El Mercurio
La cantante de origen mozambiqueño presenta un homenaje a Amália Rodrigues, su predecesora en el reinado. Es otra gran figura en el Festival de Fado, año a año en Chile.
IÑIGO DÍAZ
La suya es una historia de mestizajes y periplos: nació en una familia de padre portugués, con sangre española y alemana, y una madre mozambiqueña, con el linaje real africano. Luego vino el decisivo viaje a Lisboa que debió hacer con sus padres, en medio de la guerra de independencia. ¿Y luego? Luego llegó el fado.
Marisa dos Reis Nunes, o sea Mariza (1973), se presenta este martes en el Teatro Nescafé de las Artes (20:00 horas, desde $30.000 a $50.000), como parte del Festival de Fado, un ciclo que anualmente pone en ese escenario a una figura de estatus mundial: Carminho, Kátia Guerreiro, Antonio Zambujo o Sara Correía.
“El fado es una música de raíz que une a la gente. Creo que el impacto que tiene se debe esencialmente al hecho de que canta las emociones de todo Portugal, pero también tiene la capacidad de llegar a un vasto público con su sonido y su poesía”, dice Mariza desde Portugal.
Parte de una generación de voces que han renovado el fado, donde se encuentran Mafalda Arnauth, Ana Moura, Raquel Tavares, Cristina Branco o Ana Sofía Varela, Mariza no es un nombre cualquiera en ese mapa. “Ella ha sido muy importante en el relanzamiento del fado a nivel internacional y también en la llegada a generaciones portuguesas que no lo consideraban mucho. El fado empezó a decaer después de 1974, porque muchos estimaban que era la imagen amable de la dictadura de Salazar. Mariza aparece en esa renovación”, comenta el músico chileno Jorge Prado, intérprete de la guitarra portuguesa, con una vida musical en Lisboa.
Aunque el repertorio será diverso, su concierto en Providencia presentará material de su último disco: “Mariza canta Amália” (2020). De hecho, el primer impacto de la joven desconocida Mariza frente a un público ocurrió en el homenaje a la reina Amália Rodrigues —la Billie Holiday o la María Callas en el fado— tras su muerte en 1999.
“Nunca conocí a Amália Rodrigues, pero siempre ha sido una figura muy querida para el pueblo portugués y un símbolo cultural. Conocí la música de Amália en mi adolescencia y desde entonces se ha convertido en una de mis cantantes de referencia”, dice. Mariza es considerada la nueva reina del fado.
—¿Cómo fueron sus inicios en el fado, considerando que usted no nació en Portugal?
“Nací en África, pero crecí en un barrio muy típico donde el fado es como respirar el aire. Yo canto el fado desde los cinco años porque era la música que estaba ahí, en las casas de La Mouraria. Como cualquier otro artista, tengo mi personalidad y una identidad propia que aparece desde mi primer disco”.
—El fado tuvo mala reputación durante años, pero algo ocurrió después.
“Cuando grabé mi primer disco, no existía un solo sello discográfico que se interesara por este tipo de música y los que ya contaban con artistas de fado ni siquiera querían tener nuevos nombres porque era una música que no vendía. Cuando apareció ese primer álbum (‘Fado en mim', 2001), hubo una recepción completamente diferente por parte del público portugués e internacional. Este disco dio lugar a una nueva generación de fadistas y músicos de fado”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario