Hoy, en la Facultad de Medicina de la U. de Chile, se estrena “Eloísa Díaz: ciencia urgente”, obra en doce partes, de Felipe Sandoval.
IÑIGO DÍAZ
La lucha de Eloísa Díaz (1866-1950) en su tiempo es la lucha que conocemos bien en nuestros tiempos, pero multiplicada por X, Y y Z. “Debió ejercer su rol en un contexto de adversidad marcado por una sociedad muy conservadora en el siglo XIX”, dice el compositor Felipe Sandoval.
Es autor de “Eloísa Díaz: ciencia urgente”, una obra que aborda la historia de la primera médica de Chile y Latinoamérica, escrita para ensamble instrumental y voces. Se estrena hoy a las 18:00 horas, simbólicamente, en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, y cuenta con un elemento más en su propuesta.
“Se trata de una obra musical y visual, como mediometraje con las animaciones de Paz Donoso, que acompañan la narración”, adelanta Sandoval respecto de los episodios visuales que incluye Donoso, en un período que va desde que Eloísa Díaz ingresa a la Universidad de Chile, en el siglo antepasado, y los años de enfermedades masivas y letales como la viruela, la tuberculosis, el cólera, hasta la aprobación de la Ley de Instrucción Primaria en 1920, de la que ella fue ferviente defensora.
“Esa ley fue un triunfo para Eloísa, aunque un triunfo parcial porque fue modificada y no incluyó un elemento importante que ella promovió: el subsidio estatal de alimentación escolar, uno de los grandes temas de su gestión”, explica el compositor.
Desde 2017, Sandoval dirige Alameda Memoria, un ensamble formado por músicos de diversas procedencias y de sonoridades amplias: chelo, saxofón, flauta traversa, trompeta, trombón, tuba, acordeón, guitarra, bajo, batería. Han trabajado en obras conceptuales de divulgación histórica en el formato de la cantata, que se hizo tan popular en 1970 con Luis Advis.
Alameda Memoria ha estrenado obras de este tipo como la “Cantata por Clotario Blest” (2018) y “Menéndez: auge y caída del rey de la Patagonia” (2020). Con “Eloísa Díaz: ciencia urgente”, que se publicará en julio como álbum, se completa una primera trilogía de trabajos en este campo.
“Con esta obra nos acercamos más al teatro musical que a la cantata y eso nos permite llegar a un público mayor. Tenemos pretensiones de masividad para contar una historia que ocurrió en Chile”, apunta Sandoval sobre el relato en doce partes que está hilvanado por doce canciones en las voces de diez intérpretes.
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