domingo, noviembre 27, 2022

Pablo Milanés: el amor y el desamor de un trovador universal


 El Mercurio


Pablo Milanés fue uno de los pilares de la Nueva Trova en Cuba, un movimiento musical que influyó en toda Iberoamérica, llevando la canción de autor a nuevas alturas, en el camino iniciado por Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui, entre otros.

JUAN PABLO GONZÁLEZ U. Alberto Hurtado / U. Católica de Chile

Fue en la capilla del Campus Oriente de la Universidad Católica, una mañana de abril de 1998, donde Pablo Milanés nos cantó “Yo pisaré las calles nuevamente”, la emotiva canción a Santiago que había compuesto poco después del golpe de estado de 1973. Se trataba de un encuentro del trovador cubano con los estudiantes chilenos, donde aquella canción adquirió todo su significado, como si la hubiera escrito para ese preciso momento. Pablo Milanés había estado por primera vez en Chile en septiembre de 1972, junto a Silvio Rodríguez y Noel Nicola, gracias a las gestiones de Isabel Parra, quien los había conocido en el momento en que iniciaban el movimiento de la Nueva Trova Cubana, que tanto impactaría en el mundo. Es así como Milanés pisaba nuevamente las calles de Santiago y lo hacía ante el mar de lágrimas que inundaba la capilla.


Del feeling al filin


Es que Pablo Milanés sabía calar hondo en el sentimiento humano, pues su trayectoria había comenzado con el estilo sentimental e intimista de la canción cubana de los años cincuenta basado en la poética de lo cotidiano, que revitalizaba el bolero con las armonías del jazz, cruce que funcionaba muy bien en la guitarra. Ese era el filin, que conoceríamos con Omara Portuondo en el rescate de Buena Vista Social Club de mediados de los años noventa, y también con algunos boleros de César Portillo de la Luz, como “Contigo en la distancia”, popularizado por Lucho Gatica en el mundo. Sin embargo, poco supimos de los clubes nocturnos de La Habana activos hasta mediados de los años sesenta, como el Saint John, El Gato Tuerto o el Karachi, donde un joven Pablo Milanés absorbía todo el sentimentalismo y vuelo melódico del filin con los que impregnaría su obra.


Al igual que Lucho Gatica, que había llevado el bolero del cantar al decir, Milanés afirmaba que el filin “hay que decirlo”, poner voz, sentimiento y corazón. A lo largo de su carrera grabó cuatro discos dedicados a este estilo y lo cultivó desde muchas de sus canciones y sobre todo desde su forma de cantar, que es íntima y delicada en “Yolanda”, donde duplica el canto con su propio falsete, pero que también despliega con fuerza en “Canción por la unidad latinoamericana”, llegando a combinar delicadeza y potencia en una misma frase, como en “Creo en ti”.


Con el decidido apoyo de su madre, Pablito, como le llamarían sus cercanos, participó desde los seis años en concursos radiales de aficionados, ganándolos todos. En su casa se escuchaban diariamente programas de boleros, sones y trova cubana, géneros que luego versionó, sumando habaneras y repertorio tradicional. Es que Pablo Milanés desarrolló su extensa carrera artística no solo con sus canciones, sino también con canciones de otros, lo que lo fortaleció como intérprete, que es lo que muchos de sus seguidores destacan de él. De este modo, a los diecinueve años, cuando ya cantaba en los clubes nocturnos de La Habana, sus canciones se empezaban a difundir por la radio, haciendo avanzar el filin hacia lo que vendría después.


Siempre atento a su pasado y a su presente, a Milanés le llamó la atención la popularización de un estilo neobarroco en los años sesenta, con las versiones jazzísticas de Jacques Loussier y vocales de los Swingle Singers de música instrumental de Bach, por ejemplo. Estos últimos colaboraban con Michel Legrand, autor de la música de “Los paraguas de Cherburgo” (1964), que impactó tanto a Pablo Milanés que adaptó al español las canciones de la película. Buscando siempre lo nuevo, comenzaría a plantearse la necesidad de innovar también con la canción cubana, logrando la confluencia de la guajira y el son, géneros olvidados en la ciudad, con propuestas modernizantes. Es que Milanés no fue un músico aislado, sino entretejido en una tradición centenaria que llevó a las innovaciones del filin, como en su canción “Mis veintidós años”, grabada en 1968 por Elena Burke, aunque “Años”, donde Pablo canta “el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos”, es un ejemplo más conocido de esa mezcla.


De la prisión a la gloria


Pablo Milanés había empezado tempranamente a expresar su desilusión con el modo en que los ideales de la revolución se estaban llevando a cabo en Cuba. Parecía que las utopías cuando se hacían realidad se transformaban en distopías. Es así como en 1966 fue enviado por el régimen a una de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción, UMAP, que eran campos de trabajo forzado creados con la finalidad de “reeducar” a jóvenes homosexuales o que expresaban disidencia con el régimen, pero a los que también enviaban presos comunes. Sin poder soportar lo que el propio Pablo describiría más tarde como un campo de concentración estalinista, terminó fugándose, aunque luego tuvo que entregarse a las autoridades en La Habana, que intentaron seguir “reeducándolo” hasta fines de 1967.


Una vez liberado, continuó su camino de alabanza y crítica a la revolución, ambas expresadas con la misma intensidad. De todos modos, logró ser acogido por instituciones culturales y artísticas cubanas, como Casa de las Américas, organismo no gubernamental dedicado a la promoción del arte y la cultura, y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, donde junto a Silvio Rodríguez, Noel Nicola y Sergio Vitier fundó el Grupo de Experimentación Sonora bajo la dirección de Leo Brouwer. Allí estos jóvenes desarrollaron un trabajo de aprendizaje y creación orientado a la música para cine. De este modo Pablo Milanés completó una formación iniciada en el conservatorio, pero continuada en la calle, conoció repertorios musicales diversos y quedó en condiciones de dar el siguiente y definitivo paso junto a sus colegas: la creación del movimiento de la Nueva Trova Cubana.


Casa de las Américas, bajo la dirección de Haydée Santa María, había acogido los gérmenes de lo que sería este movimiento con la organización del Primer Encuentro Internacional de la Canción Protesta en 1967 y del primer recital de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez juntos al año siguiente. Es así como Casa cobijaba esta nueva forma de hacer canción bajo un marco cultural y político más que comercial y nocturno. De este modo se formalizaba en Cuba la corriente renovadora de la canción de autor que ya venía desarrollándose en el Cono Sur de América desde hacía más de una década con los aportes de Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui, Daniel Viglietti, Patricio Manns y Víctor Jara. Todos interpretando sus propias canciones de letras poéticas y de compromiso social, y buscando desde la guitarra sumar tradición y modernidad. Varios de ellos también cayeron presos, murieron o tuvieron que partir al exilio por sus canciones.


La organización en 1967 del Primer Encuentro Internacional de la Canción Protesta permitió aglutinar en La Habana a medio centenar de cantores dispersos por América Latina, Estados Unidos y Europa que tenían en común la preocupación por denunciar injusticias sociales desde la canción, pero que no tenían la noción de formar parte de un movimiento. Es así como a los pocos meses de la trágica muerte de Violeta Parra, asistían a este festival sus hijos Ángel e Isabel, junto a Rolando Alarcón, que lideraba la escena del neofolclor en Chile. En la primera pista del disco doble producido por Casa de las Américas como fruto del festival, Ángel Parra canta “Me gustan los estudiantes”, encendida canción de su madre que también grabó como corto documental en las escalinatas de la Universidad de La Habana, anunciando tantos encuentros por venir de cantautores con estudiantes, como el de Pablo Milanés en la Universidad Católica.


Querido Pablo, querido


En la segunda mitad de los años setenta, Milanés inició su camino definitivo a la internacionalización. Si bien su primer destino había sido Chile, llegaba como un perfecto desconocido, pero luego de su tercer y cuarto disco, “La vida no vale nada” (1976) y “No me pidas” (1978), que incluyen canciones que se hicieron clásicas, se le abrieron las puertas de gran parte de Europa y América Latina. Comenzó a ser conocido y admirado por el público y por sus propios colegas, produciendo tres discos dobles en que canta con una apreciable cantidad de ellos. El primero, “Querido Pablo”, fue grabado en Londres en 1985 con arreglos de Geoff Westley, e incluye la participación de Joan Manuel Serrat en “Yo pisaré las calles nuevamente”, Mercedes Sosa en “Años”, Silvio Rodríguez en “El breve espacio en que no estás”, además de Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos.


Continuando esta senda, en 2002 publicó en México “Pablo querido” cuadruplicando los músicos convocados, entre los que se destacan Gal Costa en “Amame como soy”, junto a Caetano Veloso, Milton Nascimento, Charly García, Fito Páez y Joaquín Sabina, a los que se suma un heterogéneo grupo con Illapu en “Yolanda”, Armando Manzanero en “Para vivir”, más Ricardo Arjona, Maná y Alberto Cortez. Una perfecta muestra de crossover que incluye además una introducción hablada de otro de sus grandes amigos, Gabriel García Márquez. Lo interesante es que en las voces de otros sus canciones develan las múltiples facetas que poseen, transitando de la balada romántica al rock, rozando la música andina y la nueva canción, visitando la salsa, vistiéndose de pop, pero siempre aflorando el bolero y el filin. Quedamos a la espera de “Pablo querido 2”, que alcanzó a ser grabado antes de la partida del querido Pablo.


¿Qué más puede pedir un artista que ser reconocido por sus pares? Son muchos los premios que se entregan en base a ese reconocimiento y quizás Pablo Milanés no recibió los suficientes, como tampoco recibió las disculpas del régimen cubano por el injusto trato recibido y sus restos yacerán en España por decisión familiar.


Junto al gran nivel de su música y a la organicidad de sus arreglos, resulta evidente la altura poética de muchas de sus canciones, con un fuerte foco tanto en el amor como en el desamor. Viniendo del filin, Pablo Milanés desacraliza el romanticismo, lo hace cotidiano llevándolo a la convivencia del día a día y de ese modo llega a las generaciones del posbolero, menos ensoñadoras y un poco más desencantadas. Tus ojos no son luceros que alumbran la madrugada, pero si me miras, siento que me tocas con tus manos, canta en “Amor”. Como gran narrador, Milanés describe escenas, personas y situaciones con precisión y sobre todo lleva las canciones a un final, las resuelve y, aunque las hayamos escuchado antes, logra sorprendernos con una revelación. En “Yolanda”, por ejemplo, solo la nombra al final.


La cotidianidad del filin llevada a lo político y social produce, en cambio, canciones demasiado concretas, nombrando a La Moneda en “Yo pisaré las calles nuevamente”, o celebrando que es del Caribe en “Amo esta isla”. Entonces donde podemos encontrar su despliegue poético es en las canciones de (des)amor y también existenciales, como las que se enfocan en el paso del tiempo o en el sentimiento trágico ante la muerte. Baste escuchar “Años”, “El tiempo, el implacable, el que pasó”, “Plegaria”, “Otoño”, “Si morimos” o “Cuanto gané, cuando perdí” para darse cuenta de ello. “Otoño” termina diciendo Yo seguiré esperando en mi viejo sillón a que pase el otoño y esta triste canción. ¿Cuándo y dónde habrá conocido el otoño este trovador del Caribe? Mientras es velado en pleno otoño en la capilla ardiente de la Sala Cervantes de Casa de América en Madrid, pienso que por sobre todo, la vida de Pablo Milanés fue testimonio de ética y consecuencia, haciendo que persona, obra y artista se fundieran en uno solo. Sus canciones siguen ahí, es un tesoro por descubrir, pues los artistas no mueren nunca, nos acompañan y reconfortan siempre.

sábado, noviembre 26, 2022

Teatro Nescafé de las Artes: La voz de una Mariza que envuelve al fado

 El Mercurio


La cantante de origen mozambiqueño presenta un homenaje a Amália Rodrigues, su predecesora en el reinado. Es otra gran figura en el Festival de Fado, año a año en Chile.

