jueves, diciembre 31, 2020

Roberto Bravo: “Este año hemos perdido a dos grandes”

 


El Mercurio


El músico acaba de lanzar “Tributo a Ennio Morricone” y en enero grabará un álbum con composiciones de su amigo Armando Manzanero.

IÑIGO DÍAZ


Cinco días después de la muerte del compositor italiano, ocurrida en Roma en los momentos más duros de la pandemia, el pianista chileno Roberto Bravo apareció con un concierto de homenaje a Ennio Morricone a través de las pantallas de la Corporación Cultural de Las Condes. Allí tocó una serie de piezas suyas escritas para películas de impacto mundial: “La misión” (1986) y “Cinema Paradiso” (1988) como atractivos principales. También “La leyenda de 1900” (1998).


“Morricone ha sido un compositor cercano en mi vida. La belleza de sus melodías nos toca muy profundamente. El público las reconoce inmediatamente, porque quedaron ahí para siempre. Muchas veces la música para una película es la que sostiene la película”, describe el pianista.


Conectado con ese fallecimiento en julio pasado, Bravo acaba de lanzar un nuevo disco de su amplio catálogo de grabaciones: una sesión dedicada al compositor italiano. En “Tributo a Ennio Morricone” (JCM Discográfica) vuelve a ver y a escuchar esas películas, suma repertorio de filmes como “Érase una vez en América” (1984) y “Érase una vez en el oeste” (1968) y reduce al piano partituras que muchas veces fueron escritas para orquestas. Se grabó en el Steinway & Sons de tres cuartos de cola en el Campus San Joaquín de la U. Católica.


“Es una música intimista pero también intensa”, dice Bravo sobre el repertorio. En algunos pasajes junto a la cantante Andrea Cárdenas. Habitualmente, el pianista cruza los territorios desde el piano clásico a la música popular. Ha grabado discos monográficos de Beethoven y de Piazzola, música chilena y música rusa. También boleros, lo que lo conecta con otra reciente partida.


“A Armando Manzanero lo conocí hace tres años. Escuchó mi disco ‘Boleros' (2015) y me invitó a tocar a Ciudad de México. Los tres días que antecedieron a su partida estuve muy conectado con él, escuchando sus canciones. Algo difícil de explicar”, dice Bravo, quien anuncia que durante enero grabará entonces otro álbum de homenaje, un repertorio ciento por ciento dedicado a Manzanero.


“Este año hemos perdido a dos grandes. Primero Morricone y ahora Manzanero. Me ha golpeado muy fuerte su muerte. Su música es inspiradora. Yo me cautivé con ella y alguna vez me enamoré con algunas de sus canciones”, cierra.

martes, diciembre 29, 2020

Juanita Parra: Una mujer, una batería, una convicción

 


El Mercurio


Aunque ha enfrentado un año difícil por la suspensión de los conciertos, la baterista se declara destinada al optimismo. El nuevo documental “Los Jaivas: todos juntos”, que repasa la historia de la agrupación, la volvió a conectar con la etapa “austera y sin pretensiones” que vivió fuera de Chile. También reflexiona sobre la igualdad de género: “Si hubiéramos evolucionado como corresponde, no debería sorprendernos una mujer tocando batería”.

Por Nicolás Lazo Jerez. Retrato: Sergio Alfonso López.


Juanita Parra (50) nunca imaginó que, de un momento a otro, tendría que alejarse de la batería, el instrumento que ha ejecutado ininterrumpidamente desde hace tres décadas en el grupo Los Jaivas. Cuando menos lo esperaba, sin embargo, la crisis sanitaria la retuvo durante meses en su casa de Peñalolén —donde vive junto a su marido, el diseñador Martín Uribe, y su hija Kayla, de 15 años— sin poder acudir al estudio en el que guarda las cajas, platillos y timbales.


—Era tanta la actividad con Los Jaivas que mi casa era el “otro lugar”, el del silencio, la conversación y la comunicación con la familia —dice una tarde en un restaurante del barrio Lastarria—. Entonces, nunca necesité tener una batería conmigo. Pero, de repente, se cerró el mundo y yo quedé aferrada a mi kultrún.


El encierro, cuenta, tuvo otra consecuencia difícil de sobrellevar: la pausa indefinida de todos los shows de la banda, cuyos miembros de mayor edad sobre el escenario, Claudio Parra y Mario Mutis, ya superan los 70 años.


El conjunto tampoco ha contemplado el trabajo creativo a distancia.


—No hemos incursionado por ese lado, porque la tecnología nos ha pillado bastante. Se ha notado la generación de la que venimos, sobre todo los fundadores. Y en mi caso, le tengo un rechazo muy grande a la tecnología. Siento que nos hace mucho daño.


Lo que sí los ha mantenido ocupados es “Los Jaivas: todos juntos”, un documental lanzado vía streaming y emitido en noviembre por Canal 13 que recorre la trayectoria del grupo desde sus inicios en 1963 hasta el presente, pasando por la diáspora en Argentina y Francia, el retorno a Chile, los hitos artísticos y la pérdida de dos de sus figuras principales: Eduardo “Gato” Alquinta y Gabriel Parra, padre de Juanita.


Para ella, rememorar el período que pasó en compañía de sus tíos y primos resulta útil a la hora de enfrentar los desafíos presentes.


—Estos meses me han conectado con la vida austera y sin pretensiones que siempre tuvimos en la comunidad. Eso me ha ayudado a poder resistir un año en el que casi no hemos podido trabajar.


Luego agrega:


—Pero el dolor más grande en esta pandemia es no ver a mi mamá regularmente, y solo hablar con ella. Está en un hogar donde, por razones sanitarias, no nos dejan visitarla. Además, tiene pérdida de memoria. Las conversaciones que tenemos son verdaderos guiones de película.


Pese a la situación del país, Juanita Parra y los suyos ejercen porfiadamente el optimismo.


—Estamos en una situación adversa, y (en el documental) de nuevo están Los Jaivas agradecidos y sonrientes, algo que a ciertas personas incluso les podría molestar. Pero siempre buscamos hacer algo positivo. Si hay un puntito de luz, vamos hacia allá. Es parte de nuestro ADN. O de nuestro destino.



El legado


En una secuencia de “Los Jaivas: todos juntos”, un conmovido Eduardo Alquinta se refiere a la incorporación oficial de Juanita en la banda tras la muerte de Gabriel Parra, esta última ocurrida en abril de 1988. “Al cabo de siete años, pudo reemplazar a Gabriel y ser la baterista del grupo”, relata el músico en las imágenes de archivo. “Para el resto de los días”, se le oye añadir al final.


—Él hizo un decreto fantástico, porque aquí estoy. Se logró, y nos queda mucho más por hacer. Nunca se me ha ocurrido dedicarme a otra cosa. Ahora, con la pandemia, he pensado que voy a tener que trabajar en algo más para poder pagar las cuentas, pero mi pasión es ser la baterista de Los Jaivas. Nunca lo he dudado. Eso me ha dado tranquilidad y madurez. Cero ansiedades de que hay algo más, como la carrera solista. Eso nunca ha sido parte de mí.


—¿Hubo algo que sacrificó?


—No tuve que renunciar a nada. Logré construir un matrimonio; llevo casi 20 años con mi marido. Siendo yo un músico errante, logramos traer una niña al mundo que ha ido siempre al mismo colegio. He conseguido ese equilibrio. En esto quiero homenajear a mi mamá (Eugenia Correa), quien siempre tuvo una serenidad que me ha aportado muchísimo para construir este lado familiar. He tenido todo lo necesario para ser feliz.


La influencia de su padre, dice, es igualmente reconocible.


—Cuando lanzamos el disco “Hijos de la tierra”, en 1995, llegué a Chile y empecé a vivir la fama, que hasta ese momento no había vivido. Podría haberme perdido en eso. Pero fue todo tan bonito por la presencia invisible aunque poderosa de él, que en cada momento está aquí, al lado mío.


—¿Qué rasgos de Gabriel Parra ha descubierto en usted a lo largo de los años?


—Siempre sentí que él vivió tan intensamente, porque en alguna parte de su inconsciente sabía que no tenía tanto tiempo para hacer muchas cosas, y de repente me sorprende que todavía me salgan energías cuando creo que ya no me quedan. Están las ganas de ver las cosas de forma positiva. Él era muy chistoso; nos reíamos mucho. Me disfrazaba yo, se disfrazaba él, disfrazábamos al perro. He tratado de construir eso en la relación con mi hija. Y hay algo que Eduardo (Parra) también menciona: la humildad.


Poco después, Juanita Parra reconocerá otra característica en la lista.


—Gabriel era súper exigente con los buenos resultados de los conciertos, y a mí me pasa un poco eso. He desarrollado un cierto mal genio escénico. Quiero que los técnicos den lo mejor de ellos. En eso me identifico mucho con mi papá.


La baterista, cuyos primeros pasos fueron justamente como iluminadora, sostiene que su ingreso a la agrupación fue un acto de apertura que rescata hasta hoy.


—Hace 30 años, Los Jaivas me valoraron como persona sin pensar que yo era mujer y más joven que ellos. En ese sentido, creo que todo el rato estamos dando mensajes. Pero hay algo que el grupo nunca ha querido hacer, que es imponer las cosas a los demás. Por lo mismo, nunca decimos que hay que votar por alguien.


—Aunque podrían hacerlo.


—Respetamos que las personas sean libres de pensamiento y hagan lo que quieran. Es lo que la gente dijo el año pasado: escuchen nuestras voces, respetemos las diferencias. Y eso es algo que el grupo lleva haciendo 57 años. Cuando la sociedad chilena salió a las calles a gritar por igualdad, miré al grupo de gente que estaba conmigo y me di cuenta de que nosotros la habíamos cultivado en muchos aspectos. Eso es para mí lo más grande; un aporte que no es musical.


—¿A qué mujeres admira?


—A todas aquellas que han logrado abrirse camino y osado romper barreras. Son muchas. Son mujeres que sostienen familias enteras, abuelas que contienen a sus nietos. Ellas son mi gran ejemplo. Siento que somos todas las mujeres chilenas las que estamos ahí en la batería.


Saber improvisar


—¿Cómo ha vivido la irrupción del movimiento feminista?


—Se me revuelve el estómago al ver que todavía hay que salir a la calle a marchar para pedir que nos respeten. Matan a las mujeres porque son mujeres, porque se pusieron lindas y atrajeron miradas. Es inconcebible, pero es una realidad. Por otra parte, todavía llama la atención que haya una mujer en mi rol. Si hubiéramos evolucionado como corresponde, no debería sorprendernos una mujer tocando batería. Todavía hay muchas cosas que cambiar.


Juanita admite que, de todas formas, ella misma ha tenido que reflexionar sobre algunas de sus ideas.


—Yo, que creo que soy súper moderna y progresista, de repente digo unas cosas y mi hija me mira con cara de “Oye, estás hablando como la abuelita”. Claro, las nuevas generaciones sí que vienen con la igualdad de la mano, y eso me enorgullece. Ella despertó junto con Chile. Me encantó, porque se puso opinante y me desafía. Es una generación con las cosas mucho más claras.


—¿En qué reconoce resabios de conservadurismo?


—Sobre todo en la diferencia entre los hombres y las mujeres. Unas cosas súper básicas, como que este es un color femenino y este, masculino. Mi hija encuentra que eso ya no existe; hay que hablar de los seres, nomás. Y eso me ha costado. No es que no lo acepte, pero mi generación todavía habla de hombre y mujer. Pero no. Todos podemos hacer lo que queramos. Respetando a los demás, por supuesto.


—La música de Los Jaivas siempre ha sido “ambientalista”. ¿Es frustrante que una canción como “Arde el Amazonas”, de 1995, siga tan vigente?


—La protección de nuestro planeta es una batalla interminable, pero es algo a lo que no podemos renunciar. El grupo ha dedicado su música a la naturaleza, y hasta ha tenido la suerte de tocar inmerso en ella. Como dice también Eduardo, el propósito del grupo es este paisaje, esta geografía.


Últimamente, Juanita Parra ha aprovechado que tiene más tiempo para volver de a poco al estudio de grabación, desde donde ha colaborado en las nuevas producciones de artistas como Rocío Peña y Moyenei Valdés. También se ha concentrado en la Fundación Los Jaivas, que entre otras tareas preserva el legado del conjunto y promueve la música en los colegios. La baterista descarta, eso sí, nuevos discos en el horizonte.


—Respeto mucho a Mario, a Claudio y a Eduardo, y no siento que debamos exigirles más. Quisiera valorar todo lo que nos han entregado, y tratar de que la mayor cantidad de gente posible conozca el tesoro que tenemos en ellos.


Si se le pregunta por el significado de sus recién cumplidos 50 años, Juanita sonríe.


—Primero, una respuesta muy frívola: pensaba hacer una gran fiesta, y me tocó cerrar la casa con mi marido y con mi hija. Pero también me gustó. De repente uno no tiene que dar tanta energía para afuera. Estoy feliz de estar sana, de tener un cuerpo que me responde. No me siento de 50, aunque tampoco sé qué será sentirse de 50. Estoy como estoy.


—Entre tantos planes suspendidos, ¿es importante para usted saber improvisar?


—Muy importante. Este grupo basó su teoría musical en la improvisación. A mí me encanta. Es algo a lo que hay que estar abierto. Yo tenía un papá tocando la batería como un dios y llevando una banda con toda su energía. De repente, no estuvo más. Y ahora, ¿qué hacemos? ¿Quién iba a pensar que tendríamos una pandemia? Hay que saber soltar la estructura y la estabilidad. Todo esto nos detuvo, pero vamos a seguir. De eso no me cabe duda.



Manzanero y Chile, existe un algo entre los dos

Manzanero estrechó vínculos con muchos artistas nacionales. Aquí, en una imagen junto a Lucho Gatica,  Los Huasos Quincheros y el cantante boliviano Raúl Shaw Moreno.


La Tercera


En el recorrido profesional de un autor así de clásico las señas de vínculo con Chile no son sólo pistas de nostalgia ni trivia de incontables versiones (de Los Quincheros a Los Ex, de Beat Combo a Antonio Prieto), sino señas que en varios momentos fueron definitorias para el recorrido que él mismo llegó a tener en la música.

Por Marisol García


Que al talento monumental de Armando Manzanero no es justo reducirlo a la figura quieta del bolerista dotado pero predecible —se repetían ayer los recuerdos a una especie de pianoman quitado de bulla lamentándose a solas porque su amada no aparece bajo la lluvia— es evidente al recorrer sus cruces con la canción chilena.


Pensemos tan sólo en la distancia entre “Voy a apagar la luz” y “Huele a peligro”, que es cronológica pero sobre todo de perspectiva, cadencia y énfasis. El primero, un bolero orquestado que si se volvió universal fue porque Lucho Gatica decidió grabarlo apenas se lo escuchó al autor al piano en su primer encuentro, hacia 1958; la segunda, una balada hecha por encargo para Myriam Hernández cuarenta años más tarde.


Son dos temas que hablan sobre amores librados a la imaginación, no concretados aún; pero si uno es el anhelo casi incontrolable de lo que pronto va a a ser (”¡Cómo te abrazare! / ¡Cuánto te besaré! / Te morderé los labios, / me llenaré de ti…”), el otro es la resignación dolorosa a lo que nunca será (pese a “esa manera de sentir / que no es de amigos”). No hay medida en el deseo ni pudor al expresarlo; e incluso en la alianza con tan diferentes voces (y arregladores), el estilo de Manzanero consigue imponer lo que más importa en una canción de amor: que convenza como lo haría un testimonio.


Surgirán esta semana todo tipo de recuerdos de sus más grandes asociados, pero en el recorrido profesional de un autor así de clásico las señas de vínculo con Chile no son sólo pistas de nostalgia ni trivia de incontables versiones (de Los Quincheros a Los Ex, de Beat Combo a Antonio Prieto), sino señas que en varios momentos fueron definitorias para el recorrido que él mismo llegó a tener en la música. Su alianza como pianista de Lucho Gatica, por ejemplo, se concretó ya en 1959 con una gira por Estados Unidos mucho antes de que el yucateco brillara internacionalmente como autor e intérprete (la sintonía entre ambos forjó montón de créditos compartidos en disco, con versiones del chileno para “Contigo aprendí”, “Esta tarde vi llover” o “Adoro”; y se presentaron juntos en citas para la televisión hasta entrados los años ’90). Comentó una vez el compositor: “Lucho Gatica llevó la música romántica a su máxima expresión. Su sello y distinción son inigualables”.


Pero incluso antes de eso, Manzanero había sido un pianista alentado en su evidente talento por Sonia y Myriam, el impecable y precoz dúo de las hermanas Von Schrebler que abrió la compuerta del intercambio musical entre Chile y México. Recordaban ambas en entrevista: “Nos llevaba canciones de [Roberto] Cantoral. Hasta que un día Sonia le preguntó: ¿Y usted no tiene canciones propias? Y así, con su voz chiquitita, él dijo: …es que a mí me avergüenza, porque no me hacen caso. Nos mostró “Ven a mí”, que nadie había grabado hasta entonces. Y Sonia le dijo: ¡La vamos a grabar!”. Cuando Sonia prosiguió como solista —el nombre artístico de Sonia La Única fue idea del mexicano, contaba ella—, Manzanero fue fiel pianista en estudio y escenarios, además de gran amigo.


Siempre atento a lo que de Chile iba saliendo entre intérpretes románticos, enfrentó una vez, ya consagrado, a Los Galos en un hotel de Caracas: “Han grabado canciones de todos, menos mías”, los increpó, antes de mostrarles “Es así como te quiero”, que la voz de Lucho Muñoz dejó en 1973 al servicio de los irresistibles bronces e instrumentos enchufados de sus compañeros de banda. “Con el celo de una fiera / la ternura de un jilguero…” aparece entonces la metáfora del enamorado, que Manzanero sabía articular desde sus brillos pero también sus amenazas; sus sombras y sus pérdidas.

Armando Manzanero: La partida de un eterno romántico

 

El Mercurio


El artista mexicano no pudo sobrevivir al covid-19 y falleció ayer de un paro cardíaco. Ícono de la balada latina, tenía 85 años y una enorme trayectoria como cantante y compositor de decenas de clásicos.

JOSÉ VÁSQUEZ


En los días previos, las noticias respecto de la evolución de la salud de Armando Manzanero planteaban un moderado optimismo. El ícono de la canción romántica en español se había internado el pasado 17 de diciembre por covid-19 en un hospital de Ciudad de México, pero complicaciones de la enfermedad le causaron un paro cardíaco que finalmente le provocó la muerte al prolífico genio de la balada latina, cantante y compositor de más de 400 canciones, de las cuales, decenas se transformaron en éxitos eternos.


Manzanero tenía 85 años y en su carrera escribió varios de los temas que en castellano mejor calzan con el apelativo de “clásico” y entre los que destacan “Esta tarde vi llover”, “Somos novios”, “Contigo aprendí”, “No sé tú”, “Adoro”, “Te extraño” y “Por debajo de la mesa”, entre varios otros. Un tesoro para el cancionero en nuestra lengua, que supo atravesar generaciones y ser interpretado por diversas voces e idiomas, desde Perry Como, Tony Bennett y Elvis Presley a Luis Miguel, además de la estrella chilena Lucho Gatica.


Ayer los homenajes llegaron incluso desde el gobierno mexicano. El Presidente Andrés Manuel López Obrador interrumpió su habitual conferencia matutina para lamentar el deceso. “Es algo muy triste”, dijo y agregó que Manzanero fue “un gran compositor, de lo mejor del país” y “un hombre sensible también en lo social”.


Armando Manzanero nació en 1935 en la ciudad de Mérida, en la península de Yucatán, en México, al interior de una familia que siempre estuvo vinculada con el arte: su padre fue músico y su madre bailarina. Desde joven se interesó en la composición de canciones y su primer tema lo escribió a los 15 años, “Nunca en el mundo”. Claro que el camino al éxito no fue inmediato y recién le llegó incipientemente pasados los 30 años, cuando grabó su álbum debut, “Mi primera grabación”. Antes había tocado con diversos músicos cuando, a mediados de los 50, se estableció en Ciudad de México.


Su nombre alcanzó notoriedad desde finales de la década del 70 y que coincide con sus primeras presentaciones en Chile. Ya en los 90, su figura logra un segundo impulso cuando produjo el disco “Romance” (1991) de Luis Miguel ––un golpe de timón para el intérprete–– . Un éxito comercial que, además, revitalizó la carrera del cantautor, quien en 2014 recibió un Grammy Honorífico por su trayectoria.


Hoy con un presente musical dominado por la música urbana, Manzanero no temía palidecer ante la nueva hegemonía, según dijo a “El Mercurio” en 2017, en su última visita al país. “Vamos a ver cuánto tiempo durará el reggaetón, que le gusta mucho a la gente, porque es muy festivo, aunque tiene una dificultad: cuando un señor quiera conquistar a una pareja no lo va a hacer con esa música, lo hará con una canción romántica. No creo que nadie pueda hacer el amor con una canción de Maluma, por ejemplo. A mí no me preocupa absolutamente nada, he visto llegar ritmos, los he visto irse; también he visto llegar cantantes e irse de la misma forma, y como tengo 82 años, creo que ya me los jodí a todos porque todavía estoy vivo”, señaló entonces.


Su vínculo con Chile


La descripción es la de una persona sencilla. Fueron varios los artistas nacionales que compartieron con Manzanero y todos coinciden en lo cercano que era el cantautor.


Una de las primeras en grabar sus temas en los años 60 fue Sonia von Shrebler, a quien él, que fue su pianista, bautizó como Sonia “La Única”, cuando inició su exitosa carrera solista tras el término del dúo con su hermana, Sonia y Myriam.


“Él aprovechaba mucho el piano que había en el Hotel O'Higgins cuando venía al Festival de Viña y entonces me mostraba canciones, como sabía que yo cantaba”, cuenta Gloria Simonetti, recordando esa época. “Él tocaba muchas veces temas inéditos y una vez me mostró ‘Sé de dónde vienes', que quiso que yo la grabara y así lo hice”, señala la intérprete.


Wildo también lo conoció en Viña del Mar. El chileno estaba teniendo éxito con “Verano azul”, tema que a Manzanero le llamó la atención y hasta le ofreció ayudarlo con su carrera en México. “Me planteó editorializar la canción, cuando en esa época, la verdad yo no sabía muy bien de qué se trataba eso”, dice el cantante, quien luego se estableció en tierras aztecas, donde volvió a compartir con el ídolo romántico cuando se hizo socio de la Sociedad de Autores y Compositores de México, de la que, hasta antes de morir, el cantautor fue su presidente.


José Alfredo Fuentes dice que en 1996 cantó en su programa “Venga Conmigo” junto a Manzanero, un mix de sus éxitos con el maestro al piano. De ese momento, surgió una invitación del mexicano para que grabara con él. “Canté en uno de sus discos el tema ‘Aquél señor'”, cuenta el “Pollo”, quien recuerda que sin ser tan explícito, su colega le reprochó el que no hubiera aprovechado mejor la oportunidad de internacionalizar su carrera. “Supo que en los 70 había estado en México y me refregaba el porqué no me quedé allá”.


Palmenia Pizarro también recuerda sus reproches de por qué había dejado México. “Me decía que me fuera, pero yo le respondía que no podía viajar por mis problemas al corazón. Y ahí volvía a repetirme ‘y cómo yo, que tengo una exagerada diabetes, como lo que quiero y aquí estoy”.


“Él era un amigo. Aún estoy muy impactada, porque hasta anoche (ayer) rezaba por él y lo ponía en mis oraciones desde que supe que se había enfermado”, confidencia Palmenia, quien señala haber compartido varios escenarios con él, en diversos países. “A fines de los 80, en el Teatro Rex, yo sabía que él iba a venir a mi concierto, entonces bajé del escenario y lo busqué entre el público, pero él ya venía caminando por el pasillo y terminó cantando conmigo ‘Contigo aprendí'”, rememora.

