Después del lucrativo éxito de Keith Richards con "Life", varios músicos se han sumado a esta tendencia. En los próximos meses vienen los relatos de Neil Young y Pete Townshend.
Larry Rohter The New York Times
Un hecho que marcó un precedente. La autobiografía de Keith Richards, el guitarrista que no suelta el cigarro de la boca y que va al frente de los Rolling Stones, vendió en 2010, cuando salió al mercado, más copias que sus últimos dos discos en solitario juntos. El músico recibió un adelanto de US$ 7 millones para su best seller , una acción que no pasó inadvertida en las editoriales y para los managers de las estrellas de rock que supieron olfatear un rentable negocio.
Hoy, gracias al éxito de "Life" -la autobiografía de Richards-, y en menor escala con "Just kids", las memorias de Patti Smith con las que ganó el National Book Award de Estados Unidos en 2010, el mercado se está inundando de relatos de estrellas de la música.
Ése fue el panorama que animó a hacer lo propio al cantante, tecladista y guitarrista Gregg Allman (64), líder de Allman Brother Band, un grupo que inspiró a la ficticia banda Stillwater, protagonista del filme de Cameron Crowe "Casi famosos" (2000). "Fue algo extraordinario", dijo Allman luego de ver el suceso que lograba el compañero de ruta de Mick Jagger con su libro que mezclaba descabellados episodios con historia musical.
Este año Allman publicó su autobiografía titulada "My cross to bear", que toma el título de una de sus primeras composiciones y que compendia, según sus propias palabras "lo bueno, lo malo y lo feo" de sus 40 años como miembro de la Allman Brother Band, una historia calibrada al amparo de las drogas y el alcohol que casi terminan por arruinar su vida y la de quienes lo rodeaban. En rigor, una historia muy similar a la que registró el guión de Crowe.
Para las superestrellas como Richards, que ya amasan fortunas gracias al éxito de sus carreras musicales, la principal motivación para escribir sus memorias no es la económica. El estímulo, más bien, va por corregir lo que consideran malas interpretaciones o, en algunos casos, dar a conocer con su propia pluma (no siempre hay escritores fantasmas detrás) sus historias.
Con todo, el libro de Gregg Allman estuvo varias semanas al tope de las listas de los más vendidos, un ranking que muy pronto podría sumar nuevos nombres con las ofertas que ya han recibido el baluarte del blues Buddy Guy, tres ex miembros de Guns N' Roses, el guitarrista de Black Sabbath Tony Iommi y el ex Van Halen Sammy Hagar. Para octubre se espera "Who I am", el esperado relato del guitarrista de The Who, Pete Townshend, y "Waging heavy peace", el relato en primera persona de Neil Young.
Los que se adelantaron
Antes de este boom, Bob Dylan y Eric Clapton ya habían publicado sus autobiografías. Otros como Mick Jagger y Billy Joel se arrepintieron.
Un equilibrio para hacer caja
En momentos en que las ventas de discos se desploman, las razones para el aumento de este tipo de publicaciones suman una dualidad que empalma tanto razones personales como artísticas. Para muchas estrellas de los 60 y 70 y que ya sobrepasan los 60 años de edad, escribir una autobiografía es una forma de completar su carrera musical sumando un nuevo género. Claro que para muchos de ellos esta cruzada en una gran oportunidad para revivir carreras estancadas, como las memorias de Dee Snider, el vocalista de Twisted Sister con su "Shut up and give me the mic", que apareció junto con el estreno de "Rock of ages".
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