IÑIGO DÍAZ


La suya es una historia de mestizajes y periplos: nació en una familia de padre portugués, con sangre española y alemana, y una madre mozambiqueña, con el linaje real africano. Luego vino el decisivo viaje a Lisboa que debió hacer con sus padres, en medio de la guerra de independencia. ¿Y luego? Luego llegó el fado.


Marisa dos Reis Nunes, o sea Mariza (1973), se presenta este martes en el Teatro Nescafé de las Artes (20:00 horas, desde $30.000 a $50.000), como parte del Festival de Fado, un ciclo que anualmente pone en ese escenario a una figura de estatus mundial: Carminho, Kátia Guerreiro, Antonio Zambujo o Sara Correía.


“El fado es una música de raíz que une a la gente. Creo que el impacto que tiene se debe esencialmente al hecho de que canta las emociones de todo Portugal, pero también tiene la capacidad de llegar a un vasto público con su sonido y su poesía”, dice Mariza desde Portugal.


Parte de una generación de voces que han renovado el fado, donde se encuentran Mafalda Arnauth, Ana Moura, Raquel Tavares, Cristina Branco o Ana Sofía Varela, Mariza no es un nombre cualquiera en ese mapa. “Ella ha sido muy importante en el relanzamiento del fado a nivel internacional y también en la llegada a generaciones portuguesas que no lo consideraban mucho. El fado empezó a decaer después de 1974, porque muchos estimaban que era la imagen amable de la dictadura de Salazar. Mariza aparece en esa renovación”, comenta el músico chileno Jorge Prado, intérprete de la guitarra portuguesa, con una vida musical en Lisboa.


Aunque el repertorio será diverso, su concierto en Providencia presentará material de su último disco: “Mariza canta Amália” (2020). De hecho, el primer impacto de la joven desconocida Mariza frente a un público ocurrió en el homenaje a la reina Amália Rodrigues —la Billie Holiday o la María Callas en el fado— tras su muerte en 1999.


“Nunca conocí a Amália Rodrigues, pero siempre ha sido una figura muy querida para el pueblo portugués y un símbolo cultural. Conocí la música de Amália en mi adolescencia y desde entonces se ha convertido en una de mis cantantes de referencia”, dice. Mariza es considerada la nueva reina del fado.


—¿Cómo fueron sus inicios en el fado, considerando que usted no nació en Portugal?


“Nací en África, pero crecí en un barrio muy típico donde el fado es como respirar el aire. Yo canto el fado desde los cinco años porque era la música que estaba ahí, en las casas de La Mouraria. Como cualquier otro artista, tengo mi personalidad y una identidad propia que aparece desde mi primer disco”.


—El fado tuvo mala reputación durante años, pero algo ocurrió después.


“Cuando grabé mi primer disco, no existía un solo sello discográfico que se interesara por este tipo de música y los que ya contaban con artistas de fado ni siquiera querían tener nuevos nombres porque era una música que no vendía. Cuando apareció ese primer álbum (‘Fado en mim', 2001), hubo una recepción completamente diferente por parte del público portugués e internacional. Este disco dio lugar a una nueva generación de fadistas y músicos de fado”.

El lento pero seguro retorno del público a los teatros

 El Mercurio


Si bien la inseguridad de la ciudad sigue siendo un factor en contra, los directores de los escenarios adelantan que están llegando a los números previos a la pandemia y, entre otras estrategias, cuentan con oferta al aire libre y precios populares.

Maureen Lennon Zaninovic

Noviembre se ha denominado el “mes de los públicos” y los principales escenarios capitalinos están ofreciendo promociones, tentadores descuentos e incluso se sumaron a la vorágine del Black Friday. Y es que el retorno a las cifras de asistencia anteriores a la pandemia se ha ido logrando sostenidamente.


Para Javier Ibacache, crítico y programador de artes escénicas especializado en desarrollo de públicos, la preocupación por las audiencias es una inquietud transversal en todo el mundo, sobre todo tras la pandemia. Y cita dos hechos relevantes: en octubre se realizó en Barcelona el Primer Congreso Internacional de Espectadores, y que terminó en un manifiesto, y en noviembre se ha puesto en marcha la Red Latinoamericana para el Desarrollo de Públicos RedLAP, que reúne a profesionales que vienen trabajando el tema.


“Esto se añade a los estudios de seguimiento de públicos hechos en Estados Unidos y UK desde 2020 y hasta 2022 que alertaban de que alrededor de un 30% de quienes asistían a los espacios culturales dejarían de hacerlo tras la pandemia, como consecuencia de diversos factores, y que emergería un nuevo público socializado preferentemente en entornos digitales, con una asistencia más volátil a las actividades presenciales”, expresa el experto.


Ibacache afirma que cuando se analizan tendencias en grandes centros urbanos se observan factores en común, como que las salas de cine han resentido la disminución de espectadores “como consecuencia del streaming hogareño; los grandes espectáculos (recitales, musicales) conservan e incrementan su convocatoria y las artes presenciales muestran una tendencia dispar”, manifiesta.


Recuperar viernes


Paula Vergara, quien está a cargo de la unidad de públicos y territorios del Ministerio de las Culturas, considera que si bien los públicos más fidelizados de las organizaciones culturales eran quienes tenían una mayor predisposición a regresar con la reapertura, “es preciso tener en consideración que hablamos justamente de una mayor predisposición y no de un comportamiento asegurado. Por tanto, hay que trabajar para que esta predisposición se vaya transformando en un comportamiento real”, aclara.


Desde hace meses, Diego Matte, director del Centro de Extensión Artístico y Cultural de la Universidad de Chile, ha venido apostando por que sus cuerpos estables regresen a su escenario, emplazado en la llamada “zona cero”. El ejecutivo comenta a “El Mercurio” que este año incluso se atrevió a programar un concierto de música de películas el viernes. “Después de tres años volvimos a tocar ese día. ¡Fue muy emocionante! Nos fue muy bien en convocatoria. Hemos puesto todo nuestro esfuerzo para no parar y ofrecer cada vez mayores espectáculos”. Diego Matte agrega “que ha sido un trabajo lento, pero nos ha rendido frutos. En un momento fue angustiante, pero ahora el poder realizar dos conciertos por semana nos da mayor viabilidad financiera”.


Por su parte, Felipe Mella, director del Centro Gabriela Mistral (GAM), señala que se están acercando a las cifras que tuvieron previo a la pandemia y el estallido social. “Con respecto al 2019, estamos con un 57% de ocupación de salas. En tiempo normal tenemos alrededor de un 75%”, explica. Añade que “hemos reforzado nuestra actividad al aire libre, en espacios abiertos y con entrada gratuita para ‘enganchar' a la gente, generando instancias acogedoras. Desde septiembre estamos programando los viernes, porque detectamos que ese día afortunadamente no está pasando nada grave que afecte la seguridad de los asistentes”. También afirma que ha sido clave la implementación “de precios populares. Eso es fundamental”.


Durante estos días, como parte del “mes de los públicos”, el Municipal de Santiago está ofreciendo un 20% de descuento en la compra del programa del Ballet de Santiago: “Trilogía” (más información en www.municipal.cl). Carmen Gloria Larenas, directora general de este histórico escenario, adelanta que en este retorno a la presencialidad apareció un público nuevo, gracias al trabajo digital que realizaron en pandemia. “Entramos al centro de familias diversas, con una gran necesidad por disfrutar nuestra propuesta artística. Y ahí está la explicación de ese 54% de público nuevo que ha llegado a la fecha, una cifra que ratifica que los espacios culturales son para todas las personas”, dice. Para Larenas, si bien estamos ante una gran noticia, la proyección y desarrollo del Teatro Municipal depende de que ambos públicos vengan. “Por un lado, los públicos históricos son un pilar del teatro; conocen nuestra historia, la vivieron y la comparten. Su conocimiento es alto, son públicos muy opinantes. Y también son importantes los públicos nuevos”, señala.


Jorge Andrés González, director de la Fundación Cultural de Providencia, comenta con satisfacción que los abonos para las proyecciones de las óperas y ballet del Royal Opera House de Londres “están todos vendidos. Quedan muy pocas localidades disponibles en el Teatro Oriente. También ha sido furor la cartelera familiar. Tanto fue que tuvimos que crear un estacionamiento especial para coches”, manifiesta. Otros eventos destacados del año incluyen a la escritora Alice Kellen, donde “tuvimos kilómetros y kilómetros de colas de jóvenes que querían escucharla. Esta apuesta literaria ha sido muy exitosa”, agrega González.


En la otra cara de la moneda, Christian Ramírez, crítico de cine de “El Mercurio”, lamenta la “crisis de las multisalas. Estamos en un punto donde los grandes cines van a tener que ingeniárselas y crear eventos para que la gente salga de sus casas. Parece un contrasentido, pero hay que hacer que la gente vaya al cine no solo para ver una película”.

jueves, noviembre 24, 2022

Falleció Pablo Milanés, figura esencial de la trova cubana

 


El Mercurio


El cantautor de 79 años, quien tuvo una destacada e influyente carrera musical de más de medio siglo, residía desde 2017 en Madrid, donde era tratado por un cáncer que padecía.

FERANANDO ZAVALA Y MARIO VALLE

Sentado en medio del escenario, manifestando el deterioro por una severa enfermedad, pero con su guitarra y encantando al público presente como siempre lo hizo, así fue el último encuentro de Pablo Milanés con Cuba. En junio pasado, en el coliseo de la Ciudad Deportiva de La Habana, el cantautor regresaba a su país luego de una larga pausa causada por la pandemia y también debido a un tratamiento por un cáncer que le diagnosticaron hace unos años y que lo había obligado a radicarse en Madrid en 2017.


A juicio de los asistentes, su magnetismo y calidad vocal estaban intactos. La devoción de su país nunca desapareció, ni por la distancia y ni siquiera por las críticas hacia el régimen, que llevaba décadas haciendo públicas. Milanés fue un defensor de la revolución cubana en sus inicios.


En 1992, dijo: “Soy un abanderado de la revolución, no del Gobierno. Si la revolución se traba, se vuelve ortodoxa, reaccionaria, contraria a las ideas que la originaron. Y uno tiene que luchar”. Sus críticas se acrecentaron en 2021 tras la represión de las autoridades contra la disidencia, en la que había varios colegas músicos.


No obstante, ni Cuba ni el mundo dejaron de admirarlo ni aplaudirlo durante su carrera de más de medio siglo y los homenajes no se hicieron esperar tras el anuncio de su muerte, en un hospital de la capital española, a los 79 años. El cantautor se encontraba internado desde la semana pasada por infecciones producto del síndrome mielodisplásico, un tipo de cáncer que disminuye la respuesta inmunológica, que lo afectaba.


Finalmente, Milanés sucumbió ayer en la madrugada ante una enfermedad que lo había obligado a suspender varios conciertos que tenía en los próximos días en España, México y República Dominicana.


“Desaparece físicamente uno de nuestros más grandes músicos. Voz inseparable de la banda sonora de nuestra generación”, dijo el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.