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Opinión

La música hizo pausa

Por Myriam Hernández


Es una pérdida realmente grande. Siento que hoy la música hizo pausa y estamos todos de luto con la muerte de Armando Manzanero. Me da mucha tristeza cómo nos van dejando estos grandes artistas, que son compositores legendarios.


Tuve el privilegio de trabajar con el maestro y que él me entregara dos canciones, “No te he robado nada” y “Huele a peligro”, que marcó de alguna manera mi carrera. Esta canción me la presentó en 1998 en su casa, en Los Angeles, en EE.UU. Ahí tenía un piano grande y recuerdo que yo estaba embarazada de mi hija Myriam. En esa ocasión me mostró muchos temas, pero yo ya me había enamorado de “Huele a peligro”, que me encantó de inmediato. Él tenía un tremendo olfato y me decía que tenía una frase muy especial, que marcaría mucho, y hoy hasta la utilizan en los relatos de fútbol. Siento que Manzanero fue un artista que rompió el paso del tiempo creando canciones que permanecen intactas hasta ahora, y que se quedarán para siempre con su legado eterno.


lunes, diciembre 28, 2020

Pianista chileno Christoph Scheffelt graba las “Bagatelas” de Beethoven

 El Mercurio


“Todo está muy expuesto en estas obras, por lo que no hay manera de ‘esconderse' detrás del sonido con el fin de cubrir debilidades técnicas”, dice Scheffelt.

Juan Antonio Muñoz H.


Entre tres patrias vive el pianista chileno Christoph Scheffelt. De un lado, Chile, el país donde creció y con el que mantiene estrecho contacto musical, y de otro, Suiza; está radicado en Winterthur, donde trabaja como pianista y profesor de piano. Cancelados todos los conciertos que tenía previstos para 2020, ahora está a la espera de lo que surja para 2021. Su tercera patria es Beethoven, que lo ocupa desde que tiene recuerdo.


Pero este tiempo de confinamiento no ha sido en vano. De hecho, tiene un nuevo álbum bajo el brazo, nacido en tiempos de coronavirus. “Un álbum corona”, como diría Jonas Kaufmann. Se trata nada menos que de la integral de las “Bagatelas”, de Ludwig van Beethoven, un registro que además viene a homenajear al compositor en su 250° aniversario. La placa fue editada por el sello Prospero (como el protagonista de “La tempestad”, de Shakespeare), casa discográfica con la que Scheffelt ya tiene un nuevo proyecto para los meses que vienen.


—Se llaman Bagatelas, pero ¿son “bagatelas”? ¿Dónde radica la mayor dificultad de estas obras?


“El término ‘Bagatela', en mi opinión, solo se refiere a la duración de cada pieza, que rara vez supera los cuatro minutos. Musicalmente, son obras de máxima densidad y calidad, que requieren de un trabajo interpretativo muy preciso. Condensan lo que significa Beethoven en pocos minutos. Ahí radica la mayor dificultad: pulir detalles tanto ‘motívicos' como de sonido —fraseo, textura, color—, sin perder de vista el carácter fresco y lúdico, tan importante en estas piezas. Más allá de lo musical, ciertas ‘Bagatelas' contienen exigencias técnicas difíciles de solucionar. Todo está muy expuesto, por lo que no hay manera de ‘esconderse' detrás del sonido con el fin de cubrir debilidades técnicas”.


—¿Qué representa para usted este conjunto de obras en la producción de Beethoven?


“Desde hace años que me fascina la riqueza musical de estas piezas tan multifacéticas. El op. 126 lo vengo tocando desde hace años y desde que conozco esta música, tenía en mente tocar también los opus 33 y el 119. Beethoven, con sus sonatas y conciertos, sobre todo, me ha acompañado prácticamente durante toda mi vida musical. Beethoven es mi ‘patria musical', al menos una de las más importantes, y creo poder entender su idioma sin necesidad de un traductor”.


“Mi respeto por estas obras concisas y aforísticas viene probablemente de que yo estudié primero las grandes sonatas de Beethoven. Eso me permite reconocer la naturaleza musical carismática de Beethoven, sus rasgos geniales y sus ideas revolucionarias en las piezas breves, como brotes jóvenes que, de alguna manera, son una alusión o una premonición”.


—Las “Bagatelas” son algo así como “fotos instantáneas”. ¿Piensa que la idea de la bagatela está en la línea de ese movimiento hacia una temporalidad “triturada” en pequeños trozos, tan característica de la música moderna?


“Más que en imágenes, pienso esta música como estados temporales de ánimo, o escenas activas. Sin el peso de la consecuencia, como lo vemos en las grandes sonatas, donde todo está conectado. Beethoven aquí se ve libre de su tan característica arquitectura formal a gran escala, lo que le da a esta música una espontaneidad rara de encontrar en sus otras obras. Otras asociaciones las encuentro en la literatura, en cuentos cortos como los de Cortázar o Chejov”.


—Incluyó también en el disco la famosa “Für Elise” (“Para Elisa”, WoO 59).


“Sí, la agregué porque probablemente se consideró originalmente como una candidata potencial para una 12ª Bagatela del opus 119. La génesis de esta pieza es compleja e incompleta, y hay que mantener su aura de misterio…”.


—¿Son obras que dan libertad al intérprete?


“Mmmmm, difícil de decir. Como ya mencionaba antes, creo tener una idea del lenguaje de Beethoven. Dentro de eso no me doy libertades. Al momento de hacer la grabación, tuve una clara idea musical de cómo interpretar cada pieza, y así lo hice. Con toda seguridad esa comprensión cambiará, pero no de un día a otro. A la vez, otro intérprete tocará estas piezas de otra manera, siendo también una versión legítima. Legítima, si cumple con exigencias básicas, como la fidelidad de texto y ciertas características de estilo inherentes a Beethoven y su época. Pero no por ser obras cortas dan mayor libertad interpretativa que una sonata”.


—Las interpretaciones suelen ser muy variadas. Desde el exhibicionismo a la severidad extrema. ¿Cuál fue su opción?


“Trato siempre de ser fiel al texto y a lo que considero el carácter básico de cada pieza. Lo que intento evitar es buscar ‘efectos especiales' con tal de impresionar técnicamente. Pero, claro, si la pieza requiere un fuerte efecto técnico para que su carácter primordial sea evidente, así lo tocaré. Mi ideal es que la intención musical sea transportada de manera más directa entre el compositor y el auditor, sin filtros que alteren la naturaleza de la composició

miércoles, diciembre 16, 2020

Manuel Sánchez le da una voz propia al gran guitarrón

 El Mercurio


Después de 30 años de estudio del verso improvisado y la tradición de entonaciones y toquíos, el payador esboza otros lenguajes musicales para este instrumento de 25 cuerdas.

IÑIGO DÍAZ


Cuando el barnecheíno Manuel Sánchez apareció como un payador menor de edad, en 1990, el culto de la décima improvisada estaba experimentando un resurgimiento, ahora en el escenario urbano. Ese largo camino recorrido, con el estudio de una riquísima tradición quedó bien expuesto en un disco suyo que lleva el título de “Abrazado a un guitarrón”.


Allí se escuchan una serie de contrapuntos, verdaderas partidas de ajedrez entre poetas: Sánchez frente al uruguayo José Curbelo; Sánchez frente al puertorriqueño Roberto Silva; Sánchez frente a la cubana Tomasita Quiala. “Toda mi vida he sido más conocido como payador que como compositor y músico. Es una historia que va por ese camino: el guitarrón ha estado al servicio de la poesía por más de 300 años”, dice.


Pero una innovación propia se esboza ahora, con el segundo volumen del disco “Guitarrón a lo poeta”. Manuel Sánchez avanza a través de esta nueva propuesta, toma licencias creativas, se rodea de músicos de jazz, rock, fusión y folclor, y compone material propio. “Desde luego, se basa en la tradición de la décima, en las entonaciones y los toquíos (formas de ejecución), pero no es un disco de folclor puro. Pretendo darle un vuelo al guitarrón, ahora como instrumento solista”, explica.


Así incluye composiciones instrumentales donde este fascinante instrumento de 25 cuerdas se contrasta con otros sonidos. Por ejemplo, el chelo y el contrabajo, en seis piezas arregladas por Sergio “Tilo” González, reconocido músico de Congreso. En otra composición, titulada “La Cruz del Sur”, el guitarrón dialoga con el famoso bajo Machi, instrumento de doble mástil en manos de Jorge Campos, ex Fulano.


“En el disco también aparece Carlos Corales (un pionero del rock chileno con el grupo Aguaturbia), que toca unas guitarras eléctricas. Con La Chinganera cantamos a dúo en ‘Óleo de niño sobre tela', y Pedro Villagra hace una bella intervención en saxo tenor y quena para las ‘Décimas de la revuelta', cantadas y tocadas con esas mismas entonaciones tradicionales”, dice sobre su obra más extensa: cinco décimas que surgieron como inspiración del estallido de octubre.


Y ese enfoque contemporáneo de innovación que Sánchez propone queda simbolizado en la composición “DJ de la palabra”. “Como payador tengo un concepto moderno de la organización del lenguaje. Llevo muchos años poniéndole música a las palabras”, concluye. Un auténtico disc jockey.


McCartney, capítulo tercero: El fructífero aislamiento musical de una leyenda

 El Mercurio


Este viernes se lanza su nuevo disco, en el que el británico grabó todos los instrumentos. Una pieza que completa una trilogía iniciada hace ya 50 años.

José Vásquez


La pandemia, el aislamiento y a componer. Tal como en 1970, con el terremoto que significó entonces el quiebre de Los Beatles, la vida, en ciertos aspectos, se lee cíclica para Paul McCartney (78). Si esa vez se refugió en una granja escocesa para vivir la crisis y luego, regresar a Londres para grabar su primer álbum solista titulado, “McCartney”, ahora con el encierro obligado que llevó por el coronavirus en su hogar en Sussex, al sur de Inglaterra, repitió el camino solitario de creación, pero desde su estudio casero.


Son varias las similitudes que unen esta trilogía homónima que se completa tras 50 años con el disco que lanza el próximo viernes “McCartney III”. Que lleve su apellido, supone que todas estas canciones han sido parte de su obra más personal, más allá de que hayan sido compuestas, grabadas en todos sus instrumentos y producidas por él mismo.


Y también rupturistas con su catálogo, porque el segundo volumen, lanzado en 1980, significó romper su molde estilístico introduciéndose en la electrónica y los sintetizadores fusionados con el rock. “Maybe I'm Amazed” fue la gema del primero sin sus históricos compañeros de Liverpool; “Coming Up” del que vino 10 años más tarde y “Deep Deep Feeling”, que se podrá escuchar desde este viernes, que aparece como una de las canciones más relevantes de su último álbum.


El tema es un viaje que supera los ocho minutos, con quiebres de ritmo, pasajes instrumentales, armonías vocales y una guitarra virtuosa. Una pieza inspirada en la que el músico fluye libre mientras el mundo sigue cautivo.


Paul McCartney no había planeado hacer un disco este año, pero las circunstancias lo llevaron a eso, contó en un comunicado en el que señaló que retomó algunas composiciones que nunca había completado y otras que surgieron durante las semanas de incertidumbre que aparecieron a inicios de este 2020.


Lo nuevo del exintegrante de Los Beatles no responde a expectativas ni ambiciones de nadie, más que la motivación propia por hacer música, explicó el británico, quien señaló que se estaba divirtiendo en el estudio y que de pronto se dio cuenta de que tenía un álbum.


Sin un aparente plan maestro, lo nuevo de McCartney ha logrado consenso en la crítica británica. The Guardian le dio cuatro de cinco de sus estrellas y sostuvo que este “disco realizado durante el confinamiento tiene sus mejores canciones en años”; el periódico The Telegraph le dio la misma puntuación, señalando que “era el antídoto caprichoso para un año miserable”, y la revista NME repitió también la calificación y lo describió como “un regreso estelar”.


