintanel

La gira europea

En Europa ya tienes a alguien que te ayuda a promocionarte: Petit Indie. Ellos han organizado gran parte de tu gira europea ¿Cómo os habéis conocido?

Vieron el videoclip Lamenta la canela y me mandaron un correo. Nos presentamos y se ve que teníamos un amigo en común, Vicent Moon, ¡justo el chico que acababa de grabar el videoclip conmigo! y empezamos a armar ideas para poder venir.

(Vicenç/Petit Indie) Y se fue montando poco a poco. Ellos tenían muchas ganas de venir y nosotros de empezar. Primero tuvimos tiempo pero al final fue muy justo y por eso los conciertos han sido de formato pequeño.

(Pascuala) Además allá en Chile es invierno y queríamos calor y probar como se pueden hacer las cosas de manera distinta. En Chile he logrado un muy buen nivel de expansión a pesar de que no me ayuda nadie y quería probar como sería en otro lugar. Les comenté a Vicenç y a Salva de Petit Indie que había un concurso del Gobierno Chileno donde uno puede postular para que te paguen los pasajes y…lo ganamos! La verdad es que me han apoyado mucho el consejo de Cultura en mi último disco Diablo Rojo, Diablo Verde para venir acá. Casi a la vez me llegó una invitación desde Alemania para inaugurar la exposición “Tesoros de los Andes” en el Museo Alemán de la Minería. El concierto estaba muy bien pagado y entre una cosa y la otra decidimos que nos la debíamos jugar y armar todo.

¿Cómo conseguiste que te invitaran en Alemania?

No tengo idea! Estaba en México y me llegó la invitación. Me descubrieron por Internet y me lo ofrecieron. Lo bueno de este viaje es eso; conocer gente y venir el próximo año de nuevo a recoger los frutos. ¡Hay que tener paciencia! Por ejemplo, el Chico Trujillo, que no sé qué tan conocidos serán acá, igual es el sexto año que vienen.

Es lento porque hay mucha oferta, pero tú para nosotros eres algo “exótico” ya cantes canciones propias, de Violeta Parra o en Samadi. Aquí, en Europa, siempre te pueden encasillar dentro de la World Music. Además está tu original estética, el enfoque chileno desde una ciudad costera como es Valparaíso…

En cambio en Chile yo hablaba de Músicas del Mundo ¡y me preguntaban qué era eso!

¿Cuánta gente habéis trabajado para conseguir esta gira europea de 20 conciertos?

Pues Petit Indie ha conseguido 10, una amiga mía 2 de Samadi y yo 6 en Alemania. El 16 voy a ir a Francia. El 22 tocamos en Toulouse y un poco antes en Nîmes.

Esto es todo un éxito por ser tu primera vez!

(Vicenç) Yo creo que la clave de Pascuala está en su música. La gente que la ha escuchado, le ha gustado y la ha invitado a tocar. Creo que Pascuala empieza a tener una proyección en Chile, ha venido aquí con nosotros que estamos empezando y para ella es un volver a empezar desde cero. Pero la sensación que tengo es que este año ha venido a plantar semillas en Europa y el que viene recogerá unos merecidos frutos.

(Pascuala) Había un amigo chileno que después de tocar el otro día al “Cafè de les Delicíes” flipaba. ¡Me encanta utilizar este verbo nuevo para mí! Me preguntaba cómo me sentía, pues aquí tengo que contar quien soy. Nadie me conoce y nadie me va a pedir una canción…Pero a mí no me entristece porque cuando voy a la India o en México me pasa lo mismo. Y me gusta. Pero para él fue algo fuerte porque siempre me ha visto en Chile, en medio de la locura de los fans, firmando…y aquí me ve en un café con mi acordeoncito! Es como empezar un ciclo de 7 años otra vez, como cuando tocaba en la Feria de las Antigüedades/Pulgas. Pero eso es… bueno, me gusta. No me achata.

Pascuala Ilabaca y Maria Salicrú, autora de esta entrevista. © Vicenç Sabotatge/Petit Indie
Pascuala Ilabaca y Maria Salicrú, autora de esta entrevista.
© Vicenç Sabotatge/Petit Indie
Maria Salicrú-Maltas
Musicóloga

sábado, julio 23, 2011

Manuel García sacó a relucir todas sus facetas en su primer gran concierto

Manuel García sacó a relucir todas sus facetas en su primer gran concierto
Foto: Ciro Peralta, Emol
El cantautor cumplió con el desafío de repletar el Teatro Caupolicán, donde en tres horas de show se paseó por los distintos pasajes de su historia musical, mostrando qué significa ser un trovador en esta era.

