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Margot Loyola presenta su libro «La cueca, danza de la vida y la muerte»
La gran leyenda del folclore chileno, Margot Loyola, en conjunto con Osvaldo Cádiz, presentaron el libro "La cueca, danza de la vida y la muerte", este pasado domingo 7 de noviembre.
"La cueca, danza de la vida y la muerte".
Porque la danza está en todas partes, no solamente en el sandungueo, la cueca también está en la muerte, en la tristeza, está en la libertad, está en el amor, está en el suplicio.
Está en todo la cueca.
Son 50 años que llevo hurgando en los caminos de Chile para encontrar los secretos, no solamente de la cueca, sino los secretos de la vida de cada sujeto que la interpreta. No nos interesa solamente la cosa, nos interesa el hombre, como vive, como sufre, como piensa, como quiere, como se esperanza. Todo eso dice la cueca".
Margot Loyola prefiere conversar erguida. "También se puede paraditos ", dice con una sonrisa pícara. La investigadora y músico, que actualmente prepara un libro sobre el tema, nació en Linares el 15 de septiembre de 1918. Su lucidez impacta y a veces parece que declama. Y aunque a ratos alguno de sus cercanos cree que sus oídos pueden traicionarla, cuando se trata de cueca, su rostro arde, sus ojos lagrimean y se achican para dar rienda suelta al pedazo de historia en el que ha trabajado toda su vida.
El encuentro fue en el Museo Histórico Nacional la mañana del miércoles. Ahí tres organismos se unieron para dar a conocer la iniciativa. Pedro Villagra se paseaba entre el público, también Juanita Parra. La invitación de la Comisión Bicentenario en complicidad con Radio Uno y la discográfica Emi marca la unión de fuerzas que dio el vamos a una competencia que pretende dar un lugar de privilegio a la danza tradicional. Ahí estuvieron todos unidos para darle curso a la Cueca Bicentenario, que tiene como requisito que esa palabra aparezca en la coplas. Para Loyola es una buena iniciativa que responde a un género que traspasó las fronteras. "Este concurso es una primera gran importancia, un agradecimiento, una emoción, una esperanza. Es como un refugio para que la cueca siga viva después de 200 años, cuando ha sido vilipendiada a veces y adorada otras, pero ahí sigue y ha llegado hasta México, ahí se conservan rasgos de nuestra cueca en la chilena. Es el son guerrenense el que acoge sonidos de nuestra cueca y de nuestra marinera que son hermanas", dice.
-¿Y tan chilena es? ¿Usted está de acuerdo en que la cueca tiene un origen negro?
-Es muy difícil hablar de orígenes. Yo trabajo con los elementos principales que la constituyen. Una copla que es española, una seguidilla que también es española, veo en el estilo y en los pasos, veo culturas antiguas agrarias y en sus evoluciones veo mucho España. Creo que el origen negro tiene que ver con que el negro aporta, aquí y también Perú, con su ritmo y su vaivén, con su talento. El negro africaniza la cueca, eso es lo que yo creo, según los elementos que la constituyen.
-¿Qué le parecen las ramificaciones de la cueca, que a veces generan discusiones sobre quiénes son los que pueden tocarla?
-Son características de toda danza tradicional. En todas partes del mundo hay diferencias regionales y locales también. Madre cueca podría ser la zamacueca, cuyo verdadero nombre era zamba clueca, de ahí viene el nombre negro, pero se llamó chilena también, y es una lástima que no se haya conservado con ese nombre de chilena. Cuando viene de Perú, a su regreso le llaman cueca chilena. Así la recuerdan en muchas partes de Argentina, de Chile y de Perú, donde yo voy y me dicen cántese ahora una chilenita señora. Pero su primer nombre es africano, y por eso dicen que es de origen afro, pero el negro aporta con su gran ritmo y su expresión.
Como la vez anterior cuando presentó el libro escrito para La Tonada, Margot Loyola en conjunto con Osvaldo Cádiz, ponen a disposición de todos este libro de "La cueca, danza de la vida y la muerte".
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