viernes, abril 29, 2011

¿Cómo (sobre)vive un músico independiente chileno?

Wiken

Discos alabados, shows en grandes festivales. Están destinados a cambiar la música chilena, pero para hacerlo necesitan adquirir deudas y pedir favores. Los músicos indie llegan a fin de mes apenas. Se ayudan gracias a nuevos métodos de autogestión e incluso manejando un furgón.

Emilio Contreras

"Yo creo que te reirías con la plata que gano realmente".

El que habla es Cristóbal Briceño: músico, fundador y compositor de los ex Fother Muckers (ahora se hacen llamar Ases Falsos), agrupación con 4 álbumes y 3 EP's editados que hace 2 años se mudó a San Carlos, VII Región, cuando las cuentas en Santiago eran demasiado caras. La misma que acumula deudas para cubrir costos de grabación, que pide préstamos monetarios a personas con nombre y apellido, y que tiene a la mitad de sus integrantes trabajando en distintos oficios, aparte de la música. Son ellos, los ex Fother Muckers: una de las bandas de rock más elogiadas de los últimos años de la escena local.
 
Martín del Real, Héctor Muñoz, Simón Sánchez y Cristóbal Briceño, son ex Fother Muckers.
Cristóbal tiene un furgón. Un Kia Besta del 98, en el que a veces, y para juntar más dinero, mueve a otros grupos en sus tocatas. Lo maneja él.

Hoy ya no reside en San Carlos. Vive con 6 personas en una casa arrendada y no se considera hippie ("Somos más como una cooperativa", dice). Con 200 mil pesos llega bien a fin de mes, y con 150 mil también, "pero tengo que comer tierra, o pegarle mucho en la pera a los amigos". Ríe.

-¿Y se logra llegar a la meta?

"Obvio que se logra. Esto es lo que elegí, entonces cómo no voy a trabajar para llegar a esa base. Por suerte tengo una polola que es profesional y mucho más organizada que yo, y si hay un mes en que ando cojo, ella me ayuda; y también al revés".

Cristóbal vive feliz. Cuando las cosas se complican, va a la SCD a cobrar su cheque, el que le corresponde por derechos de autor y por la programación en la radio de sus canciones. Trata de no ir tan seguido, para que se acumule. Es un "fondo de emergencias".

Toca con la misma guitarra hace 3 años. Dice que le gustaría tener una Fender, pero con una Squier está bien: "Para qué vamos a sonar como Emilio Stefan, no nos corresponde. Nos interesa que la música se relacione con uno mismo para poder interpretarla mejor".

Su familia paterna es de Lo Pequén, VIII Región, y de repente, le mandan frutas y verduras para apalear algunos gastos domésticos. A veces es tanta que se pudre y tiene que botarla.

El Jueves Santo lanzaron como Fother Muckers un nuevo EP: "Entrega tu espíritu: Muerte a los Fother Muckers", que contiene 5 canciones religiosas (el EP marca el fin, pero sólo del nombre de la banda). Para grabarlo, acudieron a un préstamo, y por consiguiente, a una nueva deuda. El mecenas fue Carlos Salinas, un hombre relacionado con la industria arrocera que conocieron en San Carlos, y que en sus ratos libres los registra, es su productor, hace las veces de ingeniero, asistente, y de repente, incluso, mezcla grabaciones con Cristóbal. "Es nuestro colaborador musical", dice.

Su anterior disco, "El Paisaje salvaje" (2010), uno de los más destacados del año pasado, tuvo el aporte de otro mecenas, esa vez un tanto más famoso: Nicolás Copano los ayudó con un préstamo. El dinero fue para la edición física del álbum. La deuda, la pagan hasta hoy. En cómodas cuotas.

Podemos decir entonces que los ex Fother Muckers son una banda al día en sus cuentas. También que todas las copias de sus anteriores discos están agotadas, y que en plena crisis discográfica, a ellos les va bastante bien.

Pero la historia de deudas, favores y esfuerzo de los ex Fother Muckers no es la primera ni la última en la música chilena. Las buenas críticas, el interés internacional y la trascendencia cultural de las actuales bandas independientes, en la mayoría de los casos, no se condice con sus ganancias económicas de fin de mes. De fondo, la industria del disco se desmorona, y junto a ella, los viejos paradigmas del músico que espera al productor-caza-talentos, con el contrato millonario en la mano.

La utopía acabó, y hoy, el viejo Do it Yourself cobra más sentido que nunca

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El 2010 fue un buen año para Álvaro Solar. Su proyecto musical, Protistas, que formó junto a Francisco Marín (guitarra), Andrés Acevedo (batería) y Benjamín Varas (bajo), debutó entre elogios y buenos augurios del público y la prensa especializada. Fue el segundo estreno exitoso en la vida de Andrés Solar: 3 años atrás, estuvo a cargo -junto a Rodrigo Susarte- de la dirección de "Gen Mishima", la serie de TVN que con 8 capítulos brillantes -y un final críptico- se transformó en una de las apuestas más interesantes de la TV chilena.

