El Mercurio
Si bien la inseguridad de la ciudad sigue siendo un factor en contra, los directores de los escenarios adelantan que están llegando a los números previos a la pandemia y, entre otras estrategias, cuentan con oferta al aire libre y precios populares.
Maureen Lennon Zaninovic
Noviembre se ha denominado el “mes de los públicos” y los principales escenarios capitalinos están ofreciendo promociones, tentadores descuentos e incluso se sumaron a la vorágine del Black Friday. Y es que el retorno a las cifras de asistencia anteriores a la pandemia se ha ido logrando sostenidamente.
Para Javier Ibacache, crítico y programador de artes escénicas especializado en desarrollo de públicos, la preocupación por las audiencias es una inquietud transversal en todo el mundo, sobre todo tras la pandemia. Y cita dos hechos relevantes: en octubre se realizó en Barcelona el Primer Congreso Internacional de Espectadores, y que terminó en un manifiesto, y en noviembre se ha puesto en marcha la Red Latinoamericana para el Desarrollo de Públicos RedLAP, que reúne a profesionales que vienen trabajando el tema.
“Esto se añade a los estudios de seguimiento de públicos hechos en Estados Unidos y UK desde 2020 y hasta 2022 que alertaban de que alrededor de un 30% de quienes asistían a los espacios culturales dejarían de hacerlo tras la pandemia, como consecuencia de diversos factores, y que emergería un nuevo público socializado preferentemente en entornos digitales, con una asistencia más volátil a las actividades presenciales”, expresa el experto.
Ibacache afirma que cuando se analizan tendencias en grandes centros urbanos se observan factores en común, como que las salas de cine han resentido la disminución de espectadores “como consecuencia del streaming hogareño; los grandes espectáculos (recitales, musicales) conservan e incrementan su convocatoria y las artes presenciales muestran una tendencia dispar”, manifiesta.
Recuperar viernes
Paula Vergara, quien está a cargo de la unidad de públicos y territorios del Ministerio de las Culturas, considera que si bien los públicos más fidelizados de las organizaciones culturales eran quienes tenían una mayor predisposición a regresar con la reapertura, “es preciso tener en consideración que hablamos justamente de una mayor predisposición y no de un comportamiento asegurado. Por tanto, hay que trabajar para que esta predisposición se vaya transformando en un comportamiento real”, aclara.
Desde hace meses, Diego Matte, director del Centro de Extensión Artístico y Cultural de la Universidad de Chile, ha venido apostando por que sus cuerpos estables regresen a su escenario, emplazado en la llamada “zona cero”. El ejecutivo comenta a “El Mercurio” que este año incluso se atrevió a programar un concierto de música de películas el viernes. “Después de tres años volvimos a tocar ese día. ¡Fue muy emocionante! Nos fue muy bien en convocatoria. Hemos puesto todo nuestro esfuerzo para no parar y ofrecer cada vez mayores espectáculos”. Diego Matte agrega “que ha sido un trabajo lento, pero nos ha rendido frutos. En un momento fue angustiante, pero ahora el poder realizar dos conciertos por semana nos da mayor viabilidad financiera”.
Por su parte, Felipe Mella, director del Centro Gabriela Mistral (GAM), señala que se están acercando a las cifras que tuvieron previo a la pandemia y el estallido social. “Con respecto al 2019, estamos con un 57% de ocupación de salas. En tiempo normal tenemos alrededor de un 75%”, explica. Añade que “hemos reforzado nuestra actividad al aire libre, en espacios abiertos y con entrada gratuita para ‘enganchar' a la gente, generando instancias acogedoras. Desde septiembre estamos programando los viernes, porque detectamos que ese día afortunadamente no está pasando nada grave que afecte la seguridad de los asistentes”. También afirma que ha sido clave la implementación “de precios populares. Eso es fundamental”.
Durante estos días, como parte del “mes de los públicos”, el Municipal de Santiago está ofreciendo un 20% de descuento en la compra del programa del Ballet de Santiago: “Trilogía” (más información en www.municipal.cl). Carmen Gloria Larenas, directora general de este histórico escenario, adelanta que en este retorno a la presencialidad apareció un público nuevo, gracias al trabajo digital que realizaron en pandemia. “Entramos al centro de familias diversas, con una gran necesidad por disfrutar nuestra propuesta artística. Y ahí está la explicación de ese 54% de público nuevo que ha llegado a la fecha, una cifra que ratifica que los espacios culturales son para todas las personas”, dice. Para Larenas, si bien estamos ante una gran noticia, la proyección y desarrollo del Teatro Municipal depende de que ambos públicos vengan. “Por un lado, los públicos históricos son un pilar del teatro; conocen nuestra historia, la vivieron y la comparten. Su conocimiento es alto, son públicos muy opinantes. Y también son importantes los públicos nuevos”, señala.
Jorge Andrés González, director de la Fundación Cultural de Providencia, comenta con satisfacción que los abonos para las proyecciones de las óperas y ballet del Royal Opera House de Londres “están todos vendidos. Quedan muy pocas localidades disponibles en el Teatro Oriente. También ha sido furor la cartelera familiar. Tanto fue que tuvimos que crear un estacionamiento especial para coches”, manifiesta. Otros eventos destacados del año incluyen a la escritora Alice Kellen, donde “tuvimos kilómetros y kilómetros de colas de jóvenes que querían escucharla. Esta apuesta literaria ha sido muy exitosa”, agrega González.
En la otra cara de la moneda, Christian Ramírez, crítico de cine de “El Mercurio”, lamenta la “crisis de las multisalas. Estamos en un punto donde los grandes cines van a tener que ingeniárselas y crear eventos para que la gente salga de sus casas. Parece un contrasentido, pero hay que hacer que la gente vaya al cine no solo para ver una película”.
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