La Tercera
Ocho horas frente al piano desde que tenía 10 años convirtieron a Szymon Nehring, hoy de 21, en uno de los pianistas polacos más premiados en su país.
“Fue mi padre quien me inculcó el gusto y amor por la música. En la casa en la que crecí, en Cracovia, casi solo se oía jazz y música clásica, y él mismo también tocaba piano cuando era joven, así que supongo que él despertó en mí esta curiosidad”, cuenta abordo de una camioneta rumbo a Frutillar, donde esta noche tendrá su primera y única presentación en Chile, para la versión número 49 de las Semanas Musicales.
Ya a los cinco años sabía tocar, pero no fue sino hasta que cumplió 10, cuando ganó su primer concurso -el Steinway Klavierspiel Wettbewerb, en Hamburgo, Alemania-, que su nombre comenzó a resonar no solo en Polonia sino en buena parte de Europa. A la fecha ha recibido 16 distinciones y grabado tres discos, y ha conseguido tocar junto a las orquestas sinfónicas de Jelenia Gora, San Petersburgo, Tallin y Calgary. En 2015, en tanto, fue el único polaco en llegar a la final del prestigioso Concurso Internacional de Piano de Chopin, en Varsovia.
Hoy, pasadas las ocho de la noche, saldrá por primera al escenario del Teatro del Lago, solo y acompañado nada más que por su piano, a interpretar, según dice, a sus favoritos de siempre: abrirá la velada con Sonatas en La mayor y Mi bemol mayor, del compositor italiano Doménico Scarlatti, para continuar con Sonata en Fa mayor K.280, de Mozart, y las Variaciones en Si bemol menor Op. 3 (1904) de Szymanowski. Tras el intermedio, entonará la Sonata en Si bemol menor Op. 35 de Chopin y, al cierre, Estudios Op. 39, números 3, 7 y 9, de Rachmaninov.
“Pienso que gracias a grandes nombres de la música clásica de mi país, como Chopin o Szpilman, se levantó una suerte de tradición pianista y musical en varias generaciones, pero en la mía en particular se ha ido perdiendo”, opina. “No es fácil seducir a otros jóvenes como yo a seguir una carrera en la música, así como tampoco no es nada fácil ser un pianista joven y disciplinado en la era de las redes sociales, aun cuando yo mismo uso Facebook para difundir mi trabajo y darme a conocer. A la larga, otro uso no sería más que una distracción para mí”, añade.
Amante del jazz, en especial de Charlie Parker y Miles Davis, Szymon Nehring cuenta que hace un par de años comenzó a componer sus propias piezas. “No soy de los músicos que solo repiten. Me gusta crear, pero aún no me siento preparado para mostrarme como compositor. Intento, además, derribar mis propios prejuicios, que son los mismos bajo los que me eduqué en la música: uno de ellos, por ejemplo, sería dejar de separar otros ritmos de lo clásico. Algún día me gustaría componer una pieza de jazz que no solo sea considerada como tal sino como algo más, y que llegue a estudiarse en el futuro. Pero ya habrá tiempo de hacerlo”, concluye.
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