"Nortinas War" (2010) fue el primer golpe discográfico de Protistas y se editó por el Sello Cazador (Dënver, La Reina Morsa, Los Mil Jinetes, etc). El trabajo de producción no trajo grandes costos para la banda, pero sí un reconocimiento importante. Sus canciones empezaron a sonar en radios online extranjeras, y en el medio local, rápidamente sumaron prestigio.

Tanto así, que este año fueron invitados al festival norteamericano SXSW 2011, reconocido internacionalmente como la vitrina donde sellos discográficos y productoras fichan a bandas nuevas de todo el orbe. Se desarrolla en Austin (Texas, EE.UU) y en la versión de este año participaron también Chico Trujillo, Fernando Milagros, Francisca Valenzuela, Inverness, Gepe, Pedropiedra e Intimate Stranger, por Chile. Y Klaxons, Michachu and The Shapes, Toro y Moi, entre otros, por el resto del mundo.

La noticia fue la avanzada chilena que llegó a Texas a representar el sonido local. Pero Protistas no pudo ir. Se quedaron aquí.

- ¿Por qué?

"Por plata. El festival te aloja en casas de músicos de allá, pero el pasaje era lo complicado. Los solistas pueden hacerlo, pero en las bandas es más difícil moverse sin el apoyo de un sello. Nos habíamos conseguido unas tocatas bacanes en Nueva York para aprovechar el viaje, pero no se pudo".

Álvaro dice que nunca en su vida ha tenido un contrato laboral y que hoy se mantiene ocupado en proyectos audiovisuales. Todos los Protistas tienen un trabajo paralelo a la música debido a la escasez de dinero. "Estamos a un nivel en el que no ganamos plata en nada. Cuando tocamos es donde generamos más dinero, pero eso es relativo. A veces podemos ganar 150 lucas, otro día 200, y otro día 20 o 30. En promedio lo hacemos 2 veces al mes", cuenta.

Por lo mismo, el juntar fondos para la realización del disco sucesor de "Nortinas War" ha sido difícil. Pero vieron la solución en una página de internet que recauda dinero gracias a aportes de particulares que se interesan en un proyecto.

"La idea la trajo mi polola. Al principio no pescamos mucho, pero después nos dimos cuenta de que podía funcionar. La página se llama Kickstarter.com y da la posibilidad de generar recursos. Es súper recomendable", dice Álvaro. Funciona así: Se crea una cuenta en Kickstarter. Se llena un formulario (en inglés) donde se presenta el proyecto. Los administradores del sitio lo leen y lo aprueban o desaprueban según sus características. Ahí los autores fijan el monto que necesitan (en el caso de Protistas, fue de 3.000 dólares) y se establece un plazo para cumplir la meta. Los aporten se hacen a través de internet. Si se logra reunir la cifra, OK: las transferencias económicas se hacen, la banda se queda con un 95% de lo recaudado y la página con el 5%. Si no llegan a la meta, los aportes no se concretan.

"En Chile no conozco el caso de una banda que haya hecho algo similar en esta página", dice Álvaro.

Protistas finalmente cumplió. A 11 horas de terminado el plazo final, ya registraban 3.122 dólares entre 25 personas que ofrecieron dinero a través del sitio web.

Lo obtenido por Kickstarter se invertirá de la siguiente forma: 1) pagar los costos del segundo LP de la banda, 2) remunerar el trabajo de la gente externa que ha colaborado con ellos en este proceso, y 3) reembolsar la deuda que adquirió Protistas con la pareja de Álvaro Solar, quien les hizo un préstamo para la grabación del álbum que viene.

Hoy Álvaro trabaja en la productora Retina, que está a cargo de la edición y post-producción de la nueva serie de ficción de TVN, "Los archivos del Cardenal", que se estrenará durante el año en la señal pública. "Si yo no hubiese agarrado papa con esto de la música, estaría ganando muchas más lucas en otra cosa después de 'Gen Mishima'... pero no quise. Se que esto no me va a dar plata, tienes que vivir de una forma más austera, con amigos. Eso no significa que sea una mala calidad de vida. Uno tiene que sacrificar algo para ganar lo otro".

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El Fondart causa reacciones disímiles entre los músicos. Andrés Nusser, guitarrista y vocalista de Astro, presentó un proyecto junto a su banda, pero no lo ganó. Sí lo hizo Dënver, que con parte de los fondos grabó "Música, gramática y gimnasia", el disco que los tuvo de gira por España hace pocos días.

Astro postuló al Fondart para financiar su segundo álbum, el mismo que hoy está en etapa de mezcla y que continuará la senda de "Le disc du Astrou" (2009), la producción que ya lleva 2000 copias vendidas en México desde septiembre del año pasado. El nivel de exigencia de la banda es alto y Andrés lo sabe. Por eso no duda en llamar a Astro una empresa, y tiene claro cuál es y ha sido siempre su "misión": poder vivir completamente de la música.

