miércoles, mayo 18, 2011

Álvaro Peña: “Me siento en casa en mis lágrimas, porque lloro todos los días”


El Ciudadano
Nacido el 7 de diciembre de 1943, Álvaro Peña, más conocido en Alemania como “Álvaro de Valparaíso”, es un músico renombrado en ese país, donde se radicó hace muchos años. Considera que en la música están “los cuatro elementos de la naturaleza: El aire: la voz. El agua: la guitarra. La tierra: la batería. El fuego: el bajo… yo compongo con eso”, sentencia.

SONIDOS PRIMITIVOS

-Partamos de los inicios ¿Cuénteme acerca del Teatro Velardes en Valparaíso?

-Mira, pertenecía a los hermanos Velardes, por eso el nombre; aún hay uno en Quilpué que conserva el nombre, el de Valparaíso hoy es el Teatro Municipal. Allí comencé viendo la película del Doctor No en el año ‘60, y en el 2008 toqué con mi banda, imagínate, esa vez ya fue un homenaje a Valparaíso, a Álvaro Peña y otros músicos; ha pasado historia.

-¿Cuándo fue la primera vez que se presentó en público?

-En 1962, en Villa Alemana. Tocaba con un saxofonista y teníamos un conjunto de rock and roll que se llamaba Los Dandys de Villa Alemana. Teníamos unas camisas, una D en el vestuario y una corbata muy bonita; éramos unos dandys del tercer mundo.

-¿Y qué pasaba en los ’60s?

-Mira, en ese tiempo no había ni siquiera amplificación… había un integrante –alemán- que construyó su propio bajo con pitas en ese momento. Los Dandys éramos una banda cuasi alemana, porque varios de los integrantes eran de allá.

-Y en los ’70s, viaja a Inglaterra donde lo encuentra el Golpe, sin poder retornar…

-Claro, yo iba (risas) a estar seis meses, en los mismos momentos en que mi banda, Los Challengers, terminaron apoyando al “Bigote Arrocet” –Edmundo Arrocet von Lohse, humorista- cantando libre arrodillado delante de Pinochet…

-¿…y cómo fueron los inicios en Londres?

-Bueno, ahí tuvimos el primer grupo mundial de asilados. Tenía 30 años, pero representaba menos. Joe Strummer (The Clash) tenía nueve años menos que yo. Y me metí en una casa “ocupa”, porque andaba de una casa en otra, hasta que un amigo me dice: “Quédate en esta ocupa, acá todos somos músicos”. En ese entonces yo ya venía como con tres o cuatro singles con los Boomerang y Los Challengers de Valparaíso.

-¿Y los 101´ers…(pronunciado ono-o-oners)?

-Cuando yo fui a Nueva York, había un gallo que me dijo: “Yo era miembro de los cientuneros” (risas) y al rato me dijo: “Mira, quiero pedirte perdón porque nosotros hicimos una copia de ese nombre y nos llamábamos The Owners”. Nada que ver (risas) nosotros en Inglaterra habíamos fundado en el año ‘74, con Strummer y con quienes vivíamos en la casa ocupa, la banda “101´ers”, porque vivíamos en el número 101 de la calle Walterton.

PRODUCCIÓN

-Y entre los ’70s y hasta ahora, ¿Cuántos discos ha grabado?

-Juntando lo que hicimos con Boomerangs y con Challengers, como unos 18 discos, más o menos, habría que revisar.

-¿Y desde cuándo, entonces, viene Squeaky Shoes Records? ¿Cómo nace, se gesta y no se pierde en el tiempo?

-Bueno se gesta a partir de la creación musical mía y si yo no produzco cosas nuevas, también Squeaky Shoes no suena. Entonces, yo vengo a producir casi cada dos años un long play. Ahora estoy trabajando con James ya casi tres años en Konstanz y a veces creo que va a ser lo último: Este nuevo trabajo se llama “Mañana”. El sello partió en 1977 y hoy en día hago distribución en París, en Houston, Brooklyn y en Chile, entre otros.

