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jueves, septiembre 19, 2019
martes, mayo 21, 2019
sábado, octubre 20, 2018
Hologramas y proyecciones 3D impulsan a los clásicos
El Mercurio
Tras la era de los artistas que apuntaron a explotar las vertientes más populares del repertorio clásico, hoy parece estarse abriendo la de quienes buscan revestir al mismo tiempo visualidad y efectismo. Dos llamativos shows en la agenda capitalina dan cuenta de este giro.
Sebastián Cerda.
E l germen ha existido desde hace largo tiempo en nuestra audiencia. Tal vez desde aquellos años en que los casetes de Richard Clayderman se vendían como pan caliente, colando entre la candidez de su "Balada para Adelina" el tono otoñal de una pieza universal como "Para Elisa", una de las melodías más insignes de Ludwig van Beethoven.
Son las apuestas "pop" emanadas desde la esfera de lo clásico, buscando que las melodías de los más grandes compositores de la historia traspasen el halo sagrado, con el fin de reinstalarse nuevamente en el gran público.
La bandera, por estos lados, la han tomado luego otras figuras, quizás con Plácido Domingo como uno de los más persistentes. El tenor español ha ofrecido una serie de presentaciones masivas en el país, entre ellas la gratuita de 2007 en Plaza de Armas y la de este año en el Estadio Nacional, ocasiones en que ha mezclado el repertorio lírico con piezas tradicionales como "Gracias a la vida" y "Yo vendo unos ojos negros".
Más lejos en esos intentos llegó luego el italiano Andrea Bocelli, un emblema de este "crossover", que se ha hecho acompañar por figuras como Jennifer Lopez, Nelly Furtado y Marta Sánchez, y que en 2013 tuvo un masivo paso por Chile.
Aunque quien se ha transformado en símbolo de este tránsito hacia el mundo popular es sin dudas el holandés André Rieu, quien alterna piezas del mundo clásico con un repertorio integrado principalmente por valses y marchas. Sus cifras en nuestro país son avasalladoras: tres visitas con cuatro presentaciones en el Movistar Arena cada una, lo que eleva su convocatoria a cerca de 140 mil espectadores en total.
Pero al hablar de todos estos nombres, no dejamos de apuntar al territorio común de lo estrictamente musical, del que quizás se apartan las propuestas que agendan pasos venideros por nuestra cartelera, y que incluyen entre los nuevos ropajes del repertorio clásico altas dosis de tecnología, visualidad y parafernalia.
Mitos revividos
La más resonante de ellas será la performance centrada en Maria Callas, que tendrá lugar el próximo 18 de marzo en Movistar Arena (originalmente estaba programada para este 22 de octubre), y en la que la legendaria soprano de origen griego revivirá en forma de holograma.
Se trata de la técnica que dejó al mundo boquiabierto en 2012, cuando la figura del malogrado rapero Tupac Shakur apareció entre Snoop Dogg y Dr. Dre, durante la presentación de ambos artistas en el festival Coachella de esa temporada.
Dos años después, fue la imagen de Michael Jackson la que dio la vuelta al globo, luego de aparecer como holograma en la ceremonia de los premios Billboard 2014.
Ahora, este tipo de proyecciones ultrarrealistas pueden salir de gira, para cumplir de alguna manera el sueño de millones de admiradores: aproximarse a la experiencia de presenciar en directo a figuras que nunca antes pudieron ver, y que ya no están aquí para concretar ese anhelo.
"A Callas todos la conocen y aquí nadie la vio en vivo. Ella llevó la ópera a otro nivel en el mundo, rompió todos los esquemas, era venerada. Con esta tecnología podemos vivir la fantasía de verla, y además con una orquesta en vivo", cuenta Francisco Goñi, director de The FanLab, productora encargada del espectáculo en el país.
Según el ejecutivo, el público que está comprando entradas para este show puede ser el que gusta de la música clásica y que va todas las semanas a recintos como el Teatro de la U. de Chile y el Municipal, pero también uno distinto, que simplemente gusta de "las tendencias nuevas, diferentes, de calidad, que quiere sorprenderse y que sabe qué está pasando afuera".
