sábado, octubre 06, 2012

Llega al país una figura clave de nuestra música

El Mercurio


Gabriel Brncic es el compositor chileno con mayor peso en Europa, donde vive hace 38 años. Ahora vuelve a su patria por unas semanas, como invitado estelar del Festival Ai Maako.

Romina de la Sotta Donoso

La resonancia del compositor chileno Gabriel Brncic (1942) se extiende a toda Europa, tras una trayectoria de medio siglo y al impulso que le dio a la electroacústica a través de su trabajo, desde 1974, en el Laboratorio Phonos de Barcelona. Para muchos, es el premio nacional de música pendiente.

Su catálogo supera las 200 obras. La mayoría son creaciones mixtas, algunas son instrumentales y otras, acusmáticas. Veinte de sus obras serán interpretadas en la próxima edición del Festival Ai Maako. Se programó, por ejemplo, la emblemática "Chile fértil provincia", con la cual ganó el Festival de Bourges en 1985, y habrá dos estrenos absolutos: "La casa del viento VII" y "Sacrificio". Esta última, in memoriam Renato Parada. "Murió hace poco, era una persona excepcional, arquitecto, poeta, violinista y violista. Tocamos juntos en un cuarteto de cuerdas cuando jóvenes", rememora.

Porque además de estudiar composición con Gustavo Becerra-Schmidt en el Conservatorio Nacional, Brncic también aprendió violín, viola y oboe, y fue oboísta de las orquestas de La Serena, de Concepción y Sinfónica de Chile.

"Esa experiencia fue muy importante: se mezcló lo que yo ya había oído y el oír la música desde cerca, lo que abrió una ventana hacia la espacialidad", dice.

"Sé que hay mucha gente que separa tajantemente, incluso en su experiencia sensorial, el sonido de la síntesis electrónica y el de los instrumentos, pero yo jamás he visto esa discontinuidad", señala. Para él, la música instrumental y la electrónica no son antagónicas, sino que se complementan. De la primera provienen el contrapunto y la armonía; la segunda aporta un nuevo espectro tímbrico, la articulación y la espacialidad.

-Después de casi 40 años en Barcelona, ¿se sigue sintiendo chileno?
"Claro que sí. En el exilio tienes que reinventar quién eres y la relación con tu país, porque no tienes nada. Entonces te haces un folclor propio con tus recuerdos". Se refiere a "Tonada larga", "Cueca para la exaltación de Jorge Peña Hen" y "Trío a la memoria de Alberto Ginastera".
Algo- rítmica

Brncic nunca se sintió de vanguardia: "La música del futuro sí era un tema para mi generación, pero no partía de la idea wagneriana (ríe). Además, yo tenía un apego muy grande a las tradiciones de la música clásica y del folclor. Para mí, lo más importante fue conocer a Varèse".

Estaba en segundo medio en el Liceo Manuel de Salas cuando el profesor de música los hizo escuchar "Ionisation". "A todos nos gustó muchísimo. Además, en el coro del colegio estrenamos una obra de José Vicente Asuar, y él fue a los ensayos. También conocí a Juan Amenábar, quien había compuesto con poemas de mi padre. Así que esto de la música más rara, o moderna, se dio con naturalidad".

"Desde bien joven había estado pensando en aplicar otro mundo de ideas a los sonidos y a la música", recuerda. Estudiando ingeniería, descubrió procedimientos matemáticos que quiso vincular a la música. "Y eso es lo que he venido haciendo después", asume.

Por eso se fue en 1965 a estudiar con Ginastera, Kröpfl y Gandini en el Instituto Di Tella de Buenos Aires, donde dos años después asumió como profesor de música electrónica.

A través de su largo e influyente trabajo matemático en la música, creó su propio software , "Ronde Bosse", con el que compuso tres obras que se escucharán en Ai Maako: "La casa de viento", el Concierto para clarinete bajo, y "Clarinen-tres".

"Esta corriente subterránea se ha arrastrado durante toda la historia de la música, pues ésta tiene, por definición, algoritmos de desarrollo. Bach es un gran ejemplo", aclara. "En el fondo, la música sigue siendo lo que el hombre siempre depositó en ella: texto, melodía, ritmo, pulsaciones, sintaxis, polifonía, timbres...".
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EN TRES CIUDADES

En doce años, la Comunidad Electroacústica de Chile (CECh) ha posicionado a Ai Maako como el festival electroacústico más importante de Latinoamérica. Han tenido 45 invitados internacionales y han presentado 869 obras en 130 conciertos.

Esta vez ofrecerán dos conciertos gratuitos diarios, en tres sedes: el Teatro Condell de Valparaíso (hoy y mañana); el GAM (desde el 12 al 14), y el Teatro Cochrane de Valdivia (18 al 20), además de decenas de conferencias (www-aimaako.cl)

Entre los invitados están Ake Parmerud (Suecia), Denis Dufour (Francia) y el chileno radicado en Alemania Daniel Osorio. Además, se definirá la tercera versión del Premio Gustavo Becerra-Schmidt, en coproducción con la SCD.

"Desde 2007 hemos tenido financiamiento del Fondo de la Música. Pero no volveremos a postular porque ahora están exigiendo el 25% de cofinanciamiento en dinero; ya no se valorizan los aportes de terceros ni los propios. Se está tratando de imponer un modelo de gestión propio de la industria del entretenimiento, que no funciona en todas las músicas", dice Federico Schumacher, productor del festival.

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