Este tercer capítulo del músico abre con la instrumental y acústica “Long Tailed Winter Bird” y sigue con el pop con letras de tiempo presente de “Find My Way” (“No solías temer a días como este y ahora estás abrumado por tu ansiedad, déjame ayudarte”). Hay folk en “The Kiss Of Venus” y rock en “Lavatory Lil”, que sube la intensidad en la filosa guitarra de “Slidin'”, donde alza la voz en el tema más intenso que ha grabado en años. “Sé que debe haber otras formas de sentirme libre, pero esto es lo que quiero hacer y quién quiero ser”, canta ahí, en una frase que funciona como línea editorial al impulso de lo nuevo, un trabajo sin pretensiones, ecléctico y que entusiasma.

El renacer de Chinoy: “Fui un flojo, pero el tiempo me dio fortaleza para afrontar mi trabajo”

 El Mercurio


El cantautor asume la “apatía” con que abordó su carrera y que ahora dejará atrás con múltiples discos.

José Vásquez


Las cuentas no fueron las esperadas. Chinoy, una revelación subterránea que emergió justo antes de la masificación del streaming, un cantautor que se hacía reconocible a la primera escucha gracias a una voz sin género y una rebeldía poética que se escribía en base a una colección de historias con Valparaíso como telón de fondo, optó por evadir las expectativas y la atención mediática.


Luego de dos discos, “Que salgan los dragones” (2009) y “De loco medieval” (2015), anunció en 2018 que se iba de Chile, porque “adonde me vaya me irá mejor que acá”, decía entonces a “El Mercurio”. Decepcionado por los resultados, emigró a Córdoba (Argentina), pero la inestabilidad económica complejizó el plan, en un período que sin embargo, en lo artístico, fue positivo, cuenta ahora desde su hogar familiar en San Antonio.


Chinoy instaló un estudio de grabación casero y desde ahí ha multiplicado su cancionero exponencialmente. El viernes pasado lanzó su tercer álbum “Saliendo del otro”, donde experimenta con la electrónica en un trabajo grabado en Alemania con Rodrigo González y para los próximos meses anuncia un libro de poesía y una serie de discos que superarán, en muy poco tiempo, todo lo que ha publicado hasta ahora.


“La verdad es que era bien apático a la situación de meterme a un estudio y tener que luego hacer la publicidad. Me estresa eso, el trabajo de las expectativas, que tenga que ser el disco del año o que agarre un cierto público. Esa escenografía del glamour que implicaba el salir tan bello como Madonna en una portada”, dice ironizando con algunos de los factores que lo alejaron de concretar más álbumes.


“En este tiempo he ganado más plata vendiendo mis cuadros que con la papeleta que me llega de la SCD”, señala y agrega: “Fui un flojo, pero el tiempo me dio fortaleza para enfrentar mi trabajo. Cuando aparecí en Valparaíso no me sentí cómodo con la figura que se me estaba dando, fui un poco ingenuo y en algunas cosas muy sensible, pero ahora he sacado más voz”.


Ahora, para febrero próximo planifica un disco doble, con una antología de 20 canciones de sus primeras composiciones realizadas en Valparaíso, que nunca grabó. Además, tiene más proyectos de álbumes, que incluirían colaboraciones de colegas como Nano Stern; otro con el influjo del libro “Venusterio” y otro que trabaja junto a Lucero Van, su esposa y quien ha sido otro factor que impulsó este renacer artístico. “Me ha ayudado bastante a conseguir esta confianza que tengo ahora”, señala Chinoy.


A ella le coprodujo su álbum debut que saldrá también en los próximos meses y donde colabora en el sencillo “Almas saladas”, que acaban de estrenar.

martes, diciembre 15, 2020

“Un año maldito que se va”: Las cumbias serán virtuales en las fiestas de fin de año

 El Mercurio

Hasta la fecha, Tommy Rey no tiene actuaciones y Américo y Noche de Brujas trasladarán sus espectáculos al streaming . Para el verano, la situación no ofrece mejores perspectivas.

José Vásquez


Tommy Rey cuenta que todavía siente demasiada nostalgia cuando pasa por su clóset y ve sus impecables trajes colgados, con los que ha hecho bailar a miles de personas junto a su sonora. “Cada vez que voy a sacar algo de ahí y veo la ropa me da pena, porque antes la usaba todos los fines de semana. Siempre había trabajo”, dice el cantante, prácticamente un sinónimo de fiesta con su conjunto y que ahora por primera vez, en cuatro décadas, no tiene un escenario donde actuar.


El 31 de diciembre era uno de los días más rentables, junto con el 18 de septiembre, para los músicos tropicales. Una fecha que la pandemia obligó a modificar también en todos los habituales planes artísticos, como ha sido la tónica de este año. El retroceso a la fase 2 en el plan “Paso a paso” en la Región Metropolitana, a solo semanas del Año Nuevo, echó por tierra cualquier intención de espectáculo presencial, como lo habían alcanzado a negociar algunas bandas como Noche de Brujas y que los obligó a buscar alternativas dentro del streaming.


Para Tommy Rey ––parafraseando la canción “Un año más”, el himno de Año Nuevo––, este “más que ser ‘un año menos', será ‘un año maldito que se va'”, señala. Su conjunto no toca frente al público desde comienzos de marzo en Calama, cuando lo hicieron para un show que realizaron para conmemorar el Día de la Mujer y todavía no tienen ninguna certeza de cuándo volverán a actuar con gente.


“Hasta el momento no hemos tenido ninguna oferta de trabajo. Con esto de la pandemia nadie puede contratar nada, como no se pueden hacer eventos, así que aquí estamos aguantando”, expresa Tommy Rey, quien ha tenido ingresos a través de la publicidad con un comercial que grabó para un supermercado y reinventándose, vendiendo saludos virtuales. “Hemos hecho videos para empresas y a mí me han pedido saludos para cumpleaños por los que me han pagado”, cuenta.


Así, la fiesta de Año Nuevo, animada por los habituales conjuntos de cumbia, se deberá trasladar al streaming. Noche de Brujas tendrá su Festream 2021, junto a Garras de Amor y otros conjuntos, y Américo se unirá a Luis Lambis en el espectáculo “Te queremos ver 2021”, ambos planificados para comenzar antes de la medianoche del 31 de diciembre y que se extenderán por varias horas hasta la madrugada del 1 de enero. Otra alternativa la presenta Cristián “Chico” Pérez en su faceta de DJ con una fiesta basada en los éxitos de los 80 y los 90.


El padre y manager de Kanela, Manuel Muñoz, cuenta que el propósito de Noche de Brujas era apoyar con este evento a otros conjuntos que han sido más afectados económicamente durante esta pandemia y que todavía están en negociaciones para realizar presentaciones virtuales para celebrar el Año Nuevo en algunas comunas del sur del país. Incluso, habían tenido conversaciones para tocar ayer en Villarrica en un espectáculo con motivo del eclipse, que finalmente se descartó por las restricciones del covid-19.


Para el verano, la situación sigue siendo de incertidumbre, señala Muñoz, quien admite conversaciones con algunos municipios, aunque todavía no firma ningún contrato.


Las entradas para el Festream se consiguen en Eventrid; para “Te queremos ver 2021” en Puntoticket y para “¡Chao 2020!” en Passline.

Una maratón de Beethoven para celebrar de manera virtual sus 250 años

 El Mercurio


Entre hoy y el sábado distintas instituciones de Santiago y regiones ofrecerán conciertos y charlas gratuitas, en línea, para acercarse a la vida y obra del “genio de Bonn”.

Maureen Lennon Zaninovic


Las actividades y conciertos programados para conmemorar los 250 años del nacimiento de Ludwig van Beethoven, que se cumplen mañana, se emitirán en línea. El Teatro Municipal de Las Condes —en conjunto con el Centro de Extensión Artística y Cultural de la U. de Chile (CEAC)— transmitirá una verdadera maratón de recitales y charlas. Serán 12 horas que partirán a las 10 de la mañana del miércoles con una introducción a la Quinta Sinfonía y posteriormente se emitirá una grabación de esta popular obra a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile y su director titular, Rodolfo Saglimbeni. Entre otros hitos, a las 12:25 horas, se podrá oír el Concierto “Emperador”, protagonizado por el legendario pianista Claudio Arrau. “Estamos hablando de un recital histórico en la Catedral de Santiago dirigido por Víctor Tevah”, dice el músico venezolano Rodolfo Saglimbeni. A las 16:30 horas, Valeria Valle y Miguel Farías conversarán sobre “Beethoven y su significado para los compositores en el siglo XXI”; y cerca de las 8 de la noche se realizará la transmisión de la Novena Sinfonía, dirigida por la brasileña Ligia Amadio. “Queremos recordar por lo alto a este inolvidable creador”, afirma Arturo Hughes, director del Teatro Municipal de Las Condes. Más información en los sitios Tmlascondes.cl y Ceactv.cl.


La Orquesta de Cámara de Chile —que depende del Ministerio de las Culturas— también cuenta con una serie de actividades en línea para mañana. Su oferta incluye una serie de ocho videos, varios de ellos grabados en confinamiento por los miembros del conjunto. Los festejos comenzarán con la Obertura Egmont, bajo la batuta de David del Pino Klinge. Todo ese material será transmitido por Facebook, Instagram y YouTube de la Orquesta de Cámara de Chile.


En regiones, en tanto, a las 19:00 horas de mañana y a través de sus redes sociales, la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción, dirigida por su titular, Mika Eichenholz, ofrecerá un programa homenaje que, entre otras piezas, tendrá el tercer movimiento de la Octava Sinfonía.


Para hoy, a las 20:00 horas, la Universidad Alberto Hurtado programó “Beethoven ayer y hoy”. Se trata de un concierto a cargo de Roberto Becerra y Pedro Urrutia que conmemorará la influencia que ha tenido la obra del creador de Bonn en la música de cámara. El recital, que se emitirá por YouTube, propone un diálogo entre una sonata para cello y piano de Beethoven, y una obra para esa misma formación, creada especialmente para este concierto por la compositora chilena Valeria Valle.


La Fundación Pianos para Chile cerrará este sábado 19 su ambiciosa temporada “Beethoven 250 Años”, que incluyó 50 conciertos digitales. Habrá una inédita maratón de ocho horas de música del padre de la Novena Sinfonía, a cargo de las violinistas Frida Ansaldi e Yvanka Milosevic, y los pianistas Dafna Barenboim, Danor Quinteros y Alexandros Jusakos, entre otros músicos. La transmisión se realizará a partir de las 10:00 horas, en el canal de YouTube de Glaciar Digital, y los conciertos fueron grabados recientemente en la Galería Patricia Ready. También habrá varios conversatorios.

Nuevo estudio en iglesias chilotas proyectará un patrimonio de la humanidad

 El Mercurio


A 20 años de la declaratoria por parte de la Unesco de 16 templos que ostentan un “valor universal excepcional”, un próximo catastro examinará la imaginería religiosa y la relación de las comunidades con estas iglesias.

IÑIGO DÍAZ


Sigue siendo impactante lo que sucede cada año en Caguach, una de las islas menores del archipiélago de Chiloé, situada a cuatro horas de navegación desde el centro urbano de Castro. Habitualmente despoblada, el 30 de agosto se celebra allí la multitudinaria Fiesta del Nazareno, de más de 240 años de antigüedad, con una procesión de la figura de Cristo. Es una pieza que data de 1778.


Otra fiesta similar tiene lugar durante el verano en Caguach. Este año acudieron doce mil personas a esa remota localidad, devotos procedentes de lugares como Dalcahue, Achao o Quellón. También viajeros y curiosos. La Fiesta del Nazareno retrata la dimensión y amplitud que alcanza la devoción popular en Chiloé.


Su iglesia es una de las 16 inscritas por la Unesco en la lista de Patrimonio de la Humanidad de hace 20 años. “Una mirada a futuro, pensando en la sostenibilidad de este patrimonio, es un desafío fundamental para el que ya estamos trabajando”, dice la historiadora Daniela Serra, de la Subsecretaría del Patrimonio, del Ministerio de las Culturas.


