Finalizada su obra gruesa, se inicia la fase de terminaciones. La Presidenta Bachelet confirmó ayer que el nuevo teatro, que tiene un costo de $41.000 millones, estará en pleno funcionamiento el próximo año.
IÑIGO DÍAZ
Allí donde por 45 años existió un estacionamiento a nivel de calle, hoy irrumpe uno de los edificios más imponentes de la Alameda, por su volumen, su materialidad y su tecnología. Es la esquina de dicha arteria y la pequeña calle Namur, donde se construye el nuevo teatro del Centro Cultural Gabriela Mistral, el GAM, que tendrá 1.859 butacas.
Ayer en su cuenta pública, la Presidenta Bachelet habló de varios proyectos de infraestructura cultural en curso en todo el país, pero subrayó la fecha de entrada en funciones para la llamada segunda etapa del GAM. "A principios del próximo año", dijo la Mandataria. En sintonía con ese discurso están los equipos que hoy ultiman la fase de la obra gruesa en el edificio
.
Polivalencia espacial
"Se está hormigonando la parte más alta de la caja escénica, que equivale a un edificio de ocho pisos. El vacío es el de una verdadera basílica", dice Cristián Fernández Eyzaguirre, arquitecto de la obra, quien trabajó en el diseño con 30 arquitectos y otras 34 oficinas de especialidades. En paralelo se están realizando trabajos de terminaciones. "Ahora comenzaremos a ver resultados mucho más rápido: butacas, cristales, revestimientos. Estamos en los últimos 100 metros de la carrera", agrega.
"El compromiso es entregar el edificio en diciembre próximo, justo dos años después de que pusiéramos la primera piedra con la Presidenta. La salida del (río) Mapocho el año pasado afectó los plazos, pero nos hemos puesto al día en la recuperación de esos tiempos", dice Claudia Silva, directora nacional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, de donde proceden los $41.000 millones que cuesta el proyecto.
"En un momento se pensó convertir este teatro en un segundo Municipal, pero no tenía sentido competir. Mejor era tener un espacio para acoger una multiplicidad de espectáculos, que no podían llegar a Chile porque no había un espacio que los pudiera recibir", comenta Felipe Mella, director del GAM, enfatizando la versatilidad de su uso: "Es el enfoque del GAM. Aquí podremos tener un gran concierto de rock, como espectáculos de danza aérea o circo, o un concierto clásico", precisa.
El recinto cuenta con un sistema móvil de 684 butacas, que se conectan con la platea intermedia. Cuando estas se repliegan bajo el piso, la zona de la audiencia se convierte en una cancha libre de 900 m {+2} para espectáculos de pie. Las plateas fijas tienen 564 y 611 asientos, respectivamente.
Además, cuenta con una sala de ensayos de las mismas dimensiones que el escenario, lo que le permitirá mantener montajes en simultáneo, y un foso retráctil para una orquesta de más de cien músicos. "Se podrá escuchar allí una gran obra de Wagner", anticipa Fernández. Pero lo más importante, apunta el arquitecto, es su polivalencia espacial y acústica.
"Incorporamos el sistema inglés Constelation, que puede configurar la acústica de la sala. No se trata de amplificación sino del manejo de la reverberancia del sonido, de modo que se podrá escuchar tanto un concierto de órgano como si estuviéramos en una catedral, como un discurso perfectamente nítido", cierra Fernández.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario