El Mercurio
En el Teatro Municipal de Santiago se desarrolla el III Encuentro de Ópera Latinoamérica. El debate está encendido.
Maureen Lennon Zaninovic
"Ayer, en la función de 'Aida', me imaginaba todo el tiempo qué podría hacer con ella", declaró Marcelo Lombardero, régisseur y director del Teatro Argentino de La Plata, famoso por sus apuestas poco convencionales. Hizo su última "locura" en Chile en junio, con una versión pop de "Ariadna en Naxos", de Richard Strauss.
Lombardero, quien está participando en el III Encuentro de Ópera Latinoamérica que finaliza hoy en el Teatro Municipal de Santiago, protagonizó ayer con el diseñador teatral chileno Ramón López la ponencia "Modernidad versus tradición en la ópera".
"Para mí, el género lírico no es arqueología. Cuando creo una puesta en escena o cuando programo un título, no pienso en el público melómano. Para capturar a una audiencia que no viene a los teatros tengo que hablarle con el lenguaje de hoy", dijo. Y afirmó: "El grueso de la programación en nuestros países es decimonónica, abarca desde 1850 a 1920. Hay un temor ante los títulos que el público no conoce".
Citó como ejemplo a seguir el Teatro Sodre, de Uruguay, que eligió como la primera ópera que montaría en su historia a "Eugenio Oneguin", de Tchaikovsky. "Es un título del siglo XIX que no se programa con frecuencia. En Montevideo se dio con una propuesta muy moderna y novedosa y todas las funciones estuvieron repletas. Un éxito".
Gloria Zea de Botero, directora general de la Ópera de Colombia, concuerda, pero con matices: "Estoy a favor de la modernidad, pero sin caer en el absurdo. Nosotros estamos haciendo en Bogotá un 'Don Pasquale' ambientado en Nueva York en 1920, totalmente Art Déco . Carlos Alberto González, un coleccionista fabuloso de este período, nos prestó todo para la puesta en escena: muebles, pinturas y objetos. Creemos que es una interpretación válida que no cambia la esencia de la ópera".
Descuentos e itinerancias
También se abordó el tema de las estrategias para captar nuevos públicos. Lombardero comentó que en el Argentino de La Plata implantaron un plan juvenil: "Tenemos un sistema de descuento en las entradas de un 90% para menores de 25 años (para 200 localidades). Y nos acaba de pasar algo muy emocionante con nuestra última producción de 'Tristán e Isolda', de Wagner. Hubo una cola de 500 chicos ansiosos por ver la ópera. Finalmente, los dejamos entrar a todos para que la vieran parados. Se quedaron las cinco horas que duró el espectáculo".
Gerardo Grieco, director general del Teatro Solís de Montevideo, habló de su exitoso programa "Un pueblo al Solís": cada semana este teatro público recibe a personas de alguna localidad de menos de cinco mil habitantes. "Les ofrecemos visitas guiadas, conciertos comentados, óperas para niños y adultos. También contamos con espectáculos especiales para sordos y ciegos. Tratamos de llegar al 100% de la población", afirma.
Andrés Rodríguez, director del Teatro Municipal de Santiago, también se refirió a la captación de nuevos públicos: "Gracias al Consejo de la Cultura, hemos montado obras en plazas, parques y zonas aisladas, y ahora estamos trabajando para llevar el Municipal al norte de Chile".
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