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Son la generación de recambio en Chile. Todas van en su primer disco y se hacen un espacio en un mundo predominantemente masculino. No son debutantes, pero sí primerizas en las grandes ligas. Tienen canciones en las radios y se saben diferentes. Lo fundamental: su hambre de gloria. María Colores, Carolina Nissen, Natalia Contesse, Evelyn Cornejo, Elena Venechi y Soledad del Río son la nueva savia de la música chilena.
Emilio Contreras
Dicen que no hay nada más peligroso que un grupo de mujeres con rabia.
Seis compositoras chilenas están hablando de música en una mesa rodeada de retratos de hombres, excepto uno solitario de Gabriela Mistral que mira atenta desde la pared. Una de ellas dispara: "Estoy harta de que los hombres dominen todo".
María Colores (29), Carolina Nissen (35), Natalia Contesse (33), Evelyn Cornejo (30), Elena Venechi (25) y Soledad del Río (29), seis músicos, seis cantantes, seis mujeres, reflexionan sobre el año más vertiginoso de sus carreras. En marzo supieron que serían parte de la nueva camada de artistas del Sello Azul, y desde entonces el trabajo ha sido intenso. Entrevistas, reuniones, grabaciones de videos, conciertos, viajes, los primeros autógrafos, los primeros fans, los primeros psicópatas y una larga lista de primeras veces se ha sucedido en menos de 150 días y a una velocidad que todavía las sorprende: "El otro día vi que en Facebook un tipo tenía en su foto de perfil un primer plano de mis pechugas... Lo eliminé al tiro. Ni ahí con ese rollo", dice Soledad del Río, vocalista y frontwoman de La Guacha, la única de las seis que encabeza una banda.
Además de la femineidad, a todas las une el momento que viven hoy: ya lanzaron su primer disco, tienen un single sonando en la radio, un video rotando en la TV e internet, sus nombres se repiten en el circuito de tocatas capitalino, y ya reciben los primeros y tímidos regalos de camarín después de romper uno que otro corazón tras sus presentaciones.
Las une también el ser protagonistas del resurgir de las mujeres en la música chilena: la presencia definitiva de compositoras en un medio históricamente marcado por hombres. De 12 proyectos que el Sello Azul escogió para su promoción 2011, seis son liderados por mujeres y no precisamente por azar. Todas son autoras. Todas son instrumentistas. Ninguna debutante.
Cuando tratan de enumerar sus referentes femeninos en la música local, ninguna lo hace con fluidez y sin repetir nombres. Y todas, luego de un largo diálogo a seis voces y al mismo tiempo, llegan a una sola conclusión:
-Eso estamos haciendo ahora nosotras: creando los referentes femeninos en la música chilena -dicen.
OVEJAS NEGRAS.
Natalia Contesse y Evelyn Cornejo son madres. La primera emigró de Santiago a los 19 rumbo al norte, a la II Región, con un hijo en brazos y una guitarra regalada al hombro. Allí trabajó en el campo y en ferias, en oficios que aprendió para subsistir. Tocó canciones, pasó la mano y recibió monedas. Ahí hizo suyo el repertorio latinoamericano que más tarde la definiría como artista. Viajó por Sudamérica participando en ceremonias de luna llena y de tabaco, siempre con su hijo. Integró agrupaciones de folklore. Estudió la historia y significado de la guitarra campesina. Se atrevió a componer canciones. Un día decidió probarse en un sello.
Evelyn, en cambio, se crió en el sur, en el Maule, en pleno campo, bajo la mirada de un padre machista que quería lo obvio: una hija casada, con hijos, en la casa, con un esposo amable y una familia tradicional. Comenzó tocando canciones de Fiskales Ad Hok, Los Prisioneros y Violeta Parra. Participó en festivales sureños. Se afianzó en su guitarra y su discurso. Escribió canciones en contra de Celco al mismo tiempo que cambiaba los pañales de su hija. Cuando su padre supo que ella quería ser compositora, el apoyo fue imposible. Evelyn marchó a Santiago a buscar suerte. A intentar que un sello chileno la integrara a sus filas.
-Imagínate lo que pensó cuando le dije que quería cantar. No estaba ni ahí con lo que estaba haciendo. Me vine del Maule a Santiago y he ido como una vez a verlo. Él no cacha lo que me ha pasado acá. No sabe de mi disco, que doy entrevistas, que estoy empezando una carrera a nivel nacional -dice Evelyn.
Cada dos años, el Sello Azul (propiedad de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor) realiza una convocatoria para la promoción de la música independiente. Entre octubre y diciembre de 2010, 450 proyectos postularon al concurso. El requisito mínimo: mandar un demo de 7 canciones originales. Los preseleccionados fueron a una audición en vivo ante un jurado especializado. Al final doce bandas y solistas firmaron el contrato, el que incluye la edición de un disco, un videoclip, la promoción y marketing de su música en medios de comunicación, y el patrocinio de sus presentaciones.
De las 5 solistas que ganaron el concurso, la más aventajada en edad es Carolina Nissen: valdiviana y profesora de música de la Universidad Austral, que hasta hace pocos meses ejercía su profesión en un colegio de Santiago. "Me era imposible hacer las dos cosas a la vez, así que renuncié. Ser profesora es súper sacrificado. Hay que tener vocación y yo no la tenía", dice Nissen.
Algo de eso existe en algunas de sus canciones como "Siempre igual", incluida en su primer disco homónimo reeditado hoy por el Sello Azul, donde habla de la monotonía y el encierro.
