domingo, diciembre 26, 2010

El año más prolífico e inspirado del pop y el rock chileno en la última década


La Tercera
Con un estimado de 70 discos en 2010, hace mucho que la música local no ofrecía una cantidad tan amplia de álbumes de alta calidad.
por C.Vergara/A.del Real/D.Rojas

Puede que haya sido una feliz coincidencia con el año del cambio de folio, del Bicentenario y de las tragedias tatuadas a fuego en la historia local. Pero 2010 arroja una verdad que cae por consenso y que se alza casi incuestionable: se trata quizás de la temporada más prolífica y brillante del pop y el rock chileno durante la última década.

Llevando el triunfo solo al área discográfica, hace mucho que la escena nacional no disfrutaba de un caudal tan abundante de lanzamientos. Y no solo es un asunto de números: un puñado mayoritario de los álbumes estrenados entre enero y la primera quincena de diciembre ofrece una evidente calidad artística y una identidad propia que define a cada uno de sus autores. Una generación que creció haciendo música durante el nuevo siglo y que en 2010 comenzó a disfrutar los primeros asomos de proyección, recambio y consolidación. Un trozo importante de ese contingente se reunió esta semana en La Tercera y coincidió con el diagnóstico.

Si se trata de mirar en reversa -y manteniendo la total distancia en cuanto a nombres, momentos de la industria y trascendencia posterior- no es aventurado comparar esta temporada con otras igual de fecundas, como 1995, cuando La Ley editó Invisible, Lucybell se lanzó con Peces, Chancho en Piedra se inició con Peor es mascar lauchas, Los Tres se consolidaron con La espada & la pared y el sello EMI se atrevió con los debuts de Los Tetas, Bambú o Christianes. O con 1997, con la salida de piezas seminales, como Ser humano!!, de Tiro de Gracia, o Fome, de Los Tres.

Aunque aún no hay cifras oficiales, durante este año hubo un estimado de 70 nuevos lanzamientos, entre trabajos editados para multinacionales, sellos independientes o autogestionados. Si a ellos se suman las reediciones y compilados, el cómputo sobrepasa los 100. En 2009, el promedio de álbumes estrenados fue de 50.

Independientes

Eso sí, hay un quiebre fundamental con otros años: casi la mayoría de las producciones fueron lanzadas a través de discográficas y plataformas alejadas de la industria tradicional. Por ejemplo, las cuatro multinacionales que siguen en el país solo lanzaron dos discos chilenos: Música libre, de Los Bunkers, salió por Universal, mientras que Meridiano, de Inti-Illimani, fue editado por Warner Music. A cambio, Oveja Negra, perteneciente a la SCD, fue el que más títulos lanzó: un total de 56, con 24 estrenos. De cerca le sigue Feria Music, con 25 ediciones, mientras que sellos más pequeños, como Infanta Terrible, Cazador, Tue Tue o Algo Records, también muestran números alentadores.

Por eso, varios de los músicos convocados coinciden en que precisamente la falta de una industria más oficial y la debacle de los modos convencionales favorecieron la escalada creativa de 2010. "Aquí ya no se necesitan de grandes sellos", es el coro que salta unánime.

"Colectivamente estamos llegando a un mejor nivel. Me parece que se da por una combinación entre esa libertad artística que tenemos por la ausencia de industria, el desarrollo del oficio, la capacidad de transmitir el mensaje con más claridad y la mejora en los aspectos técnicos de la grabación", postula Alex Anwandter, ex voz de Teleradio Donoso que lanzó su debut, Odisea. Javiera Mena, que editó su segunda entrega, Mena, se suma: "Hay libertad para crear sin plazos y hoy es mucho más fácil bajarse los softwares para hacer música. Y están la autogestión y los sellos chicos, que trabajan con igual profesionalismo que los grandes".

Rodrigo Sáez, de Portugal, que debutó con Viajes de memoria, remata: "Hay también más interés de la gente por la música porque los grupos han entendido cómo llegar al público". La sentencia es cierta: créditos como Gepe, Mena, Dënver y Portugal colgaron sus discos de manera gratuita en la web antes de sus salidas en formato físico. "Muchos se dieron cuenta de que el camino es la independencia", precisa Angelo Pierattini.

Alejandro Gómez, del dúo Perrosky -dueños de Tostado-, postula que el escenario consagra una generación de recambio que vienen trabajando desde hace una década: "Esto no es pasajero. Muchos de los músicos que estamos acá llevamos tiempo y los discos de hoy son fruto de eso". Gepe, que en 2010 mostró Audiovisión, mira la compañía que tiene cerca para esta sesión de fotos y avala: "Gran parte de los que estamos aquí llevamos varios discos y hemos probado mucho. Y, después de intentarlo tanto, el resultado son estos álbumes".

Más allá está el debutante Ismael Oddó: "Siempre se ha hecho mucha música aquí, pero esta vez el enfoque del producto fue distinto, todos han mostrado una mejor producción y calidad, todos se han acercado de manera más profesional a su trabajo". Felipe Salas, de Como Asesinar a Felipes (que lanzaron Colores y cadáveres), recalca que el nivel de las canciones ha mejorado, mientras que el dúo Dënver, que por estos días saca su versión física de Música, gramática, gimnasia, también muestra credenciales: "Nos sorprendió la respuesta de la gente, pero creo que supimos entregar algo fresco".

Veteranos y consagrados

Pero quien mejor encarna la renuncia a los estándares del negocio y la búsqueda de una ruta propia es Carlos Cabezas, el más veterano del clan. Esta temporada se atrevió con dos títulos simultáneos, luego de 13 años sin un trabajo solista. "Hacer eso es una locura para la industria, pero se dio de manera espontánea y me ha servido para ampliar público. Representa además cómo se hacen las cosas hoy: al grano y sin tanta vuelta".

Pese al optimismo, la buena salud del rock local aún enfrenta contrasentidos. Su rotación en radios sigue siendo baja en comparación al número de títulos en la calle y a la oferta extranjera, pese a que -según la Cámara del Disco- el repertorio local es el único que muestra un alza en ventas, desde las 322.401 unidades comercializadas en 2008, hasta las 733.927 de 2009.

Los Bunkers, la última gran banda de la década en Chile, son uno de los pocos que aún goza de buena rotación radial y cierto impacto comercial. De algún modo, representan la provechosa temporada que también han tenido los consagrados: con distinta recepción y crítica, este 2010 vio lo nuevo de Los Tres, Lucybell, Pánico y De Saloon. Alvaro López, cantante de Los Bunkers, teoriza: "La industria en Chile es tan charcha que el músico que le va bien acá, y sobre todo que después triunfa afuera, tiene la piel más curtida y se ha dedicado de manera más intensa a la música. Por eso el resultado es tan bueno. Esa es mi tesis".


Los otros triunfos de 2010
El buen 2010 de la música local late en varias instancias. Por ejemplo, los sellos más novatos han sacado reediciones de obras que por años han dormitado en otras discográficas, muchas de ellas multinacionales. El caso más ejemplar fue el lanzamiento de 13 álbumes de Violeta Parra. El sello Alerce también hizo lo suyo con piezas de Chancho en Piedra y Mecánica Popular. Pero si las reediciones hermanan pasado y presente, la apuesta de los músicos chilenos por el futuro se puede resumir en un concepto: internacionalización. Aprovechando precisamente otras vías, nombres como Gepe, Manuel García y Mena se han comenzado a ganar un nombre en los circuitos alternativos de Argentina, México y España. El sitio mexicano Club Fonograma puso a 11 discos locales en el listado de los 40 mejores del año. Pero Ana Tijoux se anota el mayor logro en el extranjero: su disco 1977, lanzado en 2009, fue nominado a un Grammy en EE.UU. Y 2011 también promete: nombres como Jiminelson y Fother Muckers lanzaron sus discos en los últimos días, lo que desde ya los alza como imperdibles a seguir el próximo año.

viernes, diciembre 24, 2010

Italo Pedrotti y Horacio Durán reeditan su «Método de Charango»


Cancioneros
En una versión de lujo, bilingüe (castellano e inglés) con más de 200 ejercicios, repertorios diversos y dos discos, los reconocidos charanguistas chilenos Italo Pedrotti y Horacio Durán revisan y reeditan su Método de Charango que ya publicaran en 2001.

24/12/2010 REDACCIÓN

La edición de métodos dedicados a la ejecución de instrumentos musicales andinos populares ha sido generalmente escasa en comparación su grado de difusión discográfica y a su proyección musical.