-¿Y cómo distribuye?

-Traigo, llevo. Cuando viajo transporto conmigo alrededor de 11 kilos de discos que cada vez se venden más rápido. En un mes se acaban, no tengo nada que vender.

-¿Cada cuánto viene a Chile?

-Una vez al año.

-¿Tiene un estudio en Alemania?

-Mi estudio es simplemente el living de James, ahí tenemos los micrófonos y todo…

-¿Qué opina de la industria musical en Chile?

-Es igual que en todos lados, se parece mucho a la de otras partes del mundo. Para cortar el queque, mira, si quieren darte más plata en una tocata te la dan, si no, no.

RADICALIZARSE

-¿Cuándo se establece en Konstanz, en Alemania?

-Ya en el ´79 empiezo a viajar entre Alemania y Londres. En eso me caso con Hilde Schneider –alemana por cierto- y eso me permite quedarme un buen tiempo, porque yo era refugiado político en ese entonces.

-¿Qué postura tiene frente al nazismo?

-Chuta, el nazismo me da como tirria. Los alemanes dicen que no mataron ningún indio, porque el rollo de ellos es que les gustan las razas puras, dicen que son los españoles los que dejaron la cagá; ellos sienten que no tuvieron que ver con ninguna masacre étnica.

-¿Y la hay acá en Chile? ¿Qué piensa de la reclamación mapuche?

-¿Sabes quién fue la gente que me recibió una vez en Chile? Redolés pintando el mono con todos los demás, también estábamos Los Jaivas y yo, con “Drinkin my Own Sperm” (1977) debajo del brazo. Yo le digo a Redolés: ¿Por qué no me presentai a la gente? …dos horas lo estuve esperando. Entonces tocamos juntos en Valparaíso, en el teatro Mauri, qué se yo, grandes abrazos bla bla entre medio de la crème de la crème, donde entre todos los políticos creían que yo era un degenerado, un homosexual, de todo… ¿Sabes quién me reconoció a mí? ¿Mi trabajo? …la comunidad étnica residente en Londres: la familia Mariqueo, esa gente me recibió. Esa gente estuvo siempre conmigo; el blanco chileno no quería saber nada con mi trabajo.

-¿Cómo vive en Alemania?

-Yo vivo de la música, y de la jubilación. Una jubilación muy pequeña, de 660 euros. Según estudios, en Alemania, todo aquel que gana menos de 200 euros, es pobre; yo soy pobre -por eso recibo una jubilación extra-. No tengo auto, no tengo computadora, sí tengo una grabadora, escucho cassettes, no tengo celular, no tengo nada, ni tampoco, como persona, tengo sistema de salud…

-¿Se enferma seguido?

-No, para nada, tengo una salud muy buena, no voy nunca al médico; ni un problema ni un atado, no ocupo anteojos, tengo todos los dientes; todo lo que tengo es una picadura grande (risas).

-¿Me puede comentar algo acerca de “8 Fingers”?

-Mira, yo soy autodidacta del piano; entonces toco el piano con 8 dedos, hay dos dedos que están sin pega. Ocupo guantes para tocar, hay dos dedos de los guantes que están limpiecitos.

-¿Y por qué el camuflaje?

-Porque tuve que contarme un cuento…competir con los alemanes que son los creadores del piano y qué cresta hago…yo era autodidacta, mi mamá no quería que yo fuera músico… había un piano en mi casa, mi padre era dentista, gente pudiente, pero no no, no podía tocar este instrumento. Entonces aprendí a tocar entre Londres y Alemania. Luego desarrollé un estilo muy percusivo, donde también me equivoco mucho cuando toco, y eso le gusta a quienes me escuchan.

-¿Y qué es la equivocación para usted?