Por Sebastián Cerda, Emol


SANTIAGO.- Es cierto que anotaba presentaciones en recintos de envergadura como el Teatro Oriente, y que multitudes ya lo habían visto en instancias como el Día de la Música o en recientes manifestaciones estudiantiles, pero lo de hoy igualmente tenía la patente de hito en la trayectoria de Manuel García.

El cantautor se había puesto la meta inicial de llenar por primera vez el Teatro Caupolicán sólo con su nombre en el cartel, y la superó: Más de 4 mil personas no dejaron asiento vacío en el recinto de calle San Diego, y se multiplicaron por varias más con un marcado entusiasmo.

Los siguientes desafíos, en tanto, estaban mucho menos escritos que el primero, pero también los superó, y con creces. En un concierto de varios tiempos y de tres horas de duración, el cantautor mostró cada una de sus múltiples facetas, desde el rockero de Mecánica Popular, hasta el artista global de esta década.

Puntualmente a las 21:00 horas, García abrió con un segmento "del corazón, de los enamorados", orientado al borde más romántico de su repertorio. Con aires de fusión latina y doce músicos en escena, el cantautor lanzó un primer bloque dedicado a su disco S/T (2010): "Queda lo que quema", "Vida mía" y "Alfil" despertaron de inmediato el coro en las tribunas, mientras "El reproche" motivó un masivo y curioso vaivén, al compás de su marcada cadencia.

"Tu ventana" en claves ska y la siempre conmovedora "Barcos de cristal", también formaron parte de este segmento, que García cerró de llamativa manera: Sentado en un antiguo tocador, concretó una maniobra tan íntima como afeitarse los bigotes frente a toda la asamblea.

La lectura puede ser clara: Esa apertura de puertas hacia sí mismo, era sólo la expresión gráfica de una apertura que sería también sonora, a través del segmento más acústico, intimista y trovadoresco de la noche. Casi siempre a solas con su guitarra, el cantautor desenfundó piezas como "Tanto creo en ti", "Nadie más que el sol" y "La pena vuela". Y mientras con "Pienso en ti", de Fernando Ubiergo, abrió la presencia de invitados, con "El ángel de la cuadra", de Chinoy, demostró que el cuerpo presente y los años de trayectoria no son estrictamente necesarios a la hora de homenajear.

Con "Pañuelí" y "Témpera", en tanto, el vestuario sería el de folclorista, mientras que con "Piedra negra" García tomaría la bandera de la canción de protesta, previa lectura de pancartas —que en su mayoría demandaban educación gratuita— y acompañado de imágenes de marchas y de figuras como el Presidente Piñera y la ex vocera Ena Von Baer, a quienes el público dedicó una remota y resonante pifia.

Un segmento dedicado a Mecánica Popular, la invitación a Gepe, y los recuerdos de Flor Motuda ("Brevemente gente"), Café Tacuba ("La locomotora"), y Los Bunkers más Silvio Rodríguez (con la versión de los penquistas para "El Necio"), coronaron una velada de caracteres y colores diversos, en la que el cantautor terminó de posicionarse como lo que hace rato ya es: Tenga en sus manos una guitarra eléctrica o una de palo, o esté pasando por períodos más experimentales o más folclóricos, Manuel García es el gran trovador chileno de este tiempo. Un tipo que esparce historias y sentimientos entre quienes quieran compartirlas, sin atarse a formato alguno.

viernes, julio 22, 2011

Manuel García: "La clave es dejarse utilizar por la música"



La Hora

Esta noche el cantautor chileno debuta en solitario en el Teatro Caupolicán. Será un show dividido en tres partes donde repasará su historia solista y homenajeará a otros artistas.

Por María Paz Mateluna V.

Manuel García marchó muchas veces cuando era estudiante de música de la Universidad de Tarapacá. Hay fotos de aquello, pero están perdidas. Ahora ha vuelto a marchar y ha cantado apoyando a los estudiantes. "Canté desde Chillán hasta Ancud, en las tomas. En Santiago también, conversando y apoyando con un grano de arena. La educación es la piedra angular pero son varios los problemas que se manifiestan. Los cabros dan la pelea con creatividad y dignidad, dicen las cosas de frente y en forma clara", apunta enfático.

