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viernes, febrero 18, 2011
Así suena la nueva voz de Francisca Valenzuela
Wiken
Cuatro años pasaron entre "Muérdete la lengua", su exitoso debut, y "Buen soldado", el esperado álbum que lanza el 14 de marzo. "Este segundo disco fue como perder la virginidad", dice sobre el trabajo en el que deja de lado la rabia feminista y adolescente, y da un giro hacia el pop más maduro. Mientras recibe halagos de músicos como Juanes, ofrecimientos de multinacionales e invitaciones para tocar en el Pop Fest junto a Shakira y en el rockero Lollapalooza, la cantante cuenta aquí por qué está decidida a hacer las cosas a su manera.
Por Marcelo Ibáñez Campos
Ella toca sola, erguida tras su piano y rodeada de un público de oyentes chinos que la ven por primera vez. Que la escudriñan con curiosidad y sin prejuicio alguno. Orientales que no suponen -como muchos pensaron después de los singles que le dieron fama en Chile- que esta hermosa y amable veinteañera es una feminista rabiosa, mal genio y odia hombres, como le preguntaron tantas veces luego que canciones como "Muérdete la lengua" y "Dulce" expandieran su nombre a través de las ondas radiales en 2007.
Ella, en México, erguida tras su piano -ahora acompañada por su banda- golpea y acaricia las piezas del teclado, ante una multitud que la ve por primera vez durante su debut en el festival Vive Latino. Allí se encuentra con otro incipiente grupo de seguidores que ya se saben sus canciones. Que la oyen por las mismas razones que la siguen las niñas, adolescentes y veinteañeras que componen mayoritariamente su público: por su pegajoso rock pop con letras directas. Un canto que parece ayudarlas a recuperar el amor propio, luego del despecho que las golpea en esas primeras experiencias de rechazo.
Ella y su piano, desnuda como al principio. Como cuando era una anónima Francisca Valenzuela que recorría restaurantes y bares de Santiago para mostrar sus canciones. Cuando entre ruidos de copas y tenedores debía escuchar la indeferencia de los comensales que le pedían que mejor se tocara "una de Billy Joel". Hasta que Marcelo Aldunate, por entonces director de programación de radio Rock & Pop, la descubre tocando en un bar jazzístico -el Thelonious- la lleva a grabar a los estudios de la radio, la presenta con los hermanos Mauricio y Francisco Durán -principales compositores de Los Bunkers y productores del disco debut de Valenzuela- y pone al aire sus canciones.
Dos semanas después de eso, todos se preguntaban quién era esa chica que sonaba tan bien.
"No había fotos promocionales, ni biografía, ni nada. Cuando empezaron a llamar para pedir la canción, para preguntar quién era, me hice un MySpace, me hice un blog y de repente se empezó a armar una bola de nieve.
Sucedió sin una planificación de 'ahora quiero ir a tal medio y llamar a tal productor'. Fue mucho más espontáneo que eso", dice ella, hoy de 23 años.
El resto es la historia que la llevó a tocar en la Expo Shanghai.
A debutar en el Vive Latino mexicano. A grabar un año antes la canción principal de la segunda temporada de
"Los 80". A recorrer Chile y a tocar en Argentina, EE.UU., Colombia y Uruguay. Y hasta a recibir una invitación para comer con Juanes, luego de los públicos halagos del colombiano para la compositora nacional: "Es una chica con un talento brutal, mi hermano. Tiene una voz maravillosa, un potencial gigante", dijo.
El camino veloz e impetuoso que la llevó a cerrar el 2010 tocando en las ruinas de Pompeya como invitada de Inti Illimani y que la tiene comenzando este 2011 en el cartel de Lollapalooza y como única invitada nacional al Pop Festival de Shakira. El crecimiento explosivo que la tuvo analizando numerosas ofertas de sellos multinacionales para impulsar su carrera a nivel global. La vorágine que estuvo a punto de desconcentrarla del desafío importante: el segundo álbum. Esa prueba que eleva trayectorias o elimina promesas que nunca dejaron de ser tales.
