martes, enero 11, 2011

Maria Elena Walsh

RETRATO. MARIA ELENA WALSH, SEGUN LA MIRADA Y EL TALENTO DE SU COMPAÑERA, SARA FACIO. SOBRE SU FOTOGRAFIA, INTERVINO LA IMAGEN CON PINTURA.



Ha Fallecido María Elena Walsh, creadora argentina que ha tenido una fuerte influencia dentro del cancionero hispanoamericano, incluyendo por supuesto a Chile.
Les dejo con dos notas, uno publicada por Cancioneros.com en donde se hace mención a la influencia que tuvieron sus producciones junto con Leda Valladares dentro de la primera etapa de Víctor Jara y Quilapayún.
Y otra nota del Clarín de Argentina, en donde se extrae el relato de María Elena Walsh cuando conoció a Violeta Parra en Francia.

Fallece María Elena Walsh
Cancioneros.com

La compositora y escritora argentina María Elena Walsh, una de las voces más reconocidas del folklore, la canción de autor, la música para niños y la literatura infantil latinoamericana, falleció hoy a los 80 años en Buenos Aires tras una larga enfermedad.
10/01/2011 REDACCIÓN



María Elena Walsh falleció "luego de una prolongada internación y como epílogo de padecimientos crónicos que la aquejaban", según el informe médico emitido por el sanatorio de la Trinidad del barrio porteño de Palermo donde se encontraba internada. En 1981 le fue diagnosticado un cáncer óseo.

Los restos de la trovadora y escritora argentina serán velados en la tarde de este lunes en la sede de Sadaic y serán inhumados en la mañana de este martes en el Panteón que la sociedad posee en el Cementerio de la Chacarita, ubicado en Buenos Aires (capital).

Nacida en Buenos Aires en 1930, hija de un ferroviario de padres ingleses y de una argentina descendiente de andaluces, publicó su primer poema a los 15 años y su primer libro, Otoño Imperdonable, con 17.

Con esta primera obra logró muy buenas críticas y el segundo premio Municipal de Poesía, reconocimiento que le impulsó a comenzar a escribir ensayos y a introducirse en círculos literarios y universitarios.

Tras viajar a Estados Unidos con el poeta español Juan Ramón Jiménez, regresó a Argentina y publicó en 1951 su segundo libro, Baladas con Ángel.

Poco después, y debido a la difícil situación del país, Walsh se exilió en París con su compatriota Leda Valladares, con quien integró el dúo "Leda y María".

Juntas recorrieron diferentes lugares como intérpretes de música folclórica, recibieron varios premios y cosecharon un considerable éxito que les llevó a grabar varios discos que se han convertido en clásicos del folclore del noroeste argentino que influenciaron notablemente los primeros discos de Víctor Jara o Quilapayún, entre otros.

A partir de 1963 empezó a grabar en solitario composiciones propias que han dado la vuelta al mundo como por ejemplo Como la cigarra, Serenata para la tierra de uno, Endecha española o Vals del diccionario y que han sido interpretados por Mercedes Sosa, Joan Manuel Serrat, León Gieco o Rosa León entre muchos otros.

Durante sus cuatro años en la capital francesa, comenzó a escribir poemas y cuentos para niños, un trabajo que la convirtió en una reconocida figura de las letras infantiles en América Latina.

Entre las décadas de 1960 y 1970 publicó el grueso de su producción infantil, como Zoo Loco (1964), El reino del revés (1965), Dailan Kifki (1966), Cuentopos de Gulubú (1966) y Versos tradicionales para cebollitas (1967).

Más tarde llegarían El diablo inglés (1974), Chaucha y Palito (1975), Pocopán (1977), La nube traicionera (1989), Manuelita ¿Dónde vas? (1997) y Canciones para Mirar (2000).

Sus cuentos se convirtieron en clásicos de la literatura infantil argentina y sus personajes, como Manuelita la tortuga —llevada al cine en 1999 por el español radicado en Argentina Manuel García Ferré—, acompañaron la infancia de millones de niños latinoamericanos.

En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires. En 1991 fue galardonada con el Highly Commended del Premio Hans Christian Andersen de la IBBY (International Board on Books for Young People).

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Junto a Leda, un mal recuerdo para Violeta Parra

Clarin

Durante gran parte de los dos primeros gobiernos de Juan Domingo Perón, en la década del 50 y como tantos otros artistas, María Elena Walsh vivió fuera de la Argentina. Junto con la tucumana Leda Valladares se instalaron en París donde comenzaron a cantar a dúo, en un circuito de bares y cafés, temas del cancionero folklórico argentino.

En aquellos años también estaba en París, probando suerte y acechada por la pobreza, la cantautora chilena Violeta Parra. En alguna ocasión se encontraron las tres. Mucho tiempo después, María Elena Walsh evocó aquel contacto que aparece en el libro Las cuerdas vivas de América (Editorial Sudamericana, 2002). “Violeta era absolutamente intratable. Como la famosa higuera de Juana de Ibarbourou, ‘era áspera y fea’. Alguien nos habló de ella y vino una tarde a nuestro plácido cuarto del Hotel du Grand Balcon (ya nos habíamos mudado del ‘más barato’ y elegido éste porque recogía algunos rayos del mísero sol de París). Violeta entró, huraña, peleadora, mal prevenida, empuñó la guitarra como quien va a matar y cantó sus viejas melodías, chilenísima, profunda, sufrida, conmovedora hasta los tuétanos”, recordó. “Hubiéramos querido hablar -supongo-, ‘cambiar figuritas’, es decir canciones y comentarios, como hacíamos con otros payadores, pero fue imposible. Recibimos una serie de estocadas intempestivas, de las que sólo recuerdo el insulto ‘burguesas’. La Violeta, al menos ese día, era una pura cabra de monte coceadora, celosa, desconfiada. Creo que con el insulto no aludía tanto a nuestra extracción social, sino que rabiaba contra la racha de prosperidad que atravesábamos en medio de la paupérrima colonia hispanoamericana de París”

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