lunes, abril 23, 2007

Ya no queda nada del gimnasio

Ayer en la tarde cayó la última columna de lo que fue el gimnasio de la Confederación Deportiva. Con el derrumbe de la fachada, concluyó la historia del recinto, inaugurado en septiembre del año 1950.
Por Marino Muñoz Agüero La última vez que pasamos por ahí, aún quedaban cuatro de las ocho columnas exteriores de ese sueño siempre inconcluso, el tan ansiado “gimnasio cerrado” de Punta Arenas. Fue el deseo de toda una comunidad en los años ‘40. Hace casi siete décadas, una quimera, hoy un índice de rentabilidad: los croupier reemplazarán a los árbitros y sofisticados tragos de inspiración foránea serán bebidos en el mismo espacio donde tantas veces, en el entretiempo de algún encuentro deportivo, nos deleitamos con una botella de “La Pradera” (“…la bebida refrescante y verdadera…”). Este ejemplo de organización comunitaria fue plasmado en el modelo de arquitectura grecorromana, gracias a la venta de acciones, rifas y diversos beneficios. Dirigió la cruzada Carlos Botti; un destacado abogado, no fue el único, pero lo nombramos a él pues surge un aspecto afectivo, había perdido a su hijo de siete años producto de un accidente. Quienes recuerdan a Botti, dicen que la memoria del hijo estuvo presente en el tesón puesto en la campaña. La obra se inauguró en 1950 y la comunidad magallánica pudo disfrutar de la época de oro del básquetbol, de veladas boxeriles con púgiles de los más bravos, repartiendo mazazos a diestra y siniestra y de la magia del circo. La ruda estructura del recinto cobijó también la efervescencia política de la época; llenar el gimnasio equivalía a llenar el Caupolicán en Santiago, sus gradas supieron de banderas, consignas y encendidos discursos, por ahí pasaron los alessandristas, los de la Patria Joven y los de la Unidad Popular. En ese lugar tocó la Orquesta Sinfónica de Chile y se realizaron los Festivales Folclóricos en la Patagonia. Llegaron las más recordadas embajadas artísticas, el Show 0007 con artistas plenamente vigentes: Cecilia, José Alfredo Fuentes y los más representativos de la nueva ola. Incluso actuaron astros internacionales como el inolvidable Yaco Monti, los exponentes del rock latino o el español Manolo Galván, quien en la cúspide de su popularidad trajo su propia orquesta, incluyendo un sintetizador Mellotron, que por primera vez se escuchó en la ciudad. A su improvisado escenario arribó el locutor René Largo Farías con su peña itinerante “Chile ríe y canta”, compuesta por los más destacados folcloristas del país, entre otros, Rolando Alarcón, Héctor Pavez, Cuncumén, Patricio Manns y por supuesto Violeta Parra, de quien se dice cantó por primera vez “Gracias a la vida”… ahí mismo donde se instalará una máquina tragamonedas. Que la construcción era fea, que estaba “en bruto”, que el proyecto original que contemplaba una piscina nunca se concretó, que los baños, que la calefacción, que el tablero marcador y vendavales de críticas anexas atravesaron en todo momento la existencia del coliseo. Seamos sinceros, siempre estuvimos disconformes con lo que hoy añoramos y muy poco hicimos para mejorarlo, entonces pudieron más las expectativas de rentabilidad y la decisión fue la venta para construir un casino. Nunca más pasaremos por esa maravillosa puerta giratoria de nobles maderas, de pequeños vidrios biselados con marcos de bronce: ¿qué habrá pasado con ella?, ¿estará sepultada bajo los escombros?, ¿ su giro será reemplazado por el de una ruleta? Hace un par de semanas comenzó la demolición, fueron cayendo paulatinamente los muros, el techo, el frontis y hace poco días las columnas, que en principio se iban a conservar; era una última esperanza, “ a lo menos quedarán las columnas originales”, -comentábamos- pero implacables informes técnicos recomendaron derribarlas. Nadie podría discutir dichos informes y que las columnas son huecas y no tienen cadena de fierro, tampoco. Pero, ¿alguien podría explicarnos cómo soportaron durante casi sesenta años, el viento, la lluvia, la nieve e incluso un sismo -el de 1949-, un año antes de la inauguración? La ciencia y la técnica pueden predecir y explicar muchas cosas, pero no todas, en ciertas ocasiones hemos conocido historias de enfermos a quienes sendos pronósticos les dan un mes de vida y terminan asistiendo al funeral de su médico. Eso lo explica la fuerza, el corazón, las ganas de vivir, aquello que nos faltó para defendernos del temporal de la rentabilidad, ahí se nos fueron abajo las columnas y el gimnasio completo con nosotros adentro. Pero ningún martillo hidráulico, ninguna evaluación de rentabilidad, ni menos un informe técnico, borrarán de nuestra memoria lo que vivimos en el “gimnasio cerrado”. Las frenéticas vueltas de una ruleta con sus promesas de luces para los ganadores y oscuridad garantizada para los perdedores, jamás reemplazarán los giros de esa maravillosa puerta que nos daba paso a la sana competencia deportiva, la magia del circo o los acordes inolvidables de una canción que se escapa lentamente hacia el mar, hacia el estrecho de Magallanes.

http://www.laprensaaustral.cl/lpa/noticia.asp?id=25065

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