domingo, diciembre 13, 2009

Premian a dos grandes cultores de la cueca


PATRIMONIO Investigación, docencia y canto



El "Premio a la Cueca Chilena, Samuel Claro Valdés", en su tercera versión, lo obtuvieron Raquel Barros y Osvaldo Gajardo, dos notables exponentes del género.

Magaly Arenas Zapata
No es septiembre pero la cueca está más viva que nunca en la ciudad. Para los cuequeros da lo mismo el mes porque el baile es demasiado potente y no se deja abandonar. La entrega del Premio Samuel Claro Valdés -musicólogo, gran estudioso de la cueca- es otro motivo para celebrar, porque dos maestros del género lo recibirán: Raquel Barros y Osvaldo Gajardo. Las distinciones son otorgadas por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, la Universidad Católica y minera Escondida

"El Premio Samuel Claro fue una idea de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile. Ellos quedaron fascinados por el mundo de la cueca y nos propusieron, a la Universidad Católica, instaurar este galardón", recuerda Carmen Peña, investigadora y docente del Instituto de Música de la UC.

-¿Por qué los jóvenes están tan interesados por la cueca?

"Creo que tiene que ver con la globalización -sostiene la profesora Peña- si bien la globalización abre muchos mundos, también es un proceso que requiere instalarse, a veces inconscientemente, en un lugar. De ahí esta valorización de lo propio. Por otro lado, apareció el libro "Chilena o cueca tradicional" donde se explica, paso a paso, cómo es el mundo de la cueca. Eso interesó a los jóvenes que tienen sus propios espacios, un submundo dentro de otros mundos, como lo puede ser el hip hop, el rock, la música clásica, y quisieron saber más porque sintieron que la cueca es una experiencia muy rica. Salieron discos, aparecieron sitios web , hubo más recitales, se mediatizó y captó a la gente joven".

El jurado de esta versión estuvo integrado por Carmen Peña y Eugenio Rengifo, por la Universidad Católica; Roberto Fuenzalida y Rodrigo Torres, por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile; Mario Rojas, de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor y Óscar Agüero.

La señora de la cueca

Sorprendida estaba Raquel Barros cuando supo del premio. De puro modesta, según cuentan quienes la conocen y han seguido su prolífica y extensa trayectoria. Esta mujer de mucho humor, risueña, con sus recién cumplidos 90 años, le ha dedicado la vida entera a la cueca, a enseñarla, a estudiarla y bailarla. Su aporte es extenso, tiene publicaciones, recopilaciones, larga experiencia como docente, ha sido jurado de la Competencia Folklórica "Festival de Viña del Mar'', directora del Ballet Folklórico Nacional, Bafona, decana de la Facultad de Ciencias de Artes Musicales y de la Representación de la Universidad de Chile 1974-1975; y creadora y presidenta de la Agrupación Folclórica Chilena desde 1952 a la fecha, siendo el conjunto folclórico más antiguo del país. (En otra actividad, mañana lunes se realizará la presentación del libro "Agrupación Folclórica Chilena Raquel Barros 1952 - 2009", en la sala América de la Biblioteca Nacional).

-¿Cómo se interesó por la cueca?

"Mi madre bailaba cueca cuando las señoras la bailaban pocazo, porque era un baile de las campesinas. La que le había enseñado le dijo: 'patrona, si la cueca no se enseña, la cueca es la vida, el hombre ruega y la mujer se echa para atrás. Al final, como la mujer es frágil...'. Esa explicación me sirvió mucho para aprender la cueca y para enseñarla''.

"La cueca siempre tiene algo de personal en el sentido de que hay un diálogo, y un diálogo no puede ser una repetición de una fórmula, sino que tienen que ser unas preguntas y unas respuestas".

Raquel Barros cree que la cueca ha cambiado porque la situación de la mujer es distinta por el cambio en las relaciones de poder. "La cueca que bailaba mi madre era con mucha coquetería, pero era el hombre el que definitivamente mandaba. Hoy en una cueca bailada en Santiago no es tan claro que mande el hombre'".