Imagen e imaginería


Ella es coordinadora de las últimas investigaciones efectuadas en Chiloé que han profundizado diversos aspectos de estos edificios. Un primer inventario, realizado entre 2018 y 2019, logró identificar y registrar 152 iglesias pertenecientes a la denominada Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera. Y ahora, dos décadas después de esa declaratoria mundial, se inicia un nuevo estudio para proyectar el valor que representan esas 16 iglesias. Ya no solo en su calidad de inmuebles, sino también como puntos de referencia para las comunidades. Se hará a través de un segundo inventario: la Escuela Chilota de Imaginería.


“Se estudiarán y registrarán las figuras religiosas y las prácticas culturales asociadas a estos objetos, que son el puente directo con la comunidad: a través de ellas se mantienen vivas las tradiciones y el culto que se da desde la misión circular hasta la actualidad”, explica la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés. La existencia de las imágenes, aunque algunas han sido reemplazadas dada su antigüedad, muchas veces marcaron el inicio de la construcción de las iglesias. Son el símbolo físico de ese valor intangible que es la devoción.


“Cuando se inscribieron las 16 iglesias en el año 2000 aún no estaba completamente instalada la idea de patrimonio inmaterial. Se entendía el patrimonio como los objetos. Con este inventario se está actualizando esa dimensión”, agrega Serra.


Algunos de estos trabajos se están presentando al público en el nuevo portal ChiloePatrimonioMundial.gob.cl, que detalla el sitio patrimonial administrado por la Fundación de Iglesias Patrimoniales de Chiloé. “Nuestra apuesta para los próximos años serán las personas. En torno a las iglesias se desarrollan actividades religiosas y culturales verdaderamente únicas”, proyecta Alberto Larraín, vicepresidente de la fundación.


Desde noviembre, un equipo de historiadores, antropólogos y conservadores estudia la documentación preliminar, para iniciar las expediciones al archipiélago durante enero. Se abocarán a trabajar en esas 16 iglesias, la mayoría situada en sectores rurales y alejados. Pero no solo se abordarán las imágenes religiosas que circulaban por las islas ya desde el siglo XVII. El rol actual del devoto también es clave.


El inventario incluye entrevistas con esas familias y con quienes cumplen funciones formales en las iglesias: fiscales, patrones de capilla, patronos de imágenes, la cuidadora de llaves o el encargado de vestir al santo. “Buscamos profundizar sobre la relación de las comunidades con estos objetos devocionales, entendiendo que este tejido social es lo que posibilita su conservación y les da sentido a estas piezas y a los templos”, cierra la ministra.

jueves, diciembre 03, 2020

Industria del espectáculo compromete respaldo de Economía para su vuelta

 El Mercurio


José Vásquez


Fue una especie de asamblea gremial que ahondó el crítico momento que atraviesan los diversos estamentos ligados a la producción de eventos desde el turismo al rubro artístico, y entregaron un duro diagnóstico, cifrando sus pérdidas en US$ 800 millones y la reducción de 270 mil empleos ayer, vía telemática, desde Espacio Riesco en el “Encuentro de la Industria de los Eventos 2020”.


Dentro de este marco, uno de los paneles que hubo fue el relativo al de los shows masivos, donde se habló de las dificultades que han enfrentado durante la pandemia y la incertidumbre respecto de su reapertura, debido al escaso diálogo que han tenido con el Gobierno y donde participaron Jorge Ramírez, gerente de la Agepec; Alfredo Alonso, director de Bizarro; Sebastián Meza, de Lotus, y Felipe Horta, de Horta Producciones.


Ramírez dijo que luego de siete meses sin tener respuestas, logró reunirse con el ministro de Economía, Lucas Palacios, y que este le comprometió su apoyo. “El ministro entendió que esto tiene un componente para la economía muy relevante”, señaló y que no se había dimensionado la situación de que ha dejado en este sector a 150 mil personas cesantes. “(Palacios) se ha comprometido a ser el puente entre la industria del entretenimiento y el Ministerio de Salud para ver qué podemos hacer”, aseguró el productor sobre la situación del gremio para trabajar en la pandemia, incluyendo un mejor acceso a los créditos Corfo y Fogape.


El gerente de Agepec señaló que en septiembre pasado le hicieron llegar al Ministerio de Salud un informe de 20 páginas con un riguroso protocolo para reiniciar la actividad y que hasta hoy no han tenido una respuesta, que ahora esperan encontrar con el compromiso del ministro Palacios.


Además, los productores señalaron que poseen la tecnología para lograr la trazabilidad de los asistentes a los conciertos y concluyeron que los shows en vivo no son reemplazables por el streamig.


En este punto, Alonso, quien produce el Festival de Viña, planteó que este es un evento que merece respeto. “Uno no puede decir que lo vamos a hacer con cinco personas en el público. No se le puede bajar la calidad, la estampa o el nivel”, señaló, y ante su no realización en febrero próximo dijo que los artistas tienen un respeto por Viña que “no se puede tirar, porque hay que hacerlo, porque hay que hacerlo. Hay que cuidar la marca”.

miércoles, diciembre 02, 2020

“Abre Santiago”: Los Tres dieron el inicio a un diciembre de 24 shows con público

 El Mercurio


La serie de eventos se hará en las terrazas del Movistar Arena, con hasta 700 personas distribuidas en mesas y reposeras. La cartelera también trae humor y espectáculos infantiles.

JOSÉ VÁSQUEZ


El atardecer, los toldos, las reposeras y el ambiente playero en la denominada zona lounge frente al escenario. El Movistar Arena se adaptó a las circunstancias de la pandemia y trasladó sus producciones a las terrazas del recinto en la entrada norte, donde se ubican los restoranes del exterior que ayer funcionaron con una carta en línea y pedidos a través de una aplicación.


Ahí, el lugar también se pobló de mesas en el sector “Garden”, ubicado más atrás, con configuraciones de dos y hasta seis personas en un espacio de 8 mil metros cuadrados ––el terreno total de las dependencias del recinto es de 44 mil metros cuadrados––, que puede albergar hasta 700 asistentes manteniendo la distancia física, aunque anoche llegaron solo 200 personas, según la producción. Y, al frente de todo eso, un pequeño montaje con luces y pantallas LED, donde anoche tocaron Los Tres.


“Hola, muchachos, buenas tardes, estamos vivos”, ironizó Titae Lindl apenas apareció, y su compañero Álvaro Henríquez agradeció: “Qué bueno verlos nuevamente. Es realmente un placer”.


La banda arrancó con “De hacerse se va a hacer” y luegp desplegó canciones como “Somos tontos, no pesados” y “Camino” en su primera presentación presencial, tras una serie de actuaciones para el streaming.


La disposición de todo generó un ambiente más cercano al de un evento privado que al de un recital propiamente tal, pero la experiencia de volver a tener a los músicos al frente se impone fácil por encima de cualquier aventura virtual en período de pandemia, que ayer también exigió cuidados: el protocolo incluyó el uso de mascarilla en todo momento, la toma de temperatura al ingreso y entradas electrónicas, entre otras medidas.


“Qué agrado tocar con público”, dijo luego Henríquez, que siguió con “Hojas de té”, “Gato por liebre”, “La torre de Babel” y “Tírate” y “Un amor violento” con Pedropiedra como invitado.


Con Los Tres arrancó una abultada cartelera, tras ocho meses y medio sin shows con público, que tendrá en total 24 espectáculos durante este mes con música, humor y números infantiles. “La idea de este proyecto se parece un poco a lo que ocurre en los restoranes de barrios como Bellavista y Lastarria, que se han reactivado, aunque acá, por el espacio, se logra mucho mejor la distancia entre las personas”, señala Álex Rebolledo, gerente del Movistar Arena.


“El objetivo de esto es que nuestra gente volviera a trabajar, tanto quienes tienen contratos y quienes lo hacen de manera temporal. Acá hay 600 personas que volvieron a realizar sus funciones, no solo los técnicos y sonidistas de los shows, también la gente de los restoranes, los guardias o los acomodadores que guían el ingreso”, afirma el ejecutivo.


La experiencia no podrá continuar en enero, porque el recinto será utilizado para la Fórmula E, pero en febrero, señala el gerente del Movistar Arena, esto podría seguir, dependiendo de la evaluación que se haga por lo hecho en diciembre. “También estamos viendo la posibilidad de hacer esto mismo en regiones, con el mismo concepto, un ‘Abre Viña del Mar', por ejemplo”, plantea Rebolledo.


Cartelera presencial


Todavía se siguen sumando artistas a esta agenda de espectáculos. En los próximos días se confirmaría el de una figura juvenil femenina y una popular banda de corte latino. Ayer, se oficializaron las presentaciones de Los Jaivas e Illapu, dos de los nombres con mayor trayectoria en la industria musical chilena.


Hoy y mañana, repetirán su actuación Los Tres y el viernes estará Nicole. En los días siguientes actuarán Kudai y Villa Cariño.


En el humor habrá nombres como Belén Mora, Natalia Valdebenito, Felipe Avello y Álvaro Salas, y para los niños se presentarán los shows de El Perro Chocolo y del payaso Pastelito.

Música a la vista: la semana de película con In-Edit

 El Mercurio


Hoy comienza la edición 16 del festival, ahora en formato digital. Aun así, apuesta por funciones presenciales en el Teatro Nescafé de las Artes y Matucana 100.

IÑIGO DÍAZ


La reciente exhibición por televisión abierta de “Todos juntos”, el sorprendente documental sobre Los Jaivas, generó gran expectativa debido a la profundidad de la historia y las imágenes de archivo del grupo nunca vistas. Si bien se estrenó en noviembre vía streaming en el Festival de Cine de Viña y luego se dio en TV, será la primera vez que se proyecte en sala.


Su exhibición, este sábado, será también una de las primeras experiencias de una función presencial que tiene el Festival In-Edit en su edición 16. Hasta el 8 de diciembre presentará una treintena de cintas documentales sobre música, su foco central.


“Son diez funciones en sedes, sujetas al protocolo sanitario. Pero son solo una parte del festival, porque el grueso será en línea. In-Edit mantiene entonces el vínculo con la pantalla grande, con el sonido en sala y también con algo de celebración colectiva que siempre tuvo el festival”, señala Marisol García, del equipo organizador.


Los aforos serán reducidos en esta apuesta con público, tanto en el Teatro Nescafé de las Artes —donde se dará “Todos juntos”—, con 350 localidades para las mil que tiene el recinto, y la explanada de Matucana 100, a la que se permitirá el acceso de solo 200 personas. Estas entradas valen $3.000, mientras que el abono para todo el programa por pantalla será de $6.000.


“Cuando comenzamos, en 2004, tuvimos que batallar con un medio que no entendía bien el género del documental musical: no son películas de conciertos ni biografías sobre estrellas del rock, sino algo mucho más abarcador y de gran cuidado narrativo”, refiere García. Así, el programa vuelve a poner una mirada sobre todo en el relato que se escribe desde ángulos diversos para una u otra historia.


Hay películas sobre Brian Jones y Bill Wyman, dispares músicos de los Rolling Stones. También de Johnny Cash (“My darling Vivian”), Charles Aznavour (“Aznavour: Le regard de Charles”), de la malograda vida de Billie Holiday (“Billie”) y del ahora mítico Gustavo Cerati (“Un hombre alado”), como figuras de una música popular y parte de la competencia internacional. Pero los autores también acercan al público historias mucho menos a la mano.


Un caso es la estadounidense “Making waves”, que aborda el sonido como elemento supuestamente secundario dentro del cine y como materialidad para todo el arte sonoro. Otro caso es la alemana “Ethiopiques: Revolt of the soul”, sobre el rescate realizado por un coleccionista de una música vibrante y oculta. Y otra es la española “Niños somos todos”, sobre el viaje que el astro del “antiflamenco” Niño de Elche realiza a Bolivia para descubrir vínculos entre lo andaluz y lo andino.


In-Edit nuevamente propone una competencia de trabajos locales y allí aparecen “El cometa”, que aborda al histórico grupo de jazz rock Cometa y su reencuentro 30 años después; “José Quilapi, mapuche tenor”, sobre el cantante lírico, y “Lakitas Nañapura, movilizando tradiciones”, acerca de la desafiante idea de mujeres iquiqueñas frente a una tradición masculina.