"Hoy ningún integrante está dedicado a tiempo completo al grupo. Cada uno tiene un trabajo paralelo. Y si uno tiene como prioridad y le das todo tu tiempo a esto, tiene que ser recompensado de alguna manera", dice.

El dinero que perciben, hasta el momento, se guarda. Las ganancias van a un fondo destinado a costos de producción y requerimientos técnicos. Como no ganaron el Fondart, tuvieron que reunir uno a uno, y por su cuenta, los pesos para financiar el segundo disco. El proceso Andrés lo agradece, sobre todo por el tiempo y dedicación que recibió el nuevo trabajo: "Una agrupación como ésta no se puede gastar la poca plata que genera, porque necesitamos que crezca, como cualquier otra empresa".

Para Astro producir un disco y llegar al máster, cuesta entre 2 y 3 millones y medio de pesos. Eso considerando que Andrés es el productor del álbum y que su trabajo no está siendo remunerado. Si la banda tuviese un productor externo, el costo se elevaría en promedio 2 millones más.
 
El caso de Pamela Sepúlveda (voz tras Fakuta, su proyecto solista de indie pop) es similar. De lunes a viernes trabaja como arquitecta en una empresa inmobiliaria, y los fines de semana y en las tardes se dedica a la música. Toca, en promedio, una vez al mes, y reconoce que recién ahora las cuentas le cuadran y puede recuperar el dinero invertido en la música:

"Yo pago sueldo a los coristas, ellos hacen un trabajo, me prestan un servicio, y de alguna forma hay que remunerarlo. Vivo bien. No paso penurias. Hago lo que me gusta y no me complica trabajar en las dos cosas. De repente es cansador eso sí", dice Fakuta.

A veces las marcas de ropa, cerveza, jeans, fichan a bandas independientes para ser sus sponsors. El trato suele ser un canje: "Si una marca de cerveza hace una fiesta en la que tocas, te pasará cerveza, no plata. O te darán difusión. Desconozco cómo es el trato con todos los músicos", dice Andrés Nusser.

La vida del músico es difícil, pero el sentir general es -paradójicamente- de bienestar.

"La música es una forma de vida. No en término de sexo, drogas y rock and roll. ¿Por qué hay tantas bandas emergentes hoy en Santiago si es inviable en términos económicos? Porque lo que gana es la pasión, lo que enriquece espiritualmente es la música. No hay otra respuesta", dice Álvaro Solar, ya con el dinero recaudado para grabar el segundo LP de Protistas

"Digamos que la música da para vivir austeramente. Hoy me da para vivir, y creo que con eso es suficiente. El músico tiene que ser una persona hábil, con su instrumento, su voz, su manera de interpretar y su forma de vivir. Somos un hueso difícil de roer. Por eso hemos sobrevivido miles de años. Porque somos 'vivos'. Supongo que sí", dice Cristóbal Briceño, de ex Fother Muckers.

Él quiere ser padre algún día. "Hoy me cuadra un poco la caja a fin de mes. Pero si ahora quisiera tener un hijo y mandarlo al colegio, no podría".

Cuando eso pase, lo más seguro es que Cristóbal siga recibiendo las frutas y verduras que le manda su abuela desde Lo Pequén.
Chile: el nuevo paraíso del PopEn febrero pasado el diario El País de España dedicó un extenso artículo a la escena musical chilena. En él decían que Chile emergía como una de las grandes potencias de pop independiente cantado en español. Que si en los 90 los países que lideraban eran Argentina y Brasil, ahora los que llevaban la batuta eran los chilenos. Lo extraño es que con las dificultades que aquí se dan para trabajar, la valoración en el extranjero sea tanta.

Aquí dos citas para explicar la mirada que tienen en España de la música local:

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"Exceptuando a Víctor Jara, sus artistas no han tenido la internacionalidad de Argentina o Brasil ¿Quién ha oído en España hablar de Los Prisioneros? ¿Cuánta gente aseveraría que Violeta Parra era chilena? Pero, por debajo, algo pasa: pequeños hitos como '1977', el segundo disco de la rapera Ana Tijoux, nominada para los Grammy en la categoría de mejor álbum latino de rock, música alternativa o urbana. Es la primera candidatura chilena en esos premios desde 2000. O que 'Mena', de Javiera Mena, y 'Audiovisión', de Gepe, las indiscutibles figuras del indie de aquel país, hayan resultado ser dos de los discos de pop en español más destacados de 2010. Y es un flujo continuo: en diciembre aparecía en YouTube 'Los adolescentes', un video con 80.000 visitas que descubrimos que era un tema del disco 'Música, gramática, gimnasia', de unos tal Dënver".

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"Nadie parece ponerse de acuerdo sobre cuál será el siguiente grupo o artista chileno en salir a la luz. Uno de los nombres más citados es el de Fakuta, el alias de Pamela Sepúlveda, una arquitecta de 28 años que ahora apuesta por un pop electrónico y delicado. Pero la avalancha de referencias muestra lo vital de la escena chilena. Aquí van unos cuantos: Perroski, Odisea, Astro, Nano Stern, Chinoy...".

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