domingo, enero 29, 2017

Los jóvenes conquistan su terreno en el GAM

El Mercurio

Al año, aproximadamente 14 mil artistas se reúnen espontáneamente en los patios del centro cultural a bailar, hablar de libros, actuar y dibujar. Atrapan millones de miradas y dotan de vida al edificio, pero casi nunca cruzan sus puertas como espectadores. Aquí esbozan el porqué.  

Daniela Silva Astorga 

Parten disparando las cámaras de sus celulares, se instalan a mirar y, si son más curiosos, hasta preguntan. Termina la tarde de un miércoles, con más de 36 °C, y prácticamente todos los turistas que entran al GAM se sorprenden al ver a unos cien jóvenes artistas ensayando, al mismo tiempo, en la explanada nororiente. Tanto en ese como en los otros patios, se cultivan los más diversos estilos. Hay capoeira, bailes latinos y K-pop coreano, además de todas las ramas del hip-hop: break dance, popping, locking, house.

Esta tarde, sus cultores se reúnen allí de manera espontánea, tal como lo vienen haciendo, junto con actores, literatos, circenses y músicos, desde que el centro cultural abrió en 2010. Y son bastantes. Se estima que, al mes, más de 1.200 jóvenes crean y ensayan ahí, y a ellos se suman otros artistas que van, pero que, al no integrar conjuntos estables, quedan fuera del conteo.

El hip-hop suena fuerte. Las canciones se cruzan entre ellas y con los ruidos de las obras de construcción de la segunda etapa del centro cultural. Los músculos se contraen, hay coreografías afinadas, piruetas, risas, correcciones. Y entre todo eso, están los Black Beast, una de las agrupaciones más fieles al GAM. "Venimos desde hace tres años", comenta Nicole Chacón (20). Ella es uno de los 24 bailarines de este grupo especializado en street dance, que fundó Sandro Álvarez. Ya son campeones nacionales, han concursado en Las Vegas (EE.UU.) y se dedican profesionalmente a la danza.

¿Por qué practican en el GAM? "Es que es gratis y central -suma Chacón-, nosotros venimos desde Maipú, La Cisterna, Puente Alto, de todos los lugares imaginables. Aquí nos acogen y nosotros sabemos que hay que cuidar este espacio". Así ha sido en los seis años de historia del centro cultural, institución que igualmente valora la presencia de los jóvenes. Así lo afirma su director, Felipe Mella: "Estas comunidades cumplen un rol importante. Aquí, además de bailes urbanos, se organizan clubes de lectura, vienen a ensayar los actores, también hay encuentros de swing. Todos son acogidos. Nos interesa mucho que estén acá, los respetamos y queremos fidelizarlos".

ARTE PUERTAS AFUERA

No obstante, los jóvenes consideran que en el último tiempo han perdido espacios en el edificio. Al menos, desde que la cafetería y el restaurante reabrieron -disponiendo mesas afuera, en los espacios comunes-, los bailarines perdieron metros de ventanales que usaban como espejos. Por eso, hay una concentración de artistas en el patio nororiente, que colinda con la construcción.

¿Alguna vez entran al GAM a ver danza o teatro? "No, nunca", contesta Danko Valenzuela (16), también bailarín de los Black Beast. Y durante la tarde, al menos siete de diez jóvenes responden lo mismo. Eso sí, dan distintas razones: porque lo encuentran caro, porque no se enteran del programa o porque no les atrae.

La excepción es Emilia Hidalgo (13). Si bien pasa algunas tardes de verano ensayando danza en el GAM, ella es estudiante de música en la U. de Chile. "Por eso, vengo a todos los conciertos que puedo, de músicos de la Sinfónica y de la Filarmónica, o de las Orquestas Juveniles e Infantiles. Sin embargo, la realidad para la mayoría de los que baila acá afuera es que adentro están los hipsters , los de la volada literaria, y acá, puertas afuera, los otros artistas. Hay un muro. Ojalá existiera mayor cercanía y contacto, junto con precios más baratos para nosotros". Y en la misma línea se sitúa Diego Reyes (21), un bailarín profesional que practica hace un año en el edificio. Si bien cruza sus puertas para ver algunas exhibiciones y montajes de danza, él también aspira a que "exista mayor relación entre nosotros y la institución, que se entrelace el mundo corporativo y el de afuera. Es que nosotros le ayudamos al GAM; atraemos a bastante gente, principalmente turistas".

Pero hasta ahora, el centro cultural no ha ejecutado iniciativas para relacionarse con estos potenciales espectadores. Y al ser consultado sobre eso, Mella comenta que la Unidad de Públicos -formada en 2013- está haciendo estudios para luego diseñar estrategias de vinculación. Medidas que logren conquistar a los jóvenes para que ingresen al edificio como espectadores de obras de danza contemporánea o teatro, conciertos y exposiciones de arte.

El director agrega que les ha costado establecer contacto permanente con los líderes de las agrupaciones artísticas que ensayan en los patios. Pero sí tienen con algunas. De hecho, en el lanzamiento de la programación 2017, un conjunto de street dance bailó en el teatro del GAM. "Sin duda, nos gustaría vincularnos, quizás ofrecerles talleres o apoyarlos en su trabajo creativo. Por ejemplo, he pensado que cuando inauguremos la segunda etapa y la gran sala con 2.000 butacas, ellos podrían participar en la ceremonia de apertura", concluye el director.

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