El Mercurio
El cantante, que nació el 11 de agosto, sonará en las radios con una versión del bolero "Quizás, quizás, quizás" interpretada junto a Michael Bublé. En su reciente paso por Chile, repasó su carrera.
MACARENA CASANOVA
Tiene el acento de un mexicano, pero dice que ama a Chile por sobre cualquier cosa. Cada vez que puede, regresa a Rancagua, su ciudad natal, a visitar a la única de sus siete hermanos que continúa viva: Yolanda Gatica. También viene a ver a sus sobrinos, al médico que lo trata desde toda la vida, a sus amigos inseparables -como el actual embajador de Ecuador Francisco Borjas y el empresario chileno Carlos Cardoen-, y por supuesto, dice, al público chileno.
Lucho Gatica, el primer bolerista que salió de Chile al mundo, se viste con elegancia. Usa un pantalón de tela y una camisa bien planchada, y zapatos de cuero perfectamente lustrados. Sus modales hacen gala de su oficio: en todo momento sonríe, se preocupa de la comodidad de las damas y piropea. "Soy un caballero. Fui criado en una familia de hombres, pasé mi vida en el ambiente del espectáculo, rodeado de señoritas muy bellas. Para mí es muy importante conservar la elegancia", explica.
El cantante logró el éxito en México a mediados de los años 50, cuando el bolero vivía su época de oro. Su voz dio vuelta el mundo con temas que lograban retratar el amor y el desamor, logrando el reconocimiento en toda América Latina, España e incluso los países orientales. "Una vez me contaron algo que me pareció insólito. En Medio Oriente, no recuerdo qué país, se había suicidado una pareja de amantes con 'Espérame en el cielo' de fondo. La canción los representaba y habían decidido estar juntos para siempre. Me di cuenta de la enorme responsabilidad que tenemos los intérpretes", cuenta.
Gatica reconoce que siempre fue -y sigue siendo-, un amante de las rutinas. Cada día, se levanta a las 9 de la mañana, sale a caminar y entrena su voz. Después de las 13 horas, almuerza. Reposa leyendo algún libro o los periódicos mexicanos y chilenos. Luego vuelve a vocalizar con su profesora de canto. "Practico todos los días de la semana. Es la única forma de mantener viva y fresca la voz. En México, en Chile, en España o donde sea, hago lo mismo. Si uno no la entrena, se pierde", explica, inmediatamente antes de entonar algunas frases de "El reloj".
Son pocas las cosas que lo sacan de su rutina. Por ahora, asiste a pocos eventos sociales. "Antes lo hacía mucho. Llegué a conocer a Frank Sinatra, Elvis Presley, Pablo Neruda y mi compadre Julio Iglesias en mis salidas nocturnas. Pero ya no lo hago más", cuenta entre risas. También sale a pasear con sus nietos y según él mismo reconoce es la actividad que más le gusta hacer. Lucho Gatica es un abuelo encantado con sus nietos: cuando habla de ellos, se da el trabajo de buscar fotos, contar anécdotas y destacar la belleza de los niños.
Profesionalmente, sigue activo. Desde hace años, está trabajando en un disco con la ayuda de su sobrino, el productor Humberto Gatica. El proyecto ha traído más de algún problema en la relación familiar: ambos pensaban publicar el disco en 2010. Sin embargo, según él mismo cuenta, su sobrino lo ha dejado de lado. "Él no se ha interesado totalmente en mi proyecto. Tiene muchas cosas que hacer. En el fondo lo entiendo", es la escueta explicación que entrega el intérprete.
Aún así, él sigue entusiasmado con su disco de duetos, que pondrá 12 boleros clásicos en la voz de Gatica y cantantes como Michael Bublé, Julio Iglesias, Gloria Estefan, Miguel Bosé o Alejandro Sanz. El primer single será "Quizás, quizás, quizás", que grabó junto al crooner canadiense y se lanzará en los próximos días.
Lucho Gatica cuenta que, por su aporte a la música popular, le han ofrecido en más de una oportunidad la nacionalidad mexicana. Con casi 84 años, él no ha aceptado. "No voy a renunciar a ser chileno hasta el día que me muera. Y de la muerte, ¿qué le puedo decir? Vendrá la muerte... yo la estoy esperando, sólo digo 'Gracias a la vida'".
Boleros por montones
Entre 1951 y mediados de los 60, Lucho Gatica grabó más de 40 discos para la EMI Odeón chilena, en Santiago, Londres, Río de Janeiro, Buenos Aires, Caracas, La Habana y Ciudad de México.
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