Industria de eventos asegura que ha perdido US$ 800 millones

 El Mercurio


Unos 140 mil eventos menos en los últimos 13 meses, pérdidas por US$ 800 millones y una caída de un 95% en las ventas respecto a un año normal son el crítico balance que hace la industria de los eventos en este difícil período marcado por el estallido de la crisis social y la pandemia.


Frente al complejo escenario, el rubro —que reúne a productores de eventos sociales, masivos, empresariales, culturales y artísticos— decidió realizar hoy el primer encuentro del sector para plantear medidas que les permitan operar.


El subgerente de comunicaciones de Espacio Riesco y vocero del encuentro, Juan Pablo Murillo, explicó que se trata de una industria clave para la economía del país que genera 270 mil empleos directos y 75 mil indirectos.


“Queremos dar a entender que sí es posible hacer eventos de forma segura y de concientizar a las autoridades”, señaló Murillo.


Para esto, en la instancia se realizará una serie de paneles con actores de la industria con el objetivo de generar contenido que luego esperan proponer al Gobierno.


Murillo explicó que la industria está contra el tiempo y que la supervivencia de miles de empresas está en juego. “Para nosotros marzo es súper importante, es clave porque empieza toda la agenda de actividades (…) creemos que como industria podemos resistir hasta ese mes, de ahí en adelante no sé qué pueda pasar”, sostuvo.

Mario Guerrero invita a Fanny Lu a cantar un urbano romántico

 El Mercurio


El ex “Rojo” presentará este viernes el sencillo “Corazones rotos”, que grabó junto a la cantante colombiana.

José Vásquez


“No quería seguir en pausa, sentía que debía darle continuidad a mi música”, dice Mario Guerrero para explicar por qué en octubre pasado decidió volar a Miami para concretar su nuevo sencillo, “Corazones rotos”, una colaboración con la cantante colombiana Fanny Lu, que estrenará este viernes y con el que busca seguir proyectando su internacionalización.


La canción, señala el ex “Rojo”, fue una balada que nació junto al piano mientras escribía con su productor Antony Albert. Un tema que pronto fue mutando sonoramente hacia un ritmo mucho más latino y que, sintieron, funcionaría mejor con un dueto.


“Los colores que requería el tema no los iba a lograr si me quedaba aquí, tenía que viajar, pero lo hice muy consciente de los cuidados de la pandemia. Fui muy estricto en eso, porque sabía que si el mundo no se movía, había que ir a moverlo”, cuenta sobre su decisión.


Guerrero se encontró en Estados Unidos con la intérprete colombiana y registraron el alegre videoclip del tema, recorriendo diversas locaciones de la ciudad del estado de Florida. “Respetamos todos los protocolos durante la filmación”, indica el músico chileno, quien conoció a Fanny Lu luego de haberse encontrado en diversos escenarios, como en la Teletón de El Salvador y Colombia. “Tenemos una relación de mucho respeto por nuestras carreras, por eso le envié mi canción, para saber si le gustaría grabarla, y le encantó”, agrega la voz de “Me gustas”.


Lo nuevo lo define como “un pop urbano con mucho romanticismo” que se conecta con el “ballenato popular”, dice, a través del acordeón. La canción se une a sencillos que ha lanzado durante los últimos meses —como “Besos al aire”, que surgió durante esta pandemia, estrenándola en julio pasado— y que potencialmente podrían ser parte de un próximo disco.


El cantante adelanta que sigue avanzando en la producción de nuevos duetos con figuras internacionales, como lo hizo el 2019 junto a la puertorriqueña Raquel Sofía, novedades que irá revelando durante los próximos meses. Dentro de sus preocupaciones más inmediatas está la de volver a cantar frente al público.


“Han sido meses muy extraños estos, en los que he tenido unas ganas urgentes de estar en el escenario, sentir esa energía que no se puede replicar en los shows online”, expresa Mario Guerrero, quien espera concretar presentaciones con público durante este verano.


“Estamos trabajando en encontrar el punto de equilibrio para dar con los costos de producción que representa hacer un concierto”, plantea en relación a los aforos limitados que todavía restringe la pandemia.

martes, diciembre 01, 2020

Clásicos del Teatro UC están disponibles gratis para el público

 El Mercurio


“Theo y Vicente cegados por el sol”, “Esperando a Godot” y “Sarah Bernhardt” se pueden ver en la plataforma Escenix.

MARIO VALLE


Fueron un éxito de público y crítica cuando se presentaron y desde ayer estas obras pueden verse en forma gratuita en la plataforma Escenix.cl.


Son los registros de los montajes del Teatro UC “Esperando a Godot” (1994), “Theo y Vicente cegados por el sol” (1990) y “Sarah Bernhardt” (1984).


Es una iniciativa conjunta de Escenix con el Archivo de la Escena Teatral de la Escuela de Teatro UC. El lanzamiento lo hicieron ayer Ramón Núñez, Héctor Noguera, Alfredo Castro y Ramón López, quienes participaron en estas piezas.


“En tiempos de pandemia este es un regalo maravilloso que se hace para que la gente pueda ver el teatro que se hacía en la Universidad Católica”, dice a “El Mercurio” el actor Ramón Núñez, quien formó parte de los elencos de las tres obras.


Según explica, siempre se hacían registros a tres cámaras de los montajes, por lo cual espera que esta iniciativa incluya luego otros. De estos tres, precisa que el de “Sarah Bernhardt” fue el más profesional, ya que se encargó a la cineasta Tatiana Gaviola y se hizo en un día, mientras que los otros dos fueron grabados desde una función.


Núñez precisa que es una coincidencia que él participe en los tres, ya que en esos años estuvo siempre actuando y dirigiendo. El actor hoy se dedica solo a la docencia.


“Esperando a Godot”, de Samuel Beckett, la dirigió Mauricio Pesutic y en su elenco estuvieron Arnaldo Berríos, Eduardo Barril y Núñez, entre otros.


“Theo y Vicente cegados por el sol”, que tuvo cuatro temporadas, es una adaptación del texto de Jean Menaud dirigida por Alfredo Castro y protagonizada por Núñez y Héctor Noguera.


“Sarah Bernhardt”, que estuvo dos años en escena, es una producción basada en el texto de John Murrell, que dirigió Eugenio Guzmán con Silvia Piñeiro en el rol de la mítica actriz y Núñez como Georges Pitoue, su secretario.


Gabriela Aguilera, directora artística del Teatro UC, señala que es un patrimonio “que necesitamos compartir”.


En tanto, la actriz Patricia Rivadeneira, fundadora de Escenix, plantea que espera que este ciclo “lleve a todos los rincones estos registros emblemáticos”.

“Esta serie es sobre la vida de Selena, no de cómo termina su historia”

 El Mercurio


Christian Serratos, quien interpreta a la diva de la música tejana en esta producción de Netflix, habló con “El Mercurio” sobre el legado de la artista.

ROMINA RAGLIANTI


A 25 años de su muerte, Selena sigue siendo una estrella dentro de la comunidad latina. El equipo detrás de la nueva serie biográfica sobre la reina de la música tejana sabe que las expectativas son altas.


“Sé que ella significa mucho para mucha gente”, dice Christian Serratos, la estadounidense de raíces mexicanas que interpreta a Selena en la ficción. “Quería hacer el mejor trabajo para honrar su legado, por su familia y sus fans. Son zapatos muy grandes que llenar, pero a todos nos importa mucho ella y su historia, lo hicimos con respeto y eso realmente se nota en la pantalla”, agrega al teléfono.


“Selena: la serie” estrena su primera parte, de nueve episodios, el próximo viernes en Netflix. Una producción original de la plataforma que pone el foco no solo en el ascenso musical de Selena Quintanilla, quien con una voz privilegiada comenzó cantando en público a los 9 años junto a su padre Abraham y sus hermanos A.B. y Suzette, sino también el resto de la familia. “Para ella su familia era importante, y esa vida familiar la hizo quien era”, enfatiza Serratos.


Los primeros episodios muestran los esfuerzos de los Quintanilla por establecer una carrera musical, y los verdaderos Abraham y Suzette son productores ejecutivos de la serie: todo lo que se ve en pantalla contó con su aprobación. “La serie sería muy diferente si ellos no estuvieran involucrados, no podríamos contar una historia tan honesta”, opina la actriz.


Viendo la serie, es fácil olvidar que la vida de Selena terminó trágicamente en 1995, cuando solo tenía 23 años, asesinada por su amiga y exempleada Yolanda Saldívar. El tono es optimista y alegre, a la par con la chispeante y dulce personalidad de su estrella. “Nuestro show es sobre su vida, y no sobre cómo termina su historia”, recalca Serratos. “Los fans quieren ver su espíritu, lo trabajadora y amorosa que era, y en eso es en lo que queríamos enfocarnos”.


La primera parte ilustra en detalle los primeros pasos de una larga trayectoria musical, desde cómo se crearon algunas recordadas canciones hasta cómo se desarrollaron algunos de los looks más famosos de la artista. “Fue muy divertido, porque yo crecí viendo esos vestuarios y queriendo vestirme así”, dice Serratos. “Ella era una mujer de negocios increíble, su propia estilista y maquilladora. Fue conocida no solo por su voz y su música, sino también por su habilidad de manejarlo todo”, añade.


La actriz tiene su teoría de por qué Selena sigue siendo relevante. “No solo era increíblemente talentosa, era una artista única. Ellos eran muy innovadores en lo que estaban haciendo, sus canciones aún son tan poderosas hoy como en los años 80 y 90. Pero creo que era también su humanidad. Selena tenía una forma de hacer que te sintieras conectado con ella, como si fueras su amigo, y para alguien que alcanza el estatus de ícono no es común que los sientas tan cercanos. Siempre fue ella misma, y creo que esa es una tremenda cualidad para una celebridad”, sostiene.


Serratos fue fanática de Selena de niña y creía conocer todas sus canciones hasta que comenzó el rodaje. “Quedé muy sorprendida porque había tantas canciones que no había escuchado antes, y realmente te das cuenta de cuántos años llevaban trabajando y haciendo música espectacular”, destaca Serratos, quien se hizo masivamente conocida por su participación en “The Walking Dead”.

El primer catálogo de música de Taylor Swift cambia de dueño otra vez

 El Mercurio


Una firma de inversiones se lleva las grabaciones originales de los primeros seis álbumes de la estrella pop por más de US$ 300 millones.

ANNE STEELE


El agente de talentos de celebridades Scooter Braun vendió las grabaciones originales de Taylor Swift de sus primeros seis álbumes a la firma de inversiones Shamrock Capital Advisors LLC con sede en Los Angeles, lo que marca un nuevo foco de tensión en la pelea entre la superestrella pop y su excasa disquera mientras el valor de la música se encumbra en la era del streaming.


El acuerdo que se concretó está valorado en más de US$ 300 millones —más o menos lo que Ithaca Holdings LLC de Braun pagó por la totalidad de la exetiqueta de Swift, Big Machine Label Group LLC, hace un año y medio—, según personas al tanto del tema. Se estructuró en forma tal que Braun seguirá cobrando las ganancias del catálogo en el futuro.


Swift, quien ha expresado abiertamente que no está de acuerdo para nada con la venta de su trabajo a Braun, señaló en una declaración en Twitter que había tratado de comprar su antiguo catálogo a Ithaca y que la venta a Shamrock se llevó a cabo sin su conocimiento. Agregó que si bien estaba en un principio optimista con respecto a una asociación con la firma de inversiones, cuando supo que Braun seguirá beneficiándose financieramente con su trabajo, eso fue un “mal comienzo”.


“Hicimos esta inversión porque creemos en el inmenso valor y oportunidad que acompaña su trabajo. Respetamos y apoyamos plenamente su decisión y, aunque esperábamos asociarnos formalmente, también sabíamos que este era un resultado posible que consideramos”, precisó Shamrock en una declaración. La compra es la primera inversión importante de la firma en un catálogo musical.