"Me preguntaba '¿cómo va a ser, con quién voy a trabajar, cuándo va a salir, qué voy a decir? ¿Va a ser igual al anterior? ¿A las niñas que les gusta 'Peces', si no hago una segunda parte, les va a gustar igual? Tuve toda la vida para hacer el primer disco, y con éste me puse a pensarlo mucho..."
"Existe una presión y no me cabe duda de que a todos los artistas les pasa algo parecido. Lo he hablado con la Javiera Mena, con mucha gente que ha vivido eso. Es un privilegio que exista un interés respecto de lo que uno hace, uno no quiere desaprovecharlo ni decepcionar, pero al mismo tiempo no puedes guiarte por eso, por la duda de qué les parecerá bien y qué les parecerá mal. Todo eso se me pasó componiendo. Obviamente nunca volveré al estado natural, primitivo, de componer con la cabeza sin ningún tipo de interés, sin saber qué es lo que hace que 'funcionen' mis canciones o sin preguntarme qué es lo que van a pensar los demás. Ya no se puede hacer eso. Independiente de las proporciones, del tipo de éxito que se haya tenido, cuando te haces consciente de que hay gente esperando tus canciones, ya no hay vuelta atrás. Es un tipo de virginidad. Y este segundo disco fue como perderla".
LA DESVERGONZADA. Hay tres cosas que llaman la atención al ver los shows donde Francisca Valenzuela ha adelantado su segundo disco, ese que sale el 14 marzo en Chile y que probablemente se editará también en México, EE.UU. y Argentina. La primera es que en varios temas ella adopta el punto de vista masculino a la hora de cantar. Desde "Crónica", una canción relatada por un tipo que cumple condena en la cárcel, a "Buen soldado", el retrato de "un ganador con actitud de cowboy que siempre obtiene lo que quiere".
Lo segundo es que para cantarlas, ahora Valenzuela deja de estar escondida tras su piano y se para frente al micrófono como una intérprete con ganas de bailar: "El disco es mucho más groovie", explica ella. Y lo último se hace evidente en la carátula de "Buen soldado": una portada que la muestra vestida de hombre y mirada seria, con un brazo enguantado sobre el cual reposa un halcón (ver recuadro).
¿Cambio de cromosomas? ¿Un intento por desapegarse de su anterior "imagen" de feminista, esa que proyectó sin estar consciente de ello? ¿De abandonar esas letras de género, que paradójicamente terminaban siendo bastante "minocéntricas"?
"Totalmente. Ahora que tú me lo dices, sí, puede ser por eso. Me nació como una reacción para alejarme de ello y acercarme a otras vertientes. Este disco es un poco menos confesional. Ya no tengo 15 años, ni 16 ni 17, y no estoy pegada con que alguien me guste o no me guste. Esas letras son pintorescas, una cosa del momento en que las escribí. A esa edad uno está pololeando, no pololeando, saliendo, no saliendo, estando cómoda o no. Es una temática importante independiente del género, y aunque había canciones que hablaban de otras cosas, para mí era más complejo por entonces escribir desde otro lugar que no fuera esa angustia adolescente. Este disco es mucho menos agrupado que el anterior, que tuvo como una línea editorial donde la mayoría de las canciones son como 'high school'".
Todos cambios que nacieron de manera natural y no premeditada, cuenta, luego de una decisión que terminó siendo clave para enamorarse de su segundo disco y recuperar la inocencia perdida con el primero: la de rechazar las ofertas de una carrera global en términos industriales, luego de pasearse por las oficinas de sellos grandes en México.
"Si bien había un interés auténtico, a veces había condiciones del tipo 'nos encanta lo que haces, pero deberías componer con esta otra persona', o 'deberías dejar de tocar el piano y tocar este tipo de canciones' o 'usar este productor porque asegura el éxito, pero cobra cien veces más que el que te gusta'. Yo digo entonces '¿por qué me estás quitando mi identidad si me llamaste porque te gusta lo que hago?' '¿Por qué me van a endeudar trabajando con ese productor que yo no quiero?' De ese tipo de imposiciones y burocracia, un artista puede defenderse sólo cuando es súper grande. Yo, en cambio, estaba en desventaja. Y me había acostumbrado a hacer las cosas a mi manera".
