El ex Beatle, como acostumbra, interpretó un arsenal de éxitos acumulados en toda su vida musical. Fueron 37 en total, incluida la vuelta de mano a Jagger y compañía. Con la voz de "Rockin' in the free world" entregó el gran momento para atesorar del Desert Trip.
José Vásquez desde California
De fondo, gigante, el símbolo de la paz. Sobre el escenario Paul McCartney dirigiendo la orquesta acompañado de Neil Young, y, frente a ellos, una multitud que se levantó de sus asientos para seguir, en trance y con los brazos arriba, el icónico tema de John Lennon, "Give peace a chance". La comunión fue total.
El ex Beatle, figura de la noche del sábado, fue el encargado de revelar varias de las postales que se atesorarán de esta cumbre de leyendas de la música. Porque si bien la alineación del equipo del Desert Trip está integrada por los que mejor se desempeñan en sus puestos, lograr ser el jugador del partido implica algo más allá que solo cumplir aplicados con la tarea en la cancha.
La jornada del sábado fue, en ese sentido, más magnífica aún que la anterior. Primero, Neil Young removiendo conciencias y jugando a encarnar y proponer el espíritu a un evento, en rigor, fríamente amalgamado a seis actos individuales. Todo esto lo había comenzado a desestabilizar de alguna forma Bob Dylan el viernes, rompiendo sus propios esquemas con un show dedicado a su repertorio de los 60, y los Rolling Stones luego, haciéndole un guiño a su colega de Liverpool, tocando una canción de los Beatles. El sábado, todo este impulso por entregar para la posteridad un festival único se amplificó.
McCartney disfrutó la responsabilidad de cantar el enorme arsenal de éxitos que cosechó en menos de una década con Lennon, Harrison y Starr. Poder echar mano al catálogo más rico de la historia de la música popular es una tarea que asume como una generosa obligación. A sus 74 años, su simpatía sobre el escenario es intransable, y ahí, como si nada, dispara canciones como "A hard day's night", que este año rescató después de cinco décadas sin interpretarla en vivo o "In spite of all the danger", de la prehistoria de los Beatles, que presentó como la primera canción que grabó junto a Lennon cuando entonces se presentaban como The Quarrymen, antes de llegar a la década del sesenta.
Con el público ya a su completa disposición, de pronto anuncia el instante más memorable del Desert Trip hasta el momento y llama para compartir el escenario a Neil Young. Paul lo recibe con un cariñoso "hola bebé", para luego fundirse en un fraternal abrazo. El guerrero canadiense asume con propiedad el dúo y juntos se despachan una conmovedora versión de "A day in the life", ese clásico que cierra el "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band", que fue seguido inmediatamente por ese clamor de paz escrito por Lennon ("Give peace a chance"). La postal, imborrable, se extendió para regalar todavía una toma más, con otra canción juntos, la rockera "Why don't we do it in the road?" y timbrar así el pasaje más simbólico de una jornada a la que todavía le quedaban trucos al mágico Macca.
Luego del bis, cuando llevaba más de dos horas de show, el músico anunció que era tiempo de devolver la gentileza de sus compadres, los Stones, haciendo una canción de la época en la que se comenzaron a levantar los cimientos del grupo. Una sorpresa con un carácter particular, porque en rigor responde a un cover propio que presentó así: "Los Stones tocaron una canción nuestra y ahora nosotros vamos a hacer una de ellos: el primer éxito que tuvieron en Inglaterra, que escribimos con John", dijo, y se lanzó con los acordes de "I wanna be your man", tema que también registraron Los Beatles apenas unas semanas después, en 1963.
Noche redonda para el artista, que en poco más de dos horas y media de show -el set más largo del festival- y 37 canciones, se despidió iluminando el cielo con fuegos artificiales, amigos inseparables de las fiestas.
El muro de Waters
El sábado, Neil Young se despidió del escenario anticipando el show que anoche iba a montar Waters: "Roger va a construir un muro (en alusión a su obra 'The wall') y vamos a hacer grande a México otra vez", sentenció.
The Who y las canciones de una generación
La fuerza y la electricidad en el festival fueron de la mano de The Who. Los británicos pusieron a prueba sus monitores y se conectaron para golpear al máximo sus instrumentos, casi al punto de reventar el sonido. Pura testosterona rock con Pete Tonwshend dándole latigazos, con sus brazos como un remolino, a la guitarra y Roger Daltrey agitando el cable del micrófono como si tuviera una boleadora en las manos. Y así, como un vendaval, pasaron "I can't explain", "The seeker" y "Who are you" cuando la noche, con 30 grados de temperatura caía en Indio.
Townshend, amigo del micrófono, asumió el rol de contador de historias, recordando en detalle cada tema de la época del sesenta que presentaba, antes que Daltrey las transformara en canción con su voz. Temprano, también, llegó el éxito que podría englobar perfectamente este nostálgico viaje al desierto -que cerraba más tarde su primer fin de semana con Roger Waters-: "My generation" levantó automáticamente de sus asientos a una audiencia que se volvió a conectar con su juventud, respondiendo a un llamado y diciendo presente a la lista de la clase.
El cancionero de la noche
s "A hard day's night"
s "Jet"
s "Can't buy me love"
s "Letting go"
s "Day tripper"
s "Let me roll it"
s "I've got a feeling"
s "My valentine"
s "Nineteen hundred and eighty five"
s "Maybe I'm amazed"
s "We can work it out"
s "In spite of all the danger"
s "I've just seen a face"
s "Love me do"
s "And I love her"
s "Blackbird"
s "Here today"
s "Queenie eye"
s "Lady Madonna"
s "FourFiveSeconds"
s "Eleanor Rigby"
s "Being for the benefit of mr. Kite!"
s "A day in the Life/
Give peace a chance"
s "Why don't we do it in the road?"
s "Something"
s "Ob-La-Di, Ob-La-Da"
s "Band on the run"
s "Back in the U.S.S.R."
s "Let it be"
s "Live and let die"
s "Hey Jude"
s "I wanna be your man"
s "Helter skelter"
s "Golden slumbers/
Carry that weight/The end"
Las celebridades que asistieron al Desert Trip
El Empire Polo Club de Indio es un imán de celebridades. El lugar donde se levanta Coachella y ahora el Desert Trip es un puente musical directo para las figuras de Hollywood. Las poco más de dos horas de distancia con Los Angeles ayudan a que estos eventos se transformen en un desfile de famosos.
Si en el festival de corte juvenil que cada año se celebra en abril es común ver a personalidades como Katy Perry, Taylor Swift, Kendall Jenner y Paris Hilton, entre muchos otros, ahora en el de las leyendas del rock lo hicieron actores como la pareja compuesta por Catherine Zeta-Jones y Michael Douglas; Rob Lowe, de series como "Parks and recreation", y Katee Sackoff, de "Battlestar Galactica", además de la representante del mundo de la moda Cindy Crawford.
La actriz de "Chicago" contó emocionada a través de las redes sociales su satisfacción por ver cómo su hijo escuchaba por primera vez en vivo a los Rolling Stones y la ex modelo hizo lo propio, celebrando la reunión del sábado de Paul McCartney con Neil Young para la interpretación de "Give peace a chance", subiendo una foto del momento a Instagram. Lowe, por su parte, logró un aterrizaje con estilo, mostrando también en Instagram cómo llegó en helicóptero a la cita.
Del mundo latino, los músicos de Café Tacvba, Emanuel del Real y Joselo Rangel asistieron al festival, igual que el ex tenista chileno Fernando González, reconocido fanático del rock.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario