Una industria desarrollada, la posibilidad de llegar a más público y las ganas de comenzar de cero son las razones que llevan a varios cantantes locales a emigrar a tierras aztecas.
Por Raimundo Flores
Lucho Gatica, Sonia la Única, Mona Bell, Los Ángeles Negros, Jorge González, Pedropiedra y Mon Laferte. El punto que tienen en común estos músicos, además de ser chilenos, es que en algún momento de sus carreras decidieron irse a México. Ya fuera para probar suerte o para consolidar sus carreras, el país norteamericano fue el destino elegido, marcando una tendencia que se sigue repitiendo.
Hay algunos que han dejado un especial legado en ese país. Tal es el caso de Sonia la Única, cantante que, luego de dejar el dúo que formaba con su hermana Myriam, llegó en los 70 a México, donde se hizo conocida por su interpretación de boleros y donde forjó amistad con Armando Manzanero. Lucho Gatica es otro chileno que dejó huella. Se instaló en 1955 y logró un éxito poco antes visto para un extranjero. De hecho, Juan Gabriel ocupó parte de su primer show en el Festival de Viña para homenajearlo.
Los Ángeles Negros completan la lista de quienes lograron consolidarse en México el siglo pasado. Tras presentarse varias veces, decidieron radicarse en 1982, llegando al punto en que muchos allá los creen mexicanos. Su influencia no solo se ha limitado a sus contemporáneos, sino que ha llegado a la música popular actual. Artistas de hip hop como Jay-Z o los Beastie Boys han incluido fragmentos de sus melodías en sus temas.
Distinta suerte corrió José Alfredo Fuentes, a quien la RCA lo llevó a México en 1970 para internacionalizar su carrera. "Me fue muy bien, tenía una canción -'Que bien me olvidas'- que estuvo en los primeros lugares de los rankings . Estuve en los programas más importantes de la televisión, se formó un fan club , en los shows me sacaban con policías. La cosa estaba empezando a encender, pero aguanté seis meses", recuerda el "Pollo". Sobre las razones de su regreso, dice: "Era muy joven, no tomé la dimensión de lo que pasaba, ni nadie me ayudó a decirme que debía sacrificarme y quedarme un tiempo. Estoy casi seguro de que habría sido una figura a nivel internacional".
Casos recientes
Quienes también intentaron consolidar una carrera internacional fueron algunas ex figuras del programa "Rojo", como Daniela Castillo, Carolina Soto y Monserrat Bustamante. Esta última, conocida hoy como Mon Laferte, ha sido quien ha cosechado más éxitos. A pesar de un lento comienzo en Ciudad de México, donde además tuvo que enfrentarse a un cáncer, la cantante logró ganarse al público mexicano y aumentar su popularidad en todo el continente.
Otro caso reciente es el de Pedropiedra. El músico viajó a México en 2007, apoyado por Jorge González, y por Leonel García, ex líder de Sin Bandera, que lo ayudó a lanzar su disco debut como solista. Ese trabajo fue el que sacó al músico chileno del nicho en el cual habían estado sus proyectos anteriores y le dio reconocimiento en la región. "Hay que imaginarse que vive más gente en el Distrito Federal que en todo Chile. El hecho de irse de Santiago a México es como el movimiento lógico de moverse de la periferia a la gran ciudad", reflexiona el cantante.
Ese es el mismo camino que tomó Weichafe. Con más de 20 años de historia, la banda de rock decidió instalarse en México en junio pasado, luego de grabar su último disco ahí. "Queríamos generar más vínculos con otro tipo de público ya más a nivel latinoamericano y México es un lugar neurálgico para la música en español", explica el líder del grupo, Angelo Pierattini.
Hoy, ha realizado distintas presentaciones en vivo para darse a conocer, y Pierattini, que ya tuvo experiencias como solista, se muestra confiado. "El público mexicano está muy ávido de escuchar música nueva. Ser artista o músico es algo que socialmente es súper bien considerado, cosa que en Chile no pasa mucho".
Mauricio Durán, quien junto a su hermano Francisco, vive hace nueve años en México, al principio cuando integraban Los Bunkers y hoy al frente a su nuevo proyecto, Lanza Internacional. "Aquí la música es más importante para las personas que en Chile. Eso hace que haya un mayor respeto por el oficio de músico", dice Durán, quien alista el debut discográfico de su nuevo grupo para noviembre.
Tal como pasó con Weichafe, la llegada de los hermanos Durán y el resto de los integrantes de Los Bunkers se dio por una búsqueda de nuevos horizontes. "La banda había cumplido un ciclo importante. Teníamos miedo de achancharnos si nos quedábamos en Chile haciendo lo mismo", dice el mayor de los Durán.
Otra chilena que probó suerte en México fue Mariel Mariel, cuya carrera estaba partiendo cuando emigró. Cargaba con el peso de ser hija de Pedro Villagra, fundador de Santiago del Nuevo Extremo y ex integrante de Inti Illimani. "Fue súper aventurero. Me gustó ser anónima y darme a conocer por esta búsqueda de construir una identidad musical propia", recuerda.
En México compuso y grabó "Foto pa ti", con que ganó el Premio Pulsar 2016 a Mejor Artista Urbana. Pese al éxito que cosechó en tierras aztecas, Mariel siguió el camino inverso y volvió en 2016. "Mi intención más que irme a México o quedarme en Chile, es vivir en los dos países, en una especie de puente de intercambio artístico".
El público mexicano, también tiene algunas diferencias respecto del chileno: "Son un poco más efusivos, más alegres y les gusta gritar, y cuando van a ver un espectáculo, eso lo hacen sentir", plantea Mauricio Durán.
Hay consenso en que en México la industria musical está muy desarrollada. "El músico se dedica a tocar y a hacer canciones; hay quienes producen los shows y otros se dedican a promocionar los discos. Hay una expertise en cada área. En Chile los músicos tenemos que ser gestores al mismo tiempo", dice Pierattini.