El Mercurio
Llega a los cines el documental "Rosita, la favorita del Tercer Reich". El filme, que hasta ahora solo se había exhibido en festivales, cuenta la historia de una de las cantantes más queridas del régimen. Habla de su éxito en Alemania, pero también de su expulsión del país, tras cantar a favor de refugiados judíos.
Camila Ortiz Miranda
No fue sino hasta la llegada y masificación de internet que Pablo Berthelon supo que era cierto. A través de recortes de prensa, películas y grabaciones de audio y video, comprobó esa fantástica historia familiar que decía que su fallecida tía abuela Rosita había sido una reconocida cantante en la Alemania nazi -admirada por grandes figuras del gobierno, tales como Goering, Goebbels y el mismo Hitler-, y que Pablo nunca había sabido si creer del todo.
Y es que era una historia increíble: Rosita Serrano, o Esther Aldunate del Campo (como se llamaba en realidad) pasó los últimos años de su vida pobre y olvidada, viviendo en casas de amigos y familiares, muy lejos de la fama y gloria que experimentó en Alemania, donde era conocida como el "ruiseñor chileno" por su privilegiada voz.
A Europa llegó en 1936, siguiendo a su madre, tras un breve y fallido matrimonio. Mientras buscaba maneras de ganarse la vida, decidió que el canto podía ser su sustento, por lo que se paró afuera de una radio hasta que le dieron la oportunidad de presentarse. Al poco tiempo consiguió actuar en el mítico Winter Garden, uno de los escenarios más importantes de Alemania, y de ahí en adelante su carrera fue en rápido ascenso, gracias a su particular estilo que combinaba tonos agudos, silbidos, golpes a la guitarra y la mezcla de distintos ritmos e idiomas.
Sorprendido ante el gran éxito que ella alcanzó, Berthelon se puso a investigar en serio para la realización de un documental que la rescatara del olvido. El resultado fue "Rosita, la favorita del Tercer Reich", en el que aborda distintos aspectos de su vida, tales como su fama en Alemania, su expulsión del país tras cantar a favor de los refugiados judíos en Suecia (razón por la que perdió todas sus posesiones y ahorros), su matrimonio con un millonario egipcio y su posterior traslado a Alejandría (desde donde también tuvo que arrancar tras la caída del rey Faruk), hasta su decadencia artística y el regreso a Chile, entre otros increíbles episodios.
"Nunca dimensioné realmente el alcance que tuvo mi tía. Recién tras una primera investigación pude percatarme de que su vida era todavía más fascinante de lo que yo pensaba, con todos estos episodios de huidas, éxitos y viajes que complementaban una historia que de por sí es impresionante", explica Berthelon.
Su relación con el régimen nazi es una de las aristas donde más se detiene el documental. "Yo me sentí con el deber de ser lo más objetivo posible, ya que al ser pariente de Rosita podía parecer que estaba haciendo un homenaje a su figura, que no era mi objetivo. En la película aparecen las dos caras de la moneda, esa parte de Rosita que disfrutaba de la atención y los regalos de los militares, pero también su lado más activista. Su figura siempre estuvo rodeada del estigma de ser nazi, pero nunca se dijo que cantó a favor de los judíos o que plantaron un árbol en su honor en Yad Vashem, que es uno de los monumentos más grandes de Israel. Por mucho tiempo se ocultó la otra parte de la historia, de forma muy injusta", señala Berthelon.
EN LA PANTALLA GRANDE
"Rosita, la favorita del Tercer Reich" se presenta en el Centro Arte Alameda y el Normandie. Pronto estará en la Cineteca Nacional.
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