El Mercurio
Bastante desconocido es el aporte de las agrupaciones que apoyan a las distintas instituciones culturales del país, y muy lejano a la realidad filantrópica de otros países. Aquí revisamos algunos ejemplos y conversamos con sus actores principales.
Maite Manzanares
Hace algunos días, el Museo Nacional del Prado adquirió para su colección una obra de Fra Angelico. Costó 18 millones de euros -unos $13.300 millones- y fue producto de la gestión de la Fundación Amigos del Prado, que reunió 4 millones de euros (el Estado español aportó 10 millones y el museo los otros 4).
Esta agrupación tiene como objetivo promover, apoyar y desarrollar acciones para la actividad del museo, y cuenta con más de 29.000 amigos que donan desde 25 euros hasta cuatro mil al año.
En Chile existen agrupaciones que ayudan a distintas instituciones culturales, pero su trabajo es bastante desconocido. Estamos lejos de lo que ocurre en Estados Unidos, España y otros países de Europa, donde estos grupos son un apoyo fundamental al quehacer cultural.
Amigos sin web
En el Museo Nacional de Bellas Artes existe, desde 1985, la Fundación Bellas Artes, organización privada sin fines de lucro que funciona a través de la Ley de Donaciones Culturales. Desde sus inicios, su presidente es Mario Arnello, quien comenta que en los 31 años de existencia "se ha conseguido aportar tres o cuatro obras, no más". Para el director del museo, Roberto Farriol, esta fundación "ha sido un pilar fundamental para exposiciones".
De acuerdo a Arnello, recaudan unos $330 millones al año, de unas 20 empresas y de algunos particulares. Sin embargo, no existe una página web donde se den a conocer sus aportes -en 1985 colaboraron con la restauración del museo-, y Arnello dice que no les interesa tener una: "Viste mucho, pero no se traduce en resultados. No nos interesa ser más conocidos; nos interesa poder ayudar al museo, no más".
Por otro lado, el Museo de Arte Contemporáneo tiene su Corporación Amigos MAC desde 1997. La presidenta del directorio, Pabla Ugarte, destaca la adquisición de casi la totalidad de las obras de Lautaro Labbé. Esta corporación tampoco cuenta con sitio web.
En el mundo de la música la situación es un poco más favorable. Una de las más exitosas es la Corporación Amigos del Teatro Municipal, que desde 1982 fomenta los nuevos talentos musicales. Tiene cerca de 140 socios que pagan hasta 500 UF anuales. Recaudan cerca de $150 millones al año con la ayuda, además, de unas 12 empresas, para becas que entregan a jóvenes músicos. De acá han salido famosos artistas, como el pianista Gustavo Miranda.
También activo es el Círculo Mundial de Amigos (CMA) del Teatro del Lago, impulsado por la familia Schiess. Actualmente el CMA cuenta con unos 200 integrantes. Nicolás Bär, gerente general del teatro, dice que en 2015 sus miembros se triplicaron, y aspira llegar este año a un total de 500.
¿Para qué colaborar? Los Amigos del Prado tienen la siguiente respuesta: "Para cumplir con la responsabilidad social del mundo empresarial de ejercer y fomentar el mecenazgo cultural". Pero Francisco Brugnoli, director del MAC, señala que nuestro país está muy distante a esos ejemplos: "En el mundo privado se mantiene la imagen de un Estado muy rico, entonces se preguntan por qué apoyar a sus instituciones".
"Chile es un país que tiene muy poca cultura filantrópica", afirma Bär. "Estos espacios siempre van a tener un déficit, entonces el aporte privado es clave. Las instituciones tenemos un deber de mostrarles a las personas que es importante que aporten", añade.
María Eliana Simian, presidenta del directorio de la Corporación Amigos del Teatro Municipal, comenta que cuesta mucho conseguir donaciones, porque "la gente duda del destino de sus dineros".
"Tenemos la impresión de que los instrumentos existen, como la Ley de Donaciones Culturales, Fondart y otros, pero las personas que están tras las iniciativas culturales a veces no tienen disponibilidad de tiempo ni de recursos para dedicarse en pleno a la gestión que requiere la producción de un evento cultural de calidad", comenta la directora de la Corporación Cultural "Semanas Musicales" de Frutillar, Harriet Eeles.
Cecilia García-Huidobro, presidenta de la Federación Chilena Amigos de Museos, dice: "Imagínate cuánta gente está interesada en cooperar, y no se le ha abierto el espacio. Lo importante es que existan estas instancias".
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