Música isabelina y anónimos escoceses ofrecerá el virtuoso intérprete italiano el lunes 19 en Santiago y el 20 en Talca.
Romina de la Sotta Donoso
Massimo Marchese (1965, Savona) es uno de los laudistas italianos más relevantes del momento. Pero conoció ese instrumento de cuerda por casualidad.
De niño, durante unas vacaciones, vio un póster de un festival de música antigua y un curso de laúd. "Lo dictaba Jakob Lindberg, quien entonces era muy joven, pero ya era un artista con reconocimiento internacional. Fue amor a primera vista con el laúd y no nos separamos más", cuenta el músico italiano desde Alessandria, en el Piamonte.
Aunque Marchese estudió con Lindberg en el Royal College de Londres, no se considera su sucesor. Al menos no todavía: "Laudistas como Hopkinson Smith, Jakob Lindberg y Paul O' Dette no tienen igual. Mi rol ha sido divulgar en el mundo la música para laúd, siempre intentando salvaguardar la práctica interpretativa que estos grandes músicos nos han enseñado".
Además de dirigir el Festival Europeo de Música Antigua del Piemonte Oriental, Marchese ha publicado una veintena de discos, centrándose en figuras como Spinacino, Bossinensis, Joachim van den Hove y Robert de Visée. "Esas monografías simplemente hacían falta en el panorama discográfico", dice él.
En paralelo, este italiano tiene una intensa agenda de conciertos que ahora lo traerá a nuestro país, luego que su colega chileno Claudio Hernández lo convenciera de venir. "Estoy muy emocionado. Quiero conocer más del movimiento de la música antigua en Chile", asegura.
Sus recitales serán gratuitos: el 16 en la Iglesia Luterana de Concepción; el lunes 19 en la Fundación Cultural de Providencia (Nueva Providencia 1995) y el martes 20 en Talca. El programa se titula "The Golden Age", y su foco es el repertorio isabelino. La mayoría de las piezas provienen del primer manuscrito inglés para laúd, el "Matthew Holmes manuscripts" (1585-1595). "Allí se compilaron piezas de autores ingleses como John Dowland y Francis Cutting, además de muchísimos anónimos. Era un mix entre música popular y música de corte", dice.
"El laúd, en dúo con el canto, conoció en la Inglaterra isabelina una gran suerte. Aunque en Inglaterra el Renacimiento llegó con un cierto atraso respecto del maravilloso florecimiento italiano, igualmente produjo algunos frutos que están entre los más grandes. Me refiero al arte de John Dowland. Él personifica el espíritu inquieto del músico errante y del aventurero de la nueva era barroca", detalla.
En su recital dará cuenta de la "inmensa gama estilística" de Dowland. Tocará siete obras suyas, desde su famosísima Lachrimae - donde desarrolla el contrapunto con elementos imitativos, virtuosísticos y ornamentales- hasta la irónica "Semper Dowland Semper Dolens", y la vivaz gallarda "Earl of Essex".
Igualmente mostrará los distintos caracteres de la música isabelina. Por un lado estará la melancolía dolorosa de Dowland: "Un estado de lamentación perenne de origen amoroso, en la cual la ausencia o pérdida de la persona amada se convierte en una figura del alma, casi un precursor del wanderer schubertiano, el vagabundo romántico que busca constantemente una patria que no se encuentra".
Por el otro, estará el goce de la naturaleza, "el frescor primaveral" de obras como The Squirrel's Toy", de Francis Cutting, de quien también tocará la famosa adaptación de la canción tradicional "Greensleeves". Y se sumará al programa la pavana que Francis Pilkington escribió para el entierro de su padre, "Georg Pilkington's Funerall", así como la ultraconocida Gallarda de Anthony Holborne.
"Y para completar el ambiente 'nórdico' he sumado algunas melodías escocesas anónimas, profundamente distintas del repertorio inglés, y de carácter popular", cierra Marchese.
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