La mayoría de las obras editadas remontan a un período relativamente reciente (años 1960), asociándose a las diversas experiencias folk de esa época (Ej. “nueva canción latinoamericana”). Sin embargo, hasta los años 1990 la reticencia a la escritura en este ámbito pareciera primar. Podríamos mencionar tanto la falta de interés por parte de la institucionalidad docta, prisionera de un etnocentrismo occidental y evolucionista; como la inercia de muchos “cultores populares”, aferrados a una idea de “tradición” como arquetipo inmóvil e indemne a todo cambio estético y social.

Es solamente a partir de estos últimos veinte años que se despierta un interés por editar obras destinadas al aprendizaje de ciertos instrumentos musicales andinos urbanos (entendemos por esto, aquellos que se generan a partir de las dinámicas de aculturación propias del espacio social citadino). El interés de impregnar estos instrumentos con la escritura pareciera asociarse también al auge de un postmodernismo valorizador de una cierta idea de autenticidad. De ahí el concepto de “patrimonio inmaterial de la Humanidad”; un verdadero trofeo de caza gestado a partir del clientelismo político e institucional de instancias como la UNESCO.

El charango urbano es un instrumento estandardizado en su diseño ya durante los años 1950-1960, período en que este cordófono andino experimenta una fuerte difusión desde Bolivia hacia los centros urbanos de Argentina, Chile, Ecuador y Perú; llegando incluso a Europa o Japón. En estos países, el charango es adoptado por músicos locales que aportan nuevas técnicas y repertorios, dando nacimiento a nuevas escuelas.

Horacio Durán e Italo Pedrotti presentan un trabajo en equipo desarrollado en Chile desde 1993. El primero, es el legendario charanguista del conjunto Inti-Illimani y uno de los mejores exponentes de la primera generación de charanguistas chilenos. Italo Pedrotti, por su parte pertenece a una generación más joven. Ha desarrollado su carrera dentro de los conjuntos Entrama y Charanku, este último bajo su dirección, integra el charango a un universo influenciado tanto por las músicas campesinas andinas que por el rock progresivo.

Habiendo realizado ya un primer método en el año 2001, en esta oportunidad los autores conciben este nuevo trabajo en edición bilingüe (castellano-inglés) e incluye además dos CD audio; el primero ilustra las técnicas y ejercicios expuestos en el libro, y el segundo, contiene la interpretación de veintitrés composiciones para charango, cuyas partituras están incluidas igualmente en el texto. Si la mayoría de estas composiciones pertenecen a charanguistas chilenos (fuera de los autores, citamos a Claudio Araya, Freddy Torrealba, Héctor Soto, entre otros), figuran también aquellas de célebres charanguistas internacionales como Gustavo Santaolalla (Argentina), Ernesto Cavour y Mauro Núñez (Bolivia).

Destacamos que Horacio Durán e Italo Pedrotti abordan el charango a partir de una eficaz relación entre la escritura musical convencional (“occidental”) y el sistema de tablaturas y cifrados heredados de la tradición oral popular.

En una primera fase, el libro presenta una breve pero precisa historiografía del instrumento (Presentación - P.7-12) para luego precisar aspectos técnicos esenciales como el ámbito y la afinación del charango (P.13-15). Los autores abordan luego el aspecto técnico de postura instrumental (P.19-42) así como los elementos armónicos y rítmicos básicos del charango (Capítulo I). Es interesante mencionar que éstos se trabajan a partir de la perspectiva de ciertos ritmos andinos mestizos globalizados, como el huayno y la cueca. El capítulo II (P. 43-68) trata aspecto melódico del charango a través de arpegios, melodías simultaneas, trémolos arpegiados y armónicos. Cada serie temática y/o práctica se desarrolla a partir de grados de dificultad progresiva, lo que contribuye a una estrategia pedagógica adecuada para un estudio independiente y personal. Los capítulos III y IV (P. 69-88) tratan fundamentalmente el aspecto del rasgueo (trémolos y repiques) a partir de una óptica más abstracta. Se consideran aquí, más allá de una tal o tal forma tradicional, las posibilidades técnicas y musicales a partir de esquemas métricos o patterns tales como 2/4, 3/4 o 6/8, constituyendo un camino más abierto en la comprensión del ritmo. Esto puede observarse en el capítulo V (P. 89-98) aunque hubiese quizá faltado una extensión hacia estructuras métricas más complejas (ej. 7/8, 11/16), cada vez más practicadas en las músicas populares a las cuales se integra el charango de hoy.

El capítulo VI (P.99-190) se compone de las partituras de veintitrés composiciones para charango que figuran en el CD 2. Un apéndice (P.197-207) constituye una guía eficaz sobre los fundamentos de la escritura musical occidental. Ésta permitirá a los interesados que no posean conocimientos teóricos suficientes de abordar el libro más allá de las tablaturas y cifrados armónicos.

El método en sí constituye un útil pedagógico sólido para el aprendizaje del charango. Su mérito radica en el hecho de sobrepasar las tradicionales barreras que separan lo oral de lo escrito, tanto como proponer una apertura hacia nuevos horizontes, más allá del folklore y el pensamiento mágico de los nacionalismos bicentenáricos actuales.

Piden arrestar y procesar a cuatro oficiales por el asesinato de Víctor Jara


Cancioneros

El Programa de Derechos Humanos del Ministerio chileno del Interior pidió el arresto y procesamiento de cuatro oficiales retirados del Ejército como presuntos responsables del secuestro y asesinato del cantautor Víctor Jara en 1973, confirmaron hoy fuentes del organismo.


23/12/2010 AGENCIAS

La solicitud, dirigida al juez Juan Fuentes Belmar, que tiene a su cargo el proceso, fue presentada por el abogado Cristián Cruz, quien explicó que en el proceso "está totalmente acreditado" que los cuatro oficiales "participaron en el secuestro y posterior homicidio de Víctor Jara".



Los cuatro imputados son Edwin Dimter, Hugo Sánchez, Raúl Jofré y Rolando Melo, este último fiscal militar.

Según el abogado Cruz, no puede ser que en este proceso, que acumula numerosos antecedentes del caso, el único enjuiciado hasta ahora sea un ex conscripto (recluta). "Hay que ir a los responsables reales de este crimen", subrayó.

Se refería así a José Paredes, un ex recluta que fue procesado hace algunos años tras confesar que había disparado contra Jara por orden de un oficial aunque posteriormente se retractó.

Víctor Jara fue detenido el 11 de septiembre de 1973 en la Universidad Técnica del Estado (UTE, actual Universidad de Santiago) junto a numerosos estudiantes y docentes.

Todos fueron encerrados en el "Estadio Chile", hoy Estadio Víctor Jara", donde las fuerzas al mando de Augusto Pinochet confinaron a unos 5.000 partidarios del depuesto gobierno de Salvador Allende.

Según testimonios de supervivientes y de ex soldados que han declarado en el proceso, los encargados del estadio se ensañaron con Jara, una figura simbólica de la experiencia socialista que Allende encabezó en Chile, al que torturaron de forma bárbara.

Unos días después el también actor y director teatral fue conducido junto a una docena de presos más a los subterráneos del estadio. Ninguno fue vuelto a ver.

El cadáver del artista fue encontrado posteriormente junto a un cementerio en el área sur de Santiago y reconocido por su esposa, la estadounidense Joan Turner, en el Servicio Médico Legal.

"Tenía 44 impactos de bala, quemaduras y otras heridas", recuerda en el libro "Un canto inconcluso" Turner, quien el 19 de septiembre de 1973 caminó en solitario por las calles de Santiago tras el féretro de su marido hasta el Cementerio General, donde lo sepultó.

Hace algunos meses el juez Fuentes Belmar decidió cerrar la investigación con el argumento de que se habían agotado los antecedentes, pero debió reabrirla por orden de la Corte de Apelaciones de Santiago que acogió una serie de diligencias solicitadas por el abogado Nelson Caucoto, representante de la familia del artista.

Según los datos de la causa, Edwin Dimter y Raúl Jofré participaron antes del 11 de septiembre en el alzamiento de un regimiento blindado contra el gobierno de Allende, conocido como "el tanquetazo" del 29 de junio de 1973.

Tras el golpe, estuvieron en el campo de prisioneros del Estadio Chile, al igual que Hugo Sánchez.

Rolando Melo concurrió de forma esporádica al recinto, como miembro, en esa época, de la Segunda Fiscalía Militar de Santiago.

En marzo de 1974, Melo tuvo a su cargo la investigación de la muerte, en el Hospital Militar de Santiago, de José Tohá, ex ministro de Salvador Allende, que fue presentada como un suicidio por la dictadura y que actualmente se investiga como homicidio, tras ser exhumado el cadáver.

El ex fiscal militar ha declarado que en 1974 debió cerrar rápidamente el caso a instancias del propio Augusto Pinochet.

jueves, diciembre 23, 2010

Con zapateo culminó presentación de libro sobre la cueca en la Universidad


UCV

“La Cueca: Danza de la Vida y de la muerte”, obra de los académicos Margot Loyola y Osvaldo Cádiz, es una verdadera enciclopedia sobre el baile nacional. “Quise entregar con las mejores palabras que puedo, lo que yo he aprendido", dijo la folclorista.

Un verdadero tratado sobre el baile nacional chileno constituye “La Cueca: Danza de la vida y la muerte”, último trabajo de los académicos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Margot Loyola y Osvaldo Cádiz.

El libro, de 300 páginas profusamente ilustradas, recorre la historia del baile y sus variaciones a lo largo de Chile. Contiene testimonios de folcloristas; un análisis de la danza, desde el punto de vista musical y coreográfico; y letras de cuecas, además de material audiovisual, entre otros elementos.

El trabajo, preparado durante cinco años, fue presentado por sus autores en la Casa Central de la PUCV.

“Quise entregar con las mejores palabras que puedo, lo que yo he aprendido de la cueca durante mi vida. Es un retazo de vida de la cueca que yo he vivido hondamente a través de toda mi existencia”, resumió Margot Loyola, Doctora Honoris Causa de la Católica de Valparaíso.

El rector Claudio Elórtegui dijo que la obra es una contribución a la defensa, rescate y divulgación de las “tradiciones más nobles de nuestra patria”.

“Para nuestra universidad es un privilegio estar culminando este año 2010, en el que conmemoramos el Bicentenario nacional, entregando al país una obra que es fruto del trabajo de investigación profundo y riguroso”, dijo Elórtegui.

Junto al rector, asisitieron al acto, el vicerrector de Asuntos Docentes y Estudiantiles, Nelson Vásquez; la directora general de Vinculación con el Medio, Fabiola Cabrera; y el director del Sistema de Biblioteca, Atilio Bustos, entre otras autoridades.

La presentación de la obra estuvo a cargo del académico del Instituto de Música, Boris Alvarado, quien destacó el incansable trabajo de los autores en el área.

“Margot y Osvaldo han sido incansables en esta tarea, lo que les ha permitido no sólo recibir los homenajes merecidos, sino algo más importante, el reconocimiento de generaciones y generaciones que ven ellos lo más autentico de nuestros bailes de tierra, de nuestras poesías no truncadas, y de la actitud sabia que se funde entre la humildad y la acción decidida, para regalarnos su conocimiento”, sostuvo.

La presentación finalizó con los profesores Margot Loyola y Osvaldo Cádiz zapateando una cueca, en medio del aplauso de los presentes.


Por Karen Naylor/M.P.E.

Dirección General de Vinculación con el Medio

22.12.2010

sábado, diciembre 18, 2010

Los Bunkers y Musica Libre: "Las canciones de Silvio superan varias tradiciones..."

Surruido

Rodrigo Burgos


Música Libre ha sido una noticia feliz para varios, un bienvenido cierre de año. El disco de versiones de Silvio Rodríguez que Los Bunkers han editado recientemente, revitaliza la obra del cantautor cubano desde la mirada del rock. Mauricio Durán, guitarrista y compositor del grupo, conversa con Surruido acerca del álbum, Silvio Rodríguez, su música y poética, y otras yerbas.

¿Cuál es la relación que tienen con la obra de Silvio Rodríguez?

Todos tenemos acercamientos diferentes. En el caso mío y de mi hermano, empezamos a escucharlo hacia el año ochenta, bueno yo, porque Francisco aún no nacía. Por intermedio de un cassette, que se llamaba Días y flores, de unas ex compañeras de mi mamá de la universidad; además, mi papá trabajaba en la planta de Huachipato y la siderúrgica tiene un centro cultural donde podía estudiar guitarra, piano, allí él hizo un año de guitarra popular y nueve de guitarra clásica. El profesor de guitarra popular le enseñó Silvio Rodríguez. Entonces, desde que éramos chicos, él ponía los discos en la casa, y escuchábamos su música. Es más, yo aprendí a tocar guitarra con Silvio antes que con los Beatles, por ejemplo.

O sea tu aprendizaje musical de base fue absolutamente latinoamericano

Sí, tocaba a la Violeta, nos conseguíamos canciones por aquí, por allá, en cancioneros. Después, a eso de los doce años me empecé a interesar por el rock. Silvio fue el pilar fundamental, después el sello Alerce comenzó a editar su música de manera más formal en Chile, y aunque los cinco nos hemos acercado a su obra desde distintos puntos de vista, jamás habíamos tocado una canción suya en la sala de ensayo. Claro, habíamos intentado tocar I Can’t explain, pero nada de Silvio, hasta de Violeta Parra, pero jamás de Silvio. Sí recuerdo que junto a Francisco, mientras trabajábamos en Canción de Lejos o La Culpa utilizábamos a Silvio como referencia musical; en Canción de Lejos, en una canción buscábamos un sonido de teclado y decíamos ah, sí, podríamos hacerlo como Silvio, ¿me entiendes?

Una referencia puntual…

Claro. En la casa seguíamos tocando Silvio pero nunca como grupo. Y en noviembre del año pasado, mientras ensayábamos, Francisco comenzó a tocar un tema de Silvio y de repente se metió toda la banda… y guau a mí me sonó como Blur; al día siguiente dijimos oye podríamos probar ésta y así se empezó a gestar la idea de hacer un disco con sus canciones. Discutimos bastante acerca del porqué hacerlo, de cómo hacerlo, qué es lo que buscábamos; era un disco que no estaba hecho, lo que es extraño, teniendo en cuenta su importancia a nivel latinoamericano ninguna banda de la región lo cita como influencia. Entonces, nosotros teníamos que hacerlo y allí involucramos al Meme –Emmanuel Del Real, miembro de Café Tacuba-, que ya había estado con nosotros escuchando alguno de nuestros temas, maquetas, en fin.

¿Cuál era la razón?

Sí, por una parte vivimos procesos extraños, como grupo, como familia. Nos dijimos que sería muy bueno para la banda distenderse con un proyecto de este tipo; démonos un festín, hay hartas canciones; como decir, aquí tienen la carne lista, cocínenla, sin preocuparse de producirla, trozarla. Llevamos diez años, nos hemos sacado la cresta haciendo discos propios y esto podría implicar entonces un desafío en otros términos. Hablamos con el Meme, quien se entusiasmó harto con la idea.

¿Cuál era el acercamiento de Emmanuel con la música de Silvio Rodríguez?

Muy general , conocía unas canciones y otras no, nunca fue muy seguidor de su trabajo, pero como es músico conoce un poco más que la media.

Esta vez intentamos hacer versiones que no tuvieran mucho que ver con el original; anteriormente, cuando hacíamos un cover, nos apegábamos mucho más al original pero esta vez hicimos las cosas de otro modo; además, Meme no nos hubiera permitido ser más conservadores por su modo de entender la música. Además, en este caso hacer una versión muy cercana a una canción de Silvio Rodríguez y que te quedé mejor que la suya es francamente imposible, hubiera sido un suicidio. Decidimos, entonces, traducirlo a nuestro lenguaje y que alguien al escucharlo diga ah, un nuevo disco de Los Bunkers. Así trabajamos, con total desprejuicio: escuchamos a Silvio y cara e’ palo lo mezclamos con otras cosas, ponte tú, Blondie y así le dimos; ¿Black Sabbath? Black Sabbath… Claro, uno puede decir que Silvio es muy rockero, por su actitud, por sus letras, por su forma de cantarlas, pero otra cosa muy diferente es que sus canciones puedan ser tan pop como las de Blondie. Y nosotros nos dedicamos a comprobar esto.

En la medida que grababan el disco e incorporaban nuevos arreglos, ¿les fue haciendo cada vez más sentido el proceso que estaban desarrollando? Me refiero, por ejemplo, a meter bases, sintetizadores, cosas más propias de la new wave.

Tomas la canción, por ejemplo, Que ya viví, que ya te vas, y le pones un ritmo disco. Quizá si intentaras explicárselo a alguien con palabras te diría que no tiene ni un sentido, pero es este sinsentido aparente el que nos interesaba explotar.

