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martes, agosto 06, 2013

Felicia Morales: La infiltrada del pop chileno

El Mercurio

Toca el chelo y el piano desde los cinco años y tiene entrenamiento clásico, pero esta joven músico se ha hecho un nombre en el nuevo pop nacional. Es parte fundamental del sonido de Gepe y Fakuta, acompaña regularmente en presentaciones a Javiera Mena o Dënver y acaba de lanzar su proyecto propio: "Felicia EP". ¿Qué hace una interprete así, en un lugar como ése?  

Por Isabel Plant

Alex Anwandter baila. Gepe se menea. El público del Amanda, apretado, transpirado, se mueve al ritmo de la música de Alex y Daniel, la banda conjunta de estos músicos chilenos. Y en el escenario, tras el piano, ella. Felicia Morales (29), la cara infaltable, tras el piano y el chelo, en todas las presentaciones de Gepe, Anwandter, Fakuta, Javiera Mena y el resto de la pandilla de músicos jóvenes nacionales.

La escena sucedió hace unos días, pero en cada presentación de Gepe, desde un evento organizado por una marca de cerveza en un restaurante, pasando por el festival de Olmué o el próximo año en el Festival de Viña, quien nunca falta es Felicia. En unas semanas tocará en el lanzamiento del nuevo disco de Dënver. Pareciera ser un elemento omnipresente del pop nacional. Pero no solo viene de otro mundo, del clásico, del docto, sino que también se mantiene fiel a esos instrumentos.

-Yo encuentro bueno eso, porque por ejemplo Gepe se está yendo en una onda más de reggaetón andino (se ríe). Y es muy bacán que siga incluyendo el chelo en esos temas.

VIDA MÚSICA. La vida siempre fue así: hija de dos músicos que trabajan hoy de profesores haciendo clases de piano y armonía, Felicia Morales nació en Concepción, donde vivió hasta que salió del colegio. Las clases en el conservatorio -de piano y chelo- comenzaron a los 5 años.

-La mayoría de la gente que estudiaba en el conservatorio era porque sus papás estaban en la orquesta. Y era estar ahí, hacer viajes, las Semanas Musicales de Frutillar por ejemplo. Éramos todos muy chiquititos y hacíamos conciertos. Mi primer chelo era enano, todos decían que parecía violín.

Siempre tocó, pero los instrumentos fueron variando: la rebelión de adolescencia significó pasarse del chelo al bajo eléctrico, para sumergirse en una onda más grunge. ("Era súper perno andar con un chelo gigante", dice). Vinieron las bandas con amigos, ensayar y ensayar y ensayar para no tocar nunca en ningún lado que no fueran los ensayos.

-¿Y tus papás que venían de la música docta, qué opinaban del cambio de estilo?

-Aunque venían de un mundo docto, eran súper rockeros, poco comunes. Por ejemplo, mi mamá nos despertaba con Rage Against the Machine, a todo chancho, ahora me carga un poco porque me recuerda la despertada para ir al colegio. Pero yo conocí mucha música por ellos: The Smiths, David Bowie, Jimmy Hendrix, todo eso. Había harto clásico, por el conservatorio, pero en mi casa sonaba de todo.

Se vino a Santiago para estudiar en la universidad y entró a Ingeniería en Sonido. Le gustaba que fuera una carrera de música pero sin música, que hubiera cableado y perillas. Era la única mujer en un curso de hombres. Estudió mucho "porque no quería ser la única mujer y guatear". Y comenzó a conocer a gente por internet, fotolog, a bandas, amigos, un grupo donde empezaban a aparecer personajes como Gepe o Javiera Mena, que se topaban en fiestas, en cumpleaños. Eran los años 2005, 2006, Felicia conoció a la banda Les Ondes Martenot, un grupo de pop chileno que tocaba estilo Belle and Sebastian y se les unió. Para el lanzamiento del disco, en Sala Máster, Gepe fue el telonero.

-Y nos hicimos amigos, me invitaron a tocar en otros discos, y listo.

-Eres testigo y parte de esta nueva generación de pop chileno, ¿cómo crees que fue partiendo lo que vemos hoy con Gepe, Pedro Piedra, Dënver, Javiera Mena? 

-Yo creo que todos partimos tocando donde sea. En cualquier parte y nunca ganábamos ni uno. De hecho, gastábamos plata en transporte. Una vez toqué con una banda y fueron tres personas -dice-. Fue raro, como que no le tomé el peso. Con una banda teloneamos el lanzamiento del disco "Hungría" de Gepe, y creo que es de las veces que más nerviosa he estado, porque era raro, se sentía en el ambiente que estaba agarrando vuelo. Había periodistas y antes eran solo amigos.

Ya en el disco "Audiovisión" de Gepe, Felicia tocó arreglos de chelo en algunas canciones. Parte de su banda estable, le ha tocado viajar por Latinoamérica tocando con él, lo que significa también tocar para Pedro Piedra o Fernando Milagros o el que sea que también se esté presentando en México, en Uruguay, en Argentina, esa vez. Se quedan todos en los mismos hoteles, son amigos, se ayudan en el escenario.