Seguramente algún mensaje parecido dirá esta noche en su concierto en el teatro Caupolicán, un concierto que él califica de "hito" en su carrera que, como solista, comenzó hace seis años.

"Ocupar un teatro grande tiene que ver con lo que uno quiere mostrar. El público está, lo comprobamos el año pasado cuando hicimos dos Teletón, pero no se trata de llenarlo por que sí: tengo un espectáculo que se ha ido desarrollando y que necesita un teatro grande, para cantar todos juntos, hay una necesidad de puesta en escena, que todo tenga un sentido", explica el ariqueño se ha ganado un lugar en Santiago y en el resto del país. "Trato de ser sorpresivo, cada vez que saco un disco creo que me lo van a tirar por la cabeza y resulta lo contrario. El viejo comunista era un anti single porque duraba seis minutos, no tiene estribillo pegajoso, y ha sido uno de mis éxitos.

El de hoy será un concierto dividido en tres bloques a los que incluso les ha puesto nombre: el primero es el crooner danzable, con canciones como Alfil, La danza de las libélulas, El reproche, que tienen la característica de ser bailables "para tomar la cintura de la chica". Esta parte es con orquesta, con 14 músicos, un segmento más "James Brown que Bob Dylan".

El segundo es folk y la guitarra será protagonista. Manuel estará sentado en una silla y tocará temas como Tanto creo en ti, La pena vuela, y homenajes como Pienso en ti, de Fernando Ubiergo. El tercer bloque abre con un homenaje a Mecánica Popular -su antigua banda- con cuatro temas, y más homenajes que conectan generacionalmente con la actualidad: Por la ventana, de Gepe, y La locomotora, de Café Tacuba. En cada bloque habrá temas inéditos además. Serán una 40 canciones.

-Tú tienes tres discos en solitario, ¿podrías reseñar cada uno por sus características más sobresalientes?

-Pánico (2005) fue un disco que resumió gran parte de mi carrera, porque pensé hacerlo cuando tenía 14 años y descubrí la música que tenía que ver con nuestras raíces, como la Viola, Silvio, Atahualpa, el Pato Manns. Fui haciendo y luego de la experiencia con Mecánica llegó el momento de grabarlas. Es una colección de mis canciones, las antologa de alguna manera desde mi adolescencia hasta mis 30 años, con un touch rockero e influencias de Los Tres, Paul McCartney, The Beatles, Caen lunas, por ejemplo, la escribí a los 19 años inspirada en los diarios del Che, esos tiempo eran álgidos como los de ahora, se había caído el Muro de Berlín recién.

"Témpera (2008) es un disco crudo con el quise desafiar el aura que se creó en torno a mi y el artista social comprometido, casi con lineamientos políticos. Generé una dialéctica de contrapeso con una actitud más punkie, me puse corbata andina, bototos y pantalones ajustados, pensando en que finalmente después de tanta vuelta de tanta concertación y desconcertación, había algo importante desde el punto de vista del descrédito de la gente joven en torno a la política", explica.

"La canción Témpera generó la tesis del disco, ir de frente, tocar la guitarra de otra manera. Privilegié cosas diferentes a nivel musical, lo desnudé, omití aquello que el oído ya escucha, el típico arreglo no estaba, y era primera vez que grababa folclor (Pañuelí y Los colores) me formé en el folclor pero nunca había grabado nada. Era cercano, la canción Piedras aparece montada con guitarra eléctrica, bombo y pandero, la aspiración de Témpera era arriesgada, ser pulcro en los tiempos, los pulsos y la respiración y crudo e instintivo en lo formal".

"Y en S/T estaba la necesidad de generar un puente entre mis mundos musicales, tomando en cuenta la confianza con la que el público tomaba mi música puse otra jugada más, elementos acústicos y rocanroleros, del pop y de la canción romántica, casi al borde la cursilería popular, con baladas clásicas, influencias de Camilo Sesto o Los Platter, una banda como Hot chocolate que me gustaba de niño pero que es muy poco conocida, el tema Vida mía es de ese tipo.

-Estudiaste guitarra clásica con Luis Orlandini, ¿verdad?