Mientras, el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, señaló: “La música de Pablo Milanés estará siempre con nosotros. Puso voz a la vida y a los sentimientos de toda una generación”, y agregó que estará “eternamente en nuestra memoria”.


El cantante español Raphael fue uno de los primeros artistas en rendirle tributo: “Cuba y el mundo entero te extrañaremos mucho. Te llevas mi admiración y respeto”. A él luego se sumaron entre muchos otros, Alejandro Sanz, Rozalén, Ismael Serrano, Lucero, Diego Torres, Tania Libertad y Fernando Ubiergo, con varios de los cuales hizo duetos.


Así se sellaba la importancia del responsable de varios clásicos de la música latinoamericana como “Yolanda”, “Años”, “Ámame como soy”, “La vida no vale nada” o “El breve espacio en que no estás”.


Fue una de las figuras fundacionales y fundamentales del movimiento conocido como la Nueva Trova Cubana, que combinó la canción protesta con el romanticismo. También musicalizó poemas de José Martí, Nicolás Guillén y César Vallejo, y con su amigo Silvio Rodríguez se convirtieron en los principales músicos surgidos de su país en las últimas décadas.


Con este último se distanció por sus posiciones políticas sobre la situación cubana. Pero ayer Rodríguez lo tributó en su Instagram al publicar la letra del tema inédito “Pablo”.


Milanés publicó 52 discos y recibió el Premio a la Excelencia Musical de los Grammy Latino. Además, incursionó en los boleros y en el jazz, para lo cual grabó standards en inglés.


En los últimos años también criticó el reguetón. “No tiene nada que ver con la música; porque no es ritmo; porque mucho menos es texto”, afirmó.


Una vida en la música


Nacido en Bayamo, en 1943, estudió en el Conservatorio de La Habana y sus primeras influencias fueron la música tradicional cubana y el filin. La revolución lo sorprendió siendo un niño. Abrazó el movimiento, aunque con los años el desencanto se fue manifestando.


En 1964 integró un cuarteto llamado Los Bucaneros y al año siguiente se consagró de solista con la canción “Mis 22 años”. En 1966 fue enviado a trabajar a un campo de trabajos forzosos en una unidad militar en Camagüey, pero no le gustó la experiencia y se fugó a La Habana. El resultado fueron dos meses de cárcel. Ese mismo año participó en un encuentro de la canción protesta en Varadero, lo que consolidó su compromiso político.


A fines de los años 60 llegó al Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, donde participaron Noel Nicola, Eduardo Ramos y Silvio Rodríguez, y que, según especialistas, fue la cuna de la Nueva Trova Cubana.


Actividades en el centro cultural Casa de las Américas lo acercaron a varias figuras musicales de la región, incluidos los chilenos Violeta Parra y Víctor Jara. La canción “Yo pisaré las calles nuevamente”, de 1976, está dedicada a Chile y al expresidente Salvador Allende.


Las últimas visitas que hizo a Chile fueron en 2016 cuando en marzo de ese año se presentó en el Teatro Municipal de Santiago y en el Gimnasio Municipal de Concepción; y luego, en agosto, en el Festival de la Patagonia.


Tuvo cinco hijos y de ellos Suylén, también cantante, murió en febrero pasado a los 50 años por un accidente cerebro vascular.


Su último sencillo, lanzado en 2021, fue “Esperando el milagro”, en que se muestra algo desesperanzado frente al mundo actual.

miércoles, noviembre 23, 2022

El sonido de Camila Meza desde Brooklyn hasta Renca

 


El Mercurio


La guitarrista, cantante y compositora ha obtenido elogios en Nueva York, sobre todo tras su álbum “Ámbar”, que llega a estrenar en Chile en el Festival Renca Jazz este viernes y sábado.

IÑIGO DÍAZ

Son tres mujeres chilenas en la música y en el jazz en la ciudad de Nueva York. Está la cantante Claudia Acuña, la que más tiempo lleva allí, y quien recientemente presentó su minimalista álbum “Duo”. Está la saxofonista Melissa Aldana, una figura en ascenso sostenido. Hace unas semanas en el Teatro Nescafé de las Artes estrenó “12 stars”, disco publicado por el sello Blue Note.


La tercera en juego es la guitarrista, cantante y compositora Camila Meza (1985), exponente que ha explorado varios bordes musicales desde que se instaló en la ciudad hacia 2009, primero para estudiar, luego para tocar y grabar discos, y finalmente para hacer su familia. Hoy vive en Brooklyn.


“Siempre supe que quería hacerlo a la edad que tengo ahora y se dio así. Hay muchas canciones que escribí antes de la pandemia que invocaban la maternidad. Recién ahora me di cuenta”, dice Camila.


Ahora ella toma el testimonio de esas chilenas jazzistas neoyorquinas que llegan a presentar música propia frente a un público chileno, en el que será su primer concierto desde el nacimiento de Nayel. Camila Meza encabeza el cartel en la tercera edición del Festival Renca Jazz, que tendrá lugar este viernes y sábado en el Parque Metropolitano Cerros de Renca (19:30 horas, gratis).


Caminos que se abren


En lo central, este encuentro se ha propuesto la “democratización” del acceso a una música que en la percepción general todavía mantiene una carga de elitismo. También busca ampliar la apreciación y por eso además del concierto de Camila Meza, estarán la cantautora Francesca Ancarola, que viene de estrenar los discos “Al sur del jazz” y “Cartas de amor”; el grupo Congreso y su aplaudido álbum “Luz de flash”, y la desafiante Brígida Orquesta, que lidera el pianista, rapero y productor Gabriel Paillao.


Camila Meza liderará un octeto de músicos locales para el estreno en Chile de su álbum “Ámbar”, ganador de un premio Pulsar. Entre ellos figuran Óscar Pizarro (piano), Milton Russell (contrabajo) y Rodrigo Recabarren (batería), otro chileno en Nueva York.


“La esencia de ‘Ámbar' es la sanación a través de la música. Está dedicado a mi abuelo Julio, que murió cuando me vine hace mucho tiempo a Nueva York y no me pude despedir. Ahora también estará dedicado a mi abuela Lily, que falleció durante la pandemia y tampoco la pude ver. Es una despedida”, dice.


La música de “Ámbar” no se puede considerar únicamente jazzística. Allí, Camila Meza transita varios caminos y cruza distintos territorios: desde el jazz a la música contemporánea y desde la improvisación al folk y la música latinoamericana. “Tiene una importante cantidad de música escrita y otros momentos donde existe el espacio y se da la energía para lo impredecible. Lo compuse para cuarteto de jazz y cuarteto de cuerdas en Estados Unidos, un octeto que se llamó Nectar Orchestra. Con ellos giramos por ocho meses con conciertos en Japón y otros países, también el Festival de Jazz de Newport. Pero la pandemia interrumpió todo ese impulso. Este es el reinicio del proyecto”, explica Camila.


—Eres parte de ese grupo de tres mujeres chilenas que han tenido un eco.


“En todos estos años, la única vez que hemos tocado juntas Claudia Acuña, Melissa Aldana y yo fue en el Jazz Gallery, en un concierto a beneficio de los lesionados de la revuelta en Chile, que fue muy emotivo para todos. Además, fue uno de los últimos conciertos antes de que se instalaran las cuarentenas. Para mí este concierto en Renca es como una vuelta a la música y un regreso a un escenario en Chile desde 2018”.

Músicos están al centro de nuevos documentales

 El Mercurio


Lizzo, Selena Gomez, Paul McCartney y Liam Gallagher, entre otros, son las figuras de estrenos en streaming .

Romina Raglianti

Los documentales sobre músicos se han convertido en un género en sí mismo, con producciones cada vez más elaboradas y que muestran momentos más íntimos y desconocidos de sus protagonistas, vivos o muertos. Este año ya han llegado varios títulos a la televisión de pago, y estrenos recientes y por venir confirman que la tendencia sigue al alza.


Este jueves llegará a HBO Max “Love, Lizzo”, que sigue a la rapera, cantante y actriz estadounidense Lizzo (34) y su meteórica carrera, que ya le ha valido tres Grammy, un Emmy y el título de la Artista del Año en 2019, según la revista Time. “Por fin contaré mi historia a mi manera”, anunció la intérprete en sus redes sociales sobre el filme, que muestra cómo ha liderado un movimiento cultural que ha desafiado los estereotipos de la industria de la música, y también las dificultades que ha enfrentado en su vida personal para llegar al estrellato.


El estreno se suma al reciente revelador documental “Selena Gomez: My Mind and Me”, que debutó a principios de mes en Apple TV+ y que ahonda en los problemas de salud física y mental que han afectado a la ex chica Disney, que vive con la enfermedad autoinmune lupus y además optó por retirarse temporalmente de la luz pública por un trastorno bipolar no diagnosticado.


Dirigido por Alek Keshishian (“Madonna: Truth & Dare”), el filme es una cándida mirada a lo que ha sido la última década para Selena Gomez, ya que la sigue por varios años, y muestra su caída y regreso a la industria, con varias escenas que pocos artistas estarían dispuestos a dejar que el público viera. Gomez contó en una entrevista que originalmente el documental había sido ideado como uno sobre su gira y que fue mutando con el tiempo. “Me di cuenta de que gente en todas partes del mundo lidia con lo mismo, sus mentes. Tu mente es todo. Una vez que tuvimos todo el material, de verdad creí que esto sería más grande que yo”, confesó la intérprete.


También en Apple TV+ debutó “Louis Armstrong: Black & Blues”, que entrega una mirada íntima al padre del jazz gracias a imágenes de archivo inéditas y grabaciones caseras y conversaciones personales que el público desconoce. El filme, dirigido por Sacha Jenkins, recorre la trayectoria del músico en su contexto histórico y la lucha por los derechos civiles.


Próximamente, el 7 de diciembre, se espera la llegada a Paramount+ de “Liam Gallagher: Knebworth 22”, que se enfoca en el regreso del exvocalista de Oasis al famoso recinto de conciertos británico un cuarto de siglo después de que tocó ahí con su antigua banda. Esta producción es doble, ya que por un lado es un documental que muestra todo el detrás de cámaras del evento, con entrevistas que permiten acceder más a fondo al músico, y por otro, se emitirá completo el recital, realizado en junio pasado.


A mediados de diciembre debutará también en Disney+ “If These Walls Could Sing”, documental en el que Paul McCartney dará acceso y contará anécdotas sobre las nueve décadas de Abbey Road Studios, el estudio de grabación cuyos clientes más famosos fueron Los Beatles. La cinta la dirige su hija, Mary McCartney.

martes, noviembre 22, 2022

Bono lanza su autobiografía: Un hombre de no pocas palabras

 El Mercurio


Acaba de ser publicada “Surrender”, donde el carismático líder de U2 repasa su vida desde su infancia en Dublín hasta su actual rol como activista social.

Felipe Ramos Hajna


En 44 años de carrera, Bono se ha transformado en uno de los cantantes más comunicativos. En su rol como vocalista y líder de U2, es famoso por sus monólogos sobre y bajo el escenario, lo que le ha valido hasta que el personaje de Homero Simpson le gritase que se calle y mejor cante en un concierto que dan los irlandeses en Springfield.


Especie de predicador sureño mezclado con activista social, Bono ha sido un punk, un trovador, una estrella enfundada en látex negro, el mismo diablo bajo el pseudónimo de McPhisto y el salvador del rock and roll con sus compañeros The Edge, Larry Mullen Jr. y Adam Clayton. Ahora, con su autobiografía “Surrender. 40 canciones, una historia” (Penguin Random House), se puede conocer más de quién está detrás de los lentes oscuros, Paul Hewson.