"Ha cambiado la cantidad de instrumentos y el tipo de voces. Antes se usaba arpa y guitarra o guitarra sola, cantando una o dos voces, sólo mujeres, en cambio ahora en la ciudad se ha incorporado más gente y están cantando más hombres. Aunque esencialmente la cueca de tres vueltas sigue siendo la misma y siempre termina en un suspenso. Termina como en una pregunta, no se resuelve. Es un poco como nuestro territorio, que estamos entre la cordillera y el mar en un equilibrio inestable, esperando el próximo terremoto".

El cuequero paleteado

Osvaldo Gajardo es uno de los cuequeros más importantes del país, con su canto y su dirección de Los Paleteados del Puerto ha dejado un legado poético musical, no sólo en Valparaíso, sino que en todo el país, causando gran impacto en la juventud.

"Sinceramente recibo este premio con mucha humildad -dice Gajardo desde el puerto- porque sé que hay mucha gente y muy buena en el mundo de la cueca. Por eso me llena de emoción más que de orgullo el recibir este premio".

Quizás para los más jóvenes, Los Paleteados del Puerto -integrado por Gloria Arancibia, Elías Zamora, Athol Gemmel y Fernando Leiva- sea lo más representativo del trabajo de Gajardo, quien dirige al grupo desde 1991. Pero la verdad es que Gajardo es uno de los más grandes cultores de la cueca desde hace más de 70 años. A este cuequero no le gusta eso de la cueca con apellido. "Soy enemigo de las diferencias, para mí la cueca es una sola. Hay variantes -la urbana, la brava, la porteña-, pero en el fondo cada cual la baila como la siente, las diferencias no se justifican".

Gajardo ha participado en el Festival de Viña del Mar y de Olmué, y en muchos otros. Ha recibido el Premio Altazor y el Apes. Fue uno de los fundadores del primer club de cueca en el puerto, conocido como el "Club de Cueca Valparaíso". Dirigió numerosas agrupaciones. Recientemente la canción "200 primaveras'', de Ricardo de la Fuente e interpretada por Los Paleteados del Puerto, fue elegida la Cueca del Bicentenario.

"Los viejos nos hemos dado cuenta de que han surgido nuevos grupos de cueca y eso siempre es muy valioso", dice el líder de Los Paleteados del Puerto.

Para Eugenio Rengifo, el Premio a Osvaldo Gajardo "es un reconocimiento a la difusión de la cueca porteña, una visión diferente de nuestro baile nacional y la peculiar forma de interpretarlo que le otorga este grupo, con toda la carga emotiva de Valparaíso. Un premio a quienes mantienen viva y renovada al baile criollo".




Samuel Claro, un estudioso de la cueca
Fallecido en octubre de 1994, Samuel Claro dedicó su vida al estudio de la música, a la investigación. Una de ellas la hizo con Fernando González Marabolí, quien le entregó muchas cuecas y una peculiar teoría sobre su origen, las que fueron recogidas y comentadas por Claro -junto a Carmen Peña y María Isabel Quevedo- en el libro "Chilena o Cueca tradicional, según las enseñanza del matarife Fernando González Marabolí''.

"La entrega de este premio me emociona porque mi marido dedicó mucho de su vida al estudio de la cueca. El tenía una verdadera vocación de investigador. Estoy segura que en el cielo está feliz de saber que Raquel Barros ganó porque no hay persona que se lo merezca más, ha dado su vida a la cueca, no sé cómo no se lo había ganado antes'', dice Patricia Swinburn, viuda de Claro.

Con gran cariño Raquel Barros recuerda a Samuel Claro, "era una maravilla trabajar con él, era una persona tan capaz, aprendí mucho de él, a pesar de que era bastante más joven que yo. Creo que Samuel no bailó en su vida una cueca, pero fue un gran, gran estudioso de ella''.

Samuel Claro sería el más feliz viendo cómo se baila cueca en Santiago todo el año en El Huaso Enrique, en el Atlético, o en Valparaíso en "El rincón de las guitarras'', y visitando sitios web como www.cuecachilena.cl

Fuente: El Mercurio

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