Hace tiempo que no se publican grandes discos de música latinoamericana, considerando inclusive la acepción más tradicional del término. Un disco de Silvio Rodríguez, filtrado por nosotros y producido por Meme, puede ser un súper buen disco de música latinoamericana. Todo fue muy rápido, nuestra decisión, la participación del Meme. Cada vez estoy más convencido de que las canciones se Silvio superan varias tradiciones que lo han amarrado: primero, su contexto histórico, social y político donde fueron compuestas, la calificación estética que puedes darles como trova. Una canción de Silvio Rodríguez es mucho más que eso, sus temas son bastante más universales. Toma una canción como El Día Feliz que está Llegando, su lectura se nos iba dando muy naturalmente; nos decíamos, mira, si es como Roger McGuinn, un tema de folk rock neto que podría ser de Tom Petty. En otras como El Necio, escuchas los arreglos originales de guitarra que son muy rockeros, por lo que en varios casos él, Silvio, nos fue sugiriendo qué hacer, qué dirección seguir. Fue un deleite. Hubo otros temas que dejamos afuera precisamente porque nos adelantábamos a la canción y el proceso no fue tan natural. En esto fue fundamental el Meme, por ejemplo hay una canción que nos gustaba muchísimo De la ausencia y de ti, y al mostrársela a Meme no le pareció gran cosa, nos decía veamos otro. Junto con él hicimos el proceso de selección; Meme tiene una relación muy física con la música, se mueve constantemente, salta, se le sale la música por los brazos, así que sabíamos de inmediato si una canción le gustaba porque reaccionaba moviéndose.

En su álbum anterior, Barrio Estación, ustedes se encargaron de la producción, ¿por qué decidieron ahora volver a trabajar con un productor externo?

Estábamos cansados de discutir todo entre los cinco, independiente de que quien compone siempre tiene más peso sobre la decisión final. Y lo otro es que necesitábamos alguien de afuera que conociera a la banda, que supiera cómo tocamos pero que nos pudiera orientar hacia otra parte. Meme nos ayudó a comprender mucho mejor nuestro sonido, no cambiándolo sino ampliándolo hacia varios lados. Teníamos una confianza plena en él, de lo contrario nada hubiera funcionado. Tiene un oído y un sentido rítmico muy desarrollado, quizá por ser mexicano y la música que hace con su banda: nosotros somos más pegados en el cuatro cuartos. Para él, el ritmo tiene que ser clavado, en su lugar, no un poco a destiempo o apurado; nada, ta, ta, ta…

¿Cómo fue grabar en México?

Queríamos volver a grabar en vivo, el 80% del disco está grabado así y esto te exige llegar con muchos ensayos en el cuerpo. Tuvimos que escoger estudio entre uno muy grande, donde grababan orquestas de boleros y eso, y un segundo un poco más pequeño pero con equipos del año de la pera, y nos inclinamos por éste. Dejamos la batería en la sala junto con nosotros y sacamos los amplificadores, uno en el baño, otro en el living y grabamos todos muy juntos. Todos los micrófonos y máquinas eran de la década del treinta, del cuarenta, del cincuenta, a tubos, debías esperar diez minutos para que se calentaran; eran añejos, hermosos. Esto se nota en la pastosidad de la grabación. Por formación uno busca cierto sonido y los micrófonos eran capaces de captar ciertos sonidos y nos decíamos, cresta, siempre he querido sonar así.

¿La gran cantidad de bases y sonidos insertados, los arreglos en suma, pasaban por decisiones de ustedes o por la participación de Del Real?

Pasó por ambos. Lo invitamos precisamente porque podía aportar en ese sentido: en los ritmos, en los sonidos. Y estábamos claro en que no queríamos sonar vintage sino más modernos, para qué querríamos sonar como Vida de Perros si ya lo hicimos. Siempre vamos a escuchar los mismos discos, siempre preferiremos uno de The Jam a uno de Interpol, pero esto es lo que hacemos en nuestra casa.

El sello de la banda aún permanecería

Exactamente.

Cuéntame acerca de la reacción de Silvio Rodríguez al momento de escuchar el disco o las maquetas que ustedes le enviaron…

Queríamos avisarle que estábamos haciendo un trabajo sobre su obra. Y sus asesores nos contaron sí, adelante, no hay problema, algo así como hagan la huea que quieran, ja, ja. Dos semanas después nos llego un correo de la hermana de Silvio que es su representante diciéndonos que querían escuchar el disco. Les enviamos una premezcla del álbum, pasaron un par de meses y ahí le tomamos un poco el peso al asunto: ¿y si no le gusta? Bueno, ya estaba hecho, pero lo hacía todo menos agradable. Y poco después nos respondió dándonos las gracias por lo que hicimos, agradeciendo que hubiéramos respetado lo esencial de las canciones, que le había encantado el repertorio elegido y que, algo súper raro, en su momento pensó que muchas canciones de aquéllas merecían arreglos más rockeros.

¿Cómo se gestó la incorporación de Manuel García en el álbum?

Cuando vinimos a Chile en febrero de este año, nos juntamos en casa de un amigo en común con Manuel y nos pusimos a tocar algunas canciones de Silvio. En abril, Manuel fue a México a tocar al Vive Latino y nosotros teníamos un par de temas que no habíamos terminado aún, uno de éstos era Al Final de este viaje. Hablamos con Manuel, lo invitamos y le dijimos oye, estamos haciendo esto, te interesa hacer algo, nos dio su opinión; empezamos a tocar la canción en vivo, con Manuel en la voz, hicimos tres tomas y quedó listo. Era demasiado evidente que su interpretación había sido muy emotiva.

Presumo que la invitación a Manuel pasa también por su relación con la música de Silvio Rodríguez

Claro, él es uno de los pocos músicos con quien podemos hablar de Silvio y que además siente tanta pasión como nosotros por su música. Él fue muy generoso, ya que uno observa en sus discos que intenta alejarse de esa filiación con Silvio, sin embargo, por nosotros volvió a algo que podría significar un estigma para él.

¿Cuál es la estimación que se tiene en México sobre la obra de Silvio Rodríguez?

Es mucho más segmentada. El público rockero no se mete mucho ahí ya que lo consideran un artista de trova; aquí en Chile es más transversal, lo puede escuchar tu papá, tus amigos. Y en México hay fans ortodoxos tanto de trova como de rock, de hecho éstos son mucho peores. Los seguidores de la trova ven a Silvio como un ícono, una animita de carácter político, todo muy solemne y por eso nos dijimos, ya está, tenemos que lograr que este proyecto le caiga mal a éstos y que los otros lo encuentren peor.

Corrían un gran riesgo con esta apuesta: hacer un disco de versiones de un cantautor controversial y con un giro estético importante…

Un tipo del sello, cuando le contamos del proyecto y la invitación a Manuel García, nos preguntó que quién era; le dijimos que era un cantautor chileno. Ah, entonces por qué no invitan a éste, a este otro, nos comentó, pero le dijimos que no porque esos tipos no los conocíamos y su música no nos gustaba en absoluto. Y ahí quedó todo.

¿Fue muy difícil vender el proyecto al sello?

No, para nada. Tuvimos suerte en que el representante del sello era fan de Silvio, así que le encantó la idea de hacer un disco con sus canciones.

¿Cómo percibes que ha sido la reacción de la gente menos proclive a la idea original del disco?

Hubo muchos que arrugaron la nariz en un primer momento, pero creo que al escuchar el álbum se percataron de que estábamos haciendo algo diferente a lo que pudieron pensar.

Al menos en Chile, por los discos de versiones que se han hecho, muchos pensamos que los álbumes de covers son un dique seco, un retroceso en la carrera de un músico, una expresión de falta de ideas.

Claro, y yo probablemente pensé algo similar en algún momento. Tenemos claro que esto no es un disco de versiones, es algo diferente que nos deja la vara muy alta para nuestro próximo disco con canciones propias.

Imagino que eso es por las ideas y arreglos que incorporaron en la gestación del álbum.

Sí, y porque las canciones en su base ya eran muy buenas y esto nos pone presión; necesitamos que lo que llevemos como material a la sala de ensayo tenga esa calidad mínima o que esté cerca al menos.

¿Y la reacción del seguidor acérrimo de Silvio Rodríguez? ¿Te preocupa?

La verdad lo que más me interesa es que este disco pueda ser una entrada al mundo de Silvio para un cabro de quince años que no ha podido conocer su obra por una serie de razones. Son canciones que ya no se hacen, no digo que tengan que hacerse ahora, pero por una extraña razón ya no se hacen composiciones de este tipo.

¿Son canciones que tal vez parezcan un tanto anacrónicas? ¿Qué ya no responden a nuestra contemporaneidad?

No sé, nosotros somos súper anacrónicos, hablamos de Los Beatles todo el día, vivimos en un mundo que no es el real. En nuestro universo Substitute de The Who es una gran canción, y puede haber mucha gente que no la conoce; siempre hemos estado desfasados, viviendo en otra época. El disco demuestra eso: que las canciones están vivitas y coleando y que son muy contingentes. De hecho, cuando salió Piñera tuvimos la confirmación de que éste era el disco que teníamos que hacer. En el disco se puede hallar de todo, lo que uno piensa de su país, de la vida, del amor a cierta edad. Y ésa era la idea que subyacía al disco; que pareciera un álbum propio.

¿Sientes el golpe de llegar a Chile y ver que el país ha cambiado?

Sí. El país está un poco más duro, menos amable. El otro día iba en un taxi y nos pasó por el lado un auto blanco; el chofer del taxi se detuvo y empezó a garabatear al otro conductor. Terminaron de discutir, el chofer de dio vuelta y nos dijo éste es peruano, éste no es dueño del auto. Debe trabajar en un taller mecánico o en una automotora y saca el auto a la hora de almuerzo. Y nosotros nos mirábamos, pensando y este hueón además es racista, qué te pasa.

El renacer global de Ana Tijoux


 

Wiken
La rapera partió su año pensando en entrar a estudiar y convertir la música en su hobby, pero terminó con su último disco recomendado por diversos medios a nivel mundial-desde Thom Yorke en el sitio de su banda, Radiohead, a The New York Times- y postulando a un Grammy. Mientras recibe llamados de todas partes del mundo proponiéndole giras, ella sólo trata de tomárselo con calma. "Hay gente que dice que este es un logro del hip hop chileno. Yo de verdad creo que sí", dice en esta entrevista.

Por Marcelo Ibáñez Campos La compra más reciente de Ana Tijoux la acompaña a todas partes. La sigue, la persigue, le pisa la sombra de los talones. Avanza junto a ella, mientras ella camina tratando de encontrar sus próximos pasos. Mientras Ana vaga y divaga libre por las calles de Ñuñoa buscando sus respuestas.

Hace un año Ana Tijoux se sentía atrapada. Retenida en una historia de futuro incierto y un pasado escrito con un puñado de hits radiales. "Sentía que no estaba avanzando, que estaba estancada en lo mismo de siempre", dice.

Tenía un nombre ganado como parte del grupo Makiza, un disco solista de tintes pop con el que no pasó mucho ("Kaos", 2007) y acababa de sacar un segundo álbum, esta vez rapero, bautizado con el año de su nacimiento: "1977" (2009). Un disco ignorado por las radios nacionales y abrazado por el mismo público que dos años antes le había dado la espalda a su debut en solitario, debido a sus coqueteos con el pop y el romántico R&B. El mismo público que la elevó sobre sus hombros doce años antes, cuando Ana no era Ana la solista sino que la "Anita de Makiza". El mismo que recibió a "1977", como se recibe a la hija pródiga después de una temporada de extravíos, exploraciones, caprichos y desvaríos: con los brazos abiertos. El mismo público de siempre. El rapero.

Y los conciertos se comenzaron a llenar de nuevo como pasó en 1997, el año en que el hip hop chileno parecía estar listo para devorarse al mundo. La época en que el debut de Tiro de Gracia vendía 150 mil copias, los rayados cubrían las micros amarillas y los mejores graffiteros de la época "exponían" sus pinturas en un oasis de panderetas en medio de Plaza Italia.

Una época en que las eternas tocatas periféricas, con decenas de grupos que cubrían cada cartel, se repletaban de gente tratando de descubrir si era cierto lo que se decía en la calle: que había una linda chica de 20 años, que rimaba mejor que la mayoría de los hombres. La época en que cada uno de esos raperos que se tomaban cada sábado la trastienda de la Estación Mapocho -cientos de rimadores llegados de todas las comunas de Santiago; de La Florida a Maipú, de Cerro Navia a La Legua, entre ellos Tijoux- creían estar destinados a repetir la historia gringa de los creadores del género: salir del ghetto al mundo, a punta de buenas rimas.

Pero eso no pasó.

Hasta ahora.

Doce años después, y con su último disco recién editado en Chile, sus conciertos volvieron a recibir a ese público nacional -esta vez en una versión menos callejera y más estilizada, sin el foco mediático encima- que la coronó hace más de una década. Todo bien. O casi. Porque sin mánager, sin difusión radial, sin ventas importantes, Ana Tijoux comenzó a sentirse estancada.

"¿Qué hago?', me dije. '¿Sigo rapeando en estos clubes y no pasa nada o me pongo a estudiar otra cosa y hago de la música un hobby? Me lo preguntaba por un asunto de lucas, obvio. Por el Luciano -su hijo-, por el futuro, por el miedo. Porque tengo 33 años y ¿cuánto rato más voy a rapear? ¿Me veo rapeando a los 42? No sé. Es como cuando estás en una empresa y ya diste la vuelta: ¿Te quedas ahí relajado? ¿O tomas la plata, viajas 6 meses y resuelves el asunto? Es como el paralelo que encuentro con mi viaje a Estados Unidos. Puedes tener la fuerza de tocar en las mismas tocatas, pero cuando llevas 12 años en lo mismo necesitas que pase otra cosa, un incentivo", explica.

Y el incentivo llegó con la fuerza telúrica del año que ya termina. Partió con su primera gira a EE.UU, pocos días después del terremoto que la pilló tocando en un local santiaguino, y terminó en diciembre con una llamada en un hotel de Madrid, anunciándole que su disco "1977" estaba nominado a un Grammy anglo en la categoría "Mejor Álbum Latino Rock, Música Alternativa o Urbana". Entre medio firmó con el influyente sello estadounidense de música latina, Nacional Records; Thom Yorke -vocalista de Radiohead- eligió al tema que titula el álbum para encabezar su lista de las mejores canciones para "oír fuera de la oficina" -por sobre gente como Björk o John Coltrane-, y una interminable lista de medios internacionales -desde The New York Times a Página 12, pasando por The Boston Globe y Los Angeles Times- le entregaron con distintos adjetivos, un título que el público de rap nacional le había regalado una década antes: el de "La mejor rapera de lengua hispana".

Un año en la carrera de Tijoux y las réplicas generadas por todo ese movimiento tectónico están lejos de parar. Auspicios de marcas de micrófonos internacionales, ofrecimientos para irse de gira por Norteamérica, Europa y el norte de África, un contrato con una agencia internacional -la misma que representa a artistas como Justice, Diplo, Roots Manuva, Aphex Twins- y la presión del sello para aprovechar la ola y sacar pronto un nuevo disco, son algunos de los cambios que siguen sacudiendo la carrera de Tijoux. Moviendo la tierra que yace bajo su última adquisición. Esa que la sigue y la persigue acompañándola a todas partes: sus zapatillas de running.

"Tengo un par de mandas si me gano el Grammy, pero si no, hay que tomárselo con calma, porque el asunto es el próximo disco. Eso es lo que me preocupa", dice. "Estoy pensando cómo lo quiero hacer. En un momento estaba presionada y empecé a llamar a todo el mundo pidiendo pistas, pero '¿sabes qué?' me dije después, 'voy a hacer el disco con calma porque todavía no sé qué quiero hacer'. Por eso ahora lo único que hago es caminar. No sabía por qué, hasta que un amigo me dijo 'claro, es que estás buscando respuestas'. Y es tan obvio y es tan verdad" cuenta, mirándose la punta de sus zapatillas nuevas, con una de esas sonrisas que apenas cubren el agotamiento.

EL VIAJE INTERIOR. "Coincidencia" es la palabra que Ana Tijoux usa a la hora de tratar de explicar su año. De cómo pasó de estar a punto de convertir la música en un hobby, a comenzar un inesperado despegue a nivel global. "Coincidencia" se repite cuando explica cómo llegó a hacer dos giras a Estados Unidos sin siquiera tener mánager, gastando sus millas acumuladas en un pasaje de avión, para aprovechar una gira propuesta vía Myspace por el administrador de un club de música latina en Chicago. Y "coincidencia" encontrarse con Invincible -la rapera a quien Tijoux invitó a participar en su último disco, y a quien sólo conocía por Myspace- en el primer festival en el que tocó: el SXSW de Austin, uno de los más importantes de la industria estadounidense. Dato que por entonces, Tijoux desconocía.

Hasta que coincidencia tras coincidencia, Tijoux se dio cuenta que debía reemplazar esa palabra por "conexión".

La primera "conexión" se dio con Invincible. Fue ella la que sacó a Tijoux del escenario de "world music" -donde la fueron a ver "dos pelagatos"- plagado de músicos latinos mezclando electrónica con cumbias, y la invitó a su showcase hiphopero.