En sus 670 páginas, el libro no escatima en detalles sobre la vida de un artista que se volvió grande a muy temprana edad. Nacido y criado en Dublín en 1960, fue en 1976 en que se unió a sus compañeros de colegio para formar una banda. Es en el internado de Mount Temple Comprehensive “donde veo a Adam Clayton por primera vez, donde espío por primera vez a Larry Mullen Jr. con su preciosa novia, donde me encuentro cara a cara por primera vez con David Evans, quien nadie aún ha bautizado como The Edge”, dice en el texto. Ese mismo año también comenzaría a salir con su futura mujer, Alison Stewart, de quien señala que “sus ojos marrones me han transportado a otro sitio”, momento que quedó retratado en la canción “The Sweetest Thing”.


Para 1980, U2 editaría su primer disco, “Boy”, que los haría mundialmente conocidos por el tema “I Will Follow”. Provistos de letras en que mezclaban la rebelión con tintes cristianos, rápidamente se transformarían en una de las bandas más importantes de los años 80 gracias a discos como “The Unforgetable Fire” y “The Joshua Tree”. Sobre temas que son emblemas de estadio, en el libro cuenta que “en ‘Wherethe Streets Have No Name' y ‘I Still Haven't Found What I'm Looking For', hay cierta suspensión en la música, esa sensación elevada en que las canciones adoptan una cualidad característica del himno, que mantiene la tensión entre el góspel y el blues”.


Con el cambio de década, U2 dio uno de sus mayores giros, pasando del rock and roll primario a abrazar sonidos provenientes de la música electrónica y el dance, comenzando así su unión musical con el productor Brian Eno. Juntos crearían el disco “AchtungBaby” —que casi termina con la separación del grupo—, quizás uno de los más importantes de los 90, en el que Bono se transformó en la personificación de la estrella de rock. Según sus palabras, una de las claves de la grandeza de ese disco de 1991 “es que la obra tiene que responder a un profundo deseo de llevarla a cabo. La canción que estás escribiendo y grabando ha de ser, por encima de cualquier otra cosa, la canción que tú quieres oír. Eso sucedió con ‘One'. La necesitábamos oír”.


Con 157 millones de discos vendidos, su gira 360° de 2009 sigue siendo la más exitosa, y con 22 Grammy ganados, U2 aún está al tope. Pero la relevancia de Bono no se limita a su voz y arte, sino que traspasa fronteras hacia la política, la economía y el activismo. Como embajador de Amnistía Internacional, en 2000 lideró una campaña para condonar la deuda de los países más pobres. Además, fundó una ONG contra la pobreza, ONE, y otra contra el VIH, RED, que ha donado US$ 700 millones para prevenir el sida en África.


Sobre su labor humanitaria —la que en muchos aspectos domina el libro—, afirma que “siempre me he visto como una especie de vendedor: vendo canciones, ideas, a la banda y, en mi mejor día, vendo, bueno, esperanza… desde 1982, los cuatro habíamos prometido ver más allá de nosotros mismos, fijarnos en un mundo con necesidades distintas y más perentorias que un disco superventas”.


Encuentros con Juan Pablo II y jefes de Estado abundan en la publicación, incluso cuando fue criticado por reunirse con George W. Bush. Además, narra su relación con Steve Jobs y con el doctor Anthony Fauci, quien lideró la batalla contra el covid-19 desde Washington. Sobre recibir la Medalla de Honor Pablo Neruda por parte de la expresidenta Michelle Bachelet, no dice nada.


¿Y el futuro? Bono anunció que trabajan en un disco roquero, y tienen otro listo. Pero en “Surrender” reflexiona: “Ahora me veo rechazando cualquier otra cosa que el cantante y la canción. Esa imagen del cantante convirtiéndose en la canción no es de lo que me estoy apartando. Es a la que me estoy acercando”.

viernes, noviembre 18, 2022

Mon Laferte fue nominada al Grammy

 El Mercurio


La cantante nacional es una de las seis postulantes en la categoría Mejor Álbum de Rock Latino por su disco “Carmen 1940”. Los otros nominados a este premio de la Academia de Artes y Ciencias de la Grabación de EE.UU. son Rosalía, Jorge Drexler, Fito Páez, Gaby Moreno y Cimafunk. Los artistas con más postulaciones al galardón que se entregará en febrero son Beyoncé, Adele, Harry Styles y Lizzo. Bad Bunny hizo historia al ser nominado con su disco “Un verano sin ti”, el primero en español para la categoría de Mejor Álbum del Año.

“Espacios resonantes”: Festival de arte sonoro desafía a escuchar la arquitectura

 


El Mercurio

Una copa de agua y un estanque en Recoleta serán escenario de conciertos e instalaciones.

IÑIGO DÍAZ

En su investigación acerca de lo que llaman “arquitectura oral”, los arquitectos y artistas sonoros Mathias Klenner y Sofía Balbontín han recorrido diversos lugares donde existe una infraestructura industrial abandonada capaz de producir una u otra resonancia: una torre de control aéreo de la Guerra Fría en Alemania, un estanque de almacenamiento de petróleo de la Segunda Guerra Mundial en Escocia, un depósito para inundaciones en España.


Klenner y Balbontín son los impulsores del festival de arte sonoro “Espacios resonantes”, en marcha en Santiago hasta el próximo 26 de noviembre. A su vez, es la etapa decisiva de ese estudio realizado en Europa.


“Espacios resonantes”, que tiene conferencias, talleres y exposiciones en el MAC Parque Forestal como la “Asamblea de la escucha”, conectará los hallazgos de la investigación con el público común (gratis, con inscripciones). Sobre todo, a los vecinos del barrio Quinta Bella de Recoleta, que por años han visto como parte de su propio paisaje la antigua copa de agua de 20 metros de altura y el estanque de 220 m2 enterrado a cinco metros de profundidad.


En esos espacios habitualmente inaccesibles, que son hitos del patrimonio industrial en Santiago norte, este sábado y el próximo habrá una serie de conciertos e instalaciones diseñadas para capturar y descifrar el sonido. “Buscamos reconocer la arquitectura desde la escucha, lo que es una incógnita. Por sus características como lugar en abandono, por su materialidad y la resonancia que genera, se transforma en un instrumento musical”, dice Balbontín. “Cuando un músico toque al interior de la copa o el estanque, estará haciendo un dúo con ese espacio. Eso es escuchar la arquitectura”, agrega Klenner.


Habrá presencia de artistas sonoros e investigadores internacionales, como Brandon Labelle (EE.UU.), Sandra Volny (Francia) o Alex Arteaga (España), quien presentará una instalación de video, texto y sonido. También los alemanes Mark Bain, cuyo concierto generará vibración de la arquitectura para crear la sensación de un terremoto, o el célebre Atom Heart con su obra de electrónica ambient “Texturen”, que va en busca de la resonancia más acentuada en el estanque de agua.


Desde luego el programa incluye creadores chilenos, como el compositor Sebastián Jatz y su celebrada obra performática “El sueño del conde”, y el saxofonista de free jazz Edén Carrasco, explorando las distintas resonancias del espacio a través de tubos conectados a su saxo. Programa y detalles, en Festival.EspaciosResonantes.com.


Iglesia aimara de Sotoca: El símbolo para un pueblo de diez personas

 

Desde 2005, las festividades de San Pedro y San Pablo, los patronos de la localidad, se realizan en las afueras de la iglesia. BDL

El Mercurio

A 2.500 metros de altitud en la Quebrada de Tarapacá, no es una localidad fantasma, sino una comunidad viva, que en festividades religiosas llega a superar los mil peregrinos. La recuperación de este templo del siglo XVII se inicia el próximo año.

IÑIGO DÍAZ

“El epicentro se dio en el interior, en la misma precordillera donde se encuentran Sotoca y muchas otras pequeñas localidades. Dejó a la iglesia en un estado de daño importante. No se trata de un edificio en ruinas, pero sí uno totalmente inhabilitado”, dice Pedro Medalla, director regional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP) de Tarapacá. Se refiere al terremoto de 2005, de 7,8 grados Richter, que castigó severamente a este templo construido en piedra, barro y paja.


Ubicada en la ladera sur de la Quebrada de Tarapacá, a 2.500 metros de altitud y a unos 160 kilómetros de Iquique, Sotoca es una de las tantas localidades aimaras en esa trama precordillerana, junto con Chiapa, Jaiña, Chusmiza o Usmagama. “En todas ellas existen pequeñas iglesias de piedra que datan de los siglos XVI y XVII y que están caracterizadas por un mismo sistema constructivo ancestral muy valioso e identitario”, señala Medalla.


El MOP entra estas semanas en la etapa de licitación para las obras de rescate definitivo de la iglesia, no solo en lo arquitectónico sino en lo estructural, para protegerla de los sismos y dotarla de nueva vida. Por eso el diseño fue desarrollado principalmente desde la ingeniería.


“En lo estructural, la iglesia está totalmente alterada. Perdió su techo y su campanario, y los muros tienen inclinaciones importantes que superan la norma, además de una serie de grietas ocasionadas por los terremotos. Después de 2005 se había hecho una intervención no autorizada por el Consejo de Monumentos”, identifica José Bellido, ingeniero civil a cargo del proyecto.


Los emplazamientos en la Quebrada de Tarapacá han ido perdiendo progresivamente su población con el éxodo a Iquique. En Sotoca habitan diez personas, según contabilizan desde el MOP. “Pero lejos de ser un pueblo fantasma como se entiende que fueron las oficinas salitreras, Sotoca tiene una comunidad muy viva. Se reúne dos veces al año”, indica Pedro Medalla.


Es para las festividades religiosas anuales. Una es el Día de los Muertos, alrededor de su cementerio, donde descansan los habitantes más antiguos, y otra es la Fiesta de San Pedro y San Pablo (del 28 de junio al 1 de julio), patronos de la comunidad. Antes de 2005 se realizaba con bailes y misas en el interior de la iglesia y hasta hoy se siguen efectuando al aire libre, alrededor del templo.


Las casas en Sotoca pertenecen todavía a los antiguos habitantes, que hoy viven en las urbes más pobladas, pero que año a año suben a la precordillera. No solo ellos, sino centenares de peregrinos acuden a las fiestas. Llegan a superar las mil personas. Llevan agua, provisiones, colchones, balones de gas. Se instalan en sus casas y, finalizadas las fiestas, limpian y desmantelan todo para volver a la ciudad. “Por eso el cementerio y la iglesia son tan importantes allí. La reconstrucción del templo va a permitir mantener a una comunidad unida, que se conoce de años”, explica Medalla.


Las obras civiles se inician a mediados de 2023, aunque ahora su financiamiento se duplicó: en el MOP estiman que requerirá de unos $1.000 millones. Y como es prácticamente imposible recuperar el sistema constructivo ancestral a base de piedras, tierra cruda y fibras vegetales, dado que ese saber se ha perdido, el plan considera una mixtura entre los materiales locales autóctonos y las tecnologías actuales.


“El trabajo estructural comprende la restitución de los muros perimetrales del edificio. Se construirá un centro de muro de hormigón armado, que sostiene el revestimiento del muro interior”, dice Medalla. La cara exterior será revestida con piedra local, mientras que la estructura de techumbre contará con vigas de madera a la vista y cubierta vegetal. Y en otra etapa del plan, se considera la recuperación de las pinturas que están en los muros interiores, dañadas por los terremotos y parte esencial de la unidad del edificio.