-Es buena onda, no hay una rivalidad -dice- Me acuerdo cuando fuimos a México con Caravana, estaba Gepe, Pedro Piedra y Fernando Milagros. Y tocaban ellos y todos con todos. Fernando Milagros me pidió acompañarlo. Después venía Pedro Piedra y yo hacía los coros, después venía Gepe y al revés. Es bueno, porque hay fiato tocando, es más fácil.

EL PEQUEÑO DISCO. El departamento de Felicia Morales tiene dos gatos -uno de quince años y otro de uno-, muchos adornos que salieron del Persa, mucho cuadro, mucho cactus en la terraza, un piano, donde además de tocar da clases, una pieza que convirtió en peluquería donde ella misma corta el pelo (con el nombre "Salón Felicia"), que es su otra actividad aparte de ser música. Hay también un chelo eléctrico, nuevo, apoyado contra la pared. "Es flaco. Raro. Lo tengo aquí para mirarlo y acostumbrarme", dice ella.

Felicia Morales es la definición de "piola": tranquila, no busca robarse el escenario en las presentaciones, sino que está preocupada de cómo suena todo; piensa más en la música, en no fallar en canciones nuevas, antes de asustarse porque está parada a veces ante a veces miles de personas, en festivales como Vive Latino o Lollapalooza. No es buena para carretear, dice, después de cada tocata se va a dormir y en giras no sale nunca, para despertarse temprano, "cuando todos están zombies" y recorrer.

Ha hecho cursos de todo lo extracurricular que a uno se le pueda ocurrir, desde que era chica: cerámica, pintura, ballet, cocina, estética integral (cuando empezó a tocar con Javiera Mena y Gepe pensó que podía hacer peinados y maquillajes para sus videos). Cuatro semestres de lenguaje de señas. ¿Lenguaje de señas? "Me gusta aprender cosas", dice, levantando los hombros como diciendo, ¿y a quién no?

Si la hacen elegir entre chelo y piano, ella dice que le gustan los dos. Si la hacen elegir entre pop y clásico, ella dice que le gustan los dos.

-Igual yo noto que la gente que está en orquestas no sabe mucho de música actual chilena, son más cerrados. He tenido contacto con antiguos compañeros de orquesta y, claro, no conocen a Gepe. A mí me pasa que sé lo que está pasando en la onda clásica.

Además, Felicia Morales, la eterna acompañante y secundaria del pop chileno, ha lanzado un proyecto propio al universo: "Felicia EP", cuatro canciones, chelo y piano, que presentan básicamente lo que ella es: música clásica con una inyección de popular. Un pie en cada mundo.

-Esto lo armé hace mucho tiempo, antes de tocar con Gepe. Siempre tuve la inquietud de hacer algo sola porque siempre he tocado en bandas. Me encerré a ver qué pasaba y grabé estos temas que salieron de chelo. Lo dejé guardado mucho tiempo. Hasta que estaba ya tocando con la Fakuta y en el sello Michita Rex hicieron un compilado de canciones y decidí poner un tema. Era raro, entremedio de puro pop. La gente del sello que eran mis amigos estaban felices, lo encontraban distinto, interesante. Pero la gente que lo escuchó decía ¿qué es esto? Y eso me frenó de mostrarlo a más personas.

Felicia Morales se sintió insegura leyendo los comentarios en internet de sus canciones y volvió a guardarlas por un buen tiempo. Eso hasta que el dúo De Janeiros (Milton Mahan y Pablo Muñoz) lo escucharon, les gustó y las produjeron. Felicia volvió a grabar todo, hizo el arte del EP con bordados hechos por ella, y lo subieron hace unas semanas a internet (está en Soundcloud).

-¿Te sientes más segura de tu propia música?

-Siempre pensé que era bueno (se ríe), pero creía que no lo iban a pescar. Yo tocaba con la Javiera Mena, que son cosas súper pop, que no tiene nada que ver con esto. Le tenía fe, pero estaba tímida.

Por el momento no hay planes de más discos ni de una tocata propia-"es difícil porque es para cuarteto de chelo", explica-, sino que quería simplemente mostrar algo que había hecho. A pesar de tomarse el escenario fugazmente con estas cuatro canciones, Felicia Morales, una "piola" entre estrellas, está feliz siendo eso: la de atrás.

-¿Tienes ambición de eventualmente no ser solo "la mina detrás" de Gepe o Javiera Mena?

-Es que no he pensado en hacer mi carrera, ni calcular mucho los pasos para más adelante. Todo lo hago a medida que sale. Gepe me invita a su disco, ¡bacán! La Javiera Mena me invita a tal tocata, ¡bacán! Y voy aceptando las cosas que me gustan, con la gente que me cae bien. Y ahora se dio la oportunidad de grabar esto. Van pasando cosas y yo digo: ¡bacán!