Representantes de Braun y el fundador de Big Machine, Scott Borchetta, no respondieron a las solicitudes de entregar algún comentario.


La batalla por la música de Swift empezó a fines de junio del año pasado, cuando Braun, a través de Ithaca, adquirió Big Machine, una compañía de música independiente con sede en Nashville, en un acuerdo que contó con el respaldo de la enorme compañía de títulos privados Carlyle Group LP. Swift, quien ha luchado con Braun y algunos de los clientes de este, expresó de inmediato su decepción por el acuerdo, contó que había rogado por tener una oportunidad para ser la dueña de su trabajo y que la compra de Braun de sus originales fue “mi peor escenario”. Más tarde la artista dijo que volvería a grabar éxitos de su catálogo a partir de este año, como se lo permiten los términos de su antiguo contrato.


Borchetta fundó Big Machine en 2005. Swift, en ese entonces de 15 años, fue el primer acto que él firmó después de descubrirla en una presentación en un café en Nashville. Ella lanzó seis álbumes de estudio con la etiqueta, cuyo crecimiento durante muchos años se produjo en gran medida en forma paralela al de la cantante y compositora country que se convirtió en una exitosa estrella popular. Swift llegó a ser una agente libre en 2018 y logró un nuevo acuerdo a largo plazo con Republic Records de Universal Music Group, en el que la artista es la dueña de toda su nueva música grabada en el futuro. La propiedad de sus grabaciones anteriores siguió estando en manos de Big Machine.


Swift contó que hace poco empezó a grabar de nuevo su trabajo anterior. Compartió también una copia de una carta que escribió a Shamrock el mes pasado, en la que decía: “Sé que esto disminuirá el valor de mis antiguos originales, pero espero que entienda que esta es mi única forma de recuperar el sentido de orgullo que una vez tuve cuando escuchaba las canciones de mis primeros seis álbumes y también permitir que mis fans escuchen esos álbumes sin tener sentimientos de culpa por beneficiar a Scooter”.


La acción podría reducir el valor de las grabaciones más antiguas, ahora en poder de Shamrock, si una cantidad suficiente de sus ávidos fans prefiere las nuevas versiones —con lo que Swift recibiría un pago cada vez que se difundan— y ella opta por otorgar licencias de esa música para que se utilice en filmes, TV y avisos. Con todo, no importa quién sea dueño de sus grabaciones, Swift recibe ingresos por el uso de su trabajo. Si la misma artista fuera dueña de las grabaciones, tendría que compartir mucho menos de ese flujo de ingresos.


Antes de la distribución digital, las compañías disqueras tenían monopolios efectivos sobre la distribución de discos, cintas y CD; por lo tanto, se limitaba el valor que tenía para los artistas poseer sus originales.


La explosión de las opciones en línea ha hecho que sea más atractivo para los artistas ser dueños de su material, en vista de la serie de medios que emiten simultáneamente su música y el aumento en los ingresos provenientes de la difusión en algunos servicios tales como Spotify Technology S.A. y Apple Music de Apple Inc.

El mundo ve más dibujos animados: El streaming entra al mundo animé

 El Mercurio


Netflix tiene 16 proyectos en desarrollo a cargo de su equipo en Tokio, mientras la pandemia eleva cada vez más la demanda.

CHIEKO TSUNEOKA


TOKIO La pandemia está ayudando a los cazademonios, monstruos y robots de Japón a dar un salto al mercado global.


El video animado al estilo japonés —también conocido como animé (dibujos animados)— ha sido por largo tiempo un gusto de nicho para los fans en EE.UU. y otras partes, y algunos filmes del género, tales como aquellos de Hayao Miyazaki, se han convertido en éxitos populares.


Ahora, cuando la pandemia ha aumentado el valor del contenido de video escapista, el negocio se está poniendo más atractivo. Los servicios de streaming, tales como Netflix Inc. y Amazon Prime de Amazon.com Inc., están recorriendo el globo en busca de contenido nuevo, desde documentales hasta videos relajantes, y los dibujos animados tienen una ventaja por sobre el contenido de acción en vivo, porque no requieren que los actores y el equipo se expongan al contagio del virus.


En vista de que el éxito del dibujo animado más reciente ha producido cientos de millones de dólares en Japón, los miembros de la industria dicen que es probable que el próximo año signifique más acuerdos y contenido para EE.UU.


“Solía tener la sensación de que la categoría animé se estaba extendiendo ampliamente por el mundo, pero lo que estamos viendo en estos días es un gran salto más allá de eso”, indicó Taiki Sakurai, productor en jefe de dibujos animados de Netflix. “La base global de fans del animé se está expandiendo rápidamente”, dijo.


El mes pasado, Netflix informó que tenía 16 proyectos en desarrollo en su centro de producción de dibujos animados en Tokio, entre los que había títulos como “Godzilla” y “Transformers”, como también planes para una distribución global que se vieron impulsados por la evidencia de una mayor demanda.


Netflix, el que contrató a un equipo creativo dedicado a la producción de dibujos animados en Tokio hace cuatro años, señaló que más de 100 millones de familias en todo el mundo vieron al menos un título de animé en el sitio de streaming en el año hasta septiembre de 2020, un aumento del 50% en relación al año anterior. Los títulos han aparecido en la lista de los 10 principales en casi 100 países este año, indicó. Amazon Prime también ofrece una gran cantidad de títulos de dibujos animados.


Los informes financieros de Toei Animation Co., con sede en Tokio, el estudio responsable de dibujos animados, tales como las franquicias “Dragon Ball” y “Sailor Moon”, permiten vislumbrar el modo en que la industria está cambiando.


Hace cuatro años, los ingresos que se recibían de fuera de Japón respondían por un tercio de los ingresos totales de Toei Animation. La parte internacional subió a la mitad del total en el año que terminó en marzo pasado, y los ingresos internacionales aumentaron más del doble, hasta alcanzar el equivalente de US$ 243 millones, con programas de “Dragon Ball” disponibles en servicios de streaming, como Hulu en EE.UU. En los últimos seis meses, las ventas en el extranjero se elevaron a casi tres quintos del total.


El contenido animado “ya no se trata de Disney solamente”, dijo Kozo Morishita, quien dejó el cargo de presidente de Toei Animation en junio y sigue siendo un asesor de la compañía. “No vamos a perder la oportunidad”.


Las ventas en el extranjero de compañías japonesas involucradas en el contenido de animación, lo que incluye personajes de licencias para juguetes y otros artículos, crecieron en cerca de US$ 2.300 millones seis años antes, a US$ 10 mil millones, aproximadamente, en 2018 y respondieron por casi la mitad de los ingresos totales de la industria, de acuerdo a la Association of Japanese Animations.


Las películas de Miyazaki, tales como “Spirited Away” y “Princess Mononoke”, introdujeron a muchos en Occidente al mundo del animé en la década de 1990 y principios de 2000, pero hay mucho más contenido de donde eso provino. A menudo los títulos tienen temas de fantasía y aventura que atraen a los espectadores jóvenes, como “One Piece”, de Toei, una historia de aventuras pirata de un niño y una fruta mágica.


En Japón se hacen nuevos programas cada año para más de 300 títulos de animación de TV, muchos de ellos muy poco conocidos fuera del país.


Traer dibujos animados al mundo no es fácil, y no solo debido a la dificultad de traducir algunas de las referencias culturales e históricas más oscuras para una audiencia global.


Los programas de animé en Japón son hechos, por lo general, por un grupo de inversionistas, quienes forman un comité de producción ad hoc para cada película o proyecto. A menudo es imposible descubrir quiénes son los miembros de un comité y los roles que desempeñan, explicó Tomohito Mure, jefe ejecutivo de Paradigm Shift Co., la que negocia acuerdos internacionales de animé. Los creadores detrás de un contenido popular puede que trabajen para compañías pequeñas con pocos angloparlantes o divisiones de licencias sofisticadas.


“Es un sistema singular de Japón”, observó Mure.


Un miembro de la Association of Japanese Animations, la que representa a los productores de animación, contó que los creadores a veces se sienten molestos por el enfoque sin criterio de los ejecutivos extranjeros, quienes tratan de comprar los derechos sin mostrar el respeto suficiente por el arte japonés. “Aquellos que realmente quieren difundir los dibujos animados de algún modo encuentran una forma de contactarse” con la persona correcta, agregó.


Los proyectos de mayor presupuesto, como las películas de Miyazaki o el éxito de 2016 “Your Name”, por lo general cuentan con inversionistas importantes, como las redes de TV o compañías editoriales. Incluso entonces, puede que los inversionistas estén satisfechos con sus ganancias del mercado nacional, y lograr que todos estén de acuerdo en llevar su contenido al extranjero puede ser un desafío, manifestó Soichiro Fukuda, analista de la firma consultora Frontier Management Inc.


Studio Ghibli, la compañía productora de Miyazaki, mantuvo por largo tiempo su catálogo lleno de éxitos populares fuera de los servicios de streaming estadounidenses. Este año, HBO Max, un servicio de streaming que pertenece a Warner Media de AT&T Inc., empezó a ofrecerlos. Studio Ghibli declinó hacer algún comentario.


Sony Corp. está en conversaciones para entrar al negocio de streaming mediante la compra de Crunchyroll, un servicio de dibujos animados especializado con seguidores de culto que actualmente es propiedad de AT&T, de acuerdo a personas al tanto del tema. Sony declinó hacer algún comentario.


Una unidad de Sony Music tiene el mayor éxito de dibujos animados en este momento, al menos para los japoneses. Una película sobre un niño con una espada, “Demon Slayer, Kimetsu no Yaiba, The Movie: Mugen Train”, ha recaudado más de US$ 200 millones en Japón en menos de un mes, mientras ha atraído a una multitud de espectadores con máscaras. Va a llegar a EE.UU. a principios del próximo año.

lunes, noviembre 30, 2020

La Navidad de Jonas Kaufmann: desde “Adeste Fideles” a Mariah Carey

 El Mercurio


Hasta recetas de galletas y poemas de Adviento incluye el álbum doble “It's Christmas” (Sony), que reúne 42 canciones de todos los tiempos.

Juan Antonio Muñoz H.


Cuando el tenor bávaro Jonas Kaufmann tenía ocho años, ganó un concurso de narraciones de Navidad en el que contaba detalles de la fiesta familiar junto a sus padres y su hermana. “Quedé estupefacto al descubrir mi foto en un diario de Múnich. Para un concurso de escritura de mi colegio, describí la noche de Navidad de manera tan viva que me dieron el premio. Contaba cosas como que con mi hermana acordamos una señal secreta para dejar de cantar abruptamente en medio de una canción y así reírnos de nuestra mamá, que no podía emitir ni una sola nota correcta”, relata.


Las antiguas tradiciones de Baviera; los sabores y aromas de esa época del año; la nieve y los villancicos por calles, templos y mercados. Todo eso impregnó la infancia de Jonas Kaufmann, quien trasladó esa atmósfera a su familia y que ha querido reunir en este álbum doble Sony, publicado el 12 de noviembre, esas canciones que forman parte de su memoria emotiva. “Es algo que debía a mis hijos. Navidad es la fiesta del recogimiento, de la reminiscencia; una fiesta familiar de una importancia singular porque cada familia elabora su propio ritual. Creo que es algo especial también para este año que ha sido tan difícil para todo el mundo”, comenta.


Un año en el que él mismo se ha prodigado de manera excepcional: es uno de los cantantes líricos que más ha actuado en este tiempo de pandemia y ha lanzado nada menos que cuatro discos en seis meses: “Otello”, dirigido por Antonio Pappano; la colección de lieder “Selige Stunde”, con Helmut Deutsch al piano, producido íntegramente durante el confinamiento; la grabación en vivo de la “Sommernacht” de Viena con la Orquesta Filarmónica de Viena y Valery Gergiev, y finalmente este álbum que venía acompañado de una gira de conciertos por varios escenarios europeos y que debió ser cancelada debido al rebrote del covid-19. Eso sí, se hizo un especial de televisión rodado en Salzburgo que será transmitido durante diciembre.