Una rica ornamentación, con pinturas en los muros , quedó con importantes daños. BDL


Roberta Flack no podrá volver a cantar

 El Mercurio

La intérprete de “Killing me softly with his songs” fue diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), lo que le impedirá seguir cantando y también le dificulta hablar, comunicó su representante. La enfermedad neurológica que afecta a la cantante y pianista estadounidense de 85 años ataca el sistema nervioso del cerebro y médula espinal. Su situación se conoció justo antes de que hoy se estrene en el Festival de Nueva York el documental “Roberta”, sobre su vida, y que luego será parte de la serie “American Masters”, del canal público PBS. Además, se informó que en enero lazará un libro de cuentos infantiles. La ganadora de dos Grammy consecutivos, en 1973 y 1974, estuvo en Chile en 1988, cuando actuó en el programa de TVN “Porque hoy es sábado”.

jueves, noviembre 17, 2022

Segundo Elenco: Otra “Manon” ante poco público

 

El tenor uruguayo Andrés Presno y la soprano chilena Annya Pinto. Patricio Melo


Juan Antonio Muñoz

Nunca en mis 45 años asistiendo regularmente al Teatro Municipal de Santiago asistí a una función de ópera con tan pocos espectadores. Aparte de ser un desincentivo para cantantes e instrumentistas, la situación es trágica y obliga al Teatro mismo, a los melómanos y a quienes toman decisiones respecto de la cultura interrogarse por qué ha sucedido esto.


Las preguntas surgen fáciles y también las suposiciones, pero las respuestas no lo son tanto. ¿Efecto de la pandemia, de la crisis social y la violencia? ¿Que “Manon” no es un título popular? ¿Pero y qué ocurría hace no tantos años cuando óperas como “Peter Grimes” o “Rodelinda” tenían entradas agotadas? ¿Significa esto que las temporadas tendrán que considerar solo títulos “oreja” y no se podrá avanzar en términos de repertorio? ¿Acaso el público de la ópera ya no se interesa porque está acostumbrado a otro nivel de artistas que los que actualmente son contratados? Y se suma otro problema: las funciones están comenzando a las 18:00 horas, lo que para muchos es complicado porque deben salir antes de sus trabajos. Y si se comienza a las 19:00 horas, muchos no van porque el centro de Santiago se ha vuelto peligroso. En suma, un verdadero zapato chino.


Es necesario abrir un debate sobre la difusión de la cultura en general y de las artes escénicas en particular. Preguntarse acerca de sus costos y saber quiénes realmente la consumen. Hay un tema ideológico que no se puede soslayar, porque ya varios han enarbolado que la búsqueda de la máxima calidad es sinónimo de elitismo y que todo lo pasado hay que abolirlo. ¿Significa esto que esa máxima calidad no está disponible para quienes no forman parte de esa supuesta élite y que la gente común y corriente tiene que conformarse con lo que hay?


La ya comentada producción de Emilio Sagi contó esta vez con la dirección musical de Pedro-Pablo Prudencio, quien ofreció una bella lectura de la obra y que se esmeró en cuidar a los cantantes y respetar sus posibilidades. Su trabajo destacó por dar continuidad a una partitura difícil, que requiere fantasía, vitalidad e intensidad.


La soprano Annya Pinto tiene una voz aterciopelada que usa con musicalidad y distinción, pero su construcción del personaje tiene aún mucho que avanzar. Su Manon tuvo una gestualidad casi de comedia en algunas escenas, lo que diluye la emoción y la intensidad de un rol complejo. Junto a ella, el tenor Andrés Presno exhibió un canto potente y seguro al que le hacen falta matices expresivos y la cuota de sensualidad que Massenet exige tanto a Des Grieux como a Manon.


Muy bien en términos dramáticos y vocales el Lescaut del barítono Ramiro Maturana, como también Javier Weibel como Monsieur de Brétigny y Gonzalo Araya en su atractiva creación de Guillot-Morfontaine. Completaron el extenso reparto Tabita Martínez (Pousette), Camila Guggiana (Javotte), Camila Aguilera (Rosette), Sergio Gallardo (Conde Des Grieux), David Gáez (Posadero, Portero de Saint Sulpice y croupier), Paola Rodríguez (Sirvienta), Nicolás Noguchi (Guardia, Jugador) e Ismael Correa (Guardia, Jugador). Todos ellos con gran participación escénica y que intervinieron con señera propiedad en el complejo armado de esta partitura. El Coro del Teatro Municipal tuvo otra vez una excelente noche.

Fundación Neruda se alía con la U. de Chile y cambia su directorio

 El Mercurio


Asumió la presidencia la académica de este plantel Kemy Oyarzún y adelanta, junto al director ejecutivo, Fernando Sáez, que la situación financiera sigue siendo crítica, que hay que descentralizar el patrimonio y que no está por cancelar el legado del premio Nobel.

Maureen Lennon Zaninovic

Hace unos meses en este diario, Fernando Sáez, director ejecutivo de la Fundación Pablo Neruda, explicaba que estaban agotando todas las instancias para salir a flote y pagar los sueldos de 58 personas que forman parte de esta entidad, quienes desde que se decretó la emergencia sanitaria aceptaron reducir sus honorarios.


Entre otras medidas, postularon a un crédito de la banca ética Doble Impacto y enviaron la documentación necesaria para entrar en la glosa del Ministerio de las Culturas.


“El crédito ya está operando, lo que nos permitió regularizar las remuneraciones en un 70 por ciento. Eso es un avance, pero la situación económica sigue siendo crítica”, explica el ejecutivo. Añade que, a solicitud de la propia ministra Julieta Brodsky, prepararon un expediente para acceder a recursos de la cartera. “Cumplimos con todo lo que el ministerio y el Servicio del Patrimonio nos pidieron, pero no recibimos ninguna respuesta. Curioso, por decir lo menos”, dice.


También comenta que, antes del estallido social y el covid-19, las tres casas de Neruda —Santiago (La Chascona), Isla Negra y Valparaíso (La Sebastiana)— recibían 300 mil personas al año. “Pese a que estamos sin restricciones y ha aumentado el flujo de turistas, hasta la fecha estamos con un 50 por ciento de las visitas, si nos comparamos con un año normal”.


En otro frente relevante, Fernando Sáez anuncia que cambió la configuración del directorio que, hasta hace unos días, estuvo presidido por Raúl Bulnes, Enrique Inda (primer vicepresidente) y el poeta Raúl Zurita, entre otros. “Según nuestros estatutos el directorio era vitalicio, pero eso cambió el 2014, cuando se decretó que durarían en sus cargos ocho años y el período finalizaba en 2022”, explica. De esta manera, asumió una nueva conformación, que incluye, como presidenta, a la académica de la Universidad de Chile Kemy Oyarzún; al médico Álvaro Insunza como primer vicepresidente (hijo de Aída Figueroa, gran amiga del poeta); el científico de la U. de Chile Eduardo Vera (segundo vicepresidente); el abogado Claudio Herrera; Alejandra Araya, directora del Archivo Central Andrés Bello; el premio nacional de Arquitectura Miguel Lawner y la gestora cultural Morgana Rodríguez.


Sáez asegura que firmaron un convenio de asociación con la Universidad de Chile y que, por ello, sumaron a profesionales de la Casa de Bello. “Siguiendo el espíritu de Neruda, que estudió en este plantel y regaló todas sus caracolas y su biblioteca”, dice. El director ejecutivo de la Fundación Neruda comenta que “con esta alianza podemos levantar proyectos y buscar soluciones para los problemas financieros que permanecen”.


La rectora Rosa Devés complementa que para esta universidad el resguardo del patrimonio cultural es parte importante de su misión y que en 1954 el plantel recibió la biblioteca personal del poeta, la que hoy es Monumento Histórico Nacional. “En el marco de nuestro aniversario 180 nos enorgullecemos de anunciar esta alianza entre la Fundación Neruda y la U. de Chile”, manifiesta.


Mayor aporte del Estado


Kemy Oyarzún Vaccaro es Ph.D. en Filosofía de la Universidad de California y especialista en temas de género y cultura de la U. de Chile. Es la primera vez que una mujer asume la presidencia del directorio de la Fundación Neruda. Desde Estados Unidos, expresa que esta designación fue una sorpresa y rememora que su abuela “era profesora de Castellano, así que me formé con Neruda y con Gabriela Mistral. Me formé con Neruda no tanto por su poesía de amor, sino más bien con sus versos de Latinoamérica y de España y, sobre todo, con ‘Alturas de Machu Picchu'”. Agrega que “he sido parte de los movimientos feministas y tengo muy claro las críticas que se le han hecho al premio Nobel. No voy a esquivar esa realidad, pero tampoco estoy por cancelar la poesía nerudiana y su enorme contribución a América y el mundo”.


Oyarzún explica que en la primera reunión de directorio se abordó la delicada situación económica de la fundación y “de la posibilidad de descentralizar las actividades que realiza. Tenemos que replantear nuestra vocación de museo y requerimos mayor apoyo del Estado. Por otro lado, que la Universidad de Chile se sume es un tremendo aporte”.


La presidenta del directorio concluye que espera poder contribuir a levantar Cantalao (Punta de Tralca), el anhelado proyecto del autor de “Canto General”, y que buscará profundizar en la virtualidad. “No nos podemos quedar solo en la presencialidad. Hay que explorar otros medios”, cierra.

CHV se suma a la tendencia con espacio de artistas urbanos

 El Mercurio


En su web emite “Urbanos a prueba”, programa que desafía a cantantes como Marcianeke, Franco “El Gorila” y Pailita.

Patricia Cerda F.

Los canales de televisión buscan cautivar a nuevos públicos, como los adolescentes y jóvenes que actualmente no tienen espacios dirigidos a ellos en la pantalla abierta. Por lo mismo, las plataformas de internet surgen como una atractiva alternativa para captar a las audiencias de entre 17 y 25 años, conectados durante gran parte del día a sus teléfonos celulares.


Ese es el contexto en que debutó el pasado jueves, a las 20:00 horas, en el sitio web de Chilevisión, “Urbanos a prueba”, un espacio que muestra a los nuevos exponentes del género sometidos a actividades que no les son habituales. En el primer capítulo, por ejemplo, Pailita reconoce que no sabe cocinar y se le plantea ser pastelero por un día. Acompañado del periodista Diego González, denominado el reportero urbano, el cantante finalmente muestra ciertas habilidades en la cocina.


Mañana será el turno de Marcianeke, quien se someterá al rigor del trabajo en la Vega Central. Levantarse temprano, barrer las calles y cargar verduras y frutas serán algunas de sus actividades.


Eduardo Goycolea, subgerente de Plataformas Digitales de Chilevisión, se refiere al proyecto: “Entendiendo que la música es uno de los principales motivadores de consumo de contenido digital y que en Chile nueve de los diez artistas más escuchados son del género urbano, queremos conectar con esas audiencias y que conozcan de cerca la realidad de los artistas que lideran los rankings nacionales”.


Según agrega, el objetivo es también conocer el movimiento urbano local con mayor profundidad. “A través de nuestras plataformas digitales, buscamos llegar a otros públicos y entender el fenómeno de la música urbana en un país que, hasta ahora, no se caracterizaba por crear exponentes de nivel mundial”, plantea.


Consultado sobre las diferencias entre “Urbanos a prueba” y el docurreality “Urbanos”, que debutará próximamente en TVN, con María Luisa Godoy en la conducción, el ejecutivo explica: “Nosotros los vamos a desafiar y sacar de su zona de confort para que demuestren de qué son capaces. No los veremos en estudios ni escenarios, sino en situaciones completamente impensadas para ellos”.


