El Mercurio
Los compositores Aurelio Silva y Florencia Novoa, junto a solistas de jazz y fusión como Rodrigo Aguirre y Felipe Martínez Guidicelli, estrenan obras autónomas en paralelo a su trabajo con esta emblemática agrupación.
IÑIGO DÍAZ
“Mejor es que escapes, peligra tu vida / Aprieta cachete, ya llega Godzilla”, canta Florencia Novoa en la versión mutante de “Godzilla”, una canción de Fulano del siglo pasado y que es un ariete entre el nuevo repertorio de MediaBanda, la orquesta donde ella es voz central.
MediaBanda es esa agrupación que tomó el mismo ideario creativo de Fulano, con una música dinámica, sarcástica, controversial y contingente. Los músicos de Fulano que la formaron en el año 2000 se rodearon solo de veinteañeros, desconocidos músicos con alta preparación técnica, de lectura y performance, en una práctica que ha seguido adelante por dos décadas. Florencia Novoa integra la tercera generación de estos músicos jóvenes con vida propia.
Y también con proyectos en la música popular en las bandas Oliva y Zapapanta, Novoa exhibe otros bordes creativos muy diversos. Es cantante lírica y compositora de música contemporánea, con una serie de partituras ya estrenadas. “Manará” es una de ellas: “Fue comisionada por la FOJI como homenaje a Jorge Peña Hen al cumplirse 50 años de su asesinato a manos de la Caravana de la Muerte. Fue interpretada por la Sinfónica Juvenil”, dice la compositora, que esta tarde estrenará también su obra “Tantum ergo”, un canto en latín con el Octeto Vocal UC, en el Templo Mayor del Campus Oriente.
En esa misma oleada de músicos que forman la MediaBanda aparece el saxofonista Rodrigo Aguirre, con 15 años de militancia allí. En su ruta paralela publicó el disco “Florece en las nubes”, un trabajo de composición para distintos ensambles jazzísticos y donde él escribe cada pieza pensando en uno de los muchos aerófonos que toca: saxo tenor, saxo alto, clarinete, flauta y flauta baja.
En la misma diversidad de inspiraciones y cometidos, el bajista eléctrico de MediaBanda Felipe Martínez Guidicelli presentó una obra de música experimental como testimonio de la época pandémica. El disco “Ritos cotidianos” se sustenta en pequeñas guías que el músico les entregó a sus colaboradores, convocados a sesiones telemáticas para improvisar inspirados por las distintas acciones que en tiempos de encierro cada persona en el mundo debió realizar repetitivamente: levantarse, desayunar, lavarse los dientes, sanitizar los espacios domésticos.
Justo al lado de Martínez Guidicelli en el escenario se ubica el guitarrista Aurelio Silva. También es compositor y esta semana obtuvo el Premio Pulsar en la categoría Música clásica por su partitura “Signos III”. “Forma parte de un ciclo de 18 obras de distinto formato, desde lo instrumental a lo acusmático, del proyecto ‘Cuadríptico': cuatro discos sobre las cuatro fases de la alquimia. Esta es una pieza para piano y electrónica, basado en un imaginario de música impresionista tipo Debussy y Ravel, pero procesado en un lenguaje actual por máquinas y efectos”, cierra Silva.
A los 24 años, Florencia Novoa ha estrenado partituras como “Tema y variaciones” en Nueva York. Claudia Kittsteiner |
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