Por eso, luego de probar con numerosos productores de renombre en la industria, a quienes se niega a identificar -algunos se contactaron con ella, otros fueron propuestas de los sellos- se decidió a trabajar con Vicente Sanfuentes -Original Hamster, Gepe-, y con el canadiense Mocky -Peaches, Jamie Lidell-, quien decidió participar luego de oír sus maquetas. Con ellos armó un equipo, y se encerró a trabajar en Berlín, olvidándose de todo el ruido accesorio. Porque detrás de toda gran compositora hay un gran productor. O en este caso, dos. "Me encantaría tener una carrera global, pero en mis términos. Para mí es importante mantenerme creativa y espontánea, y no aplicar fórmulas que se supone te llevan al éxito. Yo compongo y si a la gente le gusta qué bueno, y si no, no me voy a morir por eso".
Probablemente si hay una canción en la que esos cambios de actitud -de época, de momento personal- se cristalizan, sea "Quiero verte más", su primer single. Una tema cuya historia, además, muestra la conexión que en la era de internet ella tiene con sus fans, y una aprensión que la retrata como suele mostrarse: al natural. Una señorita con actitud, pero muy bien educada.
"Una vez me mandaron un mensaje que decía '¿alguna vez has sentido que te gusta un gallo pero está con su polola y quieres agarrártelo igual?' Esta canción habla de eso. ¡Ahora todas las mamás van a pensar que su hija escucha música de una niña que le pone el gorro a los pololos! jajaja. Quizás por eso los cambios de este disco, no lo sé, tal vez es mi lado Broadway. El disco anterior tuvo el personaje de la 'femme fatale', el brillo, los labios rojos. Ya pasé por eso. Este disco quería mostrar otra cosa, que no necesito estar todo el rato enchulada, con el rulo perfecto, si no que puedo mostrar una cosa más cruda, más natural, más de cuerpo. 'Quiero verte más' refleja esa cosa más desvergonzada".
"Este disco es un poco menos confesional. Ya no tengo 15 años, ni 16 ni 17, y no estoy pegada con que alguien me guste o no me guste".
El nuevo álbum
"Los segundos discos de artistas exitosos son difíciles. Es fácil caer en la tentación de competir contra el álbum de presentación, contra el factor novedad, contra las expectativas. Afortunadamente no caímos en esa trampa", dice el productor de "Buen soldado", Vicente Sanfuentes.
La preproducción, que se realizó en junio del 2010, se hizo en Berlín y las melodías de piano -marca de fábrica de la cantante- se ampliaron a los sonidos de una banda. Durantes las grabaciones compartieron con reconocidos músicos que trabajaron en calidad de sesionistas como Mocky y Joshua Lopez, pero también hubo otros famosos como Michael Stipe (R.E.M.), que fue vecino de estudio y con el que salieron a comer y ver shows. "El grupo que había cerca era muy inspirador. Todos muy generosos. Su cercanía nos inspiró bastante". ( Por E.C.)
Las Cifras de una chica adelantada
10 años:
estudia piano, toca guitarra acústica y hace sus primeras composiciones.
2000:
año en que publica su libro de poesías "Defenseless Waters". El trabajo es elogiado por Isabel Allende.
13 años:
escribe su famoso single "Peces", elegido por la revista Rolling Stone como una de las 100 mejores canciones de 2006.
19 años:
es elegida artista revelación en Chile.
2007:
año en que lanza su primer disco "Muérdete la lengua" y telonea en Chile a Julieta Venegas.
7.500 copias
vende su primer disco y es premiado con Disco de Oro.
2011:
fecha en que lanza "Quiero verte más", el primer single de su segundo álbum.
Por Marcelo Ibáñez Campos.
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