Añade que, además, se reclutó a un conductor que es cercano a estos jóvenes, Diego González, “uno de los principales referentes en el periodismo del género urbano”.


El programa muestra en detalle el desafío o la prueba a la que se someten. Otros invitados serán Franco “El Gorila”, quien les tiene miedo a las alturas, convertido en un payaso trapecista, y Jairo Vera que se convertirá en granjero.


Aunque este espacio pone el foco en el segmento joven, Chilevisión cree que el público de “Urbanos a prueba” debiera ser transversal. “Queremos que los adultos también conozcan en profundidad a estos artistas y logren comprender el arrastre que poseen en redes sociales”, señala Goycolea.


El primer capítulo con Pailita logró 3.500 visualizaciones en la web de CHV, 462 mil en YouTube y 88 mil en Facebook.

TVN emitirá festival de K-pop

 El Mercurio


El 9 de diciembre, como estaba programado, la señal pública retransmitirá el Festival Music Bank Chile, que tuvo lugar el sábado pasado en el Estadio Monumental, pero que transcurridas dos horas fue suspendido por la fuerte lluvia que cayó no pudiendo actuar todas las bandas de K-pop invitadas. En tanto, el Sernac, ante los más de 2.500 reclamos recibidos, ofició a la productora Noix para que explique las medidas para compensar a los asistentes afectados.

Rod Stewart también se resta del Mundial de Fútbol de Qatar

 El Mercurio


Al igual que su coterránea Dua Lipa, el cantante británico contó que desechó la invitación para participar en la inauguración de la Copa del Mundo, que se inicia este domingo en Qatar. Según dijo, le ofrecieron más de un millón de dólares por su actuación, pero manifestó: “Lo rechacé. No es correcto ir”. Qatar es criticado por su situación de derechos humanos.

Petula Clark cumplió 90 años en plena actividad

El Mercurio

 La cantante y actriz británica celebró ayer sus nueve décadas de vida. Considerada un ícono del pop inglés, la voz de éxitos como “Downtown” y “This is My Song”, actualmente integra el elenco de la nueva versión del musical “Mary Poppins”, en el teatro Prince Edward, del West End de Londres, donde interpreta el papel de la Mujer Pájaro. Hija de artistas, comenzó su carrera a los nueve años y ha vendido más de 70 millones de discos. Ha trabajado como actriz en cine y teatro, principalmente en Broadway, de Nueva York, y en Londres. Entre sus películas figuran “Finian's Rainbow” (1968), “Adiós, Mr. Chips” (1969) y “Never Never Land” (1980). A los 85 años grabó su último disco, “Living for Today”.

miércoles, noviembre 16, 2022

Crítica de Música: La (supuesta) despedida de un gran trovador



 El Mercurio


MARIO VALLE

Desde su primera visita al país en septiembre de 1969, cuando se presentó en el Teatro Municipal de Santiago, y meses después asistiera como invitado al Festival de Viña del Mar —donde ha estado en otras dos oportunidades, en 1993 y 2009—, Joan Manuel Serrat cautivó al público nacional por su sencillez, simpatía y la profundidad de sus canciones. El cantautor, quien se posicionó como un trovador contemporáneo, ha hecho varias otras visitas a lo largo de estos años en solitario y también en grupo con sus amigos y colegas Joaquín Sabina, Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos.


Ahora estuvo el sábado y domingo últimos como parte de su gira “El vicio de cantar 1965-2022”, que ha sido definida como su despedida de los escenarios. El catalán, próximo a cumplir 79 años, hizo el anuncio el año pasado tras una larga reflexión, después de los encierros por la pandemia. Este tour incluye 63 recitales, que inició en abril pasado en Nueva York y culminará el 23 de diciembre en su natal Barcelona.


Para sus seguidores locales no dejó de ser una triste noticia, por cuanto sus temas han cruzado a varias generaciones en forma transversal. Muchas de sus canciones son parte de la banda sonora de muchos chilenos. Prueba de ello fue que reuniera en cada una de sus dos presentaciones en el Movistar Arena a más de 12 mil personas, quienes corearon y aplaudieron sus interpretaciones. El Presidente Gabriel Boric asistió al concierto del domingo.


“Nano”, como lo conocen sus amigos, aparece vistiendo jeans, chaqueta y una camisa de mezclilla. Con su particular estilo, a poco de iniciado su último concierto, se apresuró en plantear: “He venido por el placer de estar con ustedes y no para despedirme. Y, como corresponde, con alegría. Les aclaro que este no es un último concierto, al menos eso espero. De ocurrir algún imprevisto, guarden sus tickets y podrán presumir de haber estado”. Y agregó: “Las cosas tal como empiezan se acaban. Todo lo que nos queda es futuro”.


Serrat estuvo visiblemente emocionado con la cálida recepción. Después de la incertidumbre que generó la pandemia en sus inicios, quizás pudo estar el retiro en su mira, pero sin duda las experiencias vividas con sus presentaciones en diversos lugares lo revitalizan y renuevan sus energías.


En estos shows, a través de 24 canciones, repasa su carrera de casi 60 años. Su voz algo desgastada por el tiempo no es obstáculo para entregar un espectáculo de calidad. Su sentido musical y dominio escénico están intactos. Además, cuenta con el apoyo de sus muy buenos músicos, encabezados por el pianista Ricardo Miralles, quien lo ha acompañado en gran parte de su trayectoria.


Entre canción y canción, Serrat se da tiempo para breves reflexiones. Habla de su familia, de la historia y fantasías que rodean a sus canciones, de quienes han trabajado con él, de su relación con las nuevas tecnologías y de sus preocupaciones como el cambio climático. “Tardamos mucho tiempo en darnos cuenta”, dijo al referirse a la contaminación que afecta al aire, mares y ríos. “Un planeta cada día más enfermo”, añadió y sostuvo la necesidad de decisiones rápidas y urgentes. Pero no todo fue seriedad, también hizo gala de su especial sentido del humor, del que no escaparon ni Isabel II ni Carlos III. Incluso, ante la declaración de una señora mayor, quien a viva voz le gritó: “¡Eres el amor de mi vida!”, le respondió: “Lástima que no me haya enterao”.


La interpretación de cada uno de los 24 temas fue apoyada por muy buenas visuales, como la sátira de la Mona Lisa en “Hoy puede ser un gran día”, o los dibujos de Banksy en “Para la libertad”. Esto, comandado por un Serrat que logra crear el clima preciso para cada canción.


Comenzó con “Dale que dale”, para luego alternar adecuadamente aquellas composiciones de letras profundas y desgarradoras como “Las nanas de la cebolla” o “Aquellas pequeñas cosas” con otras más alegres como “Algo personal” y “Fiesta”, con la que cierra dejando al público muy arriba.


Antes se dio tiempo para cantar en su lengua catalana “Cancó de Bressol” (“Canción de cuna”) y “Pare” (Padre”), como también la potente “Es caprichoso el azar” con Úrsula Amargos, quien integra su banda a cargo de la viola. Un guiño al país anfitrión fue una buena versión de “Gracias a la vida”. Algunos de sus títulos más conocidos como “Tu nombre me sabe a yerba” tienen nuevos arreglos para adaptarlos a su actual tono vocal.


El Serrat de esta aparente despedida no resulta desbordante, pero sigue siendo inmenso. Tras dos horas y 20 minutos, en que se mezclaron emociones y nostalgia, cierra con un público enardecido y agradecido. Todo parece indicar —y así se espera— que este no es un adéu, sino un hasta siempre.


----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Joan Manuel Serrat visita al Presidente Boric en La Moneda


Un desfile de ministros se vio el fin de semana en el concierto de Joan Manuel Serrat en el Movistar Arena. El sábado se vio en el recital a la vocera Camila Vallejo, mientras que el domingo fue el turno del Presidente Gabriel Boric junto a la titular de la Segpres, Ana Lya Uriarte.


Pero eso no fue todo. El día de ayer (14-11-2022), antes de abandonar el país, el cantautor español se dirigió hasta La Moneda para reunirse con el mandatario.


A las 12 del día ingresó a Palacio, donde la guardia le rindió honores, para posteriormente dirigirse hasta el despacho presidencial.


Tras la cita, Serrat señaló que fue una “charla muy franca”. Además, dijo que “aprecia” a Boric como persona y que es un político que, a pesar de su edad, “tiene grandes virtudes”. Por último, espera que las ideas del Presidente “se puedan llevar a término con el respaldo del pueblo chileno”.




Dua Lipa descarta participar en la inauguración del Mundial

 El Mercurio


El show de apertura de la próxima Copa del Mundo, que se realizará en Qatar el próximo domingo, no contará con la cantante británica, quien negó su participación como había trascendido “Deseo visitar Qatar cuando haya cumplido todas las promesas en materia de derechos humanos que hizo cuando obtuvo el derecho a organizar la Copa del Mundo”, dijo junto con precisar que no ha estado en ninguna negociación al respecto. Según agregó, estará apoyando a Inglaterra desde lejos. En tanto, la banda surcoreana de K-pop BTS confirmó su asistencia con lo que saldrá del receso en que se encontraba, al igual que Shakira, quien estará por cuarta vez en la inauguración de un Mundial luego de participar en Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.


Taylor Swift arrasa en los premios MTV Europa

 El Mercurio


La cantante estadounidense fue la gran ganadora en la entrega de los MTV Europe Music Awards 2022, que se realizó en Düsseldorf, Alemania. De los seis galardones a los que postulaba se llevó cuatro: Mejor Artista, Mejor Artista Pop, Mejor Video y Mejor Video Largo. Como Mejor Canción fue elegida “Super Freaky”, de Nicki Minaj, y como Mejor Artista Latino, la brasileña Anitta. En el show estuvieron, entre otros, Gorillaz, Muse y la banda alemana Kraftwerk.

Segunda versión: Se inicia el Concurso de Canto Lírico para Jóvenes Artistas de Concepción

 El Mercurio (15-11-2022)

Quienes resulten ganadores podrán intervenir en la temporada de la Orquesta Sinfónica de Concepción y cantar en Génova (Italia).

Entre el lunes 21 y el viernes 25 de noviembre se desarrollará la segunda versión del Concurso de Canto Lírico para Jóvenes Artistas convocado por la Corporación Cultural U. de Concepción (Corcudec), en el marco del Chile Opera Festival (ChOF). Quienes resulten ganadores podrán participar de la Temporada Sinfónica de la Orquesta Sinfónica UdeC 2023 y ser parte del Festival Internacional para Jóvenes de Génova, Italia, gracias a la alianza con la Fundación Associazione Internazionale delle Culture Unite (A.I.C.U.).


El jurado de esta edición estará conformado por Carola Bravo, académica de la Facultad de Música de la U. de Concepción; el maestro Eduardo Díaz, director del Coro UdeC; la soprano italiana Marta Mari, ganadora de concursos internacionales; Juan Antonio Muñoz, decano de la Facultad de Comunicaciones de Uniacc y crítico de ópera de “El Mercurio” y “Opera Actual” (España), y el maestro italiano Lorenzo Tazzieri, responsable del Festival Internacional de Músicos Jóvenes de Génova y del Festival Internacional de Ópera en Chile.


La instancia espera potenciar la formación y búsqueda de nuevos artistas, haciéndolos partícipes de proyectos junto a la Orquesta Sinfónica U. de Concepción, con el fin de que puedan perfeccionar su actividad interpretativa.“El concurso, tanto para músicos como para cantantes líricos, ha tenido una importante convocatoria, pues existe una gran cantidad de jóvenes talentos en la región. Son 30 voces las inscritas para esta edición. Pero también queremos abrir las puertas a otras partes del país y Latinoamérica, para que se sumen a este certamen”, apunta Mario Cabrera, gerente de Corcudec.