-Fui su peor alumno pero aprendí bastante de técnica. El hecho de verlo tocar ya era aprender. Fui un privilegiado, aún me encuentro con compañeros de la U y me voy nutriendo de ideas y conceptos nuevos con respecto a la guitarra, que es un instrumente muy delicado y está siempre en desarrollo, siempre hay algo que tomar y aprender. Cuando la tocas con los recursos que se tienen, buscando en lo clásico y en lo popular, nace un nuevo armado que tiene que ver con tu propia técnica. Frente a la guitarra me siento pequeño porque es un instrumento infinito. Siempre he pensado cruzar alguno de mis trabajos con ese mundo de la guitarra que está desarrollada en su máxima expresión.

-Y tu influencia musical más íntima ¿de dónde viene?

-La tradición de la lectura y la palabra escrita estaban afianzadas, por lo que creo tuve una especie de acondicionamiento a lo Pavlov. Mi padre era guitarrero aficionado, mi tío Fernando y mi tío Juan son músicos populares bastante buenos; y por parte de mi madre estaba el hábito de escribir, ella escribe poco pero bien, y tiene un hermano poeta, que es mi tío Rodolfo. Y a los 13, 14 años yo me encontré con cuadernos de poesía de su autoría, un material maravilloso. Partí cantando con mi papá, era su coro oficial en las reuniones familiares, era un hit El gato que está triste y azul, de Roberto Carlos, o alguna canción de Serrat, de los Ángeles Negros.

-¿Qué es lo importante después de estos años en la capital?

-Que la belleza sea lo más importante y que la versatilidad artística esté bien colocada. Yo no me las puedo todas, elijo bien los materiales y reconozco mis limitaciones como ejecutante. Juego con elementos antiguos y me fijo en artistas chilenos nuevos, estoy atento a su sonido, a su rítmica, su onda, se trata de juntar las piezas. Creo que la clave es ser agradecido de la música y dejarse utilizar por ella, no decir: voy a hacer música, que la música te haga a ti.

-¿Y Arica?

-Hace cinco años los muchachos más jóvenes comenzaron a pedirme en concierto. Pero en un minuto sentí que el mundo se olvidaba de mi, fundaba una banda en Santiago y en Arica nadie lo sabía, no les interesaba, nadie te echaba una mano, tú ibas y contabas y eran grillos de vuelta, esas cosas me hicieron alejarme pero a la vez comencé a evocarla en las canciones, otra paradoja, porque esos paisajes comenzaron a ser parte de los santiaguinos, que tenían que ver con el mar y el desierto, que no tenían que ver con las situaciones que ocurren en la ciudad, les dieron un valor, los asociaron a sus vidas y volvieron real lo que para ellos era abstracto.

El gran año de Manuel Garcia

Wiken


No es una revelación. Tampoco una joven promesa. Es un músico hecho y derecho al que la fama y el éxito le llegó más tarde que temprano. Porque este 2011 ha sido definitivamente su año. Un documental sobre su vida, el Altazor al mejor disco popular chileno, una colaboración con el famoso músico Jack Johnson y el mega recital de hoy en el Caupolicán así lo demuestran.

Por Emilio Contreras y Ernesto Garratt

Hay dos momentos que grafican el antes y el después de Manuel García, cantautor chileno, 42 años, silencioso, quitado de bulla.

El primero: la noche del 24 de mayo de 2011, en el centro de eventos Alto San Francisco, entre el más variopinto ramillete de artistas nacionales, Manuel, el ariqueño, el padre de tres hijos, recibió por primera vez el premio Altazor en la categoría Música Pop por el disco "S/T", derrotando a Gepe y al superventas y fenómeno nacional Américo.

El segundo momento: la mañana del 3 de julio, la Cúpula del Parque O'Higgins está llena de músicos de las orquestas juveniles que han estado ensayando con García para el Bicentenario del Congreso Nacional. Pero no sólo tocan bajo sus órdenes. También se sacan fotos con él y le piden palabras que podrían interpretarse como consejos. El clima es de admiración.

Manuel no dice mucho. No presume, nunca, ni cuando su propuesta, tipificable dentro del género trovador-folclórico, se entremezcló con la banda nacional Los Bunkers y su disco tributo a Silvio Rodríguez, "Música libre". Tampoco presumió cuando fue objeto de un documental dirigido por el crítico de Artes y Letras Christián Ramírez, "Las horas del día". Ni mucho menos cuando le pidieron que colaborara junto al músico estadounidense Jack Johnson en el documental "El mar, mi alma", un trabajo de la chilena-australiana Tatiana Velasco, que terminó en una canción compuesta por Manuel e interpretada por el surfista.

