martes, agosto 29, 2023

El MAC amplía su quehacer

El Mercurio 

El Museo de Arte Contemporáneo más antiguo de la región inaugura auditorio e inicia nuevas líneas de trabajo. También aborda problemas de larga data. Aquí, habla su director.

Daniela Silva Astorga

A sus 76 años, el MAC llegó, por primera vez, a Cautín. Fue en junio y no con una exposición cualquiera. “Jardines especulativos”, que ya se había visto en la sede de Quinta Normal, instaló en el Liceo Bicentenario Padre Nicolás de Vilcún una invitación a pensar nuevas formas de relacionarse con el mundo, a través de obras de estudiantes de I Medio. Una iniciativa de la Unidad de Educación del museo, que constituye una referencia nítida para el concepto de “museo permeable”, que hoy conduce varias líneas de trabajo dentro de la institución que depende de la U. de Chile y que dirige Daniel Cruz.


Él instala esa premisa —la idea de campo expandido— como algo clave en su gestión, y lo explica: “Soy un convencido de que el museo no es solo lo que pasa aquí adentro, sino también la relación que establecemos hacia afuera. Es interesante pensar qué otros lugares podemos habitar, qué otros dispositivos, medios o acciones podríamos tener para desplegarnos y no solo concentrarnos en la exposición de obras. Ampliar el abanico. Y hacerlo hacia las artes escénicas, la exploración sonora, la danza, para que no sea solo un sitio de artes visuales, sino que propicie relaciones interdisciplinarias. Hay una deuda que estamos remediando de a poco”.


—Para que un museo teja sentido de pertenencia con sus públicos es clave que los busque y conecte. ¿Ha funcionado el MAC muy “hacia adentro”?


“Quizás nos hemos distanciado de esa conversación. Quizás al estar en estos edificios tan imponentes por su arquitectura neoclásica pareciera que el arte actual está en el lugar de la historia y la tradición, pero el arte contemporáneo es experimentación y exploración. Al habitar estos inmuebles centenarios a lo mejor los públicos nos ven como una piel ajena. Pero eso cambia cuando entran y reconocen prácticas artísticas que están muy vinculadas con localías”.


Es una noche de julio y el MAC Parque Forestal está repleto. Más de 2.500 personas en la inauguración de siete exposiciones. Una cifra que no es poco usual: otras 4.000 visitas hubo en la jornada anterior de apertura. “El público ha aumentado mucho en ambas sedes”, afirma el director. Durante el primer semestre, 50.700 personas visitaron el edifico de Parque Forestal y 36.050 el de Quinta Normal. En el mismo lapso de 2022, la sede de Matucana 464 tuvo 9.500 espectadores. “Hay mucho público agradecido. La gente se acerca con gratitud a comentar las muestras que hacemos, y ese encuentro nos hace pensar que estamos hallando el sentido en otros”, sostiene Cruz.


—Razones presupuestarias y pandémicas alejaron, aún más, las grandes exposiciones extranjeras. ¿Las recuperará?


“Sí, nosotros planteamos que la relación internacional del museo debe volver, sin estar ajenos a lo local, porque necesitamos esos contrastes. Para 2025 tenemos al menos siete conversaciones con muestras internacionales —como algunas bienales— que podrían venir. Con esta distancia temporal salvamos la situación presupuestaria porque varias requieren de recursos importantes. Pero sí, existe una intención de que el MAC retome la línea internacional con alianzas. No estamos quietos”.


El Museo de Arte Contemporáneo es el más antiguo del tipo que existe en América Latina. Comenzó en 1947 sin sede construida especialmente y sin los presupuestos óptimos. Fue jibarizado tras el Golpe, sufrió terremotos y crisis, pero en siete décadas su camino ha sido ascendente y eso se debe a la gestión y tenacidad de Francisco Brugnoli (1935-2023). Dotó al MAC de prestigio internacional, consiguió reconstruir una sede agrietada y sumó otra. Pero no cumplió su sueño de tener una sede a tono con este siglo.


—¿Para usted, es relevante esta cruzada por un edificio?


“Sí. Nosotros necesitamos un nuevo espacio por nuestro acervo y por la posibilidad de profundizar en su investigación. Nos debemos un lugar que tenga la arquitectura necesaria, el clima. En conversaciones con Fernando Pérez, exdirector del Bellas Artes, llegábamos a la conclusión de que vivíamos los mismos problemas, y teníamos un principio de acuerdo en que quizás lo que necesitábamos era una mirada más europea. Es decir, que ninguno se moviera y que ambos creciéramos donde mismo, así como el Museo del Prado. Estas son preguntas interesantes que nos debemos, pero no solo para el MAC: ¿Cuántos museos públicos en Chile se han diseñado especialmente para su labor? Al contarlos, son muy pocos. Pareciera que el arte contemporáneo es nómade”.


El museo y otros escenarios


Este 8 de septiembre, el MAC de Quinta Normal inaugurará cuatro exposiciones, pero también un auditorio. Una sala que fue bodega y que ahora se recuperó para conciertos y charlas. “Además iniciamos la Editorial MAC, con foco en la escritura crítica”, dice Cruz. Continuarán produciendo sus cápsulas televisivas y van a incrementar el trabajo en restauración, como el que hicieron con “El descubrimiento de Chile”.


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