Hoy sábado 20, en tanto, tendrá lugar en Gran Arena Monticello un espectáculo dedicado íntegramente a la música de Antonio Vivaldi. El detalle es que el peso del show no estará en una orquesta comandada por un director, sino en una compañía multidisciplinaria, donde alternan bailarines modernos, intérpretes clásicos y músicos de rock , quienes desplegarán remozadas versiones del compositor italiano bajo una ráfaga de luces y proyecciones 3D.
Diego Vega, productor general de Dives y responsable del arribo a Chile de "Vivaldianno, Ciudad de los Espejos", cree que al recinto de Mostazal llegarán efectivamente admiradores de la obra del veneciano, pero sobre todo "los que se sienten atraídos por los espectáculos visuales, y por aquellos eventos que hay que ver, en los que uno siente que hay que estar".
Este perfil moderno, dice, permitirá que piezas clásicas lleguen hasta quienes "no han podido verlas o escucharlas en vivo", sembrando una semilla que a futuro podría germinar en eventos de corte más tradicional, como las óperas.
Lo correcto y lo incorrecto
Alberto Dourthé, concertino de la Orquesta Sinfónica de Chile, parte de la premisa de que hay público para todo y que no hay ningún inconveniente en que piezas clásicas cambien las envolturas tradicionales con que hasta ahora llegaban al público.
Sin embargo, desde lo musical, cree que "un espectáculo como este, de Vivaldi, es obviamente uno de características masivas, por esto de las luces, la onda rockera ... Eso desvirtúa la realidad de la composición, con una estética ajena a la pulcritud y el detallismo con los que nosotros trabajamos a Vivaldi. Pero no veo por qué no se pueda dar".
Su perspectiva da cuenta de la distancia con que buena parte de quienes gustan de la música clásica observan este tipo de aproximaciones, ya que lo que en ese entorno se valora es "tratar de interpretar lo que el compositor escribió, con el carácter de la época", algo que no ocurre en relecturas modernistas.
Pese a lo lejos que se siente de estas expresiones, Dourthé cree que las mismas pueden derivar en un incremento del público en las presentaciones que él mismo realiza. "Ojalá. Esto es la apertura a algo nuevo, lo que significa que la gente está buscando algo. Y la búsqueda siempre te lleva al inicio y al origen".
Tras la era de los artistas que apuntaron a explotar las vertientes más populares del repertorio clásico, hoy parece estarse abriendo la de quienes buscan revestir al mismo tiempo visualidad y efectismo. Dos llamativos shows en la agenda capitalina dan cuenta de este giro.
Sebastián Cerda.
E l germen ha existido desde hace largo tiempo en nuestra audiencia. Tal vez desde aquellos años en que los casetes de Richard Clayderman se vendían como pan caliente, colando entre la candidez de su "Balada para Adelina" el tono otoñal de una pieza universal como "Para Elisa", una de las melodías más insignes de Ludwig van Beethoven.
Son las apuestas "pop" emanadas desde la esfera de lo clásico, buscando que las melodías de los más grandes compositores de la historia traspasen el halo sagrado, con el fin de reinstalarse nuevamente en el gran público.
La bandera, por estos lados, la han tomado luego otras figuras, quizás con Plácido Domingo como uno de los más persistentes. El tenor español ha ofrecido una serie de presentaciones masivas en el país, entre ellas la gratuita de 2007 en Plaza de Armas y la de este año en el Estadio Nacional, ocasiones en que ha mezclado el repertorio lírico con piezas tradicionales como "Gracias a la vida" y "Yo vendo unos ojos negros".
Más lejos en esos intentos llegó luego el italiano Andrea Bocelli, un emblema de este "crossover", que se ha hecho acompañar por figuras como Jennifer Lopez, Nelly Furtado y Marta Sánchez, y que en 2013 tuvo un masivo paso por Chile.
Aunque quien se ha transformado en símbolo de este tránsito hacia el mundo popular es sin dudas el holandés André Rieu, quien alterna piezas del mundo clásico con un repertorio integrado principalmente por valses y marchas. Sus cifras en nuestro país son avasalladoras: tres visitas con cuatro presentaciones en el Movistar Arena cada una, lo que eleva su convocatoria a cerca de 140 mil espectadores en total.
Pero al hablar de todos estos nombres, no dejamos de apuntar al territorio común de lo estrictamente musical, del que quizás se apartan las propuestas que agendan pasos venideros por nuestra cartelera, y que incluyen entre los nuevos ropajes del repertorio clásico altas dosis de tecnología, visualidad y parafernalia.
Mitos revividos
La más resonante de ellas será la performance centrada en Maria Callas, que tendrá lugar el próximo 18 de marzo en Movistar Arena (originalmente estaba programada para este 22 de octubre), y en la que la legendaria soprano de origen griego revivirá en forma de holograma.
Se trata de la técnica que dejó al mundo boquiabierto en 2012, cuando la figura del malogrado rapero Tupac Shakur apareció entre Snoop Dogg y Dr. Dre, durante la presentación de ambos artistas en el festival Coachella de esa temporada.
Dos años después, fue la imagen de Michael Jackson la que dio la vuelta al globo, luego de aparecer como holograma en la ceremonia de los premios Billboard 2014.
Ahora, este tipo de proyecciones ultrarrealistas pueden salir de gira, para cumplir de alguna manera el sueño de millones de admiradores: aproximarse a la experiencia de presenciar en directo a figuras que nunca antes pudieron ver, y que ya no están aquí para concretar ese anhelo.
"A Callas todos la conocen y aquí nadie la vio en vivo. Ella llevó la ópera a otro nivel en el mundo, rompió todos los esquemas, era venerada. Con esta tecnología podemos vivir la fantasía de verla, y además con una orquesta en vivo", cuenta Francisco Goñi, director de The FanLab, productora encargada del espectáculo en el país.
Según el ejecutivo, el público que está comprando entradas para este show puede ser el que gusta de la música clásica y que va todas las semanas a recintos como el Teatro de la U. de Chile y el Municipal, pero también uno distinto, que simplemente gusta de "las tendencias nuevas, diferentes, de calidad, que quiere sorprenderse y que sabe qué está pasando afuera".
Hoy sábado 20, en tanto, tendrá lugar en Gran Arena Monticello un espectáculo dedicado íntegramente a la música de Antonio Vivaldi. El detalle es que el peso del show no estará en una orquesta comandada por un director, sino en una compañía multidisciplinaria, donde alternan bailarines modernos, intérpretes clásicos y músicos de rock , quienes desplegarán remozadas versiones del compositor italiano bajo una ráfaga de luces y proyecciones 3D.
Diego Vega, productor general de Dives y responsable del arribo a Chile de "Vivaldianno, Ciudad de los Espejos", cree que al recinto de Mostazal llegarán efectivamente admiradores de la obra del veneciano, pero sobre todo "los que se sienten atraídos por los espectáculos visuales, y por aquellos eventos que hay que ver, en los que uno siente que hay que estar".
Este perfil moderno, dice, permitirá que piezas clásicas lleguen hasta quienes "no han podido verlas o escucharlas en vivo", sembrando una semilla que a futuro podría germinar en eventos de corte más tradicional, como las óperas.
Lo correcto y lo incorrecto
Alberto Dourthé, concertino de la Orquesta Sinfónica de Chile, parte de la premisa de que hay público para todo y que no hay ningún inconveniente en que piezas clásicas cambien las envolturas tradicionales con que hasta ahora llegaban al público.
Sin embargo, desde lo musical, cree que "un espectáculo como este, de Vivaldi, es obviamente uno de características masivas, por esto de las luces, la onda rockera ... Eso desvirtúa la realidad de la composición, con una estética ajena a la pulcritud y el detallismo con los que nosotros trabajamos a Vivaldi. Pero no veo por qué no se pueda dar".
Su perspectiva da cuenta de la distancia con que buena parte de quienes gustan de la música clásica observan este tipo de aproximaciones, ya que lo que en ese entorno se valora es "tratar de interpretar lo que el compositor escribió, con el carácter de la época", algo que no ocurre en relecturas modernistas.
Pese a lo lejos que se siente de estas expresiones, Dourthé cree que las mismas pueden derivar en un incremento del público en las presentaciones que él mismo realiza. "Ojalá. Esto es la apertura a algo nuevo, lo que significa que la gente está buscando algo. Y la búsqueda siempre te lleva al inicio y al origen".
jueves, agosto 23, 2018
Los conciertos de hologramas debutan en Chile recreando un show de Maria Callas
El Mercurio
La tecnología abrió una nueva dimensión que permitirá volver a ver y con gran fidelidad un espectáculo de la soprano más trascendente del siglo 20, el próximo 22 de octubre en el Movistar Arena.
Por José Vásquez
Los reportes son entusiastas y las imágenes que circulan del espectáculo apoyan el asombro con que se retira el público tras cada presentación. La tecnología entró como una inyección de adrenalina en la entretención y hoy, lo que en un principio fueron una especie de ensayos frente a audiencias masivas, se profesionalizaron al nivel de un montaje que sale de gira por el mundo en forma de holograma.
El futuro se conjuga en tiempo presente y lo que antes parecía una excentricidad, hoy nutre la agenda de conciertos de grandes recintos de Estados Unidos y Europa.
Fue en abril de 2012, durante la presentación de los raperos Snoop Dogg y Dr. Dre en el Festival de Coachella, que una multitud se vio sorprendida al volver a ver en un escenario a Tupac Shakur, fallecido en 1996. La tecnología que esa vez trajo brevemente de vuelta al músico de hip hop evolucionó hasta tener actualmente giras de artistas que recrean conciertos completos de voces como la de Maria Callas y Roy Orbison, abriendo una nueva dimensión a los shows en directo y que ya establecieron su llegada a Chile con el espectáculo de la soprano más trascendente del siglo 20.
El próximo 22 de octubre, en el Movistar Arena, se realizará el primer recital de esta especie en el país, con un recinto establecido a la mitad de su aforo para favorecer la experiencia.
Es un montaje digital que, a través de rayos láser, proyecta con gran fidelidad la figura de la cantante, fallecida en 1977. Ahí, en el escenario, la recreación de Callas interpreta con una llamativa teatralidad un repertorio clásico -la voz fue remasterizada para este tour- apoyado por la ejecución en vivo de 55 músicos sinfónicos, quienes, incluso, hasta interactúan con la estrella del show.
"En otros países, este tipo de espectáculos se están transformando en una tendencia y este 'Callas in concert: The hologram tour' está siendo un éxito en Europa y Estados Unidos, por eso creo que su llegada a Chile va a resultar una innovación en el mercado", dice Francisco Goñi, director de la productora The FanLab.
Goñi cuenta que este es un concierto dirigido no solo al público amante de la música clásica, sino que por su particularidad técnica, a todas las personas que gusten de la cultura y los espectáculos de calidad. "Para la gente, en un comienzo será difícil de creer que está frente a Maria Callas, pero hoy la tecnología nos da la oportunidad de volver a tener la posibilidad de estar frente a un artista de gran nivel. Será una experiencia única", señala el productor.
La nueva era
Desde la sorpresiva proyección de Tupac Shakur, las recreaciones sobre la base de hologramas se han sucedido, destacando, por ejemplo, la llamativa realización coreográfica de Michael Jackson, cantando un tema póstumo en la ceremonia de los Premios Billboard de 2014. Hoy, estos espectáculos ya son parte de la agenda de conciertos, y Goñi no descarta que este de Maria Callas solo sea el inicio de esta nueva era. "De todas maneras, tenemos planes de traer otros contenidos como este, como el de Roy Orbison o cualquier otro que se presente en el futuro".
Las entradas para este show pionero en el país saldrán a la venta mañana a través de Puntoticket y sus valores van desde los $29.000 a los $105.000, sin cargo por servicio.