Tampoco se ha ufanado por la atención mediática del recital que dará hoy viernes en el Teatro Caupolicán. Ni por la ansiedad de los miles de fans que esperan verlo tocar.

MÚSICA DE SURF.Brisa, mar, olas. El verano de 2008, un grupo de surfistas de distintas partes del mundo, conocidos como "Surfistas por los cetáceos", recorrió la costa chilena con un sólo objetivo: promover la conservación de ballenas y delfines. Todo ese recorrido ecologista quedó plasmado en "El mar, mi alma" (en http://vimeo.com/4601707 se puede ver un extracto), una cinta del australiano Steve Jones y su esposa, Tatiana Velasco.

Tras un viaje a San Antonio, Tatiana y Steve, recomendados por el músico Chinoy, escucharon la música de Manuel García y tuvieron una revelación. "Es la voz de Chile pensé y cuando Steve lo escuchó me dijo: 'Esa es la música que tiene que estar en la película'", recuerda Tatiana Velasco desde Australia. A los acordes del trovador se sumó entonces alguien que tenía mucho que contar en esta cinta: el músico y surfista Jack Johnson, hijo del famoso surfista Jeff Johnson y superventas mundial, con cerca de 19 millones de discos vendidos con álbumes como "Sing-A-Longs and Lullabies for the Film Curious George".

"Yo soy ecologista y conocí a Jack en unos conciertos en los que colaboramos. Él invirtió dinero propio en el proyecto y se involucró en el recorrido", cuenta la cineasta. Fue así como nació una canción entre García y Johnson, compuesta por Manuel e interpretada en un estribillo por el estadounidense. "Lo trabajamos a distancia, nos mandamos la maqueta por internet", recuerda el chileno.

La película se estrenaría en octubre en nuestro país, en una cita a la que podría llegar Jack Johnson. "Sería lindo que estuviera Johnson, pero es un músico con una agenda muy copada", dice Tatiana Velasco.

ÉXITO TARDÍO. Desde sus inicios han pasado 6 álbumes de estudio, uno en vivo, colaboraciones varias y tres producciones solistas: "Pánico" (2005), "Témpera" (2008) y "S/T" (2010).
Pero nada fue gratis. Alguna vez Manuel García debió tragarse el orgullo y trabajar en otros oficios para pagar las cuentas: "He hecho de todo. Vendí seguros y me puse terno. Me costó", dice. "Pero un día pensé: 'No, ya basta'", recuerda sobre un momento en que cedió a una certeza absoluta en su vida. "Voy a ser músico y voy a vivir con lo que me alcance", dice Manuel.
El éxito pilló a Manuel García maduro, con hijos, con un vasto recorrido como músico de garage y una pareja estable; ajeno al desenfreno de la fama veinteañera. Sin lugar a los excesos y siempre pensando en planes. Como por ejemplo, radicarse en México. "Me importa México. He ido y me iría un tiempo si fuese necesario hacerlo. Soy consciente de mi trabajo y de lo que quiero hacer. La internacionalización es un tema del que me hago cargo", dice Manuel, el autor que hoy disfruta de su cosecha.

Por Emilio Contreras y Ernesto Garratt

El mundo Wood se expande con Violeta Parra

 


Wiken

La creatividad del director chileno Andrés Wood ahora crece hacia una frontera que por primera vez se toca en el cine nacional: la biografía de la atormentada e inmortal folclorista Violeta Parra. El crítico de Wikén, Antonio Martínez, enseña cómo al universo de Wood, poblado de los fanáticos del deporte rey de "Historias de fútbol", de los niños de "Machuca" y los ahogados santiaguinos de "La buena vida", ahora se suma esta nueva habitante, dando gracias a la vida y añorando volver a los 17.

Por Antonio Martínez

Violeta Parra da algunos recados, no son demasiados, y un par de ellos, es probable, estén dichos como se comentan las cosas en Chile: al tuntún.

Lo responde en una entrevista para la televisión y están dirigidos a los jóvenes o a los que vienen: escriban como quieran y griten en vez de cantar, porque no hay línea recta.
Francisca Gavilán, la actriz que la interpreta con propiedad y talento, lo dice en la película "Violeta se fue a los cielos" de Andrés Wood, que se estrena el próximo 11 de agosto, un jueves y con 17 copias.

Esa mujer pequeña que vivió poco porque así lo quiso -se pegó un tiro a los 49 años en su carpa de La Cañada- es parte de la historia chilena y es fruto del país, mujer tremenda y nativa, ánima campesina y todo lo que se quiera decir, con altura de miras o bien por siutiquería: joya del folklore, comida típica, ángel popular, adobe de la patria y artista múltiple; es la vid, la uva y el vino; una Parra.