Parecido sentía Elena Venechi, el nombre artístico de Isber Rendiles, la más joven de las seis compositoras. También estudió pedagogía en música, en la Universidad Católica, y también se decepcionó en el camino. Nacida en Venezuela, llegó a Chile a los 11 años a iniciar su propia búsqueda. Cantó en coros cristianos y fue parte del programa "Rojo". Estudió danza, se lesionó el tobillo. Nunca fue buena para estar quieta y a ese atributo le saca partido hoy.
-Aquí te ayudan con publicidad y marketing a full. Pero al final del día tú tienes que moverte. No te regalan nada. A pesar de que estamos en el sello, esto también se trata de autogestionar cosas todo el tiempo -dice Elena.
FIESTA Y COLORES.
La sala SCD Bellavista está casi repleta. Madres con hijas, parejas de pololos, hombres mayores en abrigos de otoño. Todos están sentados a la espera del inicio de la función: hoy María Colores (María Magdalena Ortiz) y La Guacha tocan en vivo en el ciclo descubrelos.cl, iniciativa de la SCD para promover a los músicos del catálogo 2011, en el mismo escenario donde meses atrás audicionaron para firmar en el Sello Azul. En el público están Elena Venechi y Natalia Contesse.
María Colores entra a escena. Agradece, invoca la buena energía, dice que inundará la sala de colores. Horas antes diría que en su vida no escucha demasiada música, que le bastó con aprender acordes para expresarse, que el arte es lo más importante de un país, que la amistad con Chinoy la marcó muchísimo, que se ve en un tiempo más viajando por el mundo con una fundación, ayudando a cambiar las cosas.
Aplausos. Con dos músicos a su espalda, canciones optimistas, letras de amor y una voz nítida rompe el hielo inicial y promete que todos nos iremos de aquí más contentos.
Termina su show haciendo un cover de Bob Marley y tocando "Llamadas perdidas": su primera canción en radios tras varios proyectos musicales. Se va del escenario riéndose, como fue la tónica de toda su presentación. Los colores se van con María.
Una orquesta de seis músicos irrumpe en el escenario. Y antes de que las luces bajen, comienzan a sonar los acordes de "Virgen", una diablada nortina con matices de rock que sirve de telón para la entrada de Soledad del Río, con un pito en la boca y pistolas de burbujas. Luego bailará con un aro en la cintura. Y después venderá discos entre el público cuando el show esté por acabar. Esa noche vende ocho discos. A $5000 cada uno.
-La gente cree que esto no es un trabajo, que es un hobby. Creen que uno vive de aire. Esta es una pega como cualquier otra -dice Soledad.
Un cover de la orquesta Huambaly, una lambada y canciones de su primer disco "Virgen" animan el concierto. Se van entre aplausos, silbidos y una fiesta que se niega a terminar. Entremedio hubo boleros y soliloquios de Soledad. También una petaca de alcohol que simuló beber antes de entonar "Rancherita pa la mamita", el single e himno más pegajoso de la banda y que se encamina a ser un nuevo clásico bailable.
La sesión finaliza. El público se retira. Y la promesa se cumple: todos se van más contentos de cómo llegaron.
COMPAÑERAS DE CURSO.
Dicen que no son amigas de fin de semana, pero que se quieren como compañeras de curso. Los viajes y proyectos en conjunto han servido para eso. Como el ciclo de música en vivo que en las estaciones del metro brindan a los transeúntes. En junio, Natalia Contesse inauguró "Música de Estación": 192 presentaciones en vivo desde el metro subterráneo que hoy, 28 de julio, se coronará con un concierto colectivo, de las seis en un vagón completo, decorado con las carátulas de sus álbumes y que recorrerá la línea 1 por completo.
-Somos parte de un fenómeno en la música chilena y lo sabemos. Hay una apertura. Estamos dentro de eso. Y también en el nuevo rumbo de la escena local, con reconocimientos extranjeros -dice Soledad.
- Deberíamos hacer un concierto juntas, ¿qué les parece? -propone Carolina Nissen.
- Sí, hay que hacerlo, pongamos altiro una fecha -responde María Colores.
Las seis comulgan con estilos musicales distintos que a veces se mimetizan con los rasgos de su personalidad. Mientras Carolina es recatada y sumisa, Soledad es apasionada y provocadora. Mientras Natalia es crítica y metódica, María es apacible y relajada. Y mientras Evelyn es rabiosa y evasiva, Elena es estática y ajena.
Pero los estilos no importan al final del día cuando deben tomar rumbos distintos. Soledad dice que está atrasada y debe irse. Todas se levantan de la mesa para seguir con sus convulsionadas vidas. Lo hacen al unísono, como cuando tocan la campana del colegio y hay que ir a casa.
Soledad sale corriendo.
Las cinco le desean suerte.
Los discos de estas seis cantantes están disponibles en musicachilena.cl, portaldisc.cl ($5.500) y en Feriamix ($8.490).
Próximos pasos
La banda de Soledad, La Guacha, será una de las protagonistas del "Carnaval de la Cumbia", una cumbre tropical que se llevará a cabo en el Movistar Arena el 20 de agosto, mientras Natalia Contesse teloneará a Santiago del Nuevo Extremo en el GAM el 6 de agosto. Carolina Nissen acaba de colaborar en una canción del nuevo disco de Denisse Malebrán, al mismo tiempo que Evelyn Cornejo y María Colores acaban de confirmar sus actuaciones en "Rock Carnaza", el tradicional ciclo de música acústica de las Escuelas de Rock.
Emilio Contreras.
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