La Tercera
Para muchos de los artistas locales la tarifa es menor a la que suelen ganar. Con Manuel García y Banda Conmoción no se llegó a acuerdo.
por Daniela Lagos.
Cincuenta y nueve bandas serán las que, el 31 de marzo y 1 de abril de 2012, se subirán a alguno de los seis escenarios de la edición local del festival Lollapalooza en su segunda edición. De esos grupos, 27 -casi la mitad- serán chilenos, y aunque la mayoría actuará en los escenarios secundarios, algunos, como Camila Moreno, lo harán en uno de los centrales.
Es un evento que se anota cifras que impactan, como la que indica que la inversión total fue de cerca de US$ 10 millones y que se acordó un pago de más de US$ 1 millón para su show principal, Foo Fighters. Mientras, entre los grupos locales, Los Jaivas, que con una trayectoria que ya se acerca a los 50 años, será la banda más longeva de todo el festival y los que encabezan la lista de pagos.
El grupo, hoy liderado por Mario Mutis, recibiría un monto cercano a los $ 5 millones por su actuación, que será en uno de los escenarios centrales y en un horario avanzado. Al igual que ellos, en la primera edición del evento, los grupos chilenos de mayor arrastre -como Chico Trujillo y Los Bunkers- se embolsaron tarifas similares a las que suelen ganar en eventos de este tipo, donde no son ellos quienes organizan, sino que son convocados por un productor externo.
Esta situación no es igual para otros grupos, que, en pos de la visibilidad que -explican- les da un evento como este, están dispuestos a rebajar en algo lo que generalmente reciben. Es el caso de Electrodomésticos, que por tocar en el evento del Parque O'Higgins recibirá cerca de $ 500 mil, cuando sus contratos generalmente están más cerca del doble de ese monto. "Aceptamos porque es una buena vitrina, grande y distinta. Es una buena inversión en términos de imagen, sirve para mostrar lo que uno está haciendo a un público más amplio", comenta Carlos Cabezas, líder del grupo. En esta misma línea de remuneración hay otros artistas, como Alex Anwandter y Pedropiedra, mientras que en otro escalón de pago, que ronda los $ 300 mil, aparecen artistas emergentes, como Los Rockers y MC Billeta. "Hay otros elementos, además del pago, como entradas para el staff y condiciones técnicas de muy buen nivel garantizadas", comenta un cercano a una banda, punto que es reafirmado por Maximiliano del Río, director del festival. "Nosotros apostamos por sus shows completos y les damos todos los requerimientos que necesitan para que esto suceda. Es una oportunidad donde te puedes dar a conocer a mucho público distinto y hoy en día, con la cantidad de extranjeros que están viniendo, se transforma una puerta importante para el mercado latinoamericano", comenta.
Al igual que el líder de Electrodomésticos, hay otros músicos que estuvieron en la primera edición del evento y que coinciden con la idea de que lo que más llama la atención es la magnitud del festival. "Uno sabe que es un festival súper importante y que sirve de otras maneras, y los productores te recalcan eso. También saben que las bandas grandes extranjeras son las más importantes, porque con ellos venden las entradas", comenta Felipe Salas, baterista de Cómo Asesinar a Felipes.
"Hay veces que pagamos más, hay veces que lo mismo y veces que menos. Lo que rescatamos hoy en día es la puerta que estamos abriendo para todos nosotros en el mundo de la música", recalca Del Río.
Los que no
Pese a la visibilidad que ofrece Lollapalooza, de todas formas hubo artistas que consideraron que lo que se les ofrecía no era suficiente, como Manuel García. "No llegamos a acuerdo en la negociación, estábamos muy distanciados en los precios y se mantuvieron fijos en lo que ofrecían. De todas formas, quedamos en volver a conversar el próximo año", explica Carlos Fonseca, el mánager del músico. Los otros que no irán al festival, pese a que hubo conversaciones, será la Banda Conmoción, grupo que habla de "grandes diferencias en el concepto y la valoración de la música chilena" para explicar su ausencia en el evento. "Siempre vamos tras un montón de bandas y armar un line up con cerca de 60 bandas no es fácil. Logramos obtener algunas de las que deseamos y también perdemos algunas", dice Del Río, sin referirse específicamente a los casos de estos dos artistas.
Esta realidad, de pagos muy diferentes entre los shows principales y los independientes, no es exclusiva de Chile, ni tampoco de América Latina, sino que es una realidad que también se repite en los grandes festivales de Europa y Estados Unidos. Desde la organización del festival South by Southwest, por ejemplo, se ha dicho abiertamente que no costean los gastos de traslado ni hotel de ninguno de sus artistas, a pesar de que año a año reciben bandas de todo el mundo. En festivales como Coachella, mientras tanto, las bandas independientes se pelean por estar, por lo que no es necesario subir sus tarifas. Según reporta el diario L.A. Times, incluso hay grupos que gastan más de lo que ganan en llegar a este evento, pero lo hacen de todas formas.
Entradas en preventa
Por el momento, sólo se pueden comprar pases para los dos días de festival, por $ 60 mil, en Puntoticket. Es un número limitado de tickets, y cuando se agoten, el precio subirá a $ 75 mil. Cuando se anuncien las bandas que actuarán cada día, se pondrá adquirir tickets para una jornada.
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