En las mejores películas de Andrés Wood, la historia del país se cuela por entre las rendijas, aparece bajo la puerta e ingresa pidiendo permiso y sin querer, como si fuera una presencia espiritual y compartida.

La historia es el come y calla, es el país donde se nació y el lugar inevitable.
Para Violeta Parra es de pajaritos y de viejos arrugados que cantan solos; de huachos, chirigues, guitarras, maquis, borrachos y cuecas.

En el norte chileno, por la pampa, canta una canción y aparecen los primeros planos de los que la escuchan, los rostros de los mineros curtidos por el pique, la poca paga y el clima seco.
Esos trabajadores presienten que esas letras y música les hablan a ellos y les piden que hagan algo, ese algo aún que no está claro: juntar las manos, ponerse de pie, defender lo suyo.
Es el antropólogo y folclorista suizo Gilbert Favré, que en América Latina busca su destino y lo encuentra en Chile, cuando Violeta Parra está de cumpleaños.

Con una quena andina entona la canción típica de la ocasión, para una mujer que odiaba los años y la vejez, y luego, sutilmente, se traslada a otra melodía, que era tan famosa como el Happy Birthday, al menos en esos tiempos: La Internacional.

Y es la mujer que le canta a la alta sociedad y su estirado anfitrión le pregunta si hay hambre. Como la respuesta es positiva le ofrece comida, pero le pide que pase a la cocina y se siente con la servidumbre, en la mesa del pellejo.

Así son ellos, debe pensar Violeta Parra, que es cuando le nacen esos sentimientos de clase, quizás rabiosos, contra los pijes relamidos.

TREPA,CAMPUSANO.

En la película no hay discursos políticos y no se ven las huellas de los procesos sociales. Y no hay ningún rosario de teorías revolucionarias, tanto las fraguadas en serio como las realizadas al tuntún.

En "Violeta se fue a los cielos", el contexto del país es un murmullo lejano y sus ecos apenas se escuchan, pero lo que aparece nítido y tangible, es lo permanente y lo que quedó: las canciones.

Y junto a la letra y música, la vida vagabunda y pobre de la folclorista, con contrato y plata para las Fiestas Patrias, claro que sí; pero el resto del año es con el verso de siempre: si te he visto, no me acuerdo.

La gran historia chilena, aquí, está entre las líneas y semillas del canto popular.
Antes estuvo en el relato de un partido de la Selección Nacional, en la atmósfera contaminada de una ciudad o en el vuelo de un par de aviones supersónicos.

No es tanto el tiempo transcurrido desde "Historias de fútbol" (1997), el primer largometraje de Andrés Wood. Pero ya hay cosas y personas que definitivamente no están porque nada pasa en vano.
Se murieron y desaparecieron: el escritor y coguionista René Arcos, y el Gordo Campusano, de nombre Carlos, conocido por eso del "trepa, trepa" y porque en la película relató un partido inexistente.

Para más precisión: fue en "Alargue: pasión de multitudes", el último episodio de la película, cuando en Chiloé, y en la casa de dos solteronas ganosas, ocurrieron dos hechos cruzados.
El joven Francisco fue iniciado sexualmente, justo cuando Gustavo Moscoso, puntero de la selección de Chile, le empataba a Alemania en el Mundial de 1982 y con eso pasaba a la segunda ronda.

Las imágenes en la televisión eran del partido que se jugó en Gijón, donde Moscoso convirtió un gol, los alemanes metieron cuatro y Campusano recreó con su relato un resultado distinto e inexistente.

Un empate que no fue y, quizás, podría haber sido.

Un relato fantasmal para que la gran historia del país se pegara a la personal y a la pequeña. Una unión que es con engrudo, cola fría o escupo, porque está hecha de verdades y mentiras.
Un poco después de esa película y en otro Mundial, el de Francia en 1998, una masa de chilenos del país y del exilio, ahora en la realidad, se unieron por el fútbol y fueron pasión de multitudes.

LA HISTORIA

RASANTE. Son sentimientos, emociones y nostalgias, que a veces calzan y a veces se despegan, y de esa mezcla entre historia íntima y el cuento del país quizás surge lo más notable del cine de Andrés Wood.

