El Mercurio
Cuando comience el evento de Santiago se iniciará la despedida del de Buenos Aires. Aviones chárter están reservados ante eventuales problemas para el traslado de la avalancha de músicos. Pese a la ausencia de un gran artista convocante, se espera una asistencia de 140 mil personas durante el próximo fin de semana en el Parque O'Higgins, 20 mil más respecto de 2015.
José Vásquez
La maquinaria de Lollapalooza comenzó a operar en terreno el pasado lunes. Los esqueletos de los cinco escenarios exteriores ya se comienzan a imponer en el Parque O'Higgins, que el fin de semana abrirá sus puertas a la sexta edición en Chile del evento importado desde Chicago, la versión más compleja en cuanto a logística que ha enfrentado el festival.
Por primera vez desde que la fiesta de Perry Farrell conquistó Sudamérica -después de Chile llegó a Brasil, luego a Argentina, y ahora también a Colombia-, se desarrollará en dos países simultáneamente.
El sábado, a las 12:30, cuando Ases Falsos dé inicio al evento en Santiago, en Buenos Aires, a la misma hora, Juan Ingaramo comenzará la jornada del cierre trasandino que destaca ese día los shows de Florence + The Machine, Mumford & Sons y Alabama Shakes, los mismos que actuarán el domingo en nuestro país. Algunos de ellos deberán abordar un avión casi bajándose del escenario, repitiendo una mecánica que comenzará el viernes en la tarde con bandas como los Eagles of Death Metal.
"La logística de este festival implica un mayor esfuerzo que en años anteriores, pero todo lo que se puede controlar lo tenemos controlado. Entonces en ese sentido estamos tranquilos", dice Maximiliano del Río, director de márketing de Lotus, la productora a cargo de Lollapalooza en Chile. "Tenemos diferentes planes de contingencia, estamos preparados para reaccionar; por ejemplo, reservamos algunos aviones charter ante algún imprevisto. Por suerte la distancia entre Santiago y Buenos Aires es corta, entonces ante una eventualidad hay un margen para reaccionar", cuenta Del Río.
Sube la asistencia
Este fin de semana la avalancha de artistas que llegarán por Lollapalooza a Santiago se repartirá en seis hoteles capitalinos. Son más de 500 habitaciones reservadas para el contingente que animará esta sexta versión del evento, que, por lo menos en las temperamentales redes sociales, ha generado más cuestionamientos que aceptación.
La ausencia de nombres convocantes como lo fueron Pearl Jam en 2013 y Red Hot Chili Peppers en 2014, bandas que en Chile llenan estadios y que con los dueños de "Give it away" lograron el récord de asistencia del festival con 160 mil personas, resultan como una de las explicaciones para la baja de público que tuvo Lollapalooza el año pasado. Jack White y Kings of Leon, entre otros, convocaron a 120 mil personas volteando entonces la curva ascendente de popularidad que tenía el evento.
"El público se ha vuelto más exigente en cuanto a los carteles de artistas, pero la oferta sigue siendo muy buena y variada. El público joven es el que va creciendo, y hoy gran parte de ellos viene por el concepto de festival, y no por algún artista en particular. Cada año vendemos más entradas en verde -sin conocer el cartel de artistas-. Para este año estuvimos muy cerca del 70% del total", dice Del Río, cuya expectativa es convocar a 140 mil personas durante este fin de semana, 20 mil más que en 2015.
"Lollapalooza está en un muy buen momento. En las próximas ediciones volveremos a traer bandas de estadios, y seguramente aumentará la cantidad de gente, pero hoy, en asistencia, estamos al mismo nivel que Brasil, que tiene un mercado mucho más grande que el nuestro", comenta Del Río.
6.000
personas trabajarán durante Lollapalooza.
7
escenarios tendrá a disposición el festival.
500
habitaciones de hotel usarán los artistas del evento.
14
días dura el montaje del evento en el Parque O'Higgins.
Cambio
Una baja inesperada en el cartel fue la de Snoop Dogg. En su reemplazo se consiguió la participación del líder de The Killers, Brandon Flowers.
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