-Es lo mismo que un pecado, si tú tienes reglas y tú rompes esas reglas, estás cometiendo un pecado…el error existe sólo en base a una regla.

PAN(K) PURO NO SE LE NIEGA A NADIE

-¿Cómo trabaja con su poesía?

-Generalmente parto con el poema y a ese poema le agrego música… me fluye más, todas las palabras, todas las letras tienen como un ritmo; y toda la sintaxis y la prosodia tiene un ritmo, entonces me cuesta muy poco colocarles música… siempre parto por la letra…

-…como su ritmo interno…

-Una vez, Gonzalo Contreras me dijo que contaba historias que están entre las líneas, “…sembraste el camino de espinas, y ahora te quejas, te quejas…” bueno, yo también fui redactor publicitario, entonces me especialicé: la lavasa… (risas) después dejé esa porquería.

-¿De dónde viene?

-De una familia decente (risas)…bueno comencé con la especialización de detergentes, jabón lux, etc. Trabajé vendiendo harinas en el asunto publicitario, hice: “Usted y selecta la pareja perfecta”.

-¿Por qué “Álvaro de Valparaíso”? ¿De dónde viene el sentimiento?

-Esto fue porque yo nací en Valparaíso; la camada mía fue toda la maternidad, ahí en el hospital Deformes, que es donde ahora está construido el Congreso. Los que no nacimos en la casa, nacimos ahí. Después, mis primeros años los pasé en la avenida Francia, y bueno, una vez escuché a un italiano, Vittorio Carosone, diciendo: “¡Canta árbole!… jaja”. Entonces yo dije ¡Chucha!, por qué este huevón dijo eso… y dije: Ál-va-ro de Val-pa-ra-í-so… sí, suena bonito; lo más curioso de todo es que los alemanes se han sentido identificados con esta canción… no sé bien por qué…

Quizás porque pensé que nunca iba a volver a Chile, y en 1985 la cambié, le agregué “y nunca me verás morir”, dije: Aquí se acaba la posibilidad de volver. En esos años incluso yo tenía un hijo acá en Chile, y en 1989 vine por primera vez y lo conocí, tenía 17 años. No pude venir antes porque no tenía documentos de viaje. Ahora mi hijo vive en Madrid, y es un profesor de cine muy destacado, le ha ido bomba…

-¿Y quisiera tener más familia?

-Yo quisiera tener nietos, pero… (risas). También hay hombres que no les gusta ser abuelos, pero a mí sí me gustaría.

-¿Y cómo ve el puerto en esta visita?

-El puerto está cada vez más vacío…

Lo que pasa es que yo viví toda la nueva ola de Valparaíso, la edad de oro de esta ciudad. Los sitios en el muelle estaban llenos, un barco seguía al otro, qué se yo…y ahora, está todo vacío, o hay contenedores, lo que no permite al barco estar más de cinco horas.

-¿Dónde se siente en casa?

-Yo me siento en casa en mis lágrimas, porque lloro todos los días.

-¿Anarquista aún?

-Si hay un señor comiéndose un bistec al lado mío, que siga comiendo, yo no lo voy a convencer de nada… Ahora, si se mete en mi rollo, yo he comido hasta bistec de ballena. No creo que sea anarco, ahora no se po, ve tú el show (risas).

www.don-alvaro.net

RECUADRO

“En Konstanz se están haciendo los inventos solares más importantes del mundo: Hay una firma que está realizando células solares cada vez más pequeñas para realizar fotosíntesis en las casas; todo esto con un apoyo del gobierno que te paga 25 mil euros y un préstamo suave; luego los excesos que tienes de electricidad una vez instalado este asunto, lo puedes vender a la central eléctrica de todo el país; o sea amortizando la deuda que tú tienes. En este momento los alemanes están en la cúspide de la energía sustentable… la gente joven está haciendo cosas increíbles en asuntos de medioambiente.”



Por Pía Sommer Catalán

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