Algo que está en "Violeta se fue a los cielos" y en "Machuca" (2004), su película más vista: 700 mil espectadores.

La historia del país en esa película también está a la distancia y en el centro de la ciudad, hacia donde vuelan como flecha los Hawker Hunter. Es cosa de seguir el ruido ensordecedor y rasante.

En las cercanías permanece la rutina diaria de los niños y las enseñanzas de los curas.

La desilusión por los mayores y los primeros escarceos del amor.

Y también una recreación de época y un diseño de arte por las calles, los objetos y los signos de una época, cuyas presencias se agigantan con el tiempo, y lo que queda, lo único, son emociones y estados de ánimo.

Ya no hay ideología ni son los mil días de la UP, pero queda la dirección de arte. Es decir, la nostalgia y una irrompible memoria sentimental.

Los recuerdos que existen no son por los líderes y tampoco por los enormes discursos, sino que está en lo mínimo y cotidiano, y por eso, en consecuencia, la dirección de arte es el dato de la causa.

Algo que Andrés Wood, ahora como productor ejecutivo, extendió a la serie de televisión "Los 80".

Para algún chileno, por ejemplo, una cajetilla de cigarrillos Monza, aunque esté vieja y carcomida, contiene más afectos y recuerdos que las palabras finales de Salvador Allende.

Más cariño y memoria por una lata abollada de chancho chino o por un tarro de leche condensada, que por el día de la Nacionalización del Cobre.

Y hay más nitidez emotiva por un programa de televisión de jóvenes y baile, que por los profesores y sus cursos de materialismo histórico.

Bajo los lienzos, la tristeza y la represión, que existen y se ven, lo que aparece en "Machuca" es la buena vida de ese entonces.

El recado histórico de la película, si es que lo hay, es el mismo que está en una canción de Violeta Parra: ya no se pueden descifrar los signos y tampoco retroceder un siglo. Ya vino el musgo, creció la hiedra, todo es enredadera y nadie vuelve a los 17.

NATURALEZA MUERTA. El país de "La buena vida" (2008) es urbano y el sitio es Santiago de nuevo.
Son varios personajes y la mayoría yacen desconcertados y tristes, porque algo los supera en peso y presencia: es la sociedad chilena y la manera en que se construyó después de casi 20 años de democracia, y no de dictadura.

Es la ciudad de "Machuca" transformada en el tiempo. Y lo que desprenden las calles y edificios son corrientes de malestar y desilusión.
La película podría haber estado dedicada a don Enrique McIver y su famosa frase, que bien pudo ir al comienzo o al final: "Me parece que no somos felices".

La falta de relato, el norte oscuro y esa gente triste y aplastada por inanición.

En una lectura política irritante, alguien podría decir que, para la Concertación, en "La buena vida" y en esa ciudad estaba el prólogo y el anuncio de la derrota que venía, porque ya eran naturaleza muerta.

La historia del país, en la obra de Andrés Wood, son corrientes de aire, sentimientos colectivos y quizás aparece la intuición del artista que palpa, presiente y relata lo que puede, que muchas veces coincide con lo que viene.

Y por eso los recados de Violeta Parra para los chilenos, cuando responde en una entrevista un par de cosas: escriban como quieran y griten en vez de cantar, porque no hay línea recta.
En "Violeta se fue a los cielos" de Andrés Wood, está la biografía de una mujer que con pena siente el alma y compone unas canciones por donde brota y amanece el país prometido, pero jamás cumplido.

Violeta: canción por canción

"Qué pena siente el alma". Francisca Gavilán debió aprender guitarra y mejorar sus dotes vocales para cantar como Violeta Parra. "Fueron varios meses, desde enero a octubre de 2010, de lecciones", cuenta. En las secuencias iniciales de "Violeta se fue a los cielos", vemos a la cantante buscando a cantores populares para investigar y guardar sus rimas. "La canción 'Qué pena siente el alma' es parte de esa recopilación. Y fue la primera que aprendí a tocar para el filme", dice la actriz.

"Y arriba quemando el sol".Antes de debutar en el cine cantando como Violeta Parra, Francisca Gavilán probó como una de las vocalistas de la banda de rock Nex Mormex en los años 90. Esa experiencia fue útil para su desplante cuando canta a viva voz, armada sólo con un bombo, la preciosa "Y arriba quemando el sol". "En la película esa escena es tremenda porque es cuando Violeta decide separarse del grupo que tenía con su hermana y ser solista. Además, le canta a unos mineros poderosas letras como éstas: 'Cuando vi de los mineros, dentro de su habitación, me dije: mejor habita en su concha el caracol'. En el set se produjo una emoción inmediata cuando la entoné", recuerda.

