El cantautor seguirá repartiendo su vida entre París y Santiago, y descarta volver a Chile. Aquí habla de su próximo concierto, aplazado en un año por un cáncer con el que aún batalla.
José Vásquez
"Lo mejor es que sea con elástico", dice Ángel Parra, que prefiere despedirse siempre con un "Voy y vuelvo". El artista está de paso en Chile para cumplir con un concierto que se vio obligado a suspender el año pasado, y pronto emprenderá el vuelo nuevamente a París, donde reside hace cuarenta años. "Cuando me preguntan '¿y el domicilio definitivo?', 'el cementerio', contesto", dice riendo, descartando por ahora volver al país.
"Cuando he encontrado un espacio social, profesional, político y sentimental en un país es casi un suicidio abandonar eso por este regreso a la tierra prometida. Tengo derecho a voto, en el barrio soy querido y respetado, y aquí también, entonces vamos alternando; un poco allá, un poco acá", razona en este nuevo viaje a la capital.
El hijo de Violeta Parra volvió para presentar su último álbum, "Mi primer tango en París", un espectáculo agendado en principio para el 30 de octubre de 2014 en el Teatro Nescafé de las Artes, pero que tuvo que abandonar porque su salud se volvió a complicar. Un cáncer al pulmón le impidió cumplir con ese compromiso, una pausa obligada que ahora reactivará exactamente un año después en el mismo lugar.
"Creo en las casualidades; en la vida me han sucedido felices y desgraciadas casualidades. Creo que hay fuerzas, que hay corrientes. Uno no decide, uno tiene intenciones de decidir, pero hay fuerzas que hacen que las cosas cambien", comenta el cantautor. "Que la presentación de mi disco se pueda hacer en la misma fecha fue una casualidad, no lo busqué, justo ese día el teatro estaba libre. Me di cuenta después, cuando vi los afiches anteriores. Fue una feliz coincidencia".
Ángel Parra se había operado con éxito de un cáncer que ahora reapareció en el hígado. "Con este buen estado de ánimo y espíritu que tengo, me siento con muchísimas ganas de ganarle a esta enfermedad. Voy de la mano con la ciencia", dice y cuenta su rutina en París: "Cuando salgo del hospital se me olvida que estoy enfermo y camino a mi casa, paso por el bar de la esquina y me tomo mi vino blanco tranquilo. A mi modo de ver he tenido espléndidos resultados, lo que me hace decir: 'espérense un poquito, porque todavía no he dicho mi última palabra'".
La memoria de Gardel
Sus recuerdos de niño lo llevan a Carlos Gardel. Sus tíos Roberto y Lalo cantaban tango, un ritmo que "ha andado rondando en el imaginario popular desde antes que existieran las telenovelas", dice. En sus memorias, el artista se remonta a 1962, año en que estando en París, conoció al "Negro Ricardo", un guitarrista que tocó con Gardel. "Era un viejito que se presentaba entre las 7 y las 9 en el mismo local donde yo lo hacía a las doce de la noche. Vivíamos en el mismo edificio. Para mí este disco es como una forma de mandarle un saludo a él, que con su voz aguardentosa cantaba 'Anclao en París'". El músico grabó esta colección de canciones junto al cuarteto de cuerdas de Valparaíso, Diapasón Porteño, con quienes presentará de forma íntegra este trabajo.
Aunque luego de este show volverá a Francia, Parra ya proyecta un próximo regreso en 2017, año en que se cumplirá el centenario del nacimiento de su madre, Violeta. "Pero para eso sí me tengo que ir con calma en la planificación", avisa.
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