El bajo barítono protagoniza "La cambiale di matrimonio", de Rossini, en el Teatro de los Campos Elíseos. "Quiero enfocarme en el repertorio bufo, que es lo que más éxitos me ha dado", confiesa desde París.
Romina de la Sotta Donoso
"He tenido la suerte de hacer muchos roles bufos de Rossini, y estoy muy contento. No son para nada sencillos; son vocalmente desgastantes y además cansadores, porque tienen mucho movimiento. Pero me quedan muy bien en la voz y en la parte actoral. Rossini ha sido fundamental en mi carrera", asegura el bajo barítono Sergio Gallardo (1975), desde París.
El cantante chileno protagonizará este domingo "La cambiale di matrimonio", de Rossini, en el Théâtre des Champs-Élysées.
"Acá se presentan semanalmente las más grandes agrupaciones musicales del mundo. Un día está la Sinfónica de Londres, al otro hay un recital de Jonas Kaufmann, y después Rolando Villazón hace una ópera de Monteverdi. Es una cosa espectacular, y poder cantar en el mismo teatro es realmente maravilloso", asegura.
Este domingo será la tercera vez que actúe en el Teatro de los Campos Elíseos, y encarnará a Tobia Mill. "Es un empresario dispuesto a cualquier cosa con tal de hacer un buen negocio, aunque sea a costa de su propia hija. Pero no es un villano tradicional. Aunque puede parecer malvado, es simpático y, sobre todo, cómico. Es como Don Bartolo o Magnifico, esos personajes de las óperas bufas de Rossini que siempre terminan perdiendo y que la gente les toma cariño", comenta.
Esta misma producción de "La cambiale di matrimonio" acaba de presentarse en el Teatro Raymond Devos, de Tourcoing -en el límite con Bélgica-, con Gallardo como protagonista, y cuenta con una innovadora régie de Laurent Serrano. "Acá las puestas en escena son más modernas. Tobia Mill anda con buzo, e incluso me toca bailar un poco de salsa y merengue. Además, bailo cantando un aria, así que es más complicado", cuenta.
"El mayor desafío de la ópera bufa es cómo hacer reír a la gente con una historia que todo el público conoce; hay que hacer un gran trabajo en lo actoral y buscar nuevas cosas que causen risa, sin caer en lo grotesco", aclara.
Éxito bufo
En el montaje participa también La Grande Écurie et la Chambre du Roy, ensamble de instrumentos históricos con cien discos y 51 años de trayectoria, y la dirección musical es de Jean-Claude Malgoire. "Es la tercera vez que trabajo con ellos. Para mí, que estoy acostumbrado a cantar con orquestas grandes, como la Filarmónica, es muy atractivo trabajar con instrumentos de época, cuya sonoridad es muy distinta. Aparecen otros colores, y uno tiene que complementar vocalmente otras cosas", apunta.
Sergio Gallardo ya trabajó con Malgoire en dos títulos rossinianos. En 2016 fue un aplaudido Mustafá en "La italiana en Argel". Y cuando fue Don Bartolo en "El barbero de Sevilla", en 2014, Operaphile destacó que "tiene todas las cualidades que un cantante rossiniano necesita: virtuosismo, legato y una bella línea de canto".
Fue justamente como Don Bartolo que debutó en Europa, en el Teatro del Capitolio, de Toulouse, en 2011: "Ese es el rol al que le tengo más cariño. Es uno de los primeros roles rossinianos que hice en el Municipal de Santiago, y ahora ya debo haberlo cantado más de 70 veces".
Y si el año pasado actuó en producciones en Rancagua, Concepción y Temuco, además de tres en Santiago, este año tiene tres compromisos en el Municipal de Santiago. En junio será Don Bartolo en "Las Bodas de Fígaro", de Mozart, y en octubre actuará en "Lady Macbeth del distrito de Mtsensk", de Shostakovich.
Además, debutará como Magnifico en "La Cenerentola", de Rossini, en agosto. "Todos los bajos bufos soñamos con cantar este rol, por su complejidad. Reúne todo: los trabalenguas, la musicalidad y la actuación", asegura.
"Quiero enfocarme en el repertorio bufo, que es lo que más éxitos me ha dado. En Europa solo me llaman para estos roles", cierra.
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