"El sacristán" y "Rin del angelito". "El sacristán", cuenta Gavilán, la escuchó varias veces de una grabación que fue reproducida casi igual en la película. Violeta está en Polonia, ha sido invitada a cantar frente a un público que no habla español y ella ha dejado en Chile a su guagua de nueve meses, Rosa. "Reproduje ese momento tal cual. Violeta le explica al público que va a tocar las palmas, nadie le entiende y ella se pone a cantar". Fue durante ese viaje que ocurre una de sus grandes desgracias: su hija Rosa fallece. Ahí la demoledora canción "Rin del angelito" se sale de pantalla. "Es un momento de gran dolor. Es una canción muy sentida porque ella no veló a esta niñita, no estuvo con ella cuando murió, se quedó en Europa".
"El día de tu cumpleaños" y "Volver a los 17". "A Violeta Parra no le gustaba el 'Cumpleaños feliz'", dice la actriz sobre un momento de la cinta en que ella se rehúsa a celebrar su aniversario con esa melodía "gringa" y opta por su propia canción: "El día de tu cumpleaños". "Esa canción sirve para mostrar su coquetería: en ese cumpleaños conoce a su gran amor, Gilbert Favré". Un hombre más joven que se encadena con "Volver a los 17", el clásico de Violeta.
"Run Run se fue pa'l norte" y "Maldigo del alto cielo". El doloroso quiebre con Favré se refleja en "Run Run se fue pa'l norte". Suena en una conversación entre Violeta y su hija adolescente. "Ella está con todo el dolor", dice, y el malestar sigue con la intensidad de "Maldigo del alto cielo": "Es una canción llena de rabia. Se le llueve la carpa, nadie la está escuchando, se siente incomprendida, mal pagada, Gilbert se fue...".

"El gavilán" y "Gracias a la vida"."Cuando hice el casting, uno de los requerimientos era cantar 'Maldigo del alto cielo' y 'Rin del angelito', pero yo canté 'Él gavilán"', dice sobre una canción que resulta uno de los leitmotiv de esta película con su lírica de corazones rotos: "Mi vida, se me par..., se me parte el corazón, mi vida, del verte..., del verte tan embustero". Y sobre "Gracias a la vida", la pieza cumbre de Violeta Parra, la actriz cuenta: "La grabé recién el lunes pasado. Es cerrar el ciclo de esta película. Además, fue muy raro cantar esa canción tras recuperar el 100% de mi voz después de tener cáncer a la tiroide".
Por Antonio Martínez.

jueves, julio 21, 2011

Documental: Fiesta de Andacollo - 1958

Casa Central

Quede marcando ocupa'o con este documental. Primero su contenido, al ver los antiguos rituales del Baile Chino tan típicos en la zona central de Chile, en un film de fines de la década del 50, registrando a todo color la profunda religiosidad del pueblo chileno.

Y por otro lado, al descubrir que la música compuesta para este film (al principio y al final de la obra), corresponden a composiciones originales de la maestra Violeta Parra.

Al escuchar con atención las obras interpretadas, puedo asegurar que estas obras no fueron registradas por la maestra en ningún disco, ni en ningún otro soporte que nos haya llegado, por lo cual resulta un documento histórico de primerísima importancia.



FICHA TECNICA


PRODUCCION:

Jorge Di Lauro

Nieves Yankovic


DIR. DE FOTOGRAFIA:

Andrés Martorell de Llanza

Jorge Morgado

Hernán Garrido


MONTAJE:

Jorge Di Lauro

Nieves Yankovic


MUSICA:

Violeta Parra


RELATO O VOZ EN OFF:

Nieves Yankov



Fuente: http://cinechile.cl

Mural Los Prisioneros


Muaca

Mural comunitario para el "Museo a Cielo Abierto en San Miguel", proyecto creado por Nodo Ciudadano y contempla alrededor de 12 murales a cargo de Nodo y el Mono González (BRP), website, documental y un libro.

En las obras han participado: los Vecinos, Pobre Pablo, Hozhe, Salazart, Gesak, Ecos, Los Oberoles, Jamberta y Heroestencil. [fuente: Victor Bravari - Nodo Ciudadano]

Esta ubicado en Departamental, San Miguel, Santiago - Chile.