Según la Agepec, estamento que reúne a las principales productoras de espectáculos del país, hasta hoy se han realizado 199 shows, una cifra levemente superior al registro del año pasado, pero todavía lejana al récord de 290 recitales de 2012. "La oferta está superando a la demanda", advierte el gremio.
JOSÉ VÁSQUEZ
La música sigue movilizando multitudes. En 2016 el rock volvió al Estadio Nacional con cuatro conciertos que en el balance del año se anotaron como los espectáculos individuales más convocantes de la temporada.
El retorno de los Rolling Stones, Coldplay y Black Sabbath lograron voluminosas asistencias que estuvieron coronadas con los 66 mil fanáticos que llevó Guns N' Roses a Ñuñoa en octubre pasado.
La masividad de los festivales tuvo en las dos jornadas de Lollapalooza, con 140 mil personas, el punto cumbre de una cartelera de shows que hasta hoy, en 199 recitales (nueve más que en 2015), atrajo a más de un millón ochocientos mil espectadores tomando en cuenta los espectáculos con venta de entradas.
Las cifras corresponden a los registros de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (Agepec), entidad que agrupa a los principales actores de la industria y que tiene una representación del 80% del mercado. Un gremio que pese al éxito de la agenda de música en vivo, mira con prudencia su desarrollo en el futuro: "Tenemos una oferta que está superando a la demanda", advierte Jorge Ramírez, su gerente general, quien señala que no todos los recitales están cumpliendo con las expectativas de público esperadas. "La audiencia y la programación son cosas muy distintas", puntualiza.
En 2012 la cartelera de espectáculos marcó la cifra récord de 290 conciertos, un número inédito que desde entonces ha ido paulatinamente bajando hasta estacionarse en la cantidad actual, que también responde a la realidad de un país con escasa infraestructura para cobijar recitales: dejando de lado escenarios como el Movistar Arena o el Teatro Caupolicán, son pocos los teatros en condiciones de recibir una asistencia que supere las dos mil personas.
"Somos una industria sujeta a la volatilidad cambiaria. Lo que sucedió en 2012 fue el reflejo de un dólar a un precio privilegiado, que se mantuvo estable en los 480 pesos. Hoy esa diferencia es astronómica", señala Ramírez, quien cuenta que el aumento del valor de la moneda estadounidense impactó negativamente en la facilidad para contratar artistas. "Que este año vinieran los Rolling Stones se logró solamente porque la productora que los contrató -DG Medios- tomó resguardos que se iniciaron hace algunos años cuando comenzaron a planificar su gira. Como previsión, compraron dólares y los guardaron, porque es muy probable que con un dólar a 670 pesos los Stones no hubieran venido".
Según explica, la incertidumbre tributaria y el nuevo valor que deben pagar los artistas y sus equipos cuando llegan a Chile, son otros factores que han impactado también en esta baja sostenida de espectáculos. "Si los 290 o los 200 conciertos son nuestro piso, el tiempo lo dirá", concluye el productor.
El proyecto de un anuario
Jorge Ramírez cuenta que uno de los planes de la Agepec para 2017 es realizar el primer anuario de la industria de la música popular en vivo. "Es una tarea pendiente que cuando la concluyamos nos servirá para entender un mercado que anualmente está vendiendo un millón 800 mil tickets y facturando alrededor de US$ 200 millones", señala el productor sobre un proyecto que encargaron a una empresa externa. "Tenemos que fundir un trabajo matemático entre las ticketeras, el INE y la SCD, contando con el trabajo de estas tres instituciones tendremos la verdad de este mercado, porque lo que podemos entregar ahora es una muestra representativa, pero no absoluta", dice Ramírez.
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