El director italiano Attilio Cremonesi y la contrabajista María Teresa Molina profundizan en esta aproximación más camerística de la ópera de Mozart, que se presenta en el Municipal.
Maureen Lennon Zaninovic
Por estos días, la crítica especializada ha coincidido en que la Orquesta Filarmónica de Santiago, bajo la dirección del músico italiano Attilio Cremonesi, está ofreciendo una versión de "Las bodas de Fígaro", de Mozart, con un fuerte acento camerístico y barroco. También ha puesto el énfasis en la velocidad musical de esta producción.
Cremonesi ya había adelantado a este diario -hace unas semanas y antes del estreno en el Municipal de Santiago- su hoja de ruta: "Es un viaje lleno de emociones muy rápidas. Acá hay andante , andante molt o , larghetto , presto ... Ni la orquesta ni los solistas se pueden relajar. Mozart no da tregua".
El director italiano profundiza su lectura y para ello entrega antecedentes históricos. A su juicio, cuando el creador de Salzburgo estuvo en Francia y estrenó su Sinfonía N° 31 "París", "existen textos de la época donde los críticos señalaban que él escribió tiempos tan rápidos, que era difícil para los músicos poder seguirlo. Yo no estoy afirmando que hay que tocar con ese tipo de rapidez, pero claramente hay una visión mucho más lírica y romántica de Mozart, que he intentado rescatar y que aún ha sido muy poco difundida".
El músico italiano comenta que, desafortunadamente, no contamos con grabaciones de época, "pero sí hay muchos libros y estudios que nos revelan el tipo de cantantes y énfasis musicales que se empleaban en esos años. 'Las bodas de Fígaro' es música de cámara y está llena de detalles. En Santiago me preocupé, como en otras versiones, de ofrecer una sonoridad cercana a la época del compositor y para eso opté por una reducción de la orquesta".
María Teresa Molina, crontrabajista de la Filarmónica de Santiago, complementa que "la versión de Attilio Cremonesi es distinta y altamente compleja para los intérpretes. Él optó por una orquesta reducida (en escena está un poco menos de la mitad de la sección de cuerdas) y nos ha pedido a todos indicaciones muy especiales como, por ejemplo, tocar sin vibrato. Eso ha sido inusual para nosotros, pero sentimos que el resultado final es tremendamente satisfactorio".
Molina puntualiza que antes de iniciar los ensayos recibieron las partituras, "ya trabajadas y de manera muy personalizada, con anotaciones y articulaciones escritas por el propio director italiano. Con ese gesto ganamos un tiempo muy valioso".
Las funciones de "Las bodas de Fígaro" continúan hasta este jueves, en el Municipal de Santiago, a las 19:00 horas.
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