También de gira
La misma empresa que está cargo del tour holográfico de Maria Callas, Base Hologram, promueve una gira sinfónica de Roy Orbison.
La tecnología abrió una nueva dimensión que permitirá volver a ver y con gran fidelidad un espectáculo de la soprano más trascendente del siglo 20, el próximo 22 de octubre en el Movistar Arena.
Por José Vásquez
Los reportes son entusiastas y las imágenes que circulan del espectáculo apoyan el asombro con que se retira el público tras cada presentación. La tecnología entró como una inyección de adrenalina en la entretención y hoy, lo que en un principio fueron una especie de ensayos frente a audiencias masivas, se profesionalizaron al nivel de un montaje que sale de gira por el mundo en forma de holograma.
El futuro se conjuga en tiempo presente y lo que antes parecía una excentricidad, hoy nutre la agenda de conciertos de grandes recintos de Estados Unidos y Europa.
Fue en abril de 2012, durante la presentación de los raperos Snoop Dogg y Dr. Dre en el Festival de Coachella, que una multitud se vio sorprendida al volver a ver en un escenario a Tupac Shakur, fallecido en 1996. La tecnología que esa vez trajo brevemente de vuelta al músico de hip hop evolucionó hasta tener actualmente giras de artistas que recrean conciertos completos de voces como la de Maria Callas y Roy Orbison, abriendo una nueva dimensión a los shows en directo y que ya establecieron su llegada a Chile con el espectáculo de la soprano más trascendente del siglo 20.
El próximo 22 de octubre, en el Movistar Arena, se realizará el primer recital de esta especie en el país, con un recinto establecido a la mitad de su aforo para favorecer la experiencia.
Es un montaje digital que, a través de rayos láser, proyecta con gran fidelidad la figura de la cantante, fallecida en 1977. Ahí, en el escenario, la recreación de Callas interpreta con una llamativa teatralidad un repertorio clásico -la voz fue remasterizada para este tour- apoyado por la ejecución en vivo de 55 músicos sinfónicos, quienes, incluso, hasta interactúan con la estrella del show.
"En otros países, este tipo de espectáculos se están transformando en una tendencia y este 'Callas in concert: The hologram tour' está siendo un éxito en Europa y Estados Unidos, por eso creo que su llegada a Chile va a resultar una innovación en el mercado", dice Francisco Goñi, director de la productora The FanLab.
Goñi cuenta que este es un concierto dirigido no solo al público amante de la música clásica, sino que por su particularidad técnica, a todas las personas que gusten de la cultura y los espectáculos de calidad. "Para la gente, en un comienzo será difícil de creer que está frente a Maria Callas, pero hoy la tecnología nos da la oportunidad de volver a tener la posibilidad de estar frente a un artista de gran nivel. Será una experiencia única", señala el productor.
La nueva era
Desde la sorpresiva proyección de Tupac Shakur, las recreaciones sobre la base de hologramas se han sucedido, destacando, por ejemplo, la llamativa realización coreográfica de Michael Jackson, cantando un tema póstumo en la ceremonia de los Premios Billboard de 2014. Hoy, estos espectáculos ya son parte de la agenda de conciertos, y Goñi no descarta que este de Maria Callas solo sea el inicio de esta nueva era. "De todas maneras, tenemos planes de traer otros contenidos como este, como el de Roy Orbison o cualquier otro que se presente en el futuro".
Las entradas para este show pionero en el país saldrán a la venta mañana a través de Puntoticket y sus valores van desde los $29.000 a los $105.000, sin cargo por servicio.
También de gira
La misma empresa que está cargo del tour holográfico de Maria Callas, Base Hologram, promueve una gira sinfónica de Roy Orbison.
martes, enero 16, 2018
María Callas y Roy Orbison girarán como hologramas
Ambos artistas fueron recreados gracias a la tecnología láser y la realidad virtual, lo que permitirá la puesta en escena de los espectáculos de cada uno en distintas ciudades del mundo. "Callas in Concert" se estrenará en Tokio en una fecha por confirmar, mientras que "In Dreams", de Roy Orbison, debutará en abril en el Reino Unido.
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