jueves, noviembre 17, 2022

Segundo Elenco: Otra “Manon” ante poco público

 

El tenor uruguayo Andrés Presno y la soprano chilena Annya Pinto. Patricio Melo


Juan Antonio Muñoz

Nunca en mis 45 años asistiendo regularmente al Teatro Municipal de Santiago asistí a una función de ópera con tan pocos espectadores. Aparte de ser un desincentivo para cantantes e instrumentistas, la situación es trágica y obliga al Teatro mismo, a los melómanos y a quienes toman decisiones respecto de la cultura interrogarse por qué ha sucedido esto.


Las preguntas surgen fáciles y también las suposiciones, pero las respuestas no lo son tanto. ¿Efecto de la pandemia, de la crisis social y la violencia? ¿Que “Manon” no es un título popular? ¿Pero y qué ocurría hace no tantos años cuando óperas como “Peter Grimes” o “Rodelinda” tenían entradas agotadas? ¿Significa esto que las temporadas tendrán que considerar solo títulos “oreja” y no se podrá avanzar en términos de repertorio? ¿Acaso el público de la ópera ya no se interesa porque está acostumbrado a otro nivel de artistas que los que actualmente son contratados? Y se suma otro problema: las funciones están comenzando a las 18:00 horas, lo que para muchos es complicado porque deben salir antes de sus trabajos. Y si se comienza a las 19:00 horas, muchos no van porque el centro de Santiago se ha vuelto peligroso. En suma, un verdadero zapato chino.


Es necesario abrir un debate sobre la difusión de la cultura en general y de las artes escénicas en particular. Preguntarse acerca de sus costos y saber quiénes realmente la consumen. Hay un tema ideológico que no se puede soslayar, porque ya varios han enarbolado que la búsqueda de la máxima calidad es sinónimo de elitismo y que todo lo pasado hay que abolirlo. ¿Significa esto que esa máxima calidad no está disponible para quienes no forman parte de esa supuesta élite y que la gente común y corriente tiene que conformarse con lo que hay?


La ya comentada producción de Emilio Sagi contó esta vez con la dirección musical de Pedro-Pablo Prudencio, quien ofreció una bella lectura de la obra y que se esmeró en cuidar a los cantantes y respetar sus posibilidades. Su trabajo destacó por dar continuidad a una partitura difícil, que requiere fantasía, vitalidad e intensidad.


La soprano Annya Pinto tiene una voz aterciopelada que usa con musicalidad y distinción, pero su construcción del personaje tiene aún mucho que avanzar. Su Manon tuvo una gestualidad casi de comedia en algunas escenas, lo que diluye la emoción y la intensidad de un rol complejo. Junto a ella, el tenor Andrés Presno exhibió un canto potente y seguro al que le hacen falta matices expresivos y la cuota de sensualidad que Massenet exige tanto a Des Grieux como a Manon.


Muy bien en términos dramáticos y vocales el Lescaut del barítono Ramiro Maturana, como también Javier Weibel como Monsieur de Brétigny y Gonzalo Araya en su atractiva creación de Guillot-Morfontaine. Completaron el extenso reparto Tabita Martínez (Pousette), Camila Guggiana (Javotte), Camila Aguilera (Rosette), Sergio Gallardo (Conde Des Grieux), David Gáez (Posadero, Portero de Saint Sulpice y croupier), Paola Rodríguez (Sirvienta), Nicolás Noguchi (Guardia, Jugador) e Ismael Correa (Guardia, Jugador). Todos ellos con gran participación escénica y que intervinieron con señera propiedad en el complejo armado de esta partitura. El Coro del Teatro Municipal tuvo otra vez una excelente noche.

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