"Era una sala pequeña. No había más de 150 personas, pero eran puros músicos. Ahí estaba Bahamadia, Slum Village, Black Milk, o sea un montón de gente. Para mí era tocar para muchos de los tipos de los que soy fan, groupie, ¿cachái? Me subí a hacer un tema y cuando me bajé, se acercaron todos a decirme 'Come on, girl. Motherfucker, you can do it'. Todo el rato sentía que era mentira. Fue como llegar a un colegio donde están todos los grandes y tu erís la más chica y te aceptan y te dicen 'ven a jugar con nosotros'. Fue súper motivante sentirse un par, en la cuna del hip hop. Me hizo un click en la cabeza. Como si me hubieran pegado un palo."

"Hay una cosa que es clave. Acá hay un condicionamiento a no surgir: la cultura, la educación, te condicionan a que tú nunca vas a ser nadie. Es como 'loco, naciste en Maipú, vas al liceo, no vas a ser nadie', pero en el fondo quieres puro que pase lo contrario. Creo que en mi familia, sin quererlo, me lo inculcaron. Y eso genera rabia, la frustración de creer que nacimos para cosas pequeñas. Pero si tú te lo propones y buscas, y juegas de manera inteligente, puedes. Eso está pasando con el hip hop chileno. Hay un cambio de mentalidad, como lo hizo Bielsa con la selección".

Fue en una ciudad a medio destruir como Detroit, un lugar bombardeado por las crisis económicas, que la conexión se hizo profunda. Fue en la casa de esos músicos que había escuchado desde que era una veinteañera que el viaje alcanzó para Tijoux una dimensión interior.

"Del sello me llamaban para contarme que tal crítico de The New York Times que es súper influyente, había dicho que yo era bacán. Que otro de la Rolling Stone dijo lo mismo. Y yo respondía 'ah, ya que bueno'. Los logros sociales respecto a prensa eran bienvenidos, pero yo estaba más alucinada con la conversación que había tenido con tal músico", cuenta.

"Miraba los sótanos donde hacían música y era como estar en la casa del Dro -productor de las pistas de "1977"-, miraba todo y tenían el mismo micrófono envuelto en una panty a falta de filtros. Era muy similar a como se hace el hip hop en Chile, y en ambos lugares pasan cosas en términos de calidad... Hay gente que dice que lo del Grammy es un logro del hip hop chileno, yo de verdad creo que sí. No es que yo sea una portavoz, es la manera en que se hizo el disco: me costó 350 lucas, lo hicimos en una casa de manera súper simple. El resto fueron llamadas a gente que conozco para que ayudara con las fotos y el diseño. Es un ejemplo de cómo se produce el rap chileno".

"1977" pasó desapercibido en Chile, al menos mediáticamente, hasta que Thom Yorke los destacó. "Acá me lo recuerdan más de lo que me lo recuerdo a mí misma. Eso refleja que uno no es profeta en su tierra y que en Chile hay que esperar el bautizo de un artista externo. Hay una cosa entre bacán y triste. Pero la historia de Chile es así. Somos un país colonizado, esperando que llegue el conquistador a decirnos lo que tiene valor. Menos mal que dijo que era bueno, si hubiera dicho que me odia, me crucifican".

-Antes de firmar con Makiza, Sony te propuso desechar el grupo y ser solista. Luego del éxito de "Aerolíneas Makiza", Gustavo Santaolalla te propuso algo similar. ¿Te has arrepentido de haber dicho que no?

"No. Es distinto cuando te dicen 'deberías ser solista' a cuando tú dices 'necesito ser solista'. En ese momento, no estaba preparada para serlo, estaba súper convencida de que éramos un colectivo. Seguí la intuición. No me arrepiento, porque no habría disfrutado lo que me está pasando como lo disfruto ahora. La gente tiene terror a equivocarse y por eso se quedan congelados. Era necesario. Con Gustavo jamás hubiera hecho un disco como '1977', me lo hubiera tirado por la cabeza.... Creo que a veces tomé muchas decisiones estando caliente, ahora prefiero tomarlas con calma: mi nuevo disco, los llamados de todas partes del mundo para irme de gira. Hay veces en que el universo nos pone preguntas más raras y hay que contestarlas paso a paso."

-¿Y cuál es la pregunta que te puso el universo ahora?

"Cómo ser feliz y estar en paz. Es súper difícil tomar decisiones con calma sobre las cosas que están pasando y estar en paz en estos momentos".

-¿Y cómo logras la paz ahora?

"Caminando. Es la única herramienta que he logrado encontrar. Pero el cerebro no se calla".

Caminar, a pesar de que sus nuevas zapatillas son para correr. La única manera que Ana Tijoux ha encontrado para evitar los tropiezos.

"En Chile hay que esperar el bautizo de un artista externo. Somos un país colonizado, esperando que llegue el conquistador a decirnos lo que tiene valor".

"Tengo un par de mandas si me gano el Grammy, pero si no, hay que tomárselo con calma, porque el asunto es el próximo disco. Eso es lo que me preocupa". Su vida en discos"Vida Salvaje" (1998), Makiza: Su sello lírico -rimas que navegan entre la crítica política, la introspección poética y una profunda humanidad-, su cuidada producción musical (Cenzi y Dj Squat) y una voz femenina sedosa y humeante, fue lo que convirtió a este cassette autoproducido, en un clásico del hip hop underground nacional.

"Aerolíneas Makiza" (1999): En 1997 Tiro de Gracia vendió 150 mil copias con su disco debut, y todos los sellos se lanzaron a buscar la próxima banda de rap que repetiría el éxito. Makiza lo hizo gracias a dos éxitos que plasman el humanismo -"La rosa de los vientos"- y el contenido político -"En paro"- que definió a la banda. Un clásico.

"Casino Royale" (2005): Justo cuando la carrera de Makiza comenzaba a cruzar fronteras, Tijoux decidió dejar la banda y volver a Francia. Cinco años después volverían a reunirse para este disco. Uno que sonaba bien, pero en el que se notaba que la magia se había perdido.

"Kaos" (2007): La rimadora decidió lanzar este disco de manera independiente."Fue un suicidio pop. Tenía la necesidad de matarme de manera lúdica. Fue como 'voy a matar a mi ícono y vayánse todos a la mierda. Y ¿saben qué? Yo también'", dice sobre un disco despreciado por la crítica y el público rapero debido a sus canciones románticas.

"1977" (2009): "Al hacer este disco estaba súper perdida, tenía pena y frustración. Hacerlo fue una necesidad de reafirmarme, de asumirme y decir: esta soy yo. Por eso tiene mi año de nacimiento, por eso las letras, por eso me tatué el título. Más que una biografía, '1977' es un disco de autodefinición". Bases de rap clásico, rimas elegantes y la aprobación a nivel mundial. Un disco de rap puro.



Por Marcelo Ibáñez Campos.

Eulogio Dávalos presenta recital poético "Winnipeg" en Barcelona

 

El Mercurio


Junto con este homenaje al "histórico viaje" que organizó Neruda en 1939, el artista anuncia la publicación de un libro de memorias.

Claudia Ramírez Friderichsen Desde Barcelona

España y, especialmente, Barcelona han estado siempre presentes en la vida del guitarrista y compositor chileno Eulogio Dávalos Llanos (1945). En esta ciudad, a la que llegó en 1975, ha desarrollado más de la mitad de su carrera y ahora prepara la presentación en Barcelona del recital poético "Winnipeg", su homenaje al "histórico viaje" que gestó Pablo Neruda en 1939, y que culminó con el arribo de más de 2.000 refugiados españoles a Valparaíso. La función de esta obra -que se estrenó mundialmente en el Fórum de Valparaíso- será el 19 de enero en el Ayuntamiento de Barcelona, con las actuaciones de Humberto Duvauchelle, Jaume Comas y Lucho Roa.

Dávalos está empeñado además en la escritura de sus memorias. Y dice que ya empezó a escribir "recuerdos, vivencias, proyectos, sueños y la certeza de concretarlos" para este libro que se publicará en Madrid en la Navidad de 2011 e incluirá un CD y un DVD con grabaciones suyas. Una de las piezas seleccionadas se titula "Pascua Lama" y parece un llamado de atención: "Destruir el glaciar de la zona de Huasco es un atentado contra la naturaleza de Chile y Argentina", afirma Dávalos.

-¿Cómo es su relación con la cultura catalana?

"Mis raíces son chilenas, pero cuando estoy en Chile no sólo echo de menos el pan con tomate y Las Ramblas, sino también la forma de ser de los catalanes, me siento identificado con su cultura".

