El Mercurio
El músico y fundador de Inti-Illimani tomó en septiembre la dirección del centro artístico. Sucede a Justo Pastor Mellado, pero su gestión tiene otros énfasis y objetivos.
Daniela Silva Astorga
A los pocos días de asumir la dirección del Parque Cultural de Valparaíso (PCdV), vía concurso público, Jorge Coulon (1947) ya marcaba la diferencia. Como se distanció en absoluto de la línea editorial de su predecesor, el crítico y teórico del arte Justo Pastor Mellado -quien echó a andar el espacio en 2012-, en un solo fin de semana programó actividades tan diversas como un encuentro en torno a las artes entre estudiantes de medicina y médicos, danza contemporánea, circo, presentaciones de libros y una muestra del escultor mapuche Antonio Paillafil no en la sala de exposiciones, sino que en el patio central del recinto ubicado en el cerro Cárcel.
"Si bien este centro cultural ha actuado como uno dedicado sobre todo al arte contemporáneo, la cultura es mucho más que eso", afirma Coulon, dando luces de su mirada, que es, frente a las artes, amplísima, y se enmarca en aspiraciones aterrizadas: entre sus pretensiones no pesa mayormente alguna disciplina creativa, y tampoco anhela convertir al público porteño. Quiere conquistarlo a partir de una mixtura entre gustos populares y otros, quizás más de nicho.
"Busco instalar una programación que sirva de puente entre culturas -agrega-. Tomando incluso la del show business , que la mayoría de la gente entiende. Me interesa construir un diálogo con los lenguajes a su alcance. Solo como ejemplo, quiero hacer algo con el Concierto de Aranjuez. Es súper conocido; no obstante, igual es una obra por la que mucha gente se acerca a la música".
Pero ni el puerto ni el Parque Cultural son sencillos. Sobre la ciudad, Coulon -quien ha sido candidato a concejal y diputado por la región- asegura que existen tantos Valparaísos como la gente que los habitan. Y en relación al centro cultural, la historia de cómo se originó -con agrupaciones culturales usando la ex cárcel hasta visibilizar la necesidad de un recinto así- sigue siendo crucial.
Jamás ha existido armonía en el PCdV: ni con las asociaciones artísticas ni el público. Algunos no se han sentido acogidos ni convocados. "Por eso, de alguna forma, lo primero que se me pide es que este lugar se abra a la participación de la comunidad. Que sea un sitio de Valparaíso y no uno en Valparaíso. Debe tener vocación regional y ser estación de intercambio, que muestre el puerto al mundo y al revés. Ser punto de ebullición creativa, con todos los artistas de acá".
Coulon recibió un centro cultural con 157.667 visitas el año pasado, y 194.199 en 2013. Tiene para este año un presupuesto de más de 900 millones (que, probablemente, crecerá para 2016) y una programación definida hasta este período y una parte del siguiente. "Voy viendo de a poco qué puedo programar, quise empezar con el escultor mapuche como señal de inclusión. Y en 2016 tendremos una muestra de Federico Assler. No solo planeamos exhibir su escultura, también que trabaje acá para que la gente sepa en qué consiste su obra. Debemos ser algo didácticos. Pero la gente no necesita que le bajen cultura, todos tienen la suya".
-¿No será riesgoso enfatizar lo didáctico? Podría bajar la calidad de la programación del Parque Cultural...
"No le temo a eso, porque no tengo intención de claudicar en la calidad de las exposiciones ni del programa del parque. Ahora, aquí pueden convivir perfectamente las muestras que menciono, como las de escultura, con otras de vanguardia. Y asimismo, no quiero decir que aquí pondremos reguetón. De eso ya hay suficiente en otros sitios".
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