Este concurso es para jóvenes de entre 18 y 35 años que hayan terminado sus estudios musicales o que se encuentren estudiando en forma regular en un conservatorio, instituto, academia, de manera individual y/o ser integrante de una agrupación coral.


La ganadora de la primera versión, la soprano Camila Guggiana, fue parte de la delegación que visitó Génova durante este año: “Pienso que toda instancia de estas características, independientemente del resultado o el hasta donde lleguemos, supone una oportunidad tremenda de aprendizaje. Les diría a quienes participarán en esta versión que si llegan a las etapas presenciales, disfruten mucho cantando”.

Andrés Calamaro: “Soy un antidivo”



 El Mercurio


En medio de una gira latinoamericana, la primera que emprende tras el paréntesis pandémico, el músico argentino habla sobre su trabajo discográfico más reciente, explica por qué prefiere la moda a las tendencias y dispara contra el juicio retroactivo a las letras de las canciones: “Todo es una farsa poscapitalista, peor que mil bombas atómicas”.

Por Nicolás Lazo Jerez. Fotografía Thomas Canet.

Vestido completamente de negro, con un pañuelo en la cabeza a la usanza rockera, Andrés Calamaro apura los últimos versos de “Los chicos”, una canción de su disco “La lengua popular”, de 2007, dedicada a la fraternidad más allá de la muerte. Detrás suyo, en una pantalla gigante que domina el escenario del Movistar Arena, comienzan a proyectarse, uno por uno, los nombres y los rostros de esos “amigos que se fueron primero” a los que alude la letra. Los vítores de la audiencia, confundidos con el sonido de la guitarra eléctrica, estallan ante la imagen de —entre otros— los músicos argentinos Federico Moura, Miguel Ángel Peralta, Luis Alberto Spinetta y Gustavo Cerati. El último aplauso, sin embargo, va dirigido al hombre de 61 años que, ahí delante, lleva casi dos horas entonando éxitos. Andrés Calamaro se deja querer y devuelve el saludo con un movimiento teatral que imita los gestos de un torero.


Así, entre el fervor y la nostalgia, fue el reencuentro del cantante y compositor bonaerense con el público de Chile el 6 de noviembre.


—Me tratan como a una leyenda viva; los recitales se dan muy bien casi todos —escribe a través de un correo electrónico—. Volvieron mejores. Ni siquiera me explico por qué.


La gira de Calamaro está precedida por la publicación de “Dios los cría” (2021), un álbum de 15 pistas que reúne canciones suyas versionadas junto a voces de la música hispanoamericana, como Julio Iglesias, Raphael, Alejandro Sanz y Julieta Venegas.


—¿A qué artista de la historia —que ya no esté con nosotros— le habría gustado incluir en la nómina?


—Es un poco cruel pensar en eso. Me gustaría haber contado con artistas vivos y sobrevivientes como Willie Nelson, Diego el Cigala o Joaquín Sabina. De los otros, los que ya no están: con casi todos.


La lista de colaboradores también contempla a Mon Laferte. “Mejor imposible”, responde el cantante cuando se le pregunta sobre la participación en el disco de la viñamarina radicada en México.


—La estimo y le admiro mucho. Cómo crece en el escenario, es virtuosismo puro. (La canción) “Tantas veces” no es un tonalidad que le ayude a brillar: estaba grabada para un varón, este cantante. Pero no se quejó de nada, cantó con dulzura y generosidad. En el video ilumina la pantalla cada vez que aparece.


Por si no fueran suficientes novedades, Calamaro lanzó a fines de octubre una reedición de lujo —generosa en material inédito— de “Honestidad brutal”, un disco doble considerado clave tanto en su carrera como en la historia reciente del rock argentino.


—Una grabación valiente y divertida —recuerda hoy, a 23 años de la experiencia original—. Nos dimos todos los gustos. Todos. Terminábamos una gira exitosa con (el disco) “Alta suciedad”, había escrito unas letras y entramos a grabar sin planes lo que terminó siendo una grabación de novela.


El impulso creativo, eso sí, está lejos de haber quedado atrás. De hecho, asegura el músico, él sabe cómo enfrentar la amenaza del bloqueo mental. “Un problema que no tiene solución no es un problema”, plantea al respecto. La frase, que él mismo recoge en la canción “Dice un proverbio chino”, sugiere un resumen de su método de trabajo.


—Los músicos, cuando grabamos o tocamos en las giras, no sufrimos bloqueos, porque la música transcurre en tiempo real. Una gira es un compromiso de dos años con el público y con los compañeros que viajan conmigo, y hay 50 formas distintas de grabar un disco. Contemplo varias fórmulas posibles para romper un bloqueo creativo, pero dudo de que existan soluciones mágicas. ¡Tampoco lo descarto del todo!


Entonces enumera las condiciones necesarias para sobrellevar cualquier posibilidad de sequía artística:


—Escribir mucho, escuchar mucho, creer en la música, olvidarse del cuerpo, no mirarse el ombligo y no cagar arriba del culo. Todo junto funciona.


La insumisión


Con más de 40 años sobre los escenarios, la vida de Andrés Calamaro acaso parece destinada a la leyenda con la que se lo identifica ahora. Recién salido de la adolescencia, empezó a integrar conjuntos musicales de géneros diversos, como Raíces y The Morgan. En este último grupo, luego bautizado como Proyecto Erekto, coincidió con Gustavo Cerati y Héctor “Zeta” Bosio, luego convertidos en figuras gracias a Soda Stereo.


Durante los años 80, Calamaro tuvo un aplaudido paso por Los Abuelos de la Nada y se incorporó a la banda de apoyo de Charly García. En mitad de esa década, inició una carrera como solista que hoy suma más de una veintena de álbumes —entre trabajos de estudio y shows en vivo— y acumula múltiples premios, incluidos cinco Grammy latinos. Los años 90, en tanto, marcaron el salto internacional. Algunos de los hitos de la época fueron su performance al frente de Los Rodríguez y la gira por la España de fines de siglo como telonero de Bob Dylan.


—¿Suscribe la idea nietzscheana según la cual “sin la música, la vida sería un error”? ¿Cuáles han sido sus vocaciones paralelas?


—Suscribo las frases cortas de Nietzsche. Paralelamente, saco fotos, escribo versos. Me encanta conversar con amigos, escuchar y comentar cuestiones musicales, políticas o abstractas. Tengo escrito un guion de cine. Tampoco mucho más. Estudio la salsa, el blues y los toros. La música ocupa más tiempo que espacio. Una gira o un disco llevan un rato.


Poco después, se describirá a sí mismo de este modo:


—Soy una persona normal que compra la comida, con una vida propia; uno que va a sitios normales a comer o tomar café. En la gira y en el estudio somos todos iguales. Todos con responsabilidades y conviviendo como camaradas. Soy un antidivo. Suscribo con Schopenhauer, Cioran, Lemmy (Kilmister) de Motörhead y Héctor Lavoe. Nietzsche tampoco es sencillo de leer. Lo estudié con 25 años, pero lo dejé porque me fundía los estados de ánimo. No estaba listo para tanto optimismo.


El éxito no lo ha llevado a ocultar posiciones controversiales. En ese ámbito, su afición por la tauromaquia es, probablemente, lo que le ha valido más críticas. Pero “el Salmón”, como lo apodan sus fanáticos, a menudo nada contra la corriente. “No termino de creerme una serie de tendencias por el simple hecho de ser tendencias”, se lee en su libro “Paracaídas & vueltas: diarios íntimos”, de 2015.


—¿Qué tendencia actual es la que le inspira más desconfianza o perplejidad?


—Todas las tendencias. Prefiero las modas, porque valoran lo estético. El animalismo es de una necedad criminal; el imperio de la mentira, las muecas de la nueva inquisición, esta falsa distribución de subsidios y derechos que reclaman las minorías de piel blanca y clase media. No sé en qué mundo se creen que viven.


Mientras esperaba que el mundo recuperara algo de la normalidad prepandémica, Andrés Calamaro compuso música, vio fútbol y hasta escribió un diario en décimas.


—¿Qué piensa del juicio retroactivo a las letras de las canciones?


—Es un delirio tan exagerado que ya es gracioso. Chivatos y delatores persiguiendo artistas y rockeros: lo mismo de siempre. Ahora son peores que la policía y la religión. Todo es una farsa poscapitalista, peor que mil bombas atómicas. Todos los árboles de Navidad incendiados del mundo.


—¿Qué salida ve, si lo cree posible, a la fractura social y política que vive Argentina?


—Argentina es un gran país. Contiene la dulzura del folclore y un tesoro cultural de cien o más años. Buenos Aires —que nunca duerme— es una mezcla de París y Ciudad de México, una ciudad peligrosa y cosmopolita, cultural, popular y rockera. Insegura pero fraternal. Ya sobrevivimos a todo, caminamos en la cuerda floja hasta no distinguir el cielo del suelo. Manejamos el sarcasmo, la ironía y el humor negro. Eso nos hace la vida más entretenida. Eso y el culto a la amistad.

martes, noviembre 15, 2022

Joan Manuel Serrat se despidió de Chile con dos conciertos de clásicos

 El Mercurio (14-11-2022)


El cantante español realizó anoche el segundo y último de sus recitales en el Movistar Arena, como parte de su gira de despedida de los escenarios tras casi 60 años de carrera. El catalán hizo un repaso por 24 de sus canciones más recordadas, en conciertos que sobrepasaron las dos horas y en los que reconoció el lugar que Chile ha tenido en su vida profesional. “Vine a despedirme de ustedes como corresponde, personalmente, de una plaza y de un país que me ha dado tanto amor a lo largo de mi vida”, aseguró. Al concierto de anoche llegó el Presidente Gabriel Boric junto a su pareja, Irina Karamanos.

Crítica de ópera: Esta “Manon” merece un Teatro Municipal lleno

 El Mercurio


Juan Antonio Muñoz H.

Al fin volvió la ópera en plenitud al Teatro Municipal de Santiago, con todos los elementos propios del género y la orquesta en el foso. La alegría del público fue evidente, expresada en un prolongado aplauso al término de la función. Lamentablemente, había muchas localidades disponibles; la inseguridad que afecta al centro de la capital ha incidido en que parte importante del público no se atreva a salir.


Manon, el personaje creado en 1731 por Antoine François Prévost, se halla en la génesis del mito de la mujer fatal desarrollado en el siglo XIX, cuyo poder de atracción trae un final triste a ella misma y a quienes conquista en su camino (en este caso, el chevalier Des Grieux). Vuelve al Teatro Municipal de Santiago, después de 41 años de ausencia, “Manon” (1884), de Jules Massenet, con libreto de Henri Meilhac y Philippe Gille.


Si la “Manon Lescaut” de Puccini es pura pasión a la italiana, la mirada de Massenet es francesa, exquisita y algo empolvada también. Con sus libretistas, el compositor pulió el personaje descrito por Prévost y también resolvió eliminar algunos fragmentos que le parecieron más escandalosos. Massenet escribió “Manon” para la Opéra Comique de París y plasmó en la partitura todos los recursos de la Grand Opéra: desde retrotraer al auditor a formas musicales antiguas, como el minué y la gavota, hasta la inclusión de un ballet (excluido en la presente versión), agregando el uso de motivos para los personajes principales, a la manera de Wagner, de quien Massenet era admirador: solo para Manon hay al menos seis leitmotivs que sirven para dar cuenta de su complejo carácter y también de los cambios que para ella depara el destino.


Al frente de la Orquesta Filarmónica, Maximiano Valdés, en un repertorio de su total dominio, exprimió la riqueza melódica de la partitura y supo destacar la imaginación del compositor y relevar la belleza de los preludios, como ocurrió en el del segundo acto, donde se escuchan los motivos de Des Grieux, a cargo de las cuerdas graves, y de Manon, por los violines. Fue bellísimo cómo, en la llamada “Aria del sueño” (“En fermant les yeux”), Valdés generó, bajo las líneas vocales, un clima poético cautivador, gracias a un cuidado trazo de ese ensamble de violines, oboe y flauta. Desde el inicio, su dirección fue respetuosa con las voces y centrada en la intimidad de la escritura orquestal, a la vez que logró crear una atmósfera transparente que permitió escuchar y disfrutar de muchas frases instrumentales solistas que suelen perderse en el entramado. Además, fue puntilloso en los tiempos durante el tan vertiginoso tránsito musical que impone la profusión de diálogos breves de los personajes secundarios.


La acción se desarrolló sin problemas sobre un curioso espacio único en tonos verde-azulados que contenía cuatro módulos móviles de escaleras para las diversas escenas (escenografía de Daniel Bianco), que sirvieron al régisseur Emilio Sagi para crear algunos cuadros de cierta belleza escultórica en la escena del Cours-la-Reine, con personajes a diversas alturas. Esto mismo facilitó el desarrollo teatral del acto segundo, más íntimo, y que exige que las parejas Manon-Brétigny y Lescaut-Des Grieux tengan conversaciones aisladas en paralelo. Muy bien conseguido por Sagi el desarrollo abigarrado del salón de juego en el Hôtel de Transylvanie, de tan complejo armado teatral y musical. Un gran aporte fue la iluminación de Eduardo Bravo, que supo plasmar el ambiente emocional de cada momento. Todo esto, vestido por Pablo Núñez, cuyos trajes son un lujo de imaginación y factura.


Comparable en intensidad y variedad con Violetta Valéry (“La Traviata”), Manon es una dura empresa para quien la encarne. La soprano española Sabina Puértolas fue un puntal vocal y dramático, y supo habitar las facetas tan diversas del personaje. Fue la joven ingenua e irresponsable del primer acto; la mujer que siente compulsión por el lujo y la vida cómoda y que, aunque sufre, abandona a su amante de manera calculada, en el segundo; la encarnación de la frivolidad y la seductora implacable, en el tercero; el símbolo de la corrupción, en el cuarto, y en el quinto, aquella que expía sus culpas con la muerte. Representar todo ese arco expresivo no es fácil; mucho menos con las exigencias vocales por delante. Sabina Puértolas es una soprano lírico-ligera que no posee una voz deslumbrante, pero sí tiene algo más importante: sabe decir y adecuar la intensidad de su fraseo al desarrollo psicológico de Manon. Su material vocal lució en los sobreagudos y en la coloratura, pero tampoco faltó peso en los momentos más dramáticos; de hecho, su canto tuvo la fuerza esperada en la escena de Saint Sulpice, donde además causó gran impresión al descubrir su belleza ante el novicio Des Grieux. Fue entrañable la forma en que encaró la doliente “Adieu, notre petite table”, una de las mejores páginas de la ópera.


Al comenzar la función se explicó que el joven tenor mexicano Galeano Salas estaba aquejado de un cuadro alérgico, pero que había resuelto cantar. No hubo nada que temer. Ganador en 2018 del Grand Prix del III “Concurso de Canto Éva Marton” (Hungría) y actual miembro de la Ópera de Múnich, Salas es un cantante destinado a una destacada carrera internacional. La belleza de su timbre y su musicalidad se unen en él a una noble línea de canto y a una innata capacidad para cincelar las frases. Si trabaja mejor los reguladores y busca los claroscuros y las medias voces, sin duda su Des Grieux será requerido por los mejores escenarios. Estuvo notable en sus comprometidas arias (“En fermant les yeux” y “Ah! fuyez”) y en gran dúo de Saint Sulpice.


El Municipal de Santiago consiguió un reparto excelente para esta producción, partiendo por el primo Lescaut del barítono Manel Steve, buen actor y sólido cantante. Todos los roles comprimarios estuvieron a la altura: Gonzalo Araya (muy aplaudido como Guillot-Morfontaine), Homero Pérez-Miranda (severo Conde Des Grieux), Patricio Sabaté (Monsieur de Brétigny), Andrea Aguilar (Poussette), Marcela González (Javotte), Evelyn Ramírez (Rosette), David Gáez (Posadero / Portero Saint Sulpice / Croupier), Ismael Correa (Guardia/Jugador), Nicolás Noguchi (Guardia/ Jugador) y Paola Rodríguez (Sirvienta). Como siempre, el Coro del Teatro Municipal (dirección de Jorge Klastornick) tuvo una actuación impecable en lo vocal y en lo escénico.

Teatro Dante de Talcahuano: Festival del Acordeón se despide en Biobío

 El Mercurio


Una semana de conciertos, clases magistrales, conversatorios e intervenciones del espacio público consideran las actividades del Festival Internacional del Acordeón, que por primera vez llegó a puntos del Biobío. Organizado por la Fundación Entre Fuelles, ha tenido acción durante la semana en Hualpén, Concepción y Talcahuano, en cuyo Teatro Dante se realizan los conciertos. Hoy es el cierre en vivo, con diversos acordeonistas y cantores.


(12-11-2022)

En Lo Matta Cultural: Continúan los Conciertos de Primavera

 El Mercurio


Esta tarde, a las 19:00 horas, tendrá lugar la segunda fecha de los Conciertos de Primavera 2022, en los jardines de Lo Matta Cultural (Av. Kennedy 9350). La entrada es gratuita y el recital estará protagonizado por la banda de oboes y percusión “Mosqueteros”, conformada por Diego Villela, Juan Fundas y David Pérez (oboes barrocos); Constanza Muñoz (fagot barroco), y Gustavo Pastenes (percusión).


El programa incluye Fantasía de concierto sobre motivos de la ópera “Rigoletto”, de Verdi, del italiano Luigi Bassi (1766–1825) y Concertino para clarinete y piano de la francesa Jeanine Rueff (1922–1999), entre otras piezas. Más información en www.lomatta.cl.

lunes, noviembre 14, 2022

Arctic Monkeys y Lorde encabezaron el desembarco de Primavera Sound

 


El Mercurio


El festival catalán cumplió ayer su segunda jornada en Cerrillos, que terminó con sus presentaciones aplaudidas bajo una copiosa lluvia.

José Vásquez

En lo estrictamente meteorológico, y pese a calzar en las fechas y la estación del año, el nombre del evento, Primavera Sound, resultó una nublada ironía con los días más invernales de noviembre. Una desincronización climática, incluso ayer con una amenaza de lluvia que se hizo real llegada la noche. El desfile de público se disgregó por la enorme carpeta verde en el piso que cubrió en los escenarios principales la aridez del Parque Bicentenario de Cerrillos y que evitó el potencial barro en el lugar.


El popular megaevento de Barcelona ya había debutado en Santiago con diversas escalas, primero el pasado 16 de octubre con Jack White y Pixies a la cabeza en el Movistar Arena, siguiendo durante la reciente semana con espectáculos repartidos en varias salas de la capital, hasta llegar a su sede principal de Cerrillos, donde ayer, con cinco escenarios, vivió su segunda jornada con Lorde y Arctic Monkeys en el cierre. La neozelandesa volvió al país en su versión más luminosa, de manera literal, con relámpagos en el horizonte y una lluvia que se desató en el instante mismo en que pisó el escenario, cuando comenzó su presentación con “The path”, de su último disco, “Solar power”, para más tarde repasar éxitos como “Royals” y “Green light”.


La oferta del cartel también incluyó al cuarteto femenino japonés Chai, muy entusiastas con su pop bailable con citas a Spice Girls y Led Zeppelin, y el pop rock de la banda madrileña Carolina Durante, que por la cercanía entre los escenarios, por momentos se colaba el sonido de sus presentaciones, un aspecto a tener en cuenta en el futuro. Más tarde, los neoyorquinos de Interpol realizaron un show sobrio, que partió algo débil, pero que fue tomando fuerza hacia el final, cuando recordaron temas de su primera etapa como “PDA” y “Slow hands”. Primavera Sound es un festival que nació arraigado en la música alternativa, una curatoría selecta y que en España recién en los últimos años se ha abierto a fenómenos más masivos para ampliar sus márgenes.


La llegada de este evento es una positiva noticia en tiempos pospandémicos, generando competencia en la industria de los conciertos y ampliando generosamente la cartelera musical; sin embargo, todavía tiene la misión de afianzarse en Chile. Ayer convocó a 40 mil personas, según cifras entregadas por la producción, una asistencia baja para un festival de esta magnitud si busca establecerse en el tiempo como un espectáculo de grandes dimensiones. Por otro lado, si esa no es su ambición, permitió que todo fluyera sin grandes aglomeraciones en los traslados por el recinto entre los escenarios, dejando una buena impresión en la denominada “experiencia festival”.


Esta primera edición concluye hoy con otra maratón musical encabezada por Björk, Travis Scott, Charlie XCX y Father John Misty como sus principales atractivos.


Alex Turner profundizó su viraje opuesto al rock


El líder de Arctic Monkeys, Alex Turner, se asoma con arrogancia seductora, un look de galán setentero, camisa de cuello ancho, pañuelo y zapatos de tacón para encarar el primer tema, “There'd Better be a Mirrorball”, de su último disco “The Car”, lanzado hace tres semanas, un título que vino a profundizar el viraje opuesto al rock que ya habían establecido en su anterior álbum.


El británico frasea en tonos graves como un crooner austero, pero concentrado en las armonías y falsetes, una versión que mejoró la producción de hace cuatro años, cuando ya habían bajado las revoluciones, ahora enfocados en composiciones de envolturas más soul y que la banda ejecuta con todavía mayor dedicación. Incluso cuando empalman luego con “Brainstorm”, una canción de hace 15 años, cuando sudaban rock de urgencia juvenil, con un Matt Helders activado en la batería en modo pulpo, pero sin romper tan estridente como antes.


Están enfocados en conseguir su mejor interpretación; así pasan “Snap out of it”, “Crying Lightning”, “Don't sit down ‘cause I´ve Moved your Chair” y “Why'd you Only Call me when you´re High”, una selección rápida al inicio en un paseo por cinco de sus siete álbumes, una vuelta acelerada por su discografía logrando que en vivo este nuevo look vista sin desentonar toda su historia.


Los Jaivas fueron el estandarte de la música nacional

Dentro del eclecticismo del festival, Los Jaivas, con sus 59 años de carrera, siguen marcando liderazgo con su preciosista fusión de folclore y rock, una propuesta que ayer, a media tarde, entregó una selección de su repertorio. El grupo liderado por Mario Mutis demostró una solidez interpretativa tocando temas como “Guajira cósmica”, “La conquistada” y “Mira niñita”.


La banda, que el próximo año celebrará sus seis décadas con un concierto en el Movistar Arena, fueron los estandartes de los representantes nacionales en el Primavera Sound. Temprano, a las 14:00 horas, la música electrónica, Valesuchi abrió el escenario Bits, más tarde The Ganjas y su rock lisérgico apareció prácticamente en paralelo a sus colegas de Congelador, en un horario en el que todavía no entraba el grueso del público al parque; y Gianluca, con su propuesta urbana destacaron entre los músicos locales.