La fiesta del Sol Invicto


El álbum es un lujo a la antigua usanza: dos CD con 42 canciones en total y un librillo que reúne fotos de la infancia de Kaufmann; los textos completos de las canciones; poemas de Rainer Maria Rilke (“Advent”), Anna Ritter (“Vom Christkind”) y Theodor Fontane (“Knecht Ruprecht”), y recetas de galletas que cocina el tenor, famoso por sus habilidades culinarias. “Cuando hago galletas de Navidad, necesito escuchar canciones de Navidad, y cuando escucho cantos de Navidad, me dan ganas de hacer galletas”, asegura en las notas adjuntas.


En “It's Christmas” lo acompañan los coros St. Florianer Sängerknaben y Bachchor Salzburg; la Mozarteumorchester Salzburg, bajo la dirección de Jochen Rieder; la Cologne Studio Big Band, y los solistas Florian Pedarnig (arpa) y Till Brönner (trompleta y flugelhorn). “Al pensar en Navidad viene inmediatamente a mi mente la música. El sonido de las grandes tiendas nos recuerda inexorablemente que Navidad se acerca. Es la manifestación exagerada de una idea que, en su origen, está auténticamente ligada a la historia de la Natividad: la alegría de la anticipación”, dice Kaufmann, quien en su disco ha reunido canciones que tienen raigambre religiosa, pero también de la tradición y de los gustos más contemporáneos. “Noel es ante todo el nacimiento de Jesús. Pero es también San Nicolás, el Niño, Santa Claus, la tradición del pino… Hay múltiples rostros que la Navidad ha tomado en el curso de los siglos”, comenta, y recuerda que esta fiesta fue mencionada por primera vez por el cronista romano Furius Dionysius Filocalus en el 354 después de Cristo: “Pero el 25 de diciembre era ya por largo tiempo una fiesta pagana, la fiesta del Sol Invictus: el dios Sol invicto que celebramos en el solsticio de invierno. Fue solo con la propagación de la fe cristiana que esta fecha se convirtió en la fiesta no del dios Sol sino de Cristo en tanto verdadera luz. Hay cientos de tradiciones en el mundo; yo, por ejemplo, una vez fui a ver un pesebre vivo en la abadía de Andechs y esa representación con personas y animales verdaderamente me emocionó. Mi papá tenía una pasión secreta por el Christmas americano de Bill Crosby, Frank Sinatra y Ella Fitzgerald”.


Así, las pistas viajan de un siglo al otro, partiendo por el tradicional “Engel haben Himmelslieder” hasta llegar “All I want for Christmas is you”, de Mariah Carey, sin olvidar toques de jazz en “Have yourself a Merry Little Christmas”, con Kaufmann como crooner. Por supuesto, están “Tochter Zion” (Händel), “Ich steh an deiner Krippen hier” (Bach/Lutero); “Vom Himmel hoch, da komm ich her” (Lutero), “Cantique de Noël” (Adam) y “Hark! The herald angels sing” (Mendelssohn), y los ineludibles “O Tannenbaum”, “Adeste Fideles”, “Jingle bells” y “White Christmas” (Berlin).


Pero la atmósfera se vuelve propiamente cálida en las dos versiones de “Noche de Paz” (Franz Xaver Gruber), en alemán y en inglés; en la evocación renacentista de “What Child is this”, con música de “Greensleeves”; en las tradicionales “Still, still, still” y “Es wird scho glei dumpa”, donde la voz del tenor se une con delicadeza de canción de cuna al arpa de Florian Pedarning; en el poder evocador de “Maria durch ein Dornwald ging” y “Leise rieselt der Schnee”, y en esas miniaturas bellísimas que son “Entre le boeuf et l'âne gris” y “Gesù bambino”.

Murió David Prowse, actor tras la máscara de Darth Vader

 El Mercurio


A los 85 años falleció el actor inglés famoso por haber vestido el traje del mítico villano en la primera trilogía de “Star Wars”, aunque la voz la aportó otro actor, James Earl Jones, dado su fuerte acento británico. Prowse, quien también cultivó el deporte del levantamiento de pesas, interpretó además a Frankenstein en tres filmes entre 1967 y 1974, participó en “La naranja mecánica” (1971) y entrenó a Christopher Reeve en su preparación para el rol de Superman. Estuvo activo hasta 2016, cuando participó en la serie de TV “Mission Blackup Earth”.

domingo, noviembre 29, 2020

Beethoven, estructura y emoción

 El Mercurio


A diferencia de Mozart, Beethoven no sólo exige capacidad técnica para tocar unas notas difíciles sino una verdadera madurez de pensamiento.

DANIEL BARENBOIM El mundo/derechos exclusivos


Cuando en 1988 dirigía por primera vez en Bayreuth El anillo del Nibelungo, recibí un regalo maravilloso: la visita de Pierre Boulez. Se alojaba en mi casa y era algo único tener la posibilidad de debatir con él cada noche, tras la función, sobre unas obras que él conocía de memoria y en profundidad. Boulez recordaba entonces sus primeras representaciones de El anillo en Bayreuth, doce años antes, y me contaba que, musicalmente, había tomado un camino muy distinto del mío. “Como compositor que soy, yo estaba interesado en el esqueleto de El anillo”, decía, “y tengo la impresión de que a usted le interesa más la sangre y el músculo. Para mí esto va sobre todo de lo estructural; usted, en cambio, quiere expresar lo variable. Por eso mis tempi eran más rápidos. Pero estoy seguro de que, con la experiencia, usted también llegará a conocer mejor el esqueleto”. Me sentí halagado, por supuesto, pero sobre todo me pareció muy interesante lo que Boulez decía. Además, creo que con las sonatas para piano de Beethoven he vivido un proceso semejante.


Comencé muy pronto a tocar las sonatas en concierto, algunas ya a los ocho años, y la Sonata Hammerklavier y la Sonata Op. 111 a los trece o catorce. A mi padre, que fue el único profesor de piano que tuve, le criticaron bastante entonces, pero él opinaba que convenía ocuparse de las grandes obras tan pronto como fuera posible, y no importaba si aún no se tenía en absoluto la madurez necesaria, pues —así lo expresaba él— la madurez no llega si las partituras permanecen metidas en el armario.


Así que aprendí pronto que Beethoven no exige solo capacidad técnica para tocar unas notas en ocasiones muy difíciles, sino una verdadera madurez de pensamiento. En ese sentido, es totalmente distinto a Mozart. Artur Schnabel tiene una frase maravillosa: “Mozart es demasiado fácil para los niños y demasiado difícil para los adultos”. Lo que quería decir es que, para un artista experimentado, puede ser muy difícil encontrar la expresión adecuada a esa naturalidad que en Mozart es absolutamente necesaria. Con Beethoven ese problema no existe: él es de una complejidad inmensa, y la lucha es una parte orgánica de cada representación.


Hace ahora sesenta años que me ocupo del ciclo completo de las sonatas. El primer recital en 1960 me llegó casi por casualidad. Había dado muchos conciertos de niño, aunque con dieciséis años —ya no era un niño, pero tampoco un adulto— me encontré de pronto con la agenda vacía. Estaba muy deprimido, lo cual puede parecer extraño para un chico de esa edad. Pero un día, en Tel Aviv, me encontré por la calle con un conocido que me preguntó qué andaba haciendo. Le expliqué que iba a la escuela, pero que no tenía conciertos y que por eso estaba muy triste. Entonces él me contó que acababa de hacerse cargo en Tel Aviv de la dirección de la Beit Sokolov, la Casa de los Periodistas. Es un edificio famoso en el que se han celebrado muchas ruedas de prensa históricas. Dentro hay una bonita sala, y me invitó a que tocara allí. Le dije: “Vale, pero me gustaría tocar todas las sonatas de Beethoven”.


Furtwängler y Fischer


Creo que no entendía mucho de música y no sabía realmente en qué se estaba metiendo. Pero fue así como ocurrió que de pronto estaba yo, al mismo tiempo, terminando mis estudios preuniversitarios y tocando por primera vez, cada sábado durante dos meses, el ciclo completo de las sonatas de Beethoven. Entonces aún no conocía, claro, todas las sonatas, así que cada semana, entre los conciertos, tenía que estudiarme dos piezas nuevas. Fue una experiencia increíble para mí y he de decir que la disfruté mucho. Curiosamente, desde entonces he tocado siempre las treinta y dos sonatas en el mismo orden. Salvo mi último ciclo en Berlín, en la sala Pierre Boulez, en el que las toqué en orden cronológico en que surgieron. Como en la vida, en la música me interesan sobre todo las relaciones entre elementos diversos. Por eso tenía tantas ganas de poder sentir por una vez, de un modo tan directo, la evolución artística de Beethoven. Se trataba de un gran viaje.


Si me detengo a pensar en los artistas del pasado que han tenido una fuerte influencia en mí, me vienen a la mente, en lo que a Beethoven respecta, Furtwängler y Edwin Fischer, a quienes llegué a conocer de niño. Furtwängler, sobre todo, era altamente expresivo en su manera de hacer música. Creo que él también buscaba ese esqueleto del que hablaba Boulez, pero desde fuera la impresión era de gran libertad, de una explosión. Cuando tenía unos treinta años leí La dirección de orquesta, de Richard Wagner. En ese libro habla de que tomarse ciertas libertades en el tempo no sólo está permitido, sino que es absolutamente necesario para dar forma a una frase. Por supuesto, no se puede exagerar con esa libertad; todo ha de ocurrir imperceptiblemente, como en un constante tira y afloja.


La decisión sobre el tempo es quizás la más importante que debe tomar un músico, y sobre todo un director de orquesta, ya que cuando es uno mismo quien toca, el contacto con el sonido es directo y permanente. Es de todo punto falsa la creencia según la cual, por tener un metrónomo, algo ha de ser tocado exactamente como se marca. El desafío consiste mucho más en comprender a través del sentimiento la estructura de una obra, para más tarde estructurar ese sentimiento. Ese es, en esencia, el secreto de lo que constituye ‘hacer música'. No me gusta la palabra ‘interpretación'. Beethoven no necesita intérpretes, no necesita traductores.


Tocar la sonata Hammerklavier


De joven no era todavía consciente de estas cosas, pero creo que desde entonces he aprendido a encontrar, cada vez más a menudo, un equilibrio entre los extremos, y a unir el esqueleto con la libertad. El primer contacto con una obra como la Hammerklavier tiene que ser un shock: es algo inmenso, titánico, con muchísimos detalles, colores y conexiones. Después empiezas poco a poco a estudiarla. Esto atañe, por supuesto, a las notas, pero también y sobre todo consiste en un análisis casi científico de la forma, de la dinámica, del ritmo.


Y a medida que vas profundizando en este análisis, te vas alejando de ese primer shock emocional. Es parecido a cuando te cruzas con alguien que tiene una personalidad fuerte: sientes lo poderosa que es esa personalidad, pero después conoces a esa persona y aunque, en cierto sentido, te aproximas a ella, en otro te alejas. Con la música ocurre algo parecido, cuando uno realmente piensa en la música y a través de la música. Es un proceso complicado que dura toda la vida: en mi caso, en lo que respecta a las sonatas de Beethoven, sesenta años. Tiene mucho que ver con un trabajo racional, y hay artistas que tienen miedo a este análisis, porque temen perder con ello la frescura y la naturaleza improvisadora del instinto.


Yo, por el contrario, estoy convencido de que saber más siempre es mejor que saber menos. El aspecto natural y emocional no se ve perjudicado por eso. Pues, en un concierto, debo tocar cada pieza como si la estuviera inventando en ese momento. El trabajo lógico ha de quedar fuera y el público ha de tener la sensación de que la pieza está siendo descubierta ‘aquí y ahora'. A veces se deben saber ciertas cosas para permitirse después poder olvidarlas. En ese sentido, la música es filosófica. La música es arquitectónica, es emocional y es filosófica.


Muchas cosas vienen con la experiencia, pero experiencia nunca significa rutina. La rutina es el gran enemigo de la música, es el intento de repetir mañana lo que te ha salido bien hoy. La experiencia, sin embargo, significa aprender algo nuevo cada día, en cada ensayo, en cada concierto.