Una conexión que le acaba de retribuir la ciudad-puerto, pues el Ayuntamiento lo distinguió con una medalla de honor por su vocación de servicio, la que recibió de manos del alcalde Jordi Hereu.

Hace 15 años organiza el Certamen Internacional de Guitarra de Barcelona "Miquel Llobet" (en honor al guitarrista catalán), instancia que se inició en homenaje a la argentina María Luisa Anido, discípula de Llobet, y que este año ganó el chileno Esteban Espinoza. Y desde hace tres décadas da clases de guitarra en el Estudio Musical Eulogio Dávalos Román (en homenaje a su padre, pianista nacido en Bolivia).

"El idioma de la música es uno solo. No es un problema de banderas ni de geografías. Es un sentimiento que se expresa. En la madurez y con los años se puede hacer una tonada chilena y, sin quererlo, que tenga una raigambre catalana, un giro o un ritmo que me hace rememorar una sardana", dice.

Alumno de Liliana Pérez Corey y de José Pavez Rojas, Dávalos trabajó con Víctor Jara para la Universidad Técnica del Estado (hoy Usach), y con Ángel Parra en la Peña de los Parra. En 1969 fue el primer latinoamericano en grabar el "Concierto de Aranjuez" (Rodrigo). Desde su arribo a Barcelona, tendió lazos con los creadores locales y fue cercano al movimiento de la Nova Canço (Nueva canción), surgido en Cataluña en los 70. También protagonizó la reedición de las "Anticuecas" de Violeta Parra, al tocarlas en Madrid en 1991, gracias a la transcripción de la pedagoga Olivia Concha Molinari.

En el repertorio de Dávalos conviven la música docta y la popular, y fue su padre quien le enseñó a integrar en su repertorio sonidos de ambos mundos. De hecho, el disco que grabó para RCA Victor en 1963 contuvo íntegramente música popular, lo que le valió la crítica de sus pares.

-Usted ha tocado en escenarios como el Carnegie Hall de Nueva York, y a través del "Miguel Llobet" ha impulsado conciertos en cárceles y hospitales, ¿es uno de sus objetivos "bajar" la guitarra del teatro a lugares más comunes?

"La bajo para subirla. ¿Por qué la gente que está en la cárcel, sin entrar en la problemática de por qué está allí, no tendría la necesidad de escuchar algo tan humano, directo y popular como una guitarra?".

-¿Persiste la barrera entre la música popular y la docta?

"Lamentablemente, siempre se ha hecho esta división que es falsa. Sólo es música. Si realmente tienen categoría y calidad es tan importante tocar una sonata de Scarlatti como un tango de Piazzolla".

Relatos y partituras: libro recorre la música chilena de los años 60

El Mercurio
El volumen completa la primera trilogía de publicaciones tituladas "Clásicos de la Música Popular Chilena", que editan la SCD y la Universidad Católica. El texto incluye 56 transcripciones para piano.

IÑIGO DÍAZ
Los musicólogos la consideran la década más completa de la cronología, porque allí convivieron por única vez muchos de los movimientos creativos que dieron forma a la música chilena.

En los años 60 coinciden la música típica, con la herencia de Los Cuatro Huasos; la proyección folclórica, comandada por Margot Loyola; el Neofolklore, inaugurado por Los Cuatro Cuartos; la Nueva Canción Chilena, con el núcleo de la familia Parra, y la Nueva Ola, la primera experiencia de música pop local.

En torno a este movimiento juvenil gira el análisis y recuento que firman el musicólogo Juan Pablo González y el escritor y músico Desiderio "Chere" Arenas, con un relato caleidoscópico en su texto "La Nueva Ola y lo que botó".

"Yo no fui particularmente cercano a estos artistas, tenía nueve años cuando Peter Rock grabó el disco que inaugura la historia en 1959. Pero me sigue sorprendiendo que a pesar de ser una música pop, o sea que se consume y se desecha, y que no contenía grandes letras, mantiene una increíble permanencia en el tiempo. Aquí hay más que nostalgia: el Pollo Fuentes canta mucho mejor ahora que hace 40 años", señala Arenas.

El libro cierra la primera trilogía de volúmenes que recorren la historia musical chilena (ver recuadro), un proyecto que impulsó en 1992 el compositor Luis Advis y que tras su muerte en 2004 continuaron los musicólogos Juan Pablo González y Rodrigo Torres junto a músicos como Alejandro Guarello y Sergio "Tilo" González.

Incluye un extenso apartado de canciones del repertorio nuevaolero popular, que se convirtieron en partituras para piano. Entre ellas figuran títulos indestructibles como "Balada de la tristeza" (Buddy Richard), "La gotita" (Ariel Arancibia), "El tren hacia el olvido" (Scottie Scott), "Eres exquisita" (Vittorio Cintolesi), "Caprichitos" (Jorge Pedreros) o "Te perdí" (José Alfredo Fuentes). "Yo nunca bailé con estas canciones, pero me las sé todas", comenta Arenas. Precio: $15.300. Disponible en Alameda 390 y en la librería virtual de la UC.

miércoles, diciembre 15, 2010

Conflicto entre sello y disquería vuelve a complicar venta de disco de Los Bunkers en Chile

La Tercera

Tal como en 2008, el nuevo álbum del grupo, uno de los mayores lanzamientos locales del año, no se venderá en las tiendas Feria Mix.

Incluso en días de debacle discográfica, el escenario asoma insólito. Música Libre, el nuevo título de Los Bunkers - dedicado a la obra de Silvio Rodríguez , uno de los discos locales más esperados y el álbum chileno más internacional de 2010- aún no puede ser comprado ni escuchado en el país, y no será distribuido por Feria Mix, la mayor cadena disquera a nivel nacional. Pese a que fue editado el 16 de noviembre en México, y a que la propia banda ya lo estrenó a principios de mes en el Centro Cultural Amanda, el tributo realizado por los penquistas a Silvio Rodríguez no está disponible y ha tropezado con una serie de trámites que han impedido su normal comercialización.

Y, pese a su creciente presencia continental, no es primera vez que el quinteto batalla con el mismo panorama: en 2008, su ex sello, Feria Music -división fonográfica de Feria Mix- los acusó de incumplimiento de contrato, tras su partida a la multinacional Universal, y determinó que el álbum Barrio estación no llegara a sus tiendas, las que representan un 80% del mercado. La medida los obligó a vender el trabajo en la cadena de supermercados Hiper Líder, donde despacharon cerca de cuatro mil unidades, mientras en México alcanzaban las 30 mil.

Según gran parte de los involucrados en el tema, el actual problema guarda relación con ese mismo entuerto, pero también con conflictos de industria más recientes. Ejecutivos de Feria Music y de Evolución Producciones -firma que desde 2009 maneja a Los Bunkers en Chile- aseguran que ya se llegó a un pleno acuerdo y que ese litigio está superado. En parte, el trato final se logró tras la partida el año pasado del ex manager de la banda, Andrés Varnava, quien había liderado los enfrentamientos contra Feria Music. Eso sí, aún quedan una serie de documentos protocolares por firmar y que han frustrado el cierre formal del tema.

Por otro lado, desde hace tres años que Universal enfrenta problemas de carácter comercial con Feria Mix. El conflicto ha arrastrado a gran parte de su catálogo y ha obligado a que lanzamientos importantes, como U2 o Juanes, no lleguen a las vitrinas de la disquería -salvo cuando la propia empresa ha importado esos productos - y se vendan en otras plataformas, como las estaciones de metro.

En Universal reconocen esa situación y dicen "lamentar" que Música libre no tenga la distribución necesaria en la más tradicional de las disquerías chilenas, pese a que en México se puede encontrar en Mix Up -la cadena más importante del país- y a principios de mes estuvo en el top ten de los más vendidos de iTunes México.

"Hemos intentado buscar soluciones para que un disco tan importante pueda tener la difusión que merece", comenta Fernando Franco, director de marketing para el cono sur de Universal. Y la solución ya está: se pactó que Música libre se venderá desde este viernes con el diario LUN a $ 5.490. Tendrá un tiraje de 4 mil copias.

De esa manera, el disco -que hasta ahora tampoco está disponible para descargas en la web- llegará a manos de sus fans antes de su estreno estelar, el próximo 30 de diciembre en el Teatro Nescafé de las Artes. Ahí mostrarán las 12 canciones que forman la totalidad de un trabajo que ya tiene dos singles en radios: Sueño con serpientes y Quien fuera. Tras el concierto, el conjunto se quedará en Chile para iniciar una gira veraniega que aún ajusta días y lugares.

Pero la fecha más importante en la agenda 2011 vino de más al norte. Ayer se confirmó que la banda será uno de los créditos chilenos del Festival Vive Latino, que se hace cada año en Ciudad de México y que es uno de los eventos musicales más masivos de Latinoamérica. El espectáculo se hará el 8, 9 y 10 de abril y también sumó a Ana Tijoux como la otra carta local de la parrilla de artistas.

Chinoy regresa al disco con registro en vivo


La Tercera
El cantautor sanantonino presenta un álbum grabado este año en Bogotá.

Antes de publicar su primer disco de estudio, a mediados de 2009, Chinoy ya se había convertido en una de las revelaciones de la música local de aquella temporada. Una reputación que el sanantonino se ganó gracias al arrastre de sus canciones en las redes sociales, pero principalmente a sus elogiadas presentaciones en vivo.

A más de un año del lanzamiento del disco Que salgan los dragones, el cantautor presenta Chinoy en Bogotá, álbum que recoge su actuación en el Festival Centro de la capital colombiana en febrero del presente año.

Producido por Cavila y editado para Chile por el sello MúsicadelSur, Chinoy en Bogotá incluye diverso material del amplio repertorio del artista, como temas de su debut de 2009- entre éstas, Klara y Que salgan los dragones- y otras como Vamos los dos y El rayo. Esta última, además, será incluida en un compilado editado en España por la revista Zona de Obras.

El disco fue grabado en directo por el colombiano Jhon Jairo Butriago, y luego masterizado en Valparaíso por Felipe Baradit, y según la información del sello da cuenta tanto de los aciertos como de los ripios propios del directo. De hecho, en la mezcla final se incluyeron partes en que la guitarra se desafina -al parecer a causa de los 2.600 metros de altura de la capital colombiana- e incluso un tema en que se corta una cuerda de la guitarra del músico.

Chinoy en Bogotá trae además una serie de fotografías tomadas por el chileno Waldo Burgos, que dan cuenta de las diversas actividades realizadas por el cantautor durante su estadía de diez días en Colombia.

El disco estará disponible en disquerías en algunas semanas más, pero desde el domingo pasado se puede adquirir a modo de preventa a través de los sitios Myspace y Facebook del sanantonino, además del sitio www.cavila.cl. El precio del álbum en esta modalidad es de $7 mil.

Claudio Narea y Miguel Tapia lanzan tres nuevas canciones para descarga gratuita

La Tercera

Claudio Narea y Miguel Tapia tienen nuevas cosas que decir y cantar. El ex guitarrista y ex baterista del grupo Los Prisioneros, respectivamente, presentarán el lunes tres nuevas composiciones. Estos temas estarán a disposición para descarga gratuita a partir de ese mismo día.
Esta semana, los músicos están trabajando en la mezcla de las canciones y se adelanta que una de ellas lleva por título Fiesta nuclear.
Sobre el estilo que tiene la nueva propuesta, Claudio Narea señala que "en estos temas intentamos sonar de manera distinta a lo que hicimos en Los Prisioneros". Además, se espera que, próximamente -en al menos dos meses-, lancen otras tres nuevas composiciones, y que durante el verano realicen una serie de presentaciones a través del país, acompañados por una banda.

Obra de John Cage y homenaje a Schumann se asoman como grandes hitos


Facultad de Artes
La undécima versión del encuentro de música de vanguardia, producida por el Departamento de Música y Sonología de la Universidad de Chile, se realizará en la Sala Isidora Zegers entre el lunes 10 y el jueves 13 de enero próximo y cuenta con 30 obras en su programa.
Las aguas de la música contemporánea se vuelven a agitar a medida que se acerca una nueva versión del festival organizado por el Departamento de Música y Sonología de la Universidad de Chile. En total serán 32 obras, de autores nacionales y extranjeros, las que se tomarán el escenario de la Sala Isidora Zegers entre el lunes 10 y el jueves 13 de enero próximo. Destacados solistas y conjuntos de cámara de Francia, Alemania, Argentina y Chile serán los responsables de mostrar parte de lo mejor de la música docta contemporánea de Chile y el mundo, según cuenta Eduardo Cáceres, director artístico del festival.

Dentro del programa resalta la apertura del XI Festival de Música Contemporánea con el estreno de una obra en homenaje a Robert Schumann, compositor alemán perteneciente al romanticismo y del cual se conmemoró su bicentenario durante 2010. La obra es una creación colectiva en la que intervinieron el Premio Nacional de Música Miguel Letelier, junto a Edgardo Cantón, Andrés Ferrari y Antonio Carvallo, entre otros. Titulada "Eusebius y Florestan", en alusión a los pseudónimos utilizados por Schumann, será interpreta por el autor y pianista argentino Jorge Pepi (ideólogo de la iniciativa), quien azarosamente ordenará las diferentes piezas que la componen.

Imperdible será la partida del segundo día del festival, martes 11 de enero, gracias a la presentación "Sonatas e interludios" del norteamericano John Cage. Fallecido en 1992, Cage dejó tras de si una de las herencias artísticas más asombrosas y fundamentales del último siglo. A él se atribuyen la inclusión radical del ruido y el caos en la obra y el lenguaje musical, así como la creación del piano preparado, artilugio consistente en la intervención del encordado del piano con clavos, pernos y trozos de goma y madera. Su objetivo era buscar una nueva dimensión sonora para el instrumento, la que precisamente se puede apreciar en "Sonatas e interludios". De la obra de Cage se interpretará un extracto, por la pianista chilena Marcela Lillo Tastets.

El autor nacional Cirilo Vila es otro de los destacados por Eduardo Cáceres, para quien el creador de la secuencia "Momentos" (obra para cuarteto de cuerdas que se presentará el jueves 13 de enero) y Premio Nacional de Música 2004, es una de las personalidades más importantes de la música chilena de los últimos 60 años. Una vasta obra que incluye cruces y miradas hacia la música experimental, la popular, el folclor y diversos géneros de música docta, junto a creaciones para otras disciplinas como el teatro, son prueba de ello.

Todos los conciertos parten a las 20:00 horas y contarán con entrada gratuita.

Obras seleccionadas


PostulantesCompositorObraPaís
Compañía de Música ContemporáneaMario MoraLos GolpesChile
Compañía de Música ContemporáneaFrancisco RañilaoFuerzas NaturalesChile
Compañía de Música ContemporáneaAndrés FerrariReplicantesChile
Compañía de Música ContemporáneaJorge Pepi AlosGadáraArgentina
Victoriaquartett BerlinPablo ArandaParphemaChile
Victoriaquartett BerlinCirilo Vila CastroSecuencia "Momentos"Chile
Ensamble Taller de Música ContemporáneaDaniel Osorio GonzálezNayraChile
Ensamble Taller de Música ContemporáneaAntonio Carvallo PintoEcos PresentesChile
Ensamble Taller de Música ContemporáneaJavier Muñoz BravoLa Máscara de la Muerte RojaChile
Proxima CentauriThierry ALLAArtificielFrancia
Proxima CentauriGeorges APERGHISLe corps á corpsFrancia
Proxima CentauriMiguel FaríasPortalesChile
Proxima CentauriPierre JODLOWSKIColiseumFrancia
Proxima CentauriClaudio JaraTransfiguraciónChile
Proxima CentauriChristophe HAVELXXFrancia
Proxima CentauriKaija SAARIAHONOA NOAFinlandia
Proxima CentauriThierry DE MEYMusique de TablesBelgica
Nicolás Kliwadenko MouatNicolás KliwadenkoCadenas de MarkovChile
Marcela Lillo TastetsJohn CageSonatas and interludes (ExtractoEstados Unidos
Jorge Espinoza F.Andrés Lewin Richter"Reacciones IV"España
Andrés AbarzúaAndrés AbarzúaFree will is a sweet illusionSuecia
Estela BellomioGerardo GandiniIN-PROMPTU para Flauta y PianoArgentina
Rafael Díaz SilvaRafael Díaz SilvaPawenmapu. Requiém Azul para Jaime Mendoza CollíoChile
Ignacio Enrique Soto SilvaIgnacio Enrique Soto SilvaCatarsisChile
Miguel Angel Villafruela ArtigasEduardo CáceresSeptiembreChile
Miguel Angel Villafruela ArtigasFernando GarciaCuatro Manchas SonorasChile
Andrés González GonzálezAndrés González GonzálezAiónChile
Luis OrlandiniFernando CarrascoLoroChile
Wilson PadillaJorge SpringinsfeldMamboChile
Andrián PertoutAndrián PertoutCinq petites mélodiesAustralia