Nino García integró el Sexteto Hindemith 76. Escribió música para solistas y ensambles, además de canciones pop y baladas. |
El Mercurio
El guitarrista Romilio Orellana impulsó el rescate de la “Sinfonía democrática”, una partitura que permaneció treinta años en silencio. Se presentará hoy en un concierto a dos guitarras con Horacio Salinas.
IÑIGO DÍAZ
Se trata de una partitura democrática en varios sentidos. El compositor Nino García (1957-1998) la pensó como una obra que saludara el regreso a esa anhelada vida sin dictadura, pero también fue escrita en un sentido democrático desde lo tímbrico.
“Todos los instrumentos tienen el mismo estatus, el mismo valor y la misma importancia. Yo creo que por eso él la tituló así”, explica el guitarrista Romilio Orellana, músico clave en la reconstitución de una partitura que descansó en el silencio por 30 años, custodiada por María Eugenia Zúñiga, viuda del compositor.
La “Sinfonía democrática” de Nino García fue grabada este otoño en el Aula Magna de la Usach, para un álbum en formato vinilo del sello Aula Records, por músicos de la Orquesta Clásica Usach bajo la dirección de Pablo Carrasco. Técnicamente aún no ha sido estrenada frente a una audiencia. “La llevaremos a salas y teatros durante 2023”, anticipa Orellana.
La grabación se podrá ver y escuchar por pantallas hoy como parte del concierto de lanzamiento del disco “Sinfonía democrática”, de Romilio Orellana, en la Sala SCD Bellavista (20:00 horas, $8.000). Allí estará el propio músico junto a Horacio Salinas, compositor de gran parte del repertorio histórico de Inti-Illimani.
En su primera parte, el concierto presentará entonces música para guitarra clásica, con obras que también integran el álbum, como “La partida”, de Víctor Jara, en un arreglo de Juan Antonio Sánchez, o “Tres paisajes latinoamericanos”, de Hugo Muñoz. Luego Orellana y Salinas tocarán dúos de guitarra, una saga de arreglos para piezas emblemáticas de Inti-Illimani, ahora en el contexto camerístico: “Alturas”, “Danza di Cala Luna”, “Araucarias”.
La “Sinfonía democrática”, de 22 minutos de duración, ocupará la segunda parte del programa. Si bien presenta ese nombre tan genérico, no fue escrita para una gran orquesta, sino para un ensamble menor, ocho instrumentos, que se mueven en dos universos: por un lado, violín, viola, oboe y fagot, y por el otro, piano, guitarra, percusión y contrabajo.
“Nino buscaba la sonoridad de una orquesta sinfónica con esos pocos elementos. Lo logró plenamente porque es un compositor sorprendente, que manejaba todos los lenguajes musicales”, dice Romilio Orellana. “Después de conocer su música, para mí Nino García es realmente el Leonard Bernstein de Chile”, agrega la pianista alemana Beatrice Berthold, quien fue parte del ensamble, en el documental que acompaña el proyecto de rescate musical, posible de ver en YouTube.
En cinco movimientos narra el período de máximas turbulencias desde la llegada de la UP hasta el retorno a la democracia, con varias citas y guiños musicales a los tiempos.
“Es muy difícil identificar una sola estética en la ‘Sinfonía democrática'. Nino García era pianista y compositor, pero también un músico muy presente en el mundo popular. Aquí tampoco se queda mucho tiempo en una misma idea. Es muy moderna en cuanto a la armonía, por momentos parece música romántica. Tiene cosas medio barrocas, luego un lenguaje jazzístico, y hasta música folclórica, con el trote andino medio cojo que representa una futura democracia